Untitled

Nona. “¡Oiga!, ¡hay un gato con la pata colgando!”.
Así describieron a Nona quienes nos avisaron tras verla correr llorando, sola, sucia y desnutrida a
esconderse en una oscura y fría tubería. Yo creía que ya me había cansado de preguntarme una y otra vez
que debe pasar por la cabeza de aquel que es capaz de abandonar a su animal de compañía condenándolo
a una muerte casi segura, de intentar entender cómo es posible que puedan llegar a tan lamentable estado
sin que los miles de ojos que se han cruzado cada día con los suyos hiciesen nada por evitarlo, de ser
incapaz de comprender que no les remuerda la conciencia a todos ellos y que encima sean capaces de
dormir tranquilos cada noche cuando las mías, sólo de imaginarlo, están llenas de pesadillas y aun así no
puedo evitar volver a repetirme las mismas preguntas con cada nuevo caso que se cruza en nuestro camino.
Cuando la cogimos pudimos comprobar que Nona era una cachorrita blanca y negra de tan solo cinco
meses en la que costaba adivinar donde acababa el color negro de su pelaje y donde empezaba la
suciedad que lo cubría. Su llanto se apago en cuanto sacio su hambre y se sintió arropada por el calor y las
tiernas palabras de la persona que aquella noche se había hecho cargo de ella y a la cual intentaba seguir
agradecida con su patita colgando porque no le respondía. La miraba agradecida y le maullaba bajito para
que no la dejasen sola tal vez por miedo a que aquello no fuese más que un sueño que terminase pronto,
por eso no se cansaba de repetirle que podía descansar tranquila, que al fin estaba a salvo y que nosotr@s
nos encargaríamos de encontrar la mejor de las familias para ella, de que nunca más volviese a ser
abandonada. Unas horas después mi pobre pequeña ya no podía ni siquiera mantenerse en pie.
El veterinario detecto, explicado a grandes rasgos, graves daños internos, además de una fractura en el
íleon y una luxación sacroilíaca que se tradujeron en una larga y muy complicada operación en la que se
presentaron muchísimas dificultades para poder reparar la fractura de esta pequeña lo que junto al mal
estado físico que presentaba la pobre implicaran un postoperatorio muy doloroso y complicado. A día de hoy
intenta reponerse poco a poco en su casa de acogida. Son muchas las curas y la medicación que necesitara
para poder restablecerse, mucho el tiempo y el esfuerzo que habremos de dedicarle y aunque su pronóstico
continua siendo reservado nosotr@s no estamos dispuest@s a tirar la toalla y pensamos apostarlo todo
por ella, porque se lo merece, porque queremos que sepa que por fin es importante para mucha gente, que
somos muchos los que le hemos hecho un sitio en nuestros corazones y que estamos decididos a pelear por
sacarla adelante y lograr que sea feliz y estamos convencid@s de que Nona lo sabe y luchara con todas sus
fuerzas para poder conseguirlo.
Este caso, como tantos otros a los que nos enfrentamos a diario, pone de manifiesto una vez más la
necesidad de ayuda para poder cubrir todos los gastos que la recuperación de estos animales conlleva por
ello os pedimos que si podéis realizar cualquier aportación, por pequeña que os parezca, para ayudarnos a
cubrirlos os estaremos enormemente agradecid@s:
2038.1938.10.6000105387 de Caja Madrid
(Poned “Ayuda para Nona” en el concepto)
Todos nuestros gatos se entregan desparasitados interna y externamente, con las pruebas de leucemia e
inmunodeficiencia hechas, esterilizados (cuando su edad y salud lo permitan), con el chip de identificación
implantado (obligatorio en la Comunidad de Madrid) y en algunos casos dependiendo del animal en concreto
con las vacunas correspondientes puestas. Asimismo se entregará la cartilla del animal, y un informe
veterinario donde se indican todos los tratamientos, en el caso de que hayan sido necesarios, desde su
recogida y entrada en GATA. Si estás interesad@ en adoptarles, ponte en contacto con la Asociación GATA.
Tf: 636 47 64 54 (dejar mensaje)
www.gataweb.com
info@gataweb.com
Textos (MariJose) Fotos (Laura)
revista-gatos 59