MITOS MARITALES - Centro Psiologico ANIMUS
MITOS MARITALES - Centro Psiologico ANIMUS
MITOS MARITALES - Centro Psiologico ANIMUS
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
“HAY QUE LUCHAR POR<br />
EL MATRIMONIO”<br />
MITO 6<br />
Se nos dice que las cosas no llegan fácilmente. Se supone que debemos realizar esfuerzo para lograr algo<br />
que valga la pena. Las cosas que se consigan demasiado fácilmente no serán valorizadas, queridas o<br />
respetadas. Estos clisés tienen un efecto profundo sobre las actitudes y valores de muchos miembros de<br />
nuestra sociedad.<br />
Mientras que tal vez sean valederas en el campo deportivo, su extensión al dominio de las<br />
relaciones humanas ha tenido consecuencias desgraciadas.<br />
El matrimonio ha sido a menudo (incorrectamente) igualado con un jardín. Un hermoso jardín<br />
requiere dedicación, planificación, desarrollo, cultivo y mantenimiento. Es poco probable que se llegue a<br />
ganar el concurso de “jardines hermosos” tirando simplemente algunas semillas y prendiendo un<br />
rociador de tiempo en tiempo. Labrar la tierra, nutrir y fertilizar el suelo, podar y recortar exigen un<br />
esfuerzo sostenido. ¿Debería ser diferente de esto el matrimonio? ¿Puede mantenerse una buena relación<br />
sin un esfuerzo continuo? ¡Seguramente que no! ¿No se tiene que luchar y seguir luchando por cualquier<br />
cosa que valga la pena? ¿No es una tarea ardua el matrimonio?<br />
Si esa tarea significa situar constantemente las necesidades de la otra persona antes que las<br />
propias; ser un buen oyente en las primeras horas de la mañana; mostrarse en todo momento<br />
comprensivo, protector y amoroso; evitar decir o hacer cualquier cosa que su cónyuge pueda tomar como<br />
ofensivo _ Digo: “¡Olvídelo!”. Lamentablemente, muchos no esperan menos que “trabajo duro”.<br />
El matrimonio requiere adaptaciones _ y readaptaciones_ que son diferentes del “esfuerzo”. Dos<br />
individuos de distintas familias, combinaciones únicas de genes y cromosomas, experiencias sociales y<br />
psicológicas diversas, se unen en sagrado matrimonio y se ajustan mutuamente a sus idiosincrasias. Esto<br />
lleva a una verdad básica. Todo buen matrimonio esta basado en concesiones mutuas.<br />
En una relación feliz y exitosa, se comparte la vida de cada uno, en vez de dirigirse; (ver mito 2).<br />
Es útil ser un buen negociador. En este sentido no es untito afirmar que el matrimonio necesita alguna<br />
dedicación. ¿Pero cuando se transforma la dedicación en trabajo duro? Tal vez el siguiente ejemplo<br />
aporte alguna diferencia.<br />
El súbito y apasionado romance de Maurice y Carol resulto en casamiento en tres semanas y<br />
media. Sus problemas aparecieron en la luna de miel. el descubrió su afición para navegar, y ella, que los<br />
barcos la mareaban. Ella deseaba alternar socialmente con otras parejas; el la quería para el solamente.<br />
El quería tener relaciones al despertarse por la mañana; ella, era una “noctámbula”. Seis meses después,<br />
un catalogo de diferencias menores había escalado de pequeñas escaramuzas a conflictos muy<br />
importantes. Frecuentemente se sentían heridos, enojados e incomprendidos. Como muchas parejas,<br />
peleaban, pero también tenían buenos momentos de placer, risas y felicidad. Después de catorce meses<br />
nació su hija. En su tercer aniversario, la relación se hizo tan tormentosa que el tópico del “divorcio” se<br />
convirtió en una realidad en vez de una amenaza. Tenían desacuerdo y chocaban hasta en público. Pero<br />
antes de consultar abogados en su camino a la separación, el “consejo matrimonial” les pareció un paso<br />
más lógico y constructivo. Me llamaron para una cita.<br />
Los vi varias veces juntos y luego solos, durante dos sesiones cada uno. Precise sus principales<br />
áreas de desacuerdo, y sus inefectivos métodos para resolver sus controversias y conflictos. Hicimos<br />
hincapié en métodos constructivos para llegar a acuerdos específicos, desarrollar convenios<br />
contractuales, evitar saboteos ocultos y formalizar negociaciones sinceras.<br />
Carol adhirió la siguiente lista en el tablero de la cocina:<br />
1. Nunca criticar a la persona; solo criticar aspectos específicos de la conducta.<br />
2. No “viole la mente” (o sea, no decir al otro lo que éste está pensando o sintiendo).<br />
3. Evite decir: “Tu siempre…” “Tu nunca…” Ser específico.<br />
4. Evite categorias de cierto / falso, bueno / malo. Cuando surjan los desacuerdos, busque la<br />
transacción.