MITOS MARITALES - Centro Psiologico ANIMUS
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aprenden a conectarse emocionalmente con los demás. La “masculinidad” se equipara aún a una<br />
búsqueda del poder; la “femineidad” se vincula con afecto y solicitud. Así, las “mujeres de carrera” con<br />
frecuencia se arreglan para combinar la autonomía “masculina” con la calidad y amor “femeninos”.<br />
El punto principal que estoy enfatizado es que es un error que las mujeres descuiden su carrera en<br />
aras de su pareja –y terminen resentidas con él por eso-. Es aún más grave cuando los maridos fallan en<br />
reconocer la importancia de las carreras de sus esposas trabajadoras, asumiendo automáticamente que sus<br />
propias carreras son más importantes.<br />
“SI TU PAREJA TE QUIERE DEJAR,<br />
PRENDETE Y LUCHA”<br />
Mito 17<br />
Un día temprano por la mañana recibí un llamado telefónico de la esposa de un conocido. “No se<br />
que hacer y a quien apelar”, dijo Vicki, expresando claramente su angustia. “¿Qué sucede?”, pregunté.<br />
Esforzándose por no llorar, respondió: “Hace dos días, Lucho me dijo que esta enamorado de otra mujer<br />
y quiere un divorcio. Desde entonces no he podido comer, ni dormir, ni hacer otra cosa que llorar. Estoy<br />
tomando tranquilizantes y dando vueltas aturdida. “No se que hacer”. En esta conversación, Vicki me<br />
refirió que su marido había estado vinculado con otra mujer durante diez meses y pensaba casarse con<br />
ella en cuanto estuviera formalmente divorciado de Vicki.<br />
Le ofrecí a Vicki un consejo sano que estaba seguro que no aceptaría; “Sugiérale a Lucho y a su<br />
amiga que vivan juntos”, le dije. “Permítales convivir plenamente durante tres meses. Si es posible tenga<br />
cero contacto con él durante estos noventa días, pero busque salida con otros hombres. Cuando hayan<br />
pasado los tres meses, cene con Peral y pregúntele si aún esta enamorado”. Le explique que al eliminar<br />
las barreras y dejar que los amantes experimenten la convivencia sin estorbos, mucho del romance<br />
moriría de muerte natural (mito 2). El mejor modo de conocer a la gente es viviendo con ella por un par<br />
de meses; es mejor también la mejor forma de destruir las ilusiones.<br />
Como era de esperar, Vicki no siguió mi consejo. En su lugar, ofreció una lucha titánica, histérica,<br />
ruegos y argumentaciones apasionadas, amenazas de suicidio. Esto solo la tomo menos atractiva y menos<br />
deseable a los ojos de su marido, especialmente al compararla a su querida que estaba siempre serena, si<br />
bien profundamente preocupada. Acto seguido, Vicki lanzó un ataque contra la amante de Gerald, lo cual<br />
(según me lo menciono él posteriormente) sólo hizo que su esposa quedara “doblemente patética”. Al<br />
final, Vicki perdió la batalla. Al poner obstáculos en el camino de su marido, había incrementado el<br />
encanto de su gran romance y disminuido su propio valor.<br />
Por constaste, una colega había manejado una situación idéntica, de un modo enteramente<br />
diferente. Cuando el esposo de Elizabeth revelo su devoción inmoral y eterna hacia otra mujer y pidió el<br />
divorcio todo lo que ella dijo fue: “Te echare realmente de menos”Esto fue dicho con calma, sin rencor,<br />
pero con obvio sentimiento. En su momento, su marido tomo conciencia de su desatino y capituló. En ese<br />
caso, los ruegos, argumentaciones, amenazas y recriminaciones surgieron de su amante cuando le<br />
informó sobre su cambio de sentimientos.<br />
Sé de varios ejemplos en los cuales la tenacidad y resistencia de un cónyuge impidió que la<br />
pareja enamorada terminara en matrimonio, pero veo a estos como ganadores de victorias a lo Pirro. En<br />
un caso, cuando las tácticas habituales fallaron (la esposa rechazante no se conmovió por las amenazas,<br />
suplicas y ruegos de su marido), Harvey inicio una huelga de hambre. Después de cuatro días, Nancy<br />
sucumbió y eventualmente se rindió. Interrumpió su relación extramatrimonial y vivió infelizmente desde<br />
entonces, con un revolver metafórico en su sien.<br />
La ruptura de un matrimonio es casi siempre un asunto serio y es fácil comprender porque<br />
muchos se resisten a “dejar ir” a su cónyuge. Medio pan puede ser mejor que nada, pero media tajada, o<br />
tal vez solo unas migajas, ¿Son suficientes para sostener una vida afectiva? Si uno de los cónyuges<br />
genuinamente quiere salir del matrimonio, pero se queda por lastima, temor, dinero o culpa, ¿con que<br />
clase de unión van a terminar?