Globalización y descampesinización de una comunidad ... - alasru
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De lo anterior, es fácil enten<strong>de</strong>r que la combinación <strong>de</strong> la emigración <strong>de</strong> jóvenes y<br />
envejecimiento <strong>de</strong> patriarcas crean condiciones favorables para incrementar la<br />
ten<strong>de</strong>ncia a ven<strong>de</strong>r la tierra ejidal, ya que conforme los que quedan van perdiendo<br />
capacidad física para trabajar sus parcelas y no hay quien tome el relevo para<br />
mantenerla productiva, o conforme se van dificultando las labores <strong>de</strong> cultivo o <strong>de</strong><br />
crianza por falta <strong>de</strong> gente confiable, van consolidándose las condiciones objetivas<br />
que hacen inviable al sistema <strong>de</strong> producción tradicional y, por tanto, para ce<strong>de</strong>r a<br />
las presiones <strong>de</strong> compradores, que para el caso específico <strong>de</strong> San José son por lo<br />
general propietarios privados vecinos que tienen interés en ampliar sus propios<br />
terrenos <strong>de</strong> labor.<br />
Lo cierto es que, aún cuando las ventas <strong>de</strong> tierras no se concreten, <strong>una</strong> situación<br />
que resulta cada vez más frecuente encontrar es que los patriarcas emigran a la<br />
ciudad cuando envejecen; es común que quien lo hace ya tenga <strong>una</strong> casa<br />
establecida en alg<strong>una</strong> colonia popular <strong>de</strong> Saltillo, que fue construyendo a lo largo<br />
<strong>de</strong> muchos años conforme los miembros <strong>de</strong> su familia fueron emigrando a la<br />
ciudad; si no tiene casa, muy frecuentemente cae en el razonamiento <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r la<br />
parcela y/o el <strong>de</strong>recho al agosta<strong>de</strong>ro y, con el dinero que le <strong>de</strong>n, comprar <strong>una</strong> casa<br />
en la ciudad. Hay veces en que el patriarca <strong>de</strong>ja el ejido y no ven<strong>de</strong> la tierra; dado<br />
ese caso, aún tiene la posibilidad <strong>de</strong> recurrir a su red institucional que le <strong>de</strong>spliega<br />
alg<strong>una</strong>s opciones, como pue<strong>de</strong>n ser: i) responsabilizar a alguno <strong>de</strong> sus hijos <strong>de</strong><br />
mantener en producción la labor, con lo cual lo convierte en el ejidatario <strong>de</strong> facto<br />
(aunque no lo sea <strong>de</strong> jure; es <strong>de</strong>cir, aunque legalmente no sea el dueño); ii) dar en<br />
aparcería o prestar su parcela a alg<strong>una</strong> persona ligada <strong>de</strong> alg<strong>una</strong> manera a su<br />
tronco patriarcal (pej, un compadre); iii) rentar la parcela a alguien “que no es <strong>de</strong> la<br />
casa”; iv) <strong>de</strong>jar la parcela sin ser trabajada, pagando a la Asamblea Ejidal la<br />
justificación <strong>de</strong> su ausencia.<br />
Es por por esa gama <strong>de</strong> opciones que la <strong>de</strong>cisión que toma el patriarca <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar el<br />
ejido no resulta tan difícil <strong>de</strong> tomar en la práctica como en apariencia pudiera<br />
parecer. Quizá para los patriarcas <strong>de</strong> hace veinte o treinta años la posibilidad <strong>de</strong><br />
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