249 - Equipos de Nuestra Señora
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SÉPTIMA REUNIÓN: “VIVIR LA VIDA DIARIA”<br />
lo mismo con las madres <strong>de</strong> familia, cuando tienen la misma<br />
necesidad —a veces más— que los otros miembros <strong>de</strong>l<br />
hogar: observación hecha, <strong>de</strong> paso, para los maridos.<br />
Al terminar las vacaciones observo en los padres, lo<br />
que los profesores en los estudiantes: un bajo tono espiritual<br />
(no entiendo aquí «espiritual» como vida religiosa en<br />
sentido estricto). Las energías están flojas.<br />
¿Un aumento <strong>de</strong> vitalidad física lleva consigo una disminución<br />
<strong>de</strong> vitalidad espiritual? Eso sería una gran <strong>de</strong>cepción.<br />
Pero esto no está probado.<br />
¿De dón<strong>de</strong> viene entonces esa disminución? ¿Será porque<br />
se abandonan, queriendo o sin querer, las prácticas religiosas<br />
cotidianas? Pue<strong>de</strong> ser, aunque no necesariamente.<br />
No está ahí, me parece, la primera razón <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bilitamiento.<br />
Éste es <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n interior. En vacaciones se dan vacaciones<br />
al amor, se toma como norma <strong>de</strong> vida: ¿qué es lo que me<br />
place? Juego, <strong>de</strong>scanso, paseos, lectura; todo es <strong>de</strong>mandado<br />
por esa ley soberana. Enten<strong>de</strong>dme bien, no es que yo<br />
halle reprensible, reposar, relajarse, hacer <strong>de</strong>porte…, es la<br />
intención: porque me place. De ahí la permanente atención<br />
a sí mismo, y por tanto la <strong>de</strong>satención a Dios a ya los otros;<br />
<strong>de</strong> ahí mis preferencias en <strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> las preferencias <strong>de</strong><br />
los otros. Como mientras durante el año no pue<strong>de</strong>n hacer<br />
apenas lo que les place, sino que se esfuerzan por hacer la<br />
voluntad <strong>de</strong> Dios, —si no vista siempre como voluntad <strong>de</strong><br />
Dios, al menos bajo el aspecto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber—, llegadas las vacaciones<br />
se cambia radicalmente la orientación. Como si<br />
para <strong>de</strong>scansar <strong>de</strong> haber amado y servido a Dios y a los<br />
otros durante once meses, fuera necesario, finalmente,<br />
amarse y servirse sólo a sí mismo. Se da vacaciones al amor<br />
y el egoísmo asegura la interinidad.<br />
Ahí está el error. No hay vacaciones para el amor.<br />
¿Acaso <strong>de</strong>jáis <strong>de</strong> respirar durante las vacaciones? ¡No! Entonces,<br />
no <strong>de</strong>jéis <strong>de</strong> amar, el amor es la respiración <strong>de</strong>l alma.<br />
106 / ENS