249 - Equipos de Nuestra Señora
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SEXTA REUNIÓN: “CONSTRUIR EL EQUIPO”<br />
cer su substancia sobrenatural y su misterio. De hecho es, o<br />
<strong>de</strong>bería ser, una realidad muy diferente <strong>de</strong> una reunión simplemente<br />
humana. Hay que compren<strong>de</strong>rla a partir <strong>de</strong> los<br />
versículos <strong>de</strong> san Mateo: «Don<strong>de</strong> estuvieren dos o tres reunidos<br />
en mi nombre, Yo estoy en medio <strong>de</strong> ellos» (Mt 18,<br />
20) «Es más, os digo que si dos <strong>de</strong> entre vosotros se unen<br />
en la tierra para pedir cualquier cosa, ha <strong>de</strong> obtenerla <strong>de</strong> mi<br />
Padre que está en los cielos» (Mt 18, 19)<br />
En medio <strong>de</strong> esos matrimonios reunidos en el salón <strong>de</strong><br />
su casa, está intensamente presente el Resucitado, vivo,<br />
atento a todos, amando a cada uno tal como es, lo que en él<br />
hay <strong>de</strong> malo y <strong>de</strong> bueno, y <strong>de</strong>seoso por ayudarlo a convertirse<br />
en lo que él quiere. Él está allí como en la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> Pascua<br />
en aquel cenáculo <strong>de</strong> Jerusalén cuando, <strong>de</strong> repente, se<br />
apareció a aquellos otros equipistas: los apóstoles. Sopló<br />
sobre ellos y les dijo: «recibid el Espíritu Santo». Y se volvieron<br />
hombres nuevos. Jesucristo, en medio <strong>de</strong> los matrimonios,<br />
no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> enviar su Espíritu. Y aquéllos que se<br />
abren a su Soplo —se apren<strong>de</strong> poco a poco a abrirse— se<br />
vuelven hombres <strong>de</strong> ese Soplo. Y la reunión se <strong>de</strong>sarrolla<br />
animada por el Espíritu. Esos hombres y mujeres que <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> un día arduo, llegan muchas veces exhaustos, llenos<br />
<strong>de</strong> preocupaciones, el Espíritu les comunica esa doble<br />
paz <strong>de</strong> Cristo: su impaciencia por la gloria <strong>de</strong>l Padre y su ardiente<br />
y dulce compasión para con las multitu<strong>de</strong>s «que son<br />
como ovejas sin pastor».<br />
Lo que acabo <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir no es lo que ocurre siempre,<br />
pero es lo que <strong>de</strong>bería ocurrir. Porque una reunión <strong>de</strong> equipo<br />
que no es, por encima <strong>de</strong> todo, esfuerzo común para reencontrar<br />
a Jesucristo, es una cosa muy diferente a una reunión<br />
<strong>de</strong> un equipo <strong>de</strong> <strong>Nuestra</strong> <strong>Señora</strong>.<br />
Encontrar a Cristo quiere <strong>de</strong>cir, en primer lugar, ponerse<br />
a la escucha <strong>de</strong> Aquél que se sabe está ahí. Él nos<br />
ENS / 89