249 - Equipos de Nuestra Señora
249 - Equipos de Nuestra Señora
249 - Equipos de Nuestra Señora
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
OCTAVA REUNIÓN: “PREOCUPARSE POR LOS OTROS”<br />
nos corroe; es ese el término. La realidad está frente a nosotros,<br />
tan llena <strong>de</strong> miseria, ¿cómo sentirnos en paz? ¿Habrá<br />
mucha gente que viva feliz, contenta, en el seno <strong>de</strong> una familia<br />
tranquila, don<strong>de</strong> no falta nada, don<strong>de</strong> se vive a gusto<br />
con personas que se aman y que son agradables y bien educadas?<br />
Yo pensaba que eso era <strong>de</strong> otro tiempo. Por mi<br />
parte, encuentro muy difícil conseguir algunos momentos <strong>de</strong><br />
paz y <strong>de</strong> tranquilidad. Entonces, con las manos en la cabeza,<br />
nos <strong>de</strong>cimos: “nuestra posición social, nuestra fortuna (relativa)<br />
adquirida justamente, ha sido el buen Dios el que la ha<br />
querido; por otra parte, somos generosos <strong>de</strong> acuerdo con<br />
nuestros medios; etc., etc., ahí vamos un poco tranquilos.<br />
Pero no por mucho tiempo. Una mendiga llama a la puerta<br />
(una profesional, seguramente, no le doy nada…), pero,<br />
¡ah!, ¿y si tiene hijos muertos <strong>de</strong> frío en su casa? Mis hijos<br />
son felices en torno a la chimenea, ¿cuál es el plan provi<strong>de</strong>ncial:<br />
¿su miseria o mi bienestar? Todo está confuso. O<br />
bien, este testimonio <strong>de</strong>l padre Depierre, un libro <strong>de</strong> Van <strong>de</strong>r<br />
Meersch que cae en nuestras manos: la miseria está ahí,<br />
nos observa, perturba nuestra comodidad, enmienda nuestros<br />
puntos <strong>de</strong> vista, razonablemente establecidos; ya no<br />
hay manera <strong>de</strong> ser feliz; y lo peor es que la bolsa <strong>de</strong> carbón<br />
o el dinero no apaciguan. No, padre, ayú<strong>de</strong>nos, más bien, a<br />
encontrar la paz. La paz que viene <strong>de</strong> la caridad (como ve,<br />
me con<strong>de</strong>no a mí misma; ya se, todo viene <strong>de</strong> la falta <strong>de</strong><br />
amor). ¿Cuál es nuestro lugar <strong>de</strong> burgueses ricos (o supuestamente<br />
ricos), en esta miseria <strong>de</strong>l mundo? ¿Estas disculpas<br />
(plan provi<strong>de</strong>ncial, etc.) no serán superficiales? Me pregunto<br />
muchas veces si su revista hecha para nosotros, comprendiendo<br />
y ayudándonos tanto en nuestros problemas, no<br />
haría mejor, a veces, mandando a paseo esos problemas y<br />
nos zaran<strong>de</strong>ara predicándonos la pobreza, la caridad, el<br />
amor perfecto que se entrega totalmente. Me pregunto si<br />
unidos en esa caridad intensa, no veríamos más claramente<br />
114 / ENS