249 - Equipos de Nuestra Señora
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SÉPTIMA REUNIÓN: “VIVIR LA VIDA DIARIA”<br />
diga, por telegrama enviado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la estación <strong>de</strong> esquí, que<br />
tiene una novia que no conocemos, como le pasó al hijo <strong>de</strong><br />
X; educado en la rectitud y en la honestidad, no hay peligro<br />
<strong>de</strong> que se junte con un grupo <strong>de</strong> estudiantes ladrones, ni <strong>de</strong><br />
que <strong>de</strong>je embarazada a una chica <strong>de</strong> quince años y la acompañe<br />
al extranjero a abortar…; <strong>de</strong> que nuestra hija, sin darnos<br />
cuenta, se <strong>de</strong>je arrastrar por alguna banda y no escape,<br />
sino por poco, <strong>de</strong> la red <strong>de</strong> proxenetas…; <strong>de</strong> que nuestro hijo<br />
sea <strong>de</strong>scarriado por un individuo cualquiera, introducido en<br />
nuestra casa sin discernimiento suficiente…; <strong>de</strong> que nuestra<br />
hija, estudiante, se afilie al Partido Comunista, llevada más<br />
por su rebeldía contra la familia que por convicciones…<br />
Todos estos casos, que conocí en estos últimos meses,<br />
se refieren a matrimonios como vosotros, es <strong>de</strong>cir, creyentes,<br />
practicantes, preocupados por el progreso espiritual y<br />
por el apostolado. No puedo, con todo, <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> preguntarme<br />
si esos padres habían comprendido que estaban casados<br />
en primer lugar para tener hijos y hacer <strong>de</strong> ellos hijos <strong>de</strong><br />
Dios, que sus hijos eran su primer prójimo, que asegurar su<br />
educación era su primera responsabilidad, que la educación<br />
es, por encima <strong>de</strong> todo, una cuestión <strong>de</strong> amor.<br />
Y, si habían comprendido que era necesario amar a los<br />
hijos, ¿no habrán <strong>de</strong>scubierto antes las exigencias <strong>de</strong>l amor?<br />
¿Habrán procurado <strong>de</strong>scubrir y compren<strong>de</strong>r la personalidad<br />
única <strong>de</strong> cada hijo —no <strong>de</strong> una vez, sino día a día— pues<br />
cada día todo ser vivo es nuevo? Y, para ayudar al crecimiento<br />
<strong>de</strong> esa personalidad, ¿habrán sabido unir al coraje<br />
<strong>de</strong> mandar, <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r, castigar, el difícil arte <strong>de</strong> favorecer el<br />
nacimiento y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> una libertad? ¿Habrán sido padres<br />
«presentes», me refiero a esa presencia espiritual que,<br />
preservando la soledad angustiante, da seguridad? ¿Habrán<br />
procurado mantener el diálogo, no sólo <strong>de</strong> palabras, sino <strong>de</strong><br />
inteligencias y <strong>de</strong> corazones? ¿Habrán estado disponibles en<br />
el momento en el que un joven que se ahoga buscaba un<br />
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