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Capitular_GhoticSoul

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Caminé, arrastrando mis piernas como si de dos muertos<br />

se tratara y sintiendo el dolor hasta en las uñas llenas de tierra.<br />

Quise tragar saliva, pero el polvo estaba demasiado encajado en mi<br />

garganta, todo mi interior seco y desgastado por lo que había tenido<br />

que presenciar. A los 22 años de edad ya era un hombre viejo, pero<br />

así ocurría en aquellos tiempos. Las vidas se sucedían, cortas y<br />

difíciles; la guerra, cosa de todos los días. Quizá debí volver con<br />

mis compañeros, seguir luchando para Vlad III y esperar que mi<br />

muerte llegara pronto y fuera indolora. Mucho se habría evitado.<br />

El cansancio extremo me hacía ver los colores y las formas<br />

como a través de una neblina, mas el frío exigía movimiento; si no<br />

continuaba, quedaría paralizado. Creía seguir los pasos de Vlad III<br />

y sus hombres, pero después de un tiempo me di cuenta de que no<br />

había huellas en el camino. Les había perdido la pista y además, en el<br />

estado en que me encontraba, nunca podría enfrentarme, acercarme<br />

siquiera, a Vlad. Era un plan desquiciado, pero lo único a lo que<br />

podía aferrarme en mi desesperación. Moriría vengando la muerte<br />

de Cristian, mi decisión era irrevocable. Al menos eso pensaba.<br />

Creí que alucinaba cuando escuché cascos, madera<br />

crujiendo, voces. Era un carruaje arrastrado por dos caballos, quizá<br />

más, y no estaba muy lejos. Giré sobre mis talones y lo busqué con<br />

la mirada. Venía en mi dirección, como si estuviera respondiendo<br />

a una plegaria que yo no había formulado. Me erguí y llamé a los<br />

ocupantes del carruaje, temeroso de que me pasaran de largo. Ni<br />

siquiera me detuve a considerar quiénes podían ser, si amigos o<br />

enemigos.<br />

—Ayuda, por favor —exclamé débilmente. El hombre que<br />

sostenía las riendas me miró con desprecio y lo imaginé clavado en<br />

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