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Ped Int 11-1 88p - sepeap

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ma fundamental de la patología, pero<br />

otras veces sólo son un síntoma acompañante.<br />

Por ello, debemos averiguar<br />

si existen síntomas asociados, que<br />

pueden ser claves para llegar al diagnóstico:<br />

fiebre, diarrea, estreñimiento,<br />

pérdida de peso, dolor abdominal, cefalea,<br />

amenorrea, síntomas respiratorios<br />

o urinarios. Es importante la valoración<br />

sociofamiliar y de los posibles<br />

factores ambientales generadores de<br />

estrés, que nos pueden orientar hacia<br />

un origen psicógeno de los vómitos.<br />

• Antecedentes familiares. Se recogerán<br />

en la historia los antecedentes<br />

familiares de enfermedades genéticas<br />

y metabólicas, que se manifiesten<br />

con vómitos, y la existencia actual<br />

en la familia de procesos infecciosos<br />

o intoxicaciones.<br />

• Antecedentes personales. El antecedente<br />

de polihidramnios y el retraso<br />

en la eliminación del meconio nos<br />

pueden orientar hacia malformaciones<br />

digestivas en el neonato. Se debe<br />

investigar si es un niño previamente<br />

sano o si padece alguna patología: los<br />

vómitos pueden ser un síntoma de descompensación;<br />

o quizá reciba algún<br />

tratamiento que sea el responsable de<br />

los mismos.<br />

• Exploración física. Será completa y<br />

dirigida a los dos objetivos de toda la<br />

evaluación clínica: determinar la repercusión<br />

de los vómitos en el paciente<br />

(toma de constantes vitales, estado<br />

hemodinámico, hidratación y nutrición)<br />

y buscar la causa (exploración exhaustiva<br />

de todos los órganos y sistemas).<br />

• Pruebas complementarias. Se deben<br />

indicar en aquellos casos en que<br />

no se llegue al diagnóstico con la<br />

anamnesis y exploración y siempre<br />

orientadas por los datos obtenidos en<br />

la evaluación clínica inicial. Se considerará<br />

la realización de hemograma,<br />

reactantes de fase aguda, cultivos,<br />

glucemia, función hepatorrenal,<br />

iones, osmolaridad, gasometría, ácido<br />

láctico y aminoácidos en sangre y<br />

orina, amilasa y ferritina. La radiología<br />

simple de abdomen es útil para descartar<br />

malformaciones congénitas y<br />

obstrucción intestinal. Otras técnicas<br />

a emplear según la sospecha clí-<br />

nica son la ecografía abdominal, la tomografía<br />

computada, la resonancia<br />

magnética o la endoscopia digestiva.<br />

En la valoración del niño que vomita,<br />

se debe establecer si la situación clínica<br />

permite el manejo en Atención Primaria<br />

o si es necesaria la derivación al hospital.<br />

Los criterios de derivación urgente al hospital<br />

son:<br />

– Deshidratación moderada-severa.<br />

– Afectación del estado general.<br />

– <strong>Int</strong>olerancia oral mantenida.<br />

– Presencia significativa de sangre, bilis<br />

o heces en el vómito.<br />

– Necesidad de pruebas complementarias<br />

para el diagnóstico, no accesibles<br />

desde Atención Primaria.<br />

– Necesidad de tratamiento por vía intravenosa.<br />

– Sospecha o diagnóstico de patologías<br />

que precisan tratamiento quirúrgico urgente.<br />

Tratamiento<br />

La terapéutica de los vómitos debe<br />

dirigirse al tratamiento de la enfermedad<br />

causal. Los fármacos antieméticos sólo<br />

se deben emplear en casos seleccionados<br />

cuando no es posible o no es eficaz<br />

el tratamiento etiológico.<br />

La gran mayoría de los niños que acuden<br />

con vómitos están bien hidratados,<br />

tienen buen estado general y pueden ser<br />

tratados en Atención Primaria.<br />

Se ofrecerán pequeñas cantidades de<br />

líquidos: 5-10 mL cada 10 minutos para<br />

probar la tolerancia. Se irán aumentando<br />

la frecuencia y la cantidad progresivamente.<br />

Los líquidos a emplear pueden ser soluciones<br />

de rehidratación oral tipo ESPGHAN<br />

o, si no hay diarrea ni deshidratación, también<br />

líquidos azucarados, como agua azucarada<br />

o zumos. Esta fase inicial puede<br />

durar entre 3 y 8 horas. Después, si el paciente<br />

sigue tolerando, se le administrará<br />

una dieta blanda, sin forzar. Si la evolución<br />

es favorable, a las 24-48 horas, se pasará<br />

a una dieta normal para la edad del niño,<br />

salvo que sea necesario excluir algún nutriente<br />

para tratar la enfermedad causal.<br />

Los fármacos antieméticos generalmente<br />

son innecesarios y no se aconsejan<br />

habitualmente en procesos agudos.<br />

Están contraindicados cuando hay obstrucción<br />

intestinal, hemorragia digestiva,<br />

perforación intestinal, apendicitis aguda<br />

o estenosis pilórica. El tratamiento farmacológico<br />

suele reservarse para intoxicaciones<br />

graves con vómitos, trastornos de<br />

la motilidad intestinal, cinetosis y vómitos<br />

postanestésicos o secundarios a quimioterapia<br />

antineoplásica. Los fármacos más<br />

empleados son los bloqueantes de neurotransmisores:<br />

• Antagonistas de la dopamina.<br />

– Metoclopramida, a dosis de 0,1<br />

mg/kg/dosis (máximo: 0,4 mg/kg/día).<br />

Produce con frecuencia un síndrome<br />

extrapiramidal, sobre todo en niños<br />

pequeños, que limita su uso. Sus<br />

indicaciones son: alteraciones de la<br />

motilidad intestinal, intoxicaciones graves<br />

y RGE.<br />

– Domperidona, a dosis de 0,3 mg/kg/dosis<br />

(3-4 dosis/día). Tiene menos efectos<br />

extrapiramidales. Sus indicaciones<br />

son: alteraciones de la motilidad<br />

intestinal y RGE.<br />

– Clorpromacina, a dosis de 0,5-1<br />

mg/kg/dosis, cada 8 horas. Puede tener<br />

efectos secundarios extrapiramidales<br />

y anticolinérgicos. Sus indicaciones<br />

son: intoxicaciones graves, vómitos<br />

cíclicos y vómitos en pacientes<br />

oncológicos.<br />

• Antagonistas de la serotonina.<br />

– Ondansetron, a dosis de 5 mg/m 2 /dosis.<br />

Su indicación fundamental son los<br />

vómitos secundarios a quimioterapia y<br />

radioterapia. Se ha estudiado también<br />

este fármaco en la gastroenteritis aguda.<br />

Parece eficaz para disminuir los vómitos<br />

y permitir la rehidratación oral; sin<br />

embargo, su beneficio para reducir los<br />

ingresos hospitalarios no ha sido constante<br />

en los estudios publicados. Los<br />

datos disponibles no son suficientes para<br />

aconsejar el uso habitual de este fármaco<br />

en la gastroenteritis aguda.<br />

• Antihistamínicos.<br />

– Dimenhidrato e hidroxicina pueden<br />

ser útiles en los vómitos por cinetosis<br />

y vértigos laberínticos.<br />

ESTENOSIS PILÓRICA<br />

La estenosis pilórica es una causa<br />

frecuente de vómitos persistentes en las<br />

primeras semanas de vida y uno de los<br />

problemas quirúrgicos más comunes a<br />

esa edad.

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