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Ped Int 11-1 88p - sepeap

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TABLA II.<br />

Trastornos<br />

gastrointestinales<br />

funcionales en el<br />

lactante y<br />

preescolar (Grupo<br />

G de trastornos<br />

funcionales, según<br />

los criterios de<br />

Roma III)<br />

46<br />

G1. Regurgitación del lactante<br />

G2. Síndrome de rumiación del<br />

lactante<br />

G3. Síndrome de vómitos cíclicos<br />

G4. Cólico infantil<br />

G5. Diarrea funcional<br />

G6. Disquecia del lactante<br />

G7. Estreñimiento funcional<br />

la longitud del píloro recuperan la normalidad<br />

entre la 6ª y la 12ª semanas postcirugía.<br />

REGURGITACIÓN DEL LACTANTE<br />

La regurgitación del lactante es un<br />

trastorno digestivo funcional del lactante<br />

sano, que se diagnostica con la anamnesis<br />

y la exploración física y no necesita<br />

tratamiento.<br />

La regurgitación del lactante es un<br />

trastorno funcional, antes denominado<br />

RGE funcional o no complicado del lactante.<br />

Está clasificado en el grupo G de<br />

trastornos gastrointestinales funcionales<br />

según los criterios de Roma III (Tabla II).<br />

En el diagnóstico de regurgitación del<br />

lactante se incluyen todos los lactantes<br />

sanos de 3 semanas a 12 meses de edad<br />

que:<br />

• Regurgitan 2 o más veces al día durante<br />

3 o más semanas.<br />

• No tienen hematemesis, aspiración,<br />

apnea, fallo del crecimiento, posturas<br />

anómalas ni dificultades para la alimentación<br />

o la deglución.<br />

Tienen al menos una regurgitación<br />

al día el 51% de los lactantes menores de<br />

3 meses, el 67% a los 4 meses y el 5% a<br />

los 10-12 meses. Aunque es un trastorno<br />

funcional, muchos padres perciben<br />

el síntoma como un problema y, como consecuencia<br />

de ello, acuden con frecuencia<br />

a la consulta del pediatra.<br />

El diagnóstico es clínico y no es necesario<br />

hacer pruebas complementarias.<br />

La actitud del pediatra de Atención<br />

Primaria debe centrarse en tranquilizar a<br />

los padres, explicándoles que se trata de<br />

un síntoma benigno, que no tiene consecuencias<br />

para el niño, que no precisa de<br />

pruebas complementarias ni de tratamiento.<br />

Se les puede hacer una guía anticipatoria<br />

de signos y síntomas sugerentes de ER-<br />

GE, para que consulten de nuevo, en el<br />

caso de que aparezcan.<br />

No hay evidencias de que el tratamiento<br />

farmacológico modifique la historia<br />

natural de la regurgitación del lactante.<br />

Debe seguir durmiendo en decúbito<br />

supino. En casos seleccionados, se pueden<br />

utilizar fórmulas lácteas anti-regurgitación,<br />

que contienen diversos espesantes.<br />

Con ellas, se disminuyen las regurgitaciones<br />

y podemos contribuir a disminuir<br />

la ansiedad de los padres y a mejorar la<br />

calidad de vida de los niños y de sus padres.<br />

Pero esta indicación es cuestionable.<br />

En el caso de que el pediatra tenga<br />

dificultades para convencer a los padres<br />

de que su hijo es sano, probablemente<br />

debe mejorar sus habilidades de comunicación,<br />

antes que prescribir un tratamiento<br />

para un trastorno funcional en un<br />

lactante sano.<br />

ENFERMEDAD POR REFLUJO<br />

GASTROESOFÁGICO (ERGE)<br />

La enfermedad por reflujo gastroesofágico<br />

está definida por la aparición<br />

en el paciente de esofagitis, patología<br />

respiratoria y/o retraso del crecimiento,<br />

como consecuencia del paso del contenido<br />

gástrico al esófago.<br />

En la patogenia de la ERGE intervienen<br />

múltiples factores. Ya se ha comentado<br />

anteriormente que el RGE es un proceso<br />

fisiológico. Para que se produzcan<br />

síntomas, debe existir un desequilibrio entre<br />

los factores favorecedores del RGE y<br />

los mecanismos antirreflujo. Este desequilibrio<br />

permite el contacto prolongado<br />

de los factores agresivos del material refluido<br />

con la mucosa esofágica y, si se supera<br />

la capacidad defensiva de la mucosa,<br />

se desarrolla una esofagitis y/o se estimulan<br />

determinados receptores nerviosos<br />

que, por vía refleja, pueden originar<br />

síntomas respiratorios (Fig. 1).<br />

Las relajaciones transitorias del EEI<br />

son el mecanismo principal que provoca<br />

reflujo, tanto en niños, como en adultos.<br />

Son relajaciones del EEI independientes<br />

de la deglución, que duran más de 10 segundos.<br />

Se producen por un mecanismo<br />

reflejo, que se activa con el estímulo<br />

de mecanorreceptores de la pared gástrica<br />

como consecuencia de la distensión<br />

del estómago por aire o alimentos. La vía<br />

eferente del reflejo parte del núcleo dorsal<br />

del vago y ocasiona la relajación del<br />

EEI. Una vez que el esfínter se ha abierto,<br />

el contenido gástrico pasa fácilmente<br />

del estómago al esófago. En las personas<br />

con ERGE, hay un aumento de la frecuencia<br />

y duración de las relajaciones<br />

transitorias del EEI.<br />

Las hipótesis patogénicas que tratan<br />

de explicar la patología respiratoria en<br />

la ERGE son dos:<br />

• Aspiración del material gástrico regurgitado,<br />

que provoca inflamación e<br />

hiperreactividad bronquial.<br />

• Reflejo vagal, desencadenado por el<br />

contacto del ácido con la mucosa esofágica,<br />

que provoca broncoconstricción<br />

y laringoespasmo.<br />

Sintomatología<br />

Las manifestaciones clínicas de la<br />

enfermedad por reflujo gastroesofágico<br />

son variadas y se clasifican en dos grandes<br />

grupos: síntomas digestivos y síntomas<br />

respiratorios.<br />

Las regurgitaciones y los vómitos, si<br />

son intensos, ocasionan pérdida de peso<br />

y retraso de crecimiento. La esofagitis péptica<br />

se manifiesta en los lactantes con irritabilidad<br />

y rechazo del alimento y en los<br />

niños mayores con pirosis, dolor retroesternal<br />

o disfagia. Si la lesión esofágica es<br />

severa, puede dar lugar a una hemorragia<br />

digestiva (hematemesis, melenas, sangre<br />

oculta en heces) y a una anemia ferropénica<br />

secundaria.<br />

Algunos niños con ERGE tienen un tortícolis<br />

o posturas distónicas del cuello, como<br />

consecuencia de las molestias del reflujo.<br />

Este trastorno se conoce con el nombre<br />

de síndrome de Sandifer.<br />

Los síntomas respiratorios descritos<br />

en esta enfermedad son: pausas de apnea<br />

obstructivas, episodios aparentemente<br />

letales, estridor laríngeo recurrente, ronquera,<br />

neumonías de repetición y asma.<br />

En los pacientes asmáticos, se debe sospechar<br />

un asma secundaria a RGE cuando<br />

tienen paroxismos de tos nocturna, los<br />

síntomas de reflujo (vómitos, regurgitaciones,<br />

esofagitis) preceden a los síntomas<br />

pulmonares, la respuesta al tratamiento<br />

antiasmático es pobre o tienen una<br />

historia familiar negativa de asma y positiva<br />

de enfermedades pépticas.

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