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Ped Int 11-1 88p - sepeap

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La estenosis pilórica (EP) se caracteriza<br />

por la hipertrofia de las fibras musculares,<br />

sobre todo circulares, del píloro,<br />

que produce una estrechez del canal<br />

pilórico e impide o limita el paso del alimento.<br />

Por ello, se denomina también estenosis<br />

hipertrófica del píloro.<br />

No se conoce la causa de la EP, pero<br />

parecen implicados factores hereditarios<br />

y ambientales. Afecta al 3-6 por mil<br />

de recién nacidos vivos. Es más común<br />

en personas de raza caucásica y en las<br />

que pertenecen a los grupos sanguíneos<br />

B y 0. Existe una predisposición del sexo<br />

masculino, con una relación niño/niña<br />

de 4/1. Es mucho más frecuente en hijos<br />

y hermanos de los pacientes que en la población<br />

general. Cuando la enfermedad<br />

afecta a una niña, los hijos y hermanos de<br />

la misma tendrán EP con más frecuencia<br />

que si el afectado fuera varón. Se ha<br />

descrito su asociación con otras enfermedades<br />

congénitas, como malrotación<br />

intestinal, enfermedad de Hirschprung,<br />

malformaciones renales y deleción en el<br />

brazo largo del cromosoma <strong>11</strong>. En cuanto<br />

a los factores ambientales, el estrés prenatal<br />

y el postnatal podrían producir una<br />

hipersecreción de gastrina, que ocasionaría<br />

una obstrucción pilórica progresiva.<br />

Se ha relacionado el uso de eritromicina<br />

o prostaglandinas en el neonato con el desarrollo<br />

de la enfermedad. Otros posibles<br />

mecanismos patogénicos son la alteración<br />

en la innervación y la reducción de<br />

fibras nerviosas que contienen encefalina<br />

y péptido intestinal vasoactivo en la musculatura<br />

lisa del píloro.<br />

Como consecuencia de la hipertrofia<br />

del músculo liso, todo el píloro está engrosado,<br />

adoptando la forma de una oliva<br />

de unos 2 cm de diámetro y unos 3 cm<br />

de longitud; el canal pilórico se alarga, se<br />

estrecha y obstruye la luz. Con frecuencia<br />

hay un edema de la mucosa que aumenta<br />

la estenosis.<br />

Cuadro clínico<br />

El síntoma cardinal de la estenosis<br />

pilórica es el vómito. Los demás síntomas<br />

son secundarios al mismo y forman<br />

parte del síndrome emetizante.<br />

En la presentación clínica típica, los<br />

vómitos se inician a la edad de 3-4 semanas<br />

de vida. Son proyectivos, “a cho-<br />

rro”, eliminando todo el contenido gástrico.<br />

Son de contenido alimentario y nunca<br />

bilioso. A veces tienen moco y, cuando<br />

los vómitos son muy intensos, pueden tener<br />

restos hemáticos a causa de pequeñas<br />

hemorragias gástricas o esofagitis.<br />

Como consecuencia de los vómitos persistentes,<br />

el niño está continuamente hambriento<br />

y se puede producir deshidratación,<br />

malnutrición, oliguria y estreñimiento.<br />

Las pérdidas de cloro y ácido condicionan<br />

la aparición de una alcalosis metabólica<br />

hipoclorémica. Un 5% de los pacientes<br />

tienen ictericia por bilirrubina no<br />

conjugada, que se atribuye a un déficit de<br />

glucuronil transferasa, y que desaparece<br />

después del tratamiento.<br />

En la inspección, pueden observarse<br />

ondas peristálticas en el tercio superior<br />

del abdomen, que se desplazan de izquierda<br />

a derecha y que corresponden a<br />

contracciones gástricas vigorosas, que<br />

intentan vencer la obstrucción.<br />

En la palpación, se puede detectar la<br />

oliva pilórica, que se encuentra por encima<br />

y a la derecha del ombligo, por fuera<br />

del recto anterior y a unos dos cm por debajo<br />

del reborde hepático. Comprobar<br />

la existencia de la oliva pilórica con frecuencia<br />

no es posible porque la palpación<br />

abdominal no es fácil en un niño irritable,<br />

con hambre, que está continuamente<br />

llorando.<br />

Diagnóstico<br />

La técnica de imagen de elección<br />

para el diagnóstico de la estenosis pilórica<br />

es la ecografía.<br />

La tríada formada por vómitos, ondas<br />

peristálticas visibles y oliva palpable es<br />

patognomónica de EP.<br />

Cuando la clínica es sospechosa y no<br />

se palpa la oliva pilórica, la prueba diagnóstica<br />

de elección es la ecografía. Tiene<br />

una sensibilidad del 95% y una especificidad<br />

del 100%. Se observan unas imágenes<br />

ecográficas típicas en donuts. Los<br />

criterios ecográficos de EP son: grosor de<br />

la pared del píloro mayor de 4 mm, diámetro<br />

de la oliva mayor de 13 mm y una<br />

longitud de ésta mayor de 16 mm.<br />

Habitualmente, con la ecografía finaliza<br />

el proceso diagnóstico; pero si se quiere<br />

descartar la asociación de una hernia<br />

hiatal (síndrome frenopilórico de Roviral-<br />

ta) o persisten dudas diagnósticas, está<br />

indicado un tránsito baritado esófago-gastro-duodenal.<br />

Los signos radiológicos<br />

de EP son el estrechamiento pilórico (signo<br />

de la cuerda) y la impronta distal del<br />

píloro hipertrofiado en el bulbo duodenal<br />

(signo del hongo o del paraguas).<br />

Tratamiento<br />

Ningún niño con estenosis pilórica<br />

debe ser intervenido quirúrgicamente<br />

hasta que se hayan corregido las alteraciones<br />

hidroelectrolíticas y del equilibrio<br />

ácido-base.<br />

El tratamiento es quirúrgico, pero la<br />

cirugía de la EP nunca es una emergencia.<br />

Antes de que el niño entre en el quirófano,<br />

es necesario corregir la deshidratación,<br />

la alcalosis metabólica, la hipocloremia<br />

y la hipopotasemia, para prevenir<br />

complicaciones postoperatorias. Se<br />

colocará una sonda nasogástrica abierta<br />

y se administrarán líquidos y electrólitos<br />

por vía intravenosa.<br />

La técnica quirúrgica de elección es<br />

la piloromiotomía extramucosa de Fredet-<br />

Weber-Ramsted. Puede ser realizada por<br />

laparotomía o por laparoscopia. Consiste<br />

en seccionar longitudinalmente la capa<br />

serosa de la oliva pilórica y después se<br />

va profundizando y separando el músculo<br />

con una pinza hasta que la mucosa se<br />

hernie entre los labios de la incisión, solucionándose<br />

así la obstrucción. Es necesario<br />

que el cirujano investigue exhaustivamente<br />

la posibilidad de perforación<br />

de la mucosa pues, en el caso de pasar<br />

inadvertida, las consecuencias serían<br />

graves.<br />

Generalmente, puede iniciarse la alimentación<br />

oral a las 12-24 horas de la cirugía.<br />

Un porcentaje elevado de niños tienen<br />

vómitos postoperatorios, como consecuencia<br />

de la gran atonía y dilatación<br />

gástricas secundarias a la obstrucción<br />

previa o como consecuencia del edema<br />

de píloro por la manipulación quirúrgica.<br />

Si los vómitos persisten durante más de 7<br />

días, se debe descartar una piloromiotomía<br />

incompleta, que puede precisar una<br />

reintervención quirúrgica.<br />

La mortalidad operatoria es del 0,3%,<br />

casi siempre debida a una inadecuada<br />

corrección preoperatoria de los desequilibrios<br />

hidroelectrolíticos. El diámetro y 45

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