Seminarista Manuel Aranda

MANUEL ARANDA
además sus milagros: libró a una posesa del espíritu de Pitón, resucitó a una joven,
enderezó a un cojo y con sus oraciones libró de su fi ebre al padre de Publio.
Por no cansar demasiado, sólo diremos que de los demás apóstoles tiene
hecha una hagiografía en la que están consignadas los sitios en que predicaron y
la muerte de cada uno de los apóstoles y evangelistas. Los dos últimos santos de
esta obra son Timoteo y Tito, discípulos de Pablo.
Muy distinto es el carácter de esta obra del de la Crónica General. Allí no
se paraba en los personajes, sino más bien en los hechos; aquí se detiene en describirnos
hermosamente las personas. El estilo en aquella es sencillo; en esta es
grandilocuente. La Crónica General nos hace creer que San Isidoro conocía bien
la historia de la Humanidad, que era un sabio. De natu et obitu Patrum nos presenta
a San Isidoro como poeta; la primera nos da el conocimiento de los sucesos,
es decir, narra, la segunda describe.
A pesar de que estas dos obras están escritas en diferente estilo, sin embargo
tienen dos características comunes y son el orden y precisión de que hablamos
en la Crónica General. El orden ya lo hemos visto; va exponiendo la vida de los
patriarcas, profetas y santos regularmente, según el tiempo en que vivieron. Los
mismos epítetos que usa son un argumento a favor de la precisión, pues que por
este medio hace con pocas palabras bien empleadas el retrato de sus biografi ados.
Todavía realizó San Isidoro más trabajos históricos, porque nos dio a conocer
la venida de los Suevos a España en el año 497, la devastación que hicieron
de Galicia, los triunfos que sobre Undeloto general romano obtuvieron, cómo
dominaron a Cartagena y tomaron Zaragoza; cómo se dividieron en dos bandos
hasta que murió Frumario, uno de los litigantes; y por fi n el ingreso de esta raza
en el cristianismo a través de la herejía arriana y su conversión a la fe católica bajo
el reinado de Teodomiro.
También los vándalos merecieron que San Isidoro escribiera una historia
sobre ellos. Gunderico que fue su primer rey quien conquisto Sevilla y al entrar
sacrílegamente en la Iglesia de San Vicente quedó muerto. Ginsenco que hecho
arriano recorrió gran parte de África hasta Cartago, infi cionándolo todo de la
doctrina de Arrio; Unguerico cruel que persiguió a los cristianos aún mucho más
que su padre, estos son los reyes que por vía de ejemplo hemos trascrito de la obra
de San Isidoro. Suevos y Vándalos terminaron casi en la misma época: aquellos
con la deposición del tirano Audica por Leovigildo; éstos en la prisión de Gilimer
por ...... general del imperio de oriente.
Más importante que estas dos historias anteriores es la de los Godos. Primeramente
investiga San Isidoro la signifi cación de la palabra “godo” y afi rma que
59