revista 66 - Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima
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Convertida por el<br />
Santísimo Sacramento<br />
Como flor radiante, con<br />
el perfume <strong>de</strong> la pura<br />
inocencia bautismal, Teresa<br />
entra en el Carmelo<br />
<strong>de</strong> Lisieux y, a continuación,<br />
siguiendo la “Pequeña vía”, lleva<br />
a cabo su misión.<br />
Con Agustín sucedió algo muy diferente.<br />
Entrando ya en plena edad<br />
madura, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una juventud <strong>de</strong><br />
pecado, la gracia lo toca, se convierte<br />
y progresa a pasos agigantados en sabiduría<br />
y virtud.<br />
Uno y otro caso ilustran las diferentes<br />
circunstancias en las que Dios busca<br />
a sus elegidos, y los caminos “personalizados”<br />
que les traza. “Hay diversidad<br />
<strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s, pero es el mismo<br />
Dios el que realiza todo en todos. En<br />
cada uno, el Espíritu se manifiesta para<br />
el bien común” (1 Cor 12, 6-7).<br />
34 Heraldos <strong>de</strong>l Evangelio · Enero 2009<br />
Sa n ta eL i z a b e t h an n Se t o n<br />
Del seno <strong>de</strong> la aristocracia anglicana norteamericana, la Provi<strong>de</strong>ncia<br />
llama a una alma para cambiar las directrices <strong>de</strong> la educación en<br />
los Estados Unidos. Ésta fundará una congregación sobre la roca<br />
inquebrantable <strong>de</strong> la Eucaristía, bajo cuya sombra florecen los<br />
carismas y se solidifican las obras <strong>de</strong> Dios.<br />
Hna. Isabel Cristina Lins Brandão Veas<br />
Elizabeth Ann Seton fue escogida<br />
en una situación muy particular. De<br />
religión anglicana, casada con un rico<br />
comerciante, madre <strong>de</strong> cinco hijos,<br />
nada parecía indicar los elevados <strong>de</strong>signios<br />
para los cuales la Provi<strong>de</strong>ncia<br />
iba a llamarla. Pero <strong>de</strong> su correspon<strong>de</strong>ncia<br />
a la gracia <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rían miles<br />
<strong>de</strong> almas y, en cierto sentido, todo un<br />
país.<br />
Y ella dijo: “¡Sí!”. Movida <strong>de</strong> entusiasmo<br />
por la presencia real <strong>de</strong> Nuestro<br />
Señor en la Eucaristía, se hizo hija<br />
<strong>de</strong> la Iglesia Católica. Esta conversión<br />
transformaría no sólo su vida, sino<br />
también la historia <strong>de</strong>l Catolicismo<br />
en los Estados Unidos. Dos siglos<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su nacimiento, será proclamada<br />
santa y es la primera norteamericana<br />
elevada a la honra <strong>de</strong> los<br />
altares.<br />
Una infancia sufrida<br />
Segunda hija <strong>de</strong>l famoso médico<br />
Richard Bayley y <strong>de</strong> Catherine<br />
Charlton, Elizabeth Ann Bayley vino<br />
al mundo meses antes <strong>de</strong>l estallido <strong>de</strong><br />
la Guerra <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los<br />
Estados Unidos, un 28 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong><br />
1774. La familia vivía en Nueva York<br />
y eran <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> los primeros<br />
pobladores <strong>de</strong> la región. Al igual que<br />
la mayoría <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> la alta<br />
sociedad <strong>de</strong> la ciudad, eran anglicanos<br />
practicantes.<br />
Antes <strong>de</strong> completar los tres años<br />
quedó huérfana <strong>de</strong> madre, y su padre<br />
contrajo nuevo matrimonio, <strong>de</strong>l que<br />
nacieron otros siete hijos. La pequeña<br />
hijastra era <strong>de</strong>spreciada por la madrastra,<br />
que le hacía sentir especialmente<br />
la ausencia <strong>de</strong> la madre. También<br />
su padre, absorto por los servi-