revista 66 - Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima
revista 66 - Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima
revista 66 - Asociación Cultural Salvadme Reina de Fátima
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Altos Montes era un pequeño<br />
pueblo cuyos habitantes<br />
eran tranquilos,<br />
amigables, y don<strong>de</strong><br />
todos se conocían y se<br />
consi<strong>de</strong>raban como una gran familia.<br />
Allí vivía Sebastián, el hijo <strong>de</strong> doña<br />
Nair, la costurera más famosa <strong>de</strong><br />
la región, quien prestaba sus servicios<br />
a ricos y pobres, siendo un mo-<br />
hiStoriaS Pa r a n i ñ oS… ¿o a d u Lt o S LLenoS d e fe?<br />
Amor materno<br />
Sebastián se sintió conmovido hasta llorar. Pensó: “Nuestro Señor,<br />
como un padre, ya me ha perdonado. Sin embargo, ¿tendré<br />
todavía una madre que me espere y me reciba a mi vuelta?”<br />
Hna. Suzana Felipe Lopes<br />
<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> mujer honrada y trabajadora.<br />
Enviudó muy pronto, pero, sin <strong>de</strong>jarse<br />
abatir por las dificulta<strong>de</strong>s, consiguió<br />
criar los cinco hijos que la Provi<strong>de</strong>ncia<br />
le concediera.<br />
Sebastián, el mayor <strong>de</strong> ellos, pronto<br />
empezó a ayudar a su madre en el<br />
sustento <strong>de</strong> la familia, trabajando como<br />
agricultor. Pero el joven tenía un<br />
gran <strong>de</strong>fecto: era impulsivo y colérico.<br />
Este fue el motivo <strong>de</strong> la gran tragedia<br />
que se abatió sobre él.<br />
Una tar<strong>de</strong>, al final <strong>de</strong> la jornada,<br />
mientras limpiaba las azadas y las hoces<br />
para guardarlas en el almacén, tuvo<br />
una discusión con un compañero.<br />
En un impulso violento, sin pensar,<br />
<strong>de</strong>scargó un duro golpe con la azada<br />
a su amigo, <strong>de</strong>jándolo herido, casi <strong>de</strong><br />
muerte. Cuando se dió cuenta <strong>de</strong> lo<br />
que acababa <strong>de</strong> hacer, huyó lleno <strong>de</strong><br />
miedo, arrepentido <strong>de</strong> su acto salvaje.<br />
Socorrido rápidamente, el joven<br />
herido escapó con vida, pero... quedó<br />
inválido. El golpe le había afectado<br />
la columna. Como personas pacíficas<br />
que nunca habían visto ese grado <strong>de</strong><br />
violencia, todos los vecinos se levantaron<br />
contra Sebastián. Así, fue arrestado<br />
y exiliado a<br />
un país lejano.<br />
Allí, el joven <strong>de</strong>sterrado buscaba<br />
un empleo, pero siempre era recibido<br />
con recelo, y no conseguía nada.<br />
Contrito, rezaba a la Santísima Virgen,<br />
consoladora <strong>de</strong> los afligidos, como<br />
le había enseñado su madre, pero<br />
sus oraciones le daban la impresión<br />
<strong>de</strong> caer en el vacío: parecía que la Divina<br />
Provi<strong>de</strong>ncia hacía oídos sordos<br />
a sus súplicas, <strong>de</strong>bido al horrible crimen<br />
que cometiera.<br />
El tiempo pasaba y, sin medios<br />
para sobrevivir, quedó trasformado<br />
en un harapiento, <strong>de</strong> aspecto aterrador.<br />
Esto sólo hacía que la gente<br />
se apartase cada vez más <strong>de</strong> él. No<br />
tuvo otra opción que pedir limosna<br />
para no morir <strong>de</strong> hambre. Iba <strong>de</strong><br />
pueblo en pueblo pidiendo alimentos,<br />
ropa usada, un lugar don<strong>de</strong> pasar<br />
la noche.<br />
Después <strong>de</strong> muchos años con esta<br />
vida, llegó a una gran ciudad, don<strong>de</strong><br />
divisó, en la plaza principal, la imponente<br />
Catedral. No se atrevió a entrar.<br />
Se sentó a la puerta y se puso a pedir<br />
limosna a todos los que pasaban.<br />
¡Cuántos recuerdos <strong>de</strong> su casa, <strong>de</strong><br />
su familia! ¿Qué les habría sucedido<br />
a todos ellos? ¿Se habrían casado sus<br />
hermanos? ¿Viviría su madre?