Dirección por hábitos - TopTen Management Spain

vi PRÓLOGO
El estupendo libro que se dispone a leer es comparativo y también descriptivo,
incorporando una trabajadísima recopilación de autores sobre temas afines a la
cuestión central y una interesante propuesta de medición del grado de utilización
de la DPH mediante tests sencillos de cumplimentar: desde la acertada postura de
que «evaluar ciertas conductas en un directivo no tiene como fin encasillar o diagnosticar,
sino obtener un elemento objetivo para buscar el desarrollo de sus capacidades
(planes de formación y desarrollo)».
Dedica Lorena el Capítulo I (Dirección de Capital Humano) a introducir las características
de los principales estilos de dirección, centrándose a continuación en
la presentación de los llamados «Hábitos fundamentales» para la dirección empresarial,
partiendo de los conceptos desarrollados por Aristóteles y otros grandes autores
griegos, medievales y modernos, de los que tanto se puede aprender: la Prudencia,
la Justicia, la Fortaleza y la Templanza.
Me parece acertado el criterio de la autora de redenominarlos como Perspectiva,
Equidad, Fortaleza y Equilibrio dado que, ciertamente, Prudencia, Justicia y
Templanza tienen acepciones que podrían producir confusión.
Como afirma Pieper, los hábitos son actos repetidos, que casi de manera inconsciente
determinan la forma de actuar de una persona. Resulta relevante que las
instituciones reflexionen sobre los hábitos directivos predominantes en sus organizaciones.
Que directivos y empleados asuman determinados hábitos positivos
contribuye al buen gobierno de las organizaciones. Afirma Lorena Duarte que «para
seguir siendo competitivas, las empresas deben trabajar en procesos de transformación
que mejoren resultados, en estrategias más innovadoras, en estructuras más
flexibles, pero sin olvidar trabajar en comportamientos. Debemos aceptar que los
resultados de una empresa son la consecuencia evidente de los comportamientos
de todos los colaboradores, pero en especial de los líderes que son el referente y el
motor de la empresa».
Aristóteles señala que actuar correctamente en una circunstancia determinada
no es suficiente para considerar a una persona virtuosa, ya que esto pudo deberse
a la casualidad; es preciso que sea un acto repetido, un modo de ser.
No quiero concluir esta presentación sin hacer una referencia más explícita al
profesor Fernández Aguado. Desde hace años es considerado uno de los más profundos
y rigurosos pensadores en la difícil ciencia del gobierno de personas y organizaciones.
Sus tesis se fundamentan en sólidas posiciones antropológicas, que
ha desarrollado en su amplia obra escrita y fundamentalmente en libros como Management:
la enseñanza de los clásicos, Dirigir y motivar equipos, Liderar o Dirigir
personas en la empresa. Su extensa e intensa labor intelectual y práctica ha
llevado a que sea uno de los pocos españoles cuya biografía aparece en el libro
Grandes creadores en la historia del Management, de José Luis García Ruiz. En
esa obra han sido seleccionados 91 autores a nivel mundial.
Además del Modelo aquí analizado el profesor Fernández Aguado ha diseñado
también otros como Gestión de lo Imperfecto, Gestión de la Voluntad Organi