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Los hayedos prepirenaicos aragoneses y su conservación - Jolube ...

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ques de una frondosa atlántica aislados en el ámbito <strong>su</strong>bmediterráneo, frágiles,<br />

a veces en mezcla con abetos, situados todos ellos en límite de área, en<br />

una frontera bioclimática. El trabajo se presentó en el Congreso de<br />

Conservación de la Naturaleza celebrado en Oviedo (VILLAR, 1986).<br />

Respondiendo con sensibilidad a esa situación, el entonces Jefe de la<br />

Sección de Comunidades Vegetales del Servicio de Conservación del Medio<br />

Natural de la Diputación General de Aragón, D. Emilio Pérez Bujarrabal,<br />

propuso al Instituto de investigación citado un estudio sobre dichos hayedoabetales<br />

con vistas a <strong>su</strong> mejor conocimiento y a fundamentar científicamente<br />

algunas medidas de <strong>conservación</strong>.<br />

Así, el 24 de Septiembre 1987 se <strong>su</strong>scribió un Convenio Específico entre la<br />

Diputación General de Aragón y el Consejo Superior de Investigaciones<br />

Científicas titulado «Estudio sobre los <strong>hayedos</strong> <strong>prepirenaicos</strong> <strong>aragoneses</strong>:<br />

Flora, vegetación, cartografía y valor ecológico». <strong>Los</strong> trabajos de campo y de<br />

gabinete se prolongaron hasta Diciembre de 1988. El equipo redactor estuvo<br />

formado por Daniel Gómez, Gabriel Montserrat y Luis Villar, botánicos del<br />

Instituto Pirenaico de Ecología, el último de los cuales actuó como coordinador<br />

científico. En la parte florística y geobotánica colaboró también Angel<br />

Romo, del Instituto Botánico de Barcelona. Todos ellos habían desarrollado<br />

tesis doctorales sobre flora y vegetación en diferentes porciones de la<br />

Cordillera, por lo cual no sólo aportaron muchos datos, sino también <strong>su</strong><br />

experiencia.<br />

<strong>Los</strong> trabajos de fotointerpretación y comprobación sobre el terreno de las<br />

distintas unidades de vegetación fueron encargados a Carlos Aseginolaza<br />

(Beasain) y Pedro Uribe-Echebarría (Vitoria), biólogos que también colaboraron<br />

con los demás autores en la toma de inventarios. Además, el proyecto<br />

permitió invitar, en julio de 1988, a la Profesora Vivette Bresset, de la<br />

Universidad de Niza (Francia), quien colaboró en la toma de inventarios y<br />

muestras de <strong>su</strong>elo, más <strong>su</strong> posterior análisis, así como en la clasificación fitosociológica<br />

de una parte de los <strong>hayedos</strong> estudiados.<br />

12<br />

1. Introducción y justificación del estudio<br />

Al naturalista que cruza el Pirineo de N a S, desde Francia hacia Aragón,<br />

le llaman la atención los fuertes contrastes topográficos y paisajísticos que se<br />

<strong>su</strong>ceden en poco trecho. Como es característico de toda la Cordillera, las<br />

principales alineaciones montañosas van dirigidas de W a E, por lo cual las<br />

diferencias geobotánicas entre solanas y umbrías son acusadas, saltan a primera<br />

vista. Así, en el piso montano, entre los 800 y 1600 m de altitud, vemos<br />

bosques húmedos de haya y abeto en laderas que miran al N, mientras que<br />

en exposición S son frecuentes los bosques mediterráneo-montanos de<br />

carrascas, de hoja dura y siempreverde, todo ello entre los bosques <strong>su</strong>bmediterráneos<br />

de quejigo y pino albar (MONTSERRAT, 1971; RIVAS<br />

MARTÍNEZ &' al., 1987; DUPlAS & al., 1985).<br />

En el polo húmedo jacetano, o sea, en las cabeceras de los valles occidentales<br />

<strong>aragoneses</strong> (Tena, Canfranc-Aísa, Hecho y Ansó) y en la Alta<br />

Ribagorza, las nieblas son frecuentes en invierno-primavera y no demasiado<br />

raras en verano-otoño; pero un poco más al S, o sea, en la Depresión Media<br />

altoaragonesa y en las Sierras del Prepirineo, este fenómeno atmosférico sólo<br />

se da en las umbrías o en algunas laderas expuestas al NW. Opuestamente,<br />

las solanas situadas por encima de la Hoya de Huesca o las del Cinca Medio<br />

gozan de insolación larga, y tanto allí como en los desfiladeros la evaporación<br />

es intensa, de <strong>su</strong>erte que las condiciones mediterráneas de la Depresión<br />

del Ebro se adentran hacia el Pirineo, sobre todo en Sobrarbe y Ribagorza, o<br />

sea, en la Cuenca del Cinca, entre Guara y Turbón-Cotiella.<br />

Como predominan los vientos del N o del NW húmedos, antes de llegar<br />

al área del cierzo, los frentes procedentes del Océano chocan con las laderas<br />

a barlovento y dejan buena parte de <strong>su</strong> humedad, mientras que a sotavento<br />

el aire baja cada vez más seco y se recalienta. Consecuentemente, los contrastes<br />

térmicos y de humedad que tanto condicionan la vegetación siguen<br />

esa pauta general. Anticipando lo que ocurre en los Somontanos y la<br />

Depresión del Ebro, el clima se vuelve progresivamente continental y aún se<br />

va matizando por otros tres efectos topoclimáticos que luego explicaremos:<br />

a) fenómenos de inversión térmica<br />

bj condensación local en forma de rocíos y mojaduras<br />

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