géneroysexualidad adolescente - Archivo Abierto Institucional de la ...

amoroso y placentero en el que todo está permitido, excepto el coito» (Lena
Ordóñez, A. Et al. 2007).
No ha existido el mismo consenso en la enumeración e interpretación de las prácticas
connotadas negativamente. Han coincidido en prácticas del tipo sadomasoquismo, necrofilia o
zoofilia, pero el acuerdo no ha sido tal, en el caso de la penetración anal y el sexo oral. Estas
dos últimas actividades se han reflejado sobre todo en las respuestas de los varones y lo han
hecho además con hostilidad en sus expresiones: «Si, dar por el culo, comerte una vagina. Dar
por el culo les gusta a los homosexuales y comerte una vagina es un poco sucio… bueno a mi
no me gusta, me da asco», «sexo por el culo, guarradas de comerle sus partes al otro…». Esto
no significa, que no hayan aparecido en las opiniones de las mujeres, pero lo han hecho en
menor medida y con menor carga de hostilidad. La penetración anal ha sido connotada
negativamente por dos mujeres y el sexo oral sólo se ha expresado en una respuesta y lo ha
hecho en forma de opinión ajena: «si, la oral entre mis amigas no está muy bien vista, opinan
que es una guarrería, pero yo no lo veo mal. Tanto la de chuparle a él como que me chupe él a
mí». Un hecho destacable ha sido que analizando las entrevistas de forma individual, he
podido comprobar que paradójicamente, el varón que verbaliza sentimientos desagradables
ante el sexo oral dirigido a la mujer, hace referencia en diversas ocasiones a la felación, con
connotaciones positivas y expresando su agrado por la misma. Así ocurría al preguntarle si se
podría disfrutar del sexo, sin practicar el coito, cuya respuesta es: «si, si me la chupan por
ejemplo», o cuando se le propone reflexionar sobre quién disfruta más del sexo, hombres o
mujeres, y responde: «…con la felación supongo que más el hombre porque a ella no tiene
porqué darle placer ¿no?...», éstas me han parecido manifestaciones claras de la definición de
la sexualidad por y para los hombres que comentábamos al inicio, donde no tiene cabida el
placer femenino y si la tiene, no es el objetivo prioritario (González, A. 2006; De Béjar, S.
2007).
Al margen de este inciso y continuando con el análisis de respuestas que presentan,
aunque siempre con excepciones, homogeneidad entre los y las adolescentes, podríamos
incluir las opiniones relacionadas con las maneras de disfrutar del sexo sin coito. La mayoría
de las personas enumeran prácticas ya mencionadas del tipo: sexo oral, masturbación y
petting, pero suelen referirse a ellas como previas al coito, o sustitutivas de este en caso de no
disponer de pareja sexual en ese momento, este sería el caso de la masturbación. De ahí que
cuando se les pregunta sobre el uso de la masturbación, aunque se tenga pareja, la mayoría de
ellos y ellas recurren a la insatisfacción con el sexo en pareja o a la distancia e imposibilidad
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