Historia: Dr. Ramón Carrillo / Médicos argentinos ... - Revista Ambo

Editorial
“Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río.
Saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.”
J. L. Borges
El hombre vive inclinado hacia el futuro. Indiferente a su finito tiempo, sueña y desea que
sus actos perduren en el tiempo: trascender sus años, sus meses, sus días en una cósmica
rebeldía a las inexorables páginas de su calendario personal.
Kalendae era el primer día del mes, momento en el cual los romanos debían pagar las
cuentas. Los primeros almanaques fueron calendarios que recordaban fechas festivas religiosas.
Al-manakh, palabra árabe, significa parada en un viaje.
Diciembre es nuestro al-manakh, es el remanso breve a un año que se ha ido a raudales.
Detenerse en esta fecha y contemplar, con más o menos asombro, todo lo transcurrido.
El inicio de la vida profesional, enfrentando los miedos e inseguridades hasta advertirse,
de pronto, nadando como uno más en la corriente: con desafíos, renuncias y un perpetuo
cansancio.
Es un buen momento para recordar, también, aquellas vidas en las cuales nos hemos ido
fraguando. Aquellos hombres que han inspirado nuestras decisiones, esas vidas que hemos
intentado emular.
Ocasión para tantear nuestra mochilita diaria para descubrir si aún se encuentra en ella
eso otro que amamos, esa pasión a la que le hemos arrebatado el tiempo y dedicación:
sean libros, amigos, o demás formas de artística felicidad.
De partidas también está colmado el año, lugar frecuente en la vida profesional: un nuevo
hospital, renovados compañeros, otra especialidad, otro país, otra cultura. Cada partida
tiene su precio, y la suma total también se alza en la copita de despedida del año.
Un humilde recuerdo al padre de la salud pública, Ramón Carrillo. Quien abandonó su
promisoria carrera quirúrgica para dedicarse a la construcción de una salud más equitativa.
Estandarte de los avances sociales, infatigable, inefable, destinado a trascender sus días: a
reflejarse por centurias en su legado. El mismo que muere exiliado, calumniado, separado
de su familia, sin trabajo y en la pobreza de Belém do Pará a días de Navidad.
Les deseamos que sus kalendae los encuentren erguidos y gozosos de los precios que
han de abonar a cambio de la profesión elegida. Felices Fiestas.