22 artículo científico “ Los complejos de enteritis, cuyos síntomas varían desde diarrea hasta enterotoxemia y sepsis, son muy frecuentes en la clínica de lagomorfos. Microorganismos patógenos y los factores que los ayudan a proliferar son las causas usuales (taquicardia, taquipnea, mucosas pálidas, retardo en el relleno capilar, hipotermia). Frente a estos cuadros el tratamiento primordial es la estabilización del animal mediante el empleo de analgésicos/antiinflamatorios, sueroterapia IV/SC (valorar el empleo de expansores de plasma) y el aumento de temperatura corporal. Una vez estabilizado, pasaremos a descomprimir el estómago mediante el empleo de una sonda gástrica. A partir de este momento, habrá que decidir el tratamiento a seguir: • Tratamiento médico: similar al descrito en un estasis gástrico, teniendo especial cuidado con posibles cuadros secundarios de acidosis, lipidosis hepáticas, cetosis y úlceras gástricas. • Tratamiento quirúrgico: si sospechamos de un cuerpo extraño obstructivo. Realizaremos una gastronomía o enterotomía/enterectomía. Como ya hemos comentado, el pronóstico en estos casos es grave. Los cuidados postoperatorios serán los mismos que los comentados anteriormente, dando especial importancia al restablecimiento de la motilidad gastrointestinal y al mantenimiento del correcto balance energético del animal. Afecciones intestinales Los complejos de enteritis, cuyos síntomas varían desde diarrea hasta enterotoxemia y sepsis, son muy frecuentes en la clínica de lagomorfos. Microorganismos patógenos y los factores que los ayudan a proliferar son las causas usuales. Estos factores incluyen cambios en la dieta, efectos de antibióticos y predisposición genética a disfunción intestinal. Los principales cuadros de enteritis que encontramos en clínica son los siguientes: Disbiosis La flora normal del intestino del conejo esta formada principalmente por agentes anaerobios: Bacteroides spp., bacilos gramnegativos no esporulados, Endosporus spp, Clostridium spp, Enterococcus, Staphylococcus, Enterobacterias, Escherichia coli y grampositivos esporulados. Por las razones ya comentadas, se produce una supresión de la flora normal y con ello una proliferación de la flora patógena. Se presentan animales con sintomatología digestiva, incluyendo diarrea, llegando a ser con hematochezia y mucosa. En casos severos puede presentarse un shock endotóxico. Casos crónicos pueden presentarse con diarreas intermitentes y pérdida de peso. El diagnóstico presuntivo se realiza mediante la historia clínica. El tratamiento se basa en una fluidoterapia agresiva, uso de colestiramina como quelante de toxinas, aumento de fibra en la dieta, uso de probióticos y cecotrofos de animales sanos.
MANEJO EN URGENCIAS DE LA ARF- Daza GOnzález ma, García Pérez e, fraGiO arnOlD c. 23