DESCRIPCIÓN Y DEFENSA DE LA LENGUA VASCA DURANTE ...
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artxibo-00392295, version 2 - 22 Oct 2010<br />
4. OBRAS LEXICOGRÁFICAS<br />
Se suele presentar la historia de la lexicografía vasca comenzando por los primeros<br />
testimonios medievales las dos famosas glosas vascas de San Millán de la Cogolla (s. XI)<br />
y por las listas de palabras compiladas por viajeros desde el pionero Aimery Picaud (s. XII),<br />
pero merece la pena que distingamos entre lo que son documentaciones sin duda de crucial<br />
importancia para la historia de la lengua, por su antigüedad cuando menos, de lo que es en<br />
propiedad el nacimiento de la tradición lexicográfica vasca.<br />
4.1. Viajeros y humanistas extranjeros<br />
Las primeras representaciones de carácter lexicográfico de la lengua vasca son breves listas<br />
de palabras recogidas por viajeros ocasionales. Tenemos varias listas de este tipo, la primera<br />
del viajero del Poitou Aimery Picaud (s. XII), excepcional por lo temprano de su testimonio.<br />
Alguna más se encuentra conforme se abren caminos en Europa y se hacen más seguros: así,<br />
es muy conocida la del peregrino de Colonia Arnold von Harff (1496-1499; euskera-alemán).<br />
Con todo, son muy breves, encaminadas a resolver las necesidades básicas de los viajeros, y<br />
presentan más de un problema de interpretación. De muy otro carácter es el pequeño<br />
vocabulario del humanista siciliano L. Marineo Siculo (1530; latín-euskera y castellanoeuskera)<br />
29 . Las tres fueron publicadas y comentadas por Mitxelena (1964b) 30 .<br />
Junto a otros muchos datos de interés, desde el punto de vista lexicográfico estas listas son<br />
testimonio de que al menos desde fines del s. XV la respuesta natural de los hablantes vascos<br />
es el absolutivo singular determinado. Además, todas ellas pertenecen a la tradición que sigue<br />
el esquema teocéntrico, comenzando por el nombre de Dios y los seres celestiales y bajando<br />
luego a lo terrenal. De los tres, es sin duda el humanista Marineo Siculo el más destacado,<br />
dado que refleja por primera vez un interés no anecdótico por el euskera; esto lo convierte en<br />
precedente y no pocas veces también fuente de las listas posteriores. La suya es la más<br />
cuidada; prueba de ello es que a menudo Siculo marca el acento en las palabras vascas, que<br />
por su forma parecen pertenecer a un habla occidental (alavesa o vizcaína).<br />
Como hemos podido ver (§ 2), los vascos hicieron frente más de una vez, si bien con poca<br />
fortuna, a la extendida creencia de que el euskera es una lengua bárbara, apenas inteligible,<br />
imposible de escribir. Dos sucesos cambiaron el modo de pensar de los sabios europeos: por<br />
una parte, los testimonios de los humanistas, comenzando por Siculo, ya que, junto a<br />
valoraciones más positivas, ofrecieron también pequeñas muestras de la lengua; por otra<br />
parte, la traducción vasca del Nuevo Testamento hecha por Leizarraga (1571), que tuvo eco<br />
internacional debido a razones tanto lingüísticas como quizás sobre todo religiosas.<br />
De la mano de Siculo entramos de lleno en la época que más nos interesa, en un momento<br />
en que se está «descubriendo Babel»: fascinados por las diferencias interlingüísticas, se<br />
realizan múltiples colecciones plurilingües, vocabularios y Padre Nuestros, entre otros (cf.<br />
Oroz Arizkuren 1980). En este contexto, desde fines del s. XVI, algunos lingüistas quieren<br />
decir algo sobre el euskera, y el único medio que tienen de dar una muestra es copiar de<br />
trabajos anteriores.<br />
La primera de estas listas y en ocasiones fuente a su vez de otras es la del flamenco<br />
Bonaventura Vulcanius (Leyden, 1597), humanista y profesor de griego: euskera-latín, reúne<br />
101 entradas en orden alfabético, sacadas del texto de Leizarraga (como también el Padre<br />
29 Al final del capítulo «Qual fue antiguamente la lengua Española» aparece la lista, que lleva por nombre «Vocablos<br />
de la lengua antigua que se usaba en España» (edición de 1539, lib. IV, 28 r y 29 v).<br />
30 Casi desconocida es la lista de G. B. Venturino da Fabriano (c. 1571), que sólo conocemos en la versión euskeraalemán,<br />
a raíz de la edición de Schurhammer (1926).<br />
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