Temas de espiritualidad - Autores Catolicos

mundo. Con tal, evidentemente, que todo se haga en el respeto de
la dignidad humana y de los derechos de las personas.
Ciertamente, no hay que quebrantar las leyes del Señor. No
puedo matar, ni odiar a muerte a una persona, para procurarme su
corazón uno de sus órganos vitales. La «muerte cerebral» y toda
suerte de fallecimientos deben ser constatados.
No siempre es así. El Tercer Mundo está explotado en la
proporción de órganos para satisfacer a los ricos. Se secuestran a
niños y se les mata para este lucro horrible.
Sucede lo mismo con embriones que, incluso muertos, deben
respetarse en su dignidad, como lo exige la Carta de los Derechos
de la Familia, establecida por la Santa Sede.
Una persona adulta puede dar-gratuitamente- una parte de su
cuerpo, con la excepción de los órganos necesarios para vivir, si
el bien que se deriva lo justifica.
La biomedicina hace maravillas y debemos alegrarnos de ello sin
despreciar la s leyes de Dios. Una transplante del corazón u otros
órganos no son normalmente nada más que cosas loables, si las
leyes enunciadas más arriba son respetadas.
¿EXISTE UN DEBER MORAL PARA DAR SU CUERPO
PARA INVESTIGACIONES?