IV Domingo de Cuaresma, Ciclos A, B y C. - Autores Catolicos
IV Domingo de Cuaresma, Ciclos A, B y C. - Autores Catolicos
IV Domingo de Cuaresma, Ciclos A, B y C. - Autores Catolicos
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Encanallamiento <strong>de</strong> la sociedad española.<br />
Una sociedad sin moral privada y pública es inmoral.<br />
Seny.-El pánico.<br />
“Otras veces es el pánico a un gatillazo en las muy precoces relaciones<br />
sexuales lo que empuja a docenas <strong>de</strong> adolescente a tomar...”. ”Vivimos en<br />
pánico y eso nos <strong>de</strong>porta, pero da igual”. (Nicolás Retana, médico).<br />
“Lo que ahora se precisa es una rectificación <strong>de</strong>l rumbo y una<br />
regeneración moral que exce<strong>de</strong> el amor <strong>de</strong> nombres, apellidos y<br />
siglas. No basta pues con sustituir al Gobierno, dice aludiendo<br />
expresamente a la oposición sino que hace falta el coraje <strong>de</strong><br />
adoptar un proyecto <strong>de</strong> gran envergadura”. Así se ha manifestado<br />
Mayor Oreja. Es que por mucho que uno sea <strong>de</strong>mócrata, o jure por<br />
su conciencia, no por eso es justo, ni sabio, ni nada. (LA<br />
GACETA, 7-2-10). Hasta ahora el gran corruptor <strong>de</strong> la sociedad es<br />
todo aquel, o toda aquella institución, que no <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> y exige,<br />
bien a nivel privado, bien a nivel público la aceptación <strong>de</strong> la<br />
moral que pue<strong>de</strong> exigir y <strong>de</strong>be exigir cada una <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s<br />
(civiles o religiosas) en su ámbito. Aquí está la fiera<br />
corrupia, entre nosotros mismos, en nosotros mismo: la sociedad<br />
no existe, nosotros sí, y somos los que la consituimos. La<br />
jerarquía eclesiástica también, tiene su ámbito, y si en él no<br />
exige, facilita la corrupción, o al menos la tolera. Pero la<br />
tolerancia es una causación como un camión. Pero los fieles<br />
todos, tenemos nuestra propia capacidad, que no po<strong>de</strong>mos<br />
eludirla, ya que la autoridad no nos va a impedir que hagamos<br />
milagros, si po<strong>de</strong>mos.<br />
La autoridad o es sierva <strong>de</strong> la verdad, y <strong>de</strong> la unidad, o es<br />
un arma letal en manos <strong>de</strong> todo mal. Siempre se vuelve<br />
autoritaria, que sustituye a las personas y sus<br />
responsabilida<strong>de</strong>s irrenunciables por las personas que mandan,<br />
que pasan a ocupar el lugar <strong>de</strong> todas éstas. Esto genera masas<br />
gregarias, cínicas, amaneradas, mansurronas, aduladoras, y lo<br />
peor, se dicen obedientes cuando son solamente cobar<strong>de</strong>s y<br />
traidoras. La obediencia no pue<strong>de</strong> realizarse mediante la cesión<br />
<strong>de</strong> la propia responsabilidad ante la verdad, la justicia y la<br />
unidad, que son los rayos <strong>de</strong> la luz <strong>de</strong> Dios. Esta autoridad<br />
cercena la libertad, esa que tiene las mismas dimensiones <strong>de</strong> la<br />
innumerable multitud <strong>de</strong> cosas que conforman el universo <strong>de</strong> toda<br />
la humanidad. De todos modos: la efervescencia <strong>de</strong> los<br />
individuos, -si están vivos y no se inhiben-, son un volcán <strong>de</strong><br />
bienes. La fuerza <strong>de</strong>l bien, no es revolucionaria, es integradora<br />
siempre, pero pue<strong>de</strong> que tenga que llegar a mayores.<br />
18