IV Domingo de Cuaresma, Ciclos A, B y C. - Autores Catolicos
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La absorción, abdución, <strong>de</strong>l individuo y <strong>de</strong>l mismo<br />
comunismo en Stalin. (Fernando Paz).<br />
Seny.-La cobardía <strong>de</strong>l socialismo <strong>de</strong>recho.<br />
“El 22 <strong>de</strong> mayo, los estrategas que dirigen la política <strong>de</strong> Rajoy contra el<br />
peor gobernante que haya tenido España nos <strong>de</strong>jarán, a la hora <strong>de</strong>l recuento<br />
electoral, con el tafanario al aire: los duros habremos fracasados”. “Son<br />
francamente bobos”. (Carlos Davila. 27-3-11).<br />
“A lo largo <strong>de</strong>l cuarto <strong>de</strong> siglo durante el que Stalin<br />
fue el “Amo” absoluto <strong>de</strong>l Kremlin, <strong>de</strong> la Unión<br />
Soviética y <strong>de</strong>l comunismo internacional, una espantosa<br />
tiranía se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> las almas más cercanas,<br />
conservando sobre ellas un ascen<strong>de</strong>nte proporcional a la<br />
distancia a la que se hallaban los distintos círculos.<br />
Es difícil –si es que siquiera es posible- encontrar<br />
posturas más abyectas que las que los esbirros <strong>de</strong>l Amo<br />
mantuvieron durante este tiempo. En gran parte, es la<br />
historia <strong>de</strong> una humillación como apenas pue<strong>de</strong><br />
rastrearse en las más sórdidas páginas <strong>de</strong> la Historia”.<br />
“Si los bolcheviques no hubieran aspirado a<br />
convertirse en una especie <strong>de</strong> mutación en el seno <strong>de</strong> la<br />
especie humana, muchas <strong>de</strong> las cosas que sucedieron en<br />
los países marxistas habrían sido inconcebibles. La<br />
aspiración misma <strong>de</strong>l bolchevique no era sino la <strong>de</strong><br />
fundirse con el Partido, renunciar a la propia<br />
voluntad, inclinarse ante sus <strong>de</strong>cisiones como<br />
intérprete único <strong>de</strong> la Historia. La persona, el<br />
individuo, no contaba lo más mínimo. Al contrario,<br />
<strong>de</strong>bía acostumbrarse a consi<strong>de</strong>rarse a sí mismo como la<br />
célula <strong>de</strong> un cuerpo, que era el partido: <strong>de</strong>l mismo modo<br />
que aquel <strong>de</strong>secha <strong>de</strong> sí lo superfluo, produce<br />
excrecencias y liquida células que ya no le sirven para<br />
generar otras que le ayu<strong>de</strong>n a prolongar su existencia,<br />
éste lo hace con las personas. No hay nadie<br />
imprescindible, y todo el mundo es susceptible <strong>de</strong> ser<br />
eliminado una vez <strong>de</strong>sempeñado su papel. Por esta razón,<br />
para muchos bolcheviques la única razón <strong>de</strong> su<br />
existencia era la <strong>de</strong> hacerse imprescindibles, como en<br />
las mil y una noches. Para el bolchevique, no hay<br />
verdad ni mentira sino en función <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> el<br />
Partido, único intérprete <strong>de</strong> la realidad, el único que<br />
pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir lo que hay que hacer, creer y pensar en<br />
cada momento”.<br />
“Un verda<strong>de</strong>ro bolchevique, razonaba un comunista <strong>de</strong><br />
la vieja escuela, “ha sumergido su personalidad en la<br />
colectividad <strong>de</strong>l Partido, en grado tal que eso le<br />
permite hacer el esfuerzo necesario para liberarse <strong>de</strong><br />
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