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5 - Capitulo II - Hidrogeología regional

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2. HIDROGEOLOGIA REGIONAL<br />

2.1. Introducción<br />

G. Baudino, 1996 19<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

El valle de Lerma, desde el punto de vista <strong>regional</strong>, ha sido incluido en la provincia<br />

hidrogeológica "Valles Intermontanos de la Cordillera Oriental y Sierras Subandinas"<br />

(Ruiz Huidobro y Sosic, 1979) y ubicado en la región "Valles Intermontanos", de acuerdo<br />

a la caracterización hidrogeológica del Noroeste Argentino efectuada por Fuertes et al.<br />

(1990).<br />

Desde el punto de vista de la génesis del agua subterránea, pertenece a la<br />

provincia hidrogeológica de Afrente montañoso@, siguiendo el criterio de Issar y Passchier<br />

(1990), ya que los acuíferos que caracterizan esta provincia se encuentran en ambientes<br />

aluviales modernos a subactuales, situados al pie de un relieve montañoso y la superficie<br />

del área de aporte a la recarga es mucho más importante que la del reservorio y se<br />

encuentra fuera de los límites del mismo. Esta definición se ajusta a las características<br />

más sobresalientes del sistema geohidrológico estudiado, ya que incluye la ubicación<br />

fisiográfica, el ambiente deposicional de los sedimentos que conforman los reservorios y<br />

el origen de la recarga de los mismos.<br />

La historia geológica y sus geoformas resultantes, la diversidad climática actual y<br />

las modificaciones fisiográficas sufridas en el pasado geológico reciente dan como<br />

resultado un compleja red de flujo hídrico subterráneo en el vaso del valle de Lerma.<br />

Para el análisis de los distintos ambientes y procesos hidrogeológicos, se han<br />

diferenciado en el presente trabajo siete Sistemas Acuíferos susceptibles de ser<br />

explotados, cuyas características distintivas: área de aporte a la recarga, medio<br />

geológico de circulación y tipo hidroquímico de agua, permiten asignarles nombres<br />

propios. Se propone la denominación de estos Sistemas Acuíferos, de norte a sur: La<br />

Caldera, Arenales, Portezuelo, La Isla, Rosario, La Viña y La Florida. Cada una de<br />

estas unidades será analizada en el ítem 3. Sistemas Acuíferos. El valle de Lerma es la<br />

unidad natural de orden mayor, cuyo estudio permite explicar las interrelaciones de los<br />

diferentes Sistemas Acuíferos.<br />

Desde un punto de vista <strong>regional</strong>, la totalidad de los niveles productivos<br />

explotados hasta la fecha corresponden a sedimentos cuaternarios, salvo el caso de la<br />

localidad de Coronel Moldes, al que se hará mención más adelante.<br />

La mayor parte de la recarga de los acuíferos explotados se produce por<br />

infiltración del escurrimiento superficial proveniente de los flancos del valle. Por esta<br />

razón se ha prestado especial atención a la cuantificación de los recursos hídricos<br />

superficiales que ingresan a la depresión en las zonas de recarga. Considerados como<br />

Arecarga potencial@, estos caudales son una medida de las posibilidades de desarrollo<br />

hidrogeológico de cada sistema acuífero.<br />

Las cuencas hidrológicas de los cursos superficiales que aportan sus caudales al


G. Baudino, 1996 20<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

vaso del valle, poseen un área que supera los 30.000 km 2 , más de 10 veces la<br />

extensión de los acuíferos en estudio. Los valores de precipitación en estas cuencas<br />

son extremadamente disímiles y dependen principalmente del relieve, ya que las lluvias<br />

estivales tienen un neto carácter orográfico (Bianchi,1981).<br />

El estudio de la contaminación por boro del acuífero libre en la porción central del<br />

valle (Bundschuh et al. 1993, Baudino et al. 1993), permitió comprobar que esta<br />

aún no ha llegado a las capas confinadas. Esta comprobación avala la<br />

hipótesis de que el aporte de las precipitaciones y del escurrimiento superficial en la<br />

región central de la depresión, carece de importancia cuantitativa en lo que respecta a la<br />

recarga de los acuíferos confinados.<br />

Desde el punto de vista de su drenaje superficial, el valle de Lerma está dividido<br />

en dos cuencas hidrográficas: la del río Mojotoro, que pertenece a la cuenca del río<br />

Bermejo, al norte y la del río Juramento-Salado al sur. La divisoria de aguas entre ambas<br />

cuencas, en el vaso del valle, lo constituyen las lomas de Medeiro al occidente y una<br />

suave elevación topográfica entre éstas y la sierra de Mojotoro al oriente (Figura 2.2.5.).<br />

Las direcciones de escurrimiento subterráneo, en la mayoría de los casos, son<br />

paralelas a las del escurrimiento superficial. En el valle de Lerma se presentan<br />

excepciones a esta regla general en dos ambientes hidrogeológicos: el extremo<br />

septentrional del valle y en el tramo medio-oriental del mismo.<br />

En el primer caso se trata de un trasvasamiento de cuencas muy importante, ya<br />

que parte de los recursos hídricos que pertenecen al sistema del Bermejo alimentan los<br />

acuíferos situados en el sistema del Juramento. Este fenómeno ha sido interpretado por<br />

diversos autores (Ruiz Huidobro, 1968; Adur, 1973; Butrón, 1976; Medina, 1981), a través<br />

de inferencias geomorfológicas e hidrogeológicas, que indican la existencia de un<br />

paleocauce del río La Caldera (Figura 2.3.7.), que atraviesa el límite de cuencas<br />

superficiales. Mediante la correlación de acuíferos y la construcción del mapa de<br />

isopiezas (Figura 3.1.5.), esta interpretación ha podido ser confirmada (Baudino et al.,<br />

1993)<br />

El otro caso de diferencias en las direcciones de escurrimiento superficial y<br />

subterráneo ha sido comprobado en el tramo medio de los abanicos aluviales formados<br />

por los ríos Arenales y Rosario. El sistema de drenaje sobreimpuesto a estas geoformas,<br />

posee direcciones de escurrimiento que no coinciden con las deducidas a partir de la<br />

correlación y piezometría realizadas (Figura 3.2.4.).<br />

La porción septentrional del valle de Lerma se caracteriza por la asimetría de sus<br />

flancos en lo que respecta a los fenómenos climáticos y geomórficos. Los reservorios de<br />

agua subterránea poseen sus áreas de recarga principalmente en los bordes<br />

occidentales. La única subcuenca de importancia que se desarrolla en el flanco oriental<br />

es la del Portezuelo, donde el espesor de sedimentos cuaternarios permite el<br />

almacenamiento de los recursos hídricos, que son explotados intensamente para<br />

abastecimiento de agua potable.<br />

Queda evidenciada también, a través de la piezometría, la confluencia subterránea<br />

de tres Sistemas Acuíferos en la región austral de la ciudad de Salta: La Caldera,


G. Baudino, 1996 21<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

proveniente del norte, Portezuelo, desde el este y Arenales desde el oeste. A partir de<br />

esta confluencia, el Sistema Acuífero resultante posee características estratigráficas,<br />

piezométricas y fisicoquímicas diferentes a las de los sistemas aportantes, por lo que se<br />

lo ha denominado Sistema Acuífero La Isla. Este acuífero es intensamente explotado, por<br />

su semisurgencia o surgencia, para fines agropecuarios principalmente.<br />

En el flanco nororiental de la zona de estudio existe una zona de alto riesgo<br />

para la perforación de pozos destinados a la producción de agua subterránea. Esto se<br />

debe a que los subafloramientos de rocas ordovícicas, sepultadas por la sedimentación<br />

cuaternaria, conforman un paleorrelieve que no siempre se evidencia en superficie. Tanto<br />

sondeos mecánicos como geoeléctricos verticales han detectado la presencia del<br />

basamento técnico a distancias de hasta dos kilómetros al oeste de las elevaciones de la<br />

sierra de Mojotoro (Butrón, 1976; Fuertes et al., 1975 y 1979), a profundidades que<br />

varían entre los 60 m (AS0016) y 84 m (AS0131) bajo boca de pozo (Figura A2, Tabla<br />

A1).<br />

Esta misma configuración ha sido comprobada en la porción más ancha del valle,<br />

al sur de la ciudad de Salta, (Fuertes et al., 1986) donde existen afloramientos rocosos<br />

denominados "Cerrillos de San Miguel" , que además producen una modificación<br />

sustancial del drenaje subterráneo (García, 1988), y en parte delimitan por el oeste la<br />

importante cuenca artesiana de La Isla, cuyo límite oriental es la sierra de Mojotoro<br />

(Argañaraz, 1975).<br />

En el tramo austral del valle, que incluye el embalse Cabra Corral, los depósitos<br />

cuaternarios ubicados en ambos flancos de la depresión, constituyen buenos<br />

reservorios. Las diferentes áreas de recarga y calidad química permiten diferenciar dos<br />

sistemas acuíferos: al oeste el Sistema Acuífero La Viña y al este el Sistema Acuífero La<br />

Florida.<br />

Las cuencas vertientes al Sistema Acuífero La Viña, reciben lluvias que solo<br />

localmente alcanzan los 600 milímetros al año. El contenido salino, en el agua superficial<br />

y subterránea, es mayor que en los otros ambientes del área de estudio. Esto se debe<br />

tanto a la escasez de precipitaciones, como a la abundancia de afloramientos de<br />

sedimentitas de edad Terciaria, caracterizados por la presencia de sales solubles,<br />

principalmente sulfato de calcio. Como ejemplo de esta situación, en las cercanías de la<br />

localidad de Coronel Moldes, una perforación exploratoria realizada por Yacimientos<br />

Petrolíferos Fiscales (ASP1391, Figura A3) alumbró una capa acuífera artesiana, entre<br />

los 300 y 500 m.b.b.p., en la Formación Anta. Lamentablemente la calidad del agua<br />

surgente es deficiente, por exceso en el contenido de sulfatos y de sodio, lo que la hace<br />

inapta tanto para consumo humano como para usos agropecuarios.<br />

El Sistema Acuífero La Florida recibe precipitaciones que superan los 700<br />

milímetros anuales, en la alta cuenca del área de aporte, donde afloran principalmente<br />

metamorfitas precámbricas. Esto influye en la calidad físico-química del agua superficial<br />

que alimenta los acuíferos, que posee una mineralización menor que en el Sistema<br />

Acuífero La Viña.<br />

El río Guachipas se comporta como efluente de ambos acuíferos y posee un<br />

elevado contenido en sólidos disueltos, producto de la concentración por evaporación, a


G. Baudino, 1996 22<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

lo largo del trayecto de sus afluentes por los valles Calchaquíes. A diferencia de los<br />

cursos fluviales de la comarca septentrional del valle, el Guachipas no recarga los<br />

acuíferos explotados en la actualidad, ya que su ingreso al valle se produce a un nivel<br />

topográfico desfavorable.<br />

En cuanto a la potencia de los sedimentos cuaternarios que rellenan el valle de<br />

Lerma, no existen datos directos sobre espesores máximos. La mayor parte de las<br />

perforaciones, realizadas por la Administración General de Aguas de Salta, la Dirección<br />

General de Obras Sanitarias y por empresas particulares, no supera los 200 metros bajo<br />

boca de pozo. En los bordes de la depresión varias perforaciones han detectado<br />

basamento técnico, en cambio en el centro del valle, no existe información directa sobre<br />

el espesor sedimentario total. La información indirecta, obtenida a través de sondeos<br />

eléctricos verticales (SEV), permite inferir que los estratos, cuya resistividad es<br />

asimilable a sedimentos cuaternarios, poseen una potencia máxima que supera los 300<br />

metros en la comarca situada entre Campo Quijano, Cerrillos y La Merced (García, 1988;<br />

Figura 2.3.5.)<br />

Las perforaciones profundas que cita Ruiz Huidobro (1968), efectuadas por Obras<br />

Sanitarias de la Nación (O.S.N.) en la década de 1940 (denominadas AS0031a y<br />

AS0031b), atraviesan secuencias clásticas, principalmente conglomerados con<br />

intercalaciones de arenas y arcillas, hasta una profundidad de 600 metros. De acuerdo a<br />

referencias (Moreno Espelta, 1993 com.pers.) las perforaciones efectuadas por O.S.N.<br />

fueron realizadas bajo la hipótesis de que las Lomas de Medeiro eran un gran cono<br />

aluvial elaborado por el antiguo río Lesser-Vaqueros. Los afloramientos de sedimentitas<br />

terciarias relevados en el extremo septentrional de las lomas de Medeiro y los existentes<br />

en el arroyo El Huayco, en su porción central, fundamentan la hipótesis de que estas<br />

elevaciones están constituidas por subafloramientos de rocas terciarias. Aguilera (1988)<br />

interpreta la estructura de las lomadas como la continuación hacia el sur del<br />

braquianticlinal de la sierra de Vaqueros. La baja permeabilidad y la estructura<br />

desfavorable impiden que los aportes provenientes del Cordón de Lesser recarguen el<br />

Sistema Acuífero La Caldera.<br />

Salvo el acuífero freático, en general contaminado orgánicamente, el agua<br />

subterránea es de excelente calidad, y no ofrece limitantes para el consumo. Las<br />

conductividades medidas oscilan entre 350 y 850 uS y los pH entre 5,5 y 7,8. La<br />

hidroquímica del agua subterránea explotada se trata en cada Sistema Acuífero en<br />

particular.<br />

Frecuentemente la primera capa es aislada mediante cementación y el agua<br />

proveniente de acuíferos inferiores no necesita tratamiento para su utilización. En los<br />

casos en que se explota el acuífero libre, un simple proceso de cloración permite eliminar<br />

los contaminantes bacteriológicos. Esta situación está comenzando a modificarse en el<br />

área urbana, detectándose en el año 1990 la presencia de contaminantes orgánicos<br />

tales como detergentes aniónicos y catiónicos e inorgánicos como boro, cadmio y plomo<br />

en el acuífero freático. Otro caso, en el sur de la ciudad de Salta, es la presencia de<br />

hierro y manganeso por encima de los límites tolerables, asociada a contaminación<br />

bacteriológica.<br />

La contaminación del acuífero freático no generó problemas agudos al inicio de la


G. Baudino, 1996 23<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

explotación de las capas confinadas, sobre todo por la circunstancia favorable de que los<br />

niveles piezométricos de los acuíferos profundos eran iguales o mayores que los del<br />

acuífero libre. Actualmente y en el caso del centro de la ciudad de Salta esta situación se<br />

ha invertido, debida a la explotación intensiva de los acuíferos profundos. Desde el punto<br />

de vista geológico, estos últimos cuentan con una protección efectiva, ya que las capas<br />

de arcilla en dicha zona poseen continuidad areal, pero existen numerosas perforaciones<br />

de mediana profundidad cuyo deficiente estado puede convertirlas en canales<br />

privilegiados de ingreso de contaminantes al sistema.


2.2. Cuantificación del recurso hídrico superficial<br />

2.2.1. Caracterización climática<br />

Precipitaciones<br />

G. Baudino, 1996 24<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Las características climáticas del valle de Lerma están determinadas en gran<br />

medida por su configuración fisiográfica. La altura media sobre el nivel del mar del vaso<br />

del valle, los cordones de orientación predominante norte-sur y la presencia de abras y<br />

quebradas transversales en las serranías orientales son los principales factores<br />

condicionantes del clima.<br />

Las precipitaciones se producen en verano, entre los meses de diciembre y<br />

marzo, bajo la influencia del centro ciclónico estival denominado "baja térmica" (Bianchi,<br />

1981), que atrae los vientos húmedos provenientes del este, desde el anticiclón del<br />

Atlántico Sur.<br />

Las lluvias están controladas por los rasgos orográficos. Debido a la baja<br />

elevación de las serranías orientales, los vientos húmedos ingresan en el valle, donde son<br />

detenidos por los cordones situados al oeste, de más de 4.000 m.s.n.m., al pie de los<br />

cuales descargan casi la totalidad de la humedad. A consecuencia de ello existe una<br />

marcada diferencia en los registros pluviométricos de los flancos oriental (El Angosto,<br />

641 mm anuales) y occidental (San Lorenzo, 1354 mm anuales), Figura 2.2.2.<br />

También es notable una gradación de la media anual de precipitaciones en el<br />

sentido norte-sur, debida principalmente a la mayor elevación de las serranías orientales<br />

en la porción austral del valle, que impiden el ingreso de los vientos del este, reduciendo<br />

el total de agua caída a 358 mm anuales en la estación de Alemanía (Figura 2.2.2.).<br />

Las serranías que enmarcan el valle por el occidente constituyen una barrera<br />

natural para las precipitaciones provenientes del este. Esta configuración tiene como<br />

resultado no solo el aumento de las lluvias a barlovento de los cordones, sino también una<br />

disminución a sotavento de los mismos. La estación meteorológica de Ing. Maury, en la<br />

Quebrada del Toro, tiene un registro anual medio de 97 milímetros y está situada a<br />

escasos 30 kilómetros en línea recta de la localidad de Los Yacones, donde se miden<br />

1.411 mm/a (Figura 2.2.2.).<br />

La mayor parte de la superficie de las cuencas que aportan al valle de Lerma, se<br />

encuentran a sotavento de los contrafuertes de la Cordillera Oriental, por lo que podrían<br />

ser descriptos como "rain shadow desert", con precipitaciones medias menores a 200<br />

milímetros al año (Figura 2.2.1. ).


Figura 2.2.1: Isohietas medias anuales en las cuencas vertientes al valle de Lerma.<br />

G. Baudino, 1996 25<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma


<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Figura 2.2.2.:<br />

Detalle de la Figura 2.2.1.: Isohietas medias anuales en las cuencas adyacentes al valle de Lerma.<br />

G. Baudino, 1996 26


G. Baudino, 1996 27<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Los datos estadísticos de base con los que se cuenta son los registros<br />

pluviométricos de la empresa Ferrocarril Nacional General Belgrano (FCGB), de la<br />

Secretaría de Estado de Asuntos Agrarios (SEAA), de Agua y Energía Eléctrica de la<br />

Nación (AYEE) y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) publicados por<br />

este último organismo, (Bianchi, 1992, Tabla 2.2.1.).<br />

ESTACIONES PLUVIOMETRICAS<br />

No.<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

6<br />

7<br />

8<br />

9<br />

10<br />

11<br />

12<br />

13<br />

14<br />

15<br />

16<br />

17<br />

18<br />

19<br />

20<br />

21<br />

22<br />

23<br />

24<br />

25<br />

26<br />

27<br />

28<br />

29<br />

30<br />

31<br />

32<br />

33<br />

34<br />

35<br />

36<br />

37<br />

38<br />

39<br />

40<br />

41<br />

42<br />

43<br />

44<br />

45<br />

46<br />

47<br />

UBICACION<br />

Alemania<br />

Alvarado, Gral.<br />

Ampascachi<br />

Cabra Corral - Rio<br />

Cachi<br />

Camp.Central, AAYE.<br />

Campo Quijano<br />

Castanares<br />

Cerrillos<br />

Chicoana<br />

Chorrillos<br />

Colalao del Valle<br />

Cuesta del Obispo<br />

Dique Campo Alegre<br />

Dique los Sauces<br />

Dique Nivelador, Río Toro<br />

El Alisal<br />

El Angosto, Río Mojotoro<br />

El Volcán, Río de las Nieves<br />

Finca Los Remansos, Cerr.<br />

La Poma<br />

La Punilla, Río Calchaquí<br />

Las Flechas, Río Calchaquí<br />

La Merced<br />

Las Costas<br />

Los Yacones<br />

Maury, Ing.<br />

Moldes, Coronel<br />

Molinos, Rio Calchaqui<br />

Osma<br />

Peñas Bayas, Rio Corralito<br />

Pucará, El Angosto<br />

Potrero de Díaz<br />

Punta de Balasto<br />

Río San Alejo<br />

Río Santa Rufina<br />

Rosario de Lerma<br />

Salamanca, Rio Arenales<br />

Salta, Estacion FFCC<br />

San Fernando, Río Escoipe<br />

San Gabriel<br />

San Lorenzo<br />

Santa María<br />

Sola, M. Gobernador<br />

Talapampa<br />

Zuviría, Facundo (El Carril)<br />

20 de Febrero<br />

Y<br />

3545,1<br />

3554,3<br />

3550,0<br />

3569,4<br />

3483,1<br />

3560,8<br />

3535,9<br />

3546,6<br />

3551,4<br />

3551,3<br />

3525,6<br />

3503,7<br />

3516,7<br />

3564,1<br />

3503,9<br />

3533,8<br />

3528,1<br />

3571,0<br />

3550,7<br />

3555,4<br />

3478,9<br />

3516,4<br />

3485,2<br />

3551,0<br />

3551,3<br />

3552,9<br />

3523,0<br />

3553,5<br />

3471,0<br />

3553,4<br />

3531,2<br />

3470,8<br />

3539,9<br />

3485,1<br />

3559,2<br />

3560,7<br />

3542,2<br />

3539,8<br />

3559,4<br />

3526,2<br />

3560,9<br />

3550,4<br />

3494,5<br />

3515,8<br />

3544,8<br />

3550,7<br />

3547,9<br />

X<br />

7176,6<br />

7253,7<br />

7196,6<br />

7205,5<br />

7221,4<br />

7256,2<br />

7246,1<br />

7183,7<br />

7246,3<br />

7222,8<br />

7263,2<br />

7085,2<br />

7217,3<br />

7283,1<br />

7147,3<br />

7246,9<br />

7253,4<br />

7267,5<br />

7281,1<br />

7233,9<br />

7269,3<br />

7123,4<br />

7160,5<br />

7239,4<br />

7261,0<br />

7277,6<br />

7270,9<br />

7205,5<br />

7187,2<br />

7213,7<br />

7237,7<br />

7145,2<br />

7253,8<br />

7020,2<br />

7285,4<br />

7286,4<br />

7238,4<br />

7263,7<br />

7260,8<br />

7216,4<br />

7207,8<br />

7266,4<br />

7047,7<br />

7281,1<br />

7175,9<br />

7227,8<br />

7189,8<br />

COTA<br />

(msnm<br />

1175<br />

1204<br />

1112<br />

1100<br />

2260<br />

1168<br />

1520<br />

1133<br />

1253<br />

1270<br />

2112<br />

1700<br />

2790<br />

1398<br />

1700<br />

1520<br />

1811<br />

1078<br />

1650<br />

1140<br />

3015<br />

1500<br />

1900<br />

1250<br />

1226<br />

1550<br />

2359<br />

1104<br />

2150<br />

1135<br />

1575<br />

2245<br />

1490<br />

2005<br />

1505<br />

1560<br />

1332<br />

1764<br />

1187<br />

1980<br />

1114<br />

1487<br />

1950<br />

2556<br />

1115<br />

1170<br />

1105<br />

PERIODO<br />

34-74<br />

35-78<br />

34-76<br />

59-68<br />

57-61<br />

43-67<br />

35-78<br />

34-71<br />

34-78<br />

34-76<br />

36-78<br />

57-61<br />

57-61<br />

72-78<br />

43-56<br />

44-60<br />

35-78<br />

43-78<br />

48-61<br />

64-71<br />

74-78<br />

48-67<br />

46-53<br />

36-76<br />

71-78<br />

72-78<br />

41-78<br />

35-76<br />

43-67<br />

35-71<br />

44-67<br />

43-62<br />

46-66<br />

46-66<br />

45-54<br />

45-54<br />

35-78<br />

50-61<br />

34-78<br />

57-67<br />

43-67<br />

43-60<br />

74-78<br />

36-78<br />

34-71<br />

36-78<br />

36-71<br />

FUENTE<br />

Tabla 2.2.1.: Estaciones pluviométricas. Datos extraidos de Bianchi y Yañez (1992).<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

SEAA<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

SEAA<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

FCGB<br />

SEAA<br />

SEAA<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

AYEE<br />

FCGB<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

FCGB<br />

AYEE<br />

FCGB<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

AYEE<br />

INTA<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

FCGB<br />

P.MEDIA<br />

(mm)<br />

358<br />

647<br />

412<br />

388<br />

141<br />

629<br />

836<br />

363<br />

599<br />

552<br />

129<br />

160<br />

809<br />

871<br />

126<br />

919<br />

373<br />

641<br />

1092<br />

531<br />

121<br />

121<br />

122<br />

532<br />

742<br />

1411<br />

97<br />

429<br />

164<br />

513<br />

1333<br />

120<br />

1016<br />

310<br />

1038<br />

1155<br />

701<br />

985<br />

660<br />

375<br />

526<br />

1354<br />

160<br />

67<br />

376<br />

539<br />

379


G. Baudino, 1996 28<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Cabe destacar que como consecuencia de los procesos de privatización y<br />

recortes presupuestarios, han dejado de funcionar aproximadamente el noventa por<br />

ciento de las estaciones pluvimétricas de la zona de estudio (Bianchi, 1994 com.pers.).<br />

El carácter orográfico de las precipitaciones queda reflejado en la Figura 2.2.3.,<br />

donde pueden apreciarse tres tipos de relaciones entre la altura sobre el nivel del mar y<br />

la media anual precipitada.<br />

PRECIPITACIONES (mm)<br />

1600<br />

1400<br />

1200<br />

1000<br />

800<br />

600<br />

400<br />

200<br />

Figura 2.2.3.: Precipitaciones medias anuales vs. altura sobre el nivel del mar. Las cifras graficadas<br />

corresponden a los números de orden de las estaciones pluviométricas listadas en la Tabla 2.2.1. y<br />

ubicadas en el mapa de isohietas, Figura 2.2.1.<br />

El primer grupo de estaciones permite establecer una relación lineal, con un<br />

coeficiente de regresión de 0,68 y a partir de los 500 mm de precipitación media anual y<br />

1.100 m.s.n.m. responde a la ecuación<br />

P (mm) = - 806 + 1,2 * altura (m)<br />

12<br />

19<br />

8 21<br />

2<br />

4<br />

22 24<br />

14<br />

10 11<br />

5<br />

1<br />

38<br />

27<br />

26<br />

46 45 29 25<br />

1<br />

6<br />

31 43 39<br />

35 32 36 30 40<br />

28<br />

34<br />

37<br />

44<br />

si:<br />

P > 500 mm<br />

Altura > 1.100 y < 1.750 m.s.n.m.<br />

A este grupo de estaciones (recta de regresión - 1 - en la Figura 2.2.3.)<br />

pertenecen aquellas situadas en el vaso del valle, por debajo de los 1.750 metros de<br />

altura sobre el nivel del mar.<br />

13<br />

23<br />

15<br />

17<br />

16<br />

7<br />

3<br />

18<br />

9<br />

0<br />

0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500<br />

20<br />

33<br />

42<br />

41<br />

ALTURA (m.s.n.m.)<br />

2<br />

47<br />

Cuesta del Obispo


G. Baudino, 1996 29<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

El segundo grupo de estaciones pluviométricas (recta 2) comprende a las<br />

ubicadas por encima de los 1.750 metros de altura, ya fuera de los límites del valle, o<br />

bien como en la comarca austral, a sotavento de las cadenas montañosas que retienen<br />

los vientos húmedos provenientes del este. La relación lineal entre los parámetros<br />

graficados se invierte, ya que a mayor cota, las precipitaciones disminuyen con la<br />

siguiente relación:<br />

P (mm) = 556 - 0,18 * altura (m) (coeficiente de regresión 0,57)<br />

El tercer tipo de relación cota/precipitación está representado lamentablemente<br />

por un solo valor, correspondiente a la estación de Cuesta del Obispo, pero es<br />

representativo para un importante número de quebradas de rumbo este-oeste, como las<br />

de los ríos Corralito, Blanco, Usuri, de las Nieves, Santa Rufina, San Alejo, etc. que<br />

poseen las mismas características de orientación favorable respecto al ingreso de<br />

vientos húmedos y una altura tal en sus cabeceras de cuenca, que produce un efecto de<br />

barrera total para las precipitaciones. En estas quebradas no existen registros<br />

pluviométricos continuos, por tratarse de zonas extremadamente escarpadas y de difícil<br />

acceso, debido justamente a las copiosas lluvias estivales.<br />

Precipitacion media anual (mm)<br />

Precipitacion media anual (mm)<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

0<br />

a) Potrero de Diaz<br />

SET OCT NOV DIC ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO<br />

c) Cuesta del Obispo<br />

SET OCT NOV DIC ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO<br />

Figura 2.2.4.: Pluviogramas representativos de las<br />

tres situaciones geográficas tipificadas en relación<br />

con posición respecto a los cordones<br />

montañosos:<br />

a) Estación en el valle o su flanco occidental;<br />

b) Estación a sotavento de las barreras pluviales;<br />

c) Estación en quebradas con orientación<br />

favorable.<br />

La distribución fitogeográfica tiene estrecha dependencia con las características<br />

fisiográficas y climáticas mencionadas. Sobre las laderas del flanco oriental del valle, por<br />

encontrarse a sotavento de los vientos húmedos, crece un Bosque Chaqueño Serrano<br />

Precipitacion media anual (mm)<br />

250<br />

200<br />

150<br />

100<br />

50<br />

0<br />

b) Maury, Ing.<br />

SET OCT NOV DIC ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO


G. Baudino, 1996 30<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

con especies xerófilas adaptadas a las escasas precipitaciones (Cabrera, 1971).<br />

El vaso del valle, cubierto originalmente por este tipo de bosque, ha sido<br />

intensamente desmontado para dar lugar a la agricultura y ganadería. Los cultivos<br />

principales bajo riego, son tabaco y hortalizas, mientras que a secano se siembran<br />

cereales y legumbres.<br />

Las serranías del noroeste y oeste del valle se hallan cubiertas por bosque<br />

subtropical serrano, mientras que en algunas quebradas protegidas, por encima de los<br />

1.300 m.s.n.m. , se desarrolla la Selva Montana, con presencia de epífitas y lianas. Las<br />

elevaciones superiores a 2.000 m.s.n.m. se hallan cubiertas por los Pastizales Serranos<br />

(Cabrera, 1971).<br />

Los mapas de isohietas en detalle para cada una de las cuencas vertientes a las<br />

zonas de recarga se incluyen en el tratamiento de cada Sistema Acuífero.<br />

Temperaturas<br />

Las temperaturas medias anuales en el valle, cuyas isotermas tienen un trazado<br />

submeridiano, aumentan de 16 1C, al NNO, hasta 18 1C al SSE. Esta distribución de las<br />

temperaturas, así como el gradiente de precipitaciones dentro del clima subtropical<br />

serrano que caracteriza la región, determinan una zonación microclimática dentro del<br />

clima subtropical serrano que caracteriza la región .<br />

Si bien los inviernos son fríos y secos en todo el valle, las zonas septentrional y<br />

occidental gozan de veranos moderados y lluviosos. En la zona central los veranos son<br />

cálidos y las lluvias regulares, mientras que en la austral los veranos son calientes con<br />

lluvias escasas (Santillán de Andrés et al., 1968).<br />

Evapotranspiración<br />

La cuantificación del volumen de agua que egresa de un sistema hídrico por<br />

evapotranspiración es muy difícil. Tanto las mediciones directas como las indirectas,<br />

adolecen de serias falencias en cuanto a la representatividad de los datos obtenidos y<br />

las posibilidades de extrapolación o generalización de esta información.<br />

Las mediciones directas de evaporación se restringen, en el área de estudio, a las<br />

efectuadas en el Insituto Nacional de Tecnología Agropecuaria situado en Cerrillos y son<br />

representativas únicamente para el fenómeno de evaporación de una superficie de agua<br />

libre en el entorno de condiciones climáticas de la estación.<br />

En el resto del área de estudio solamente pueden aplicarse los métodos<br />

empíricos para el cálculo de evapotranspiración real de Thornthwaite o Blaney-Criddle,<br />

de escaso valor práctico para fines hidrogeológicos. Estas fórmulas han sido concebidas<br />

para su utilización en agronomía y requieren series de datos climáticos que no existen en<br />

la mayor parte de las altas cuencas, donde ocurre el grueso de las precipitaciones. Otros<br />

métodos como el semiempírico de Penmann adolecen del mismo problema, ya que


G. Baudino, 1996 31<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

requieren datos climáticos muy específicos inexistentes en la mayor parte de las<br />

estaciones climatológicas.<br />

El método empírico de Turc, para el cálculo de la evapotranspiración real, en<br />

principio brinda una buena apreciación cualitativa de la distribución geográfica de las<br />

condiciones de evapotranspiración, ya que utiliza solamente los parámetros precipitación<br />

y temperatura, de los cuales se tiene una cobertura <strong>regional</strong>.<br />

Se ha preferido por esta razón la estimación indirecta de la lámina de agua<br />

evapotranspirada, a partir de datos de aforo y pluviometría, por diferencia entre el<br />

volumen de agua precipitado y el escurrido. Como se dijo anteriormente, el componente<br />

de infiltración puede considerarse despreciable, ya que las secciones en las que se<br />

efectúa el balance (estaciones de aforo) se ubican prácticamente sobre basamento<br />

hidrogeológico, o bien sobre un reducido espesor de material permeable.<br />

Los valores obtenidos, si bien son solamente una aproximación cuantitativa,<br />

brindan una estimación de los volúmenes involucrados en el ciclo hidrogeológico.


2.2.2. Hidrología superficial<br />

G. Baudino, 1996 32<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Los ríos que drenan el valle de Lerma pertenecen a la vertiente atlántica. La<br />

porción septentrional , cuyo colector principal es el río Mojotoro, es tributario de la<br />

cuenca del río Bermejo, sistema del río Paraguay de acuerdo a la sistematización de<br />

Agua y Energía de la Nación (1983). El resto del área de estudio está surcado por ríos<br />

que pertenecen al cuenca del río Juramento, tributario del sistema del río Salado.<br />

Se cuenta con escasos datos de aforos de los cursos superficiales. Se procesó la<br />

información extraída de la Estadística Hidrológica 1994 de la Secretaría de Energía<br />

(S.E.) del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos. Las cuencas y<br />

subcuencas evaluadas y los cálculos efectuados con los datos de aforo pueden<br />

observarse en la Tabla 2.2.2. Las cuencas, subcuencas y estaciones de aforo están<br />

graficada en las Figuras 2.2.6., 2.2.7. y 2.2.8.<br />

DATOS DE AFOROS<br />

No<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

No<br />

6<br />

7<br />

8<br />

9<br />

10<br />

11<br />

12<br />

13<br />

14<br />

15<br />

16<br />

17<br />

18<br />

Río<br />

Mojotoro<br />

CUENCA RIO MOJOTORO<br />

De las Nieves<br />

Yacones<br />

San Alejo<br />

Santa Rufina<br />

S.Alejo +<br />

S.Rufina<br />

Río<br />

Juramento<br />

Arenales<br />

Arenales<br />

Arenales<br />

Toro<br />

Blanco<br />

Corralito<br />

Calchaquí<br />

Calchaquí<br />

Calchaquí<br />

Pucará<br />

Chuscha<br />

Sta.Maria<br />

Lugar<br />

El Angosto<br />

El Volcán<br />

Des. al Nieves<br />

San Alejo<br />

Santa Rufina<br />

Confluencia<br />

CUENCA RIO JURAMENTO<br />

Lugar<br />

C.Corral-La Puerta<br />

San Gabriel<br />

Potrero de Díaz<br />

Salamanca<br />

Campo Quijano<br />

Dique Nivelador<br />

Corralito<br />

La Punilla<br />

Los Sauces<br />

Las Flechas<br />

El Angosto<br />

Cafayate<br />

Pie de Medano<br />

Y<br />

3571,00<br />

3550,70<br />

3552,90<br />

3559,20<br />

3560,70<br />

3560,00<br />

Y<br />

3569,40<br />

3560,90<br />

3539,90<br />

3539,80<br />

3533,80<br />

3532,70<br />

3531,20<br />

3516,40<br />

3503,90<br />

3485,20<br />

3470,80<br />

3499,20<br />

3474,00<br />

X<br />

7267,50<br />

7281,10<br />

7277,60<br />

7285,40<br />

7286,40<br />

7284,50<br />

X<br />

7205,50<br />

7207,80<br />

7253,80<br />

7263,70<br />

7246,90<br />

7246,60<br />

7237,70<br />

7123,40<br />

7147,30<br />

7160,50<br />

7145,20<br />

7118,70<br />

7015,50<br />

Cota<br />

msnm<br />

Cota<br />

1078<br />

1650<br />

1550<br />

1505<br />

1560<br />

1490<br />

msnm<br />

1100<br />

1114<br />

1490<br />

1764<br />

1520<br />

1590<br />

1575<br />

1500<br />

1700<br />

1950<br />

2200<br />

1750<br />

1950<br />

Q m.a.<br />

m3/s<br />

Período<br />

15,200 42-84<br />

4,955 47-61<br />

1,220 47-61<br />

1,874 44-55<br />

2,680 44-55<br />

4,554 44-55<br />

Q m.a.<br />

m3/s<br />

Período<br />

29,500 34-68<br />

24,400 41-68<br />

6,994 44-67<br />

2,747 48-62<br />

6,446 29-61<br />

0,885 44-61<br />

5,277 43-61<br />

6,479 48-68<br />

7,420 30-60<br />

8,518 46-54<br />

3,553 40-63<br />

0,499 41-51<br />

2,46 70-83<br />

Vol.m.a.<br />

Hm3<br />

479,7<br />

156,4<br />

38,5<br />

59,1<br />

84,6<br />

144<br />

Vol.m.a.<br />

Hm3<br />

930,9<br />

770,0<br />

220,7<br />

86,7<br />

203,4<br />

27,9<br />

166,5<br />

204,5<br />

234,2<br />

268,8<br />

112,1<br />

15,7<br />

77,6<br />

Superfici<br />

e<br />

km2<br />

869<br />

303,2<br />

52,5<br />

33,2<br />

85,3<br />

118,5<br />

Superfici<br />

e<br />

km2<br />

32706,9<br />

6978,6<br />

296<br />

184,8<br />

4026,3<br />

31,4<br />

216,6<br />

22405,7<br />

11725,4<br />

10489,6<br />

2069,5<br />

116,1<br />

4009,1<br />

Qe<br />

l/s/km2<br />

Qe<br />

l/s/km2<br />

17,5<br />

16,3<br />

23,2<br />

56,4<br />

31,4<br />

38,4<br />

0,9<br />

3,5<br />

23,6<br />

14,9<br />

1,6<br />

28,2<br />

24,4<br />

0,3<br />

0,6<br />

0,8<br />

1,7<br />

R s/cca<br />

mm<br />

552,0<br />

515,7<br />

733,3<br />

1781,3<br />

991,5<br />

1212,8<br />

R s/cca<br />

Tabla 2.2.2.: Datos de aforos existentes en las cuencas que aportan al valle de Lerma, superficies de<br />

cuenca medidas de acuerdo la interpretación de imágenes satelitarias Landsat y resultados de los cálculos<br />

realizados.<br />

4,3<br />

0,6<br />

mm<br />

28,5<br />

110,3<br />

745,7<br />

469,1<br />

50,5<br />

889,4<br />

768,8<br />

9,1<br />

20,0<br />

25,6<br />

54,2<br />

135,6<br />

19,4


G. Baudino, 1996 33<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Se efectuó el cálculo del volumen medio anual (Vol.m.a.) escurrido para cada<br />

cuenca y subcuenca, y en base a la superficie, se obtuvo el caudal específico (Qe) y el<br />

escurrimiento sobre la cuenca (Rs/cca).<br />

El régimen de los ríos principales, Caldera, Vaqueros, Arenales, Rosario y<br />

Guachipas, tiene una estrecha vinculación con la estacionalidad de las lluvias. Por ésta<br />

razón las crecientes se producen entre enero y marzo. El aporte de las aguas de deshielo<br />

a los ríos Arenales, Caldera, Rosario y Guachipas, cuyas nacientes se encuentran a más<br />

de 6.000 m de altura sobre el nivel del mar, no ha sido cuantificado, ya que no existen<br />

mediciones.<br />

Durante el estiaje, los caudales mínimos se registran entre los meses de<br />

setiembre y noviembre, época en que gran parte de los caudales de los ríos se insume al<br />

ingresar en el vaso del valle y contribuye a la recarga de los acuíferos.<br />

Cuenca Mojotoro<br />

La cuenca hidrográfica del río Mojotoro drena una superficie de 835 km2. El<br />

caudal medio anual correspondiente al período 1942-84 es de 15,2 m3 /s, aforado en la<br />

estación El Angosto (S.E., 1994). El colector principal se forma en la unión de los ríos<br />

Caldera y Vaqueros. El primero, proveniente del norte, drena el dique Campo Alegre;<br />

tiene rumbo meridiano y recibe como afluentes a los ríos Santa Rufina , San Alejo,<br />

Yacones y de las Nieves o Wierna, caudalosos cursos fluviales que desaguan los<br />

cordones occidentales. El río Vaqueros se forma en la confluencia de los ríos Lesser y<br />

Castellanos, y con rumbo oeste-este atraviesa el sector septentrional del valle. En esta<br />

misma dirección, el río Mojotoro atraviesa la sierra homónima para unirse al río Lavayen,<br />

en el valle de Siancas.<br />

Cabe destacar que estas cuencas poseen un muy alto escurrimiento específico<br />

(mayor a 16 l/s/km2), debido a que por su orientación favorable y sus elevadas<br />

cabeceras de cuenca reciben importantes precipitaciones estivales, superiores a los<br />

1.400 milímetros anuales.<br />

El régimen de los ríos principales es pluvial, las crecientes se producen entre<br />

enero y marzo. El aporte de las aguas de deshielo no deja de ser importante, sobre todo<br />

para el río de Las Nieves, cuyas nacientes se encuentran a más de 6.000 m de altura<br />

sobre el nivel del mar.<br />

Durante el estiaje, los caudales mínimos se registran entre los meses de<br />

setiembre y noviembre, en los que el colector principal, el río Mojotoro, posee un caudal<br />

de 1,1 m 3 /s. El caudal permanente proviene de su afluente el río La Caldera, ya que el río<br />

Vaqueros (con un caudal mínimo medido en el quiebre de pendiente de 0,1 m 3 /s en el<br />

mes de octubre), se insume al ingresar al vaso del valle de Lerma.


G. Baudino, 1996 34<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Figura 2.2.5.: Mapa hidrológico de la cuenca Mojotoro, con la ubicación de las estaciones de aforo,<br />

listadas en la Tabla 2.2.2., utilizadas para los balances hidrológicos.<br />

Cuenca Juramento<br />

La superficie de la cuenca del Juramento correspondiente al área de estudio es<br />

de 32.700 km 2 . El gasto anual medio es de 29,5 m 3 / s, registrado en la estación de<br />

aforos La Puerta, sobre el río Juramento, en el período 1934-68 (S.E. 1994). Dicha<br />

estación se encontraba a corta distancia aguas abajo de la confluencia de los ríos<br />

Arenales y Guachipas, origen del colector principal. Actualmente en este sitio se<br />

encuentra emplazada la presa General Belgrano (Dique Cabra Corral).<br />

Los datos de aforo de la estación La Puerta corresponden al escurrimiento<br />

superficial total que abandona el valle, o sea la sumatoria de caudales de la subcuenca<br />

del río Arenales, proveniente del norte, más los de la subcuenca del río Guachipas desde<br />

el sur. La primera de las subcuencas cuenta con datos de aforo que representan toda la<br />

comarca septentrional del área de estudio (estación San Gabriel), pero lamentablemente


G. Baudino, 1996 35<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

no existen registros continuos de caudal sobre el río Guachipas en una posición cercana<br />

a la confluencia.<br />

Al Dique Cabra Corral aportan actualmente, por el norte, el río Arenales y por el<br />

sur el río Guachipas; desde el oeste los principales cursos son el río Chicoana, el río<br />

Chuñapampa y el río Ampascachi. (Figura 2.2.8.).<br />

El río Arenales nace con rumbo norte-sur entre los altos de Salamanca y el cordón<br />

de Lesser; al ingresar al valle cambia abruptamente de dirección y lo atraviesa en forma<br />

transversal hasta alcanzar su límite oriental, donde cambia nuevamente de dirección,<br />

adaptándose a la disposición submeridiana del borde de las serranías. Recibe en la<br />

cuenca media al río Arias y a pocos kilómetros al norte de su desembocadura en el<br />

embalse Cabra Corral se le une desde el oeste el río Rosario, su principal afluente. Este<br />

último tiene sus nacientes en la sierra de Chañi y el nevado de Acay, y es un importante<br />

curso que ingresa al valle por la imponente quebrada del Toro, de rumbo NNO-SSE<br />

(Figura 1.2.).<br />

El río Guachipas se forma con la unión del río de las Conchas y el río Alemanía. El<br />

primero drena los valles Calchaquí y Santa María, y se abre paso a través de las sierras<br />

de Carahuasi y León Muerto, con dirección suroeste-nordeste, por la quebrada de las<br />

Conchas. El segundo -río Alemanía- es el único curso fluvial importante de todo el<br />

sistema hidrográfico del área de estudio, que se origina en el flanco oriental del valle.


Figura 2.2.6.: Mapa hidrológico general, con los colectores principales.<br />

G. Baudino, 1996 36<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma


Figura 2.2.7.:Mapa hidrológico general, con la ubicación de las estaciones de aforo.<br />

G. Baudino, 1996 37<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma


G. Baudino, 1996 38<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Figura 2.2.8.:<br />

Cuencas hidrológicas y estaciones de aforo adyacentes al valle de Lerma (detalle de la Figura 2.2.7.).


G. Baudino, 1996 39<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

La cuenca del río Guachipas se desarrolla en un ambiente desértico a<br />

semidesértico, con precipitaciones medias anuales de 100 a 400 mm (Figura 2.2.1.). La<br />

escasez de lluvias se debe, como se dijo anteriormente, al efecto de las barreras<br />

orográficas. Si se comparan los caudales aforados en la estación San Gabriel (aporte de<br />

los ríos Rosario y Arenales) con los valores obtenidos en La Puerta (cuenca superior del<br />

Juramento), se comprueba que los primeros representan el 82,7 % del total, por lo que la<br />

contribución del resto de la cuenca es de apenas un 17,3 %<br />

La comparación de las superficies de las cuencas hidrográficas consideradas<br />

reflejan aún más la asimetría en la distribución de lluvias, ya que la cuenca vertiente en<br />

San Gabriel abarca una superficie de 6.979 km 2 , un 21,3 %, mientras que el resto de la<br />

unidad considerada -cuenca Guachipas- comprende 25.729 km 2 , un 78,7 %.<br />

Estas relaciones pueden apreciarse en el gráfico de la Figura 2.2.9., que refleja el<br />

gradiente de potencialidad hídrica de la cuenca del río Juramento, desde un máximo en<br />

el norte, a un mínimo en el sur.<br />

Volumen de escurrimiento en hm3<br />

2000<br />

1600<br />

1200<br />

800<br />

400<br />

0<br />

Subcuenca Arias-Arenales Subcuenca Guachipas<br />

Volumen anual escurrido Superficie de cuenca<br />

Figura 2.2.9.: Relación entre la superficie de la cuenca hidrológica y el volumen de escurrimiento medio<br />

anual de las dos subcuencas que componen la cuenca del río Juramento.<br />

En la subcuenca del río Arenales existen también notables diferencias en la<br />

relación caudal/superficie de cuenca (escurrimiento específico). El caso más<br />

significativo, por la importancia de estos cursos fluviales, es la comparación de las<br />

cuencas de los ríos Potrero (estación Potrero de Díaz) y Toro (estación Campo Quijano).<br />

A pesar de que la superficie de drenaje del río Toro es aproximadamente 13 veces<br />

mayor que la del río Potrero, el caudal registrado en la estación Potrero de Díaz es mayor<br />

que el medido en la de Campo Quijano.<br />

30<br />

25<br />

20<br />

15<br />

10<br />

5<br />

0<br />

Superficie de cuenca en km2<br />

(Miles)


G. Baudino, 1996 40<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

El régimen de los colectores mayores, Arenales, Rosario y Guachipas al ingresar<br />

al vaso del valle, responde a las precipitaciones estivales y las crecientes se producen<br />

entre enero y marzo.<br />

Durante el estiaje, los caudales mínimos se registran entre los meses de<br />

setiembre y noviembre, época en que gran parte de los caudales de los ríos se insume al<br />

ingresar en el vaso del valle.<br />

El río Arenales en la estación San Gabriel, después de haber atravesado toda la<br />

porción septentrional del valle, posee un régimen permanente, vinculado a las<br />

precipitaciones estivales, pero fuertemente influenciado por la regulación de los caudales<br />

a través de los acuíferos del valle, que descargan sus aguas en este curso fluvial.


2.2.3. Balance hídrico<br />

G. Baudino, 1996 41<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Como se dijo anteriormente la recarga principal de los sistemas acuíferos en<br />

explotación depende del caudal de escurrimiento superficial en la zona periférica del<br />

valle. Es de fundamental importancia el conocimiento de los volúmenes escurridos que<br />

ingresan al valle y lamentablemente existe un marcado déficit de información, en lo que a<br />

datos de aforo se refiere.<br />

Para cubrir este déficit se calcularon las láminas de agua precipitada media anual<br />

para cada cuenca y subcuenca aforada (Tabla 2.2.3.) y se las comparó con la Alámina<br />

media escurrida anual@ (valor que resulta de dividir el volumen escurrido anual por la<br />

superficie total de la cuenca).<br />

RELACION PRECIPITACION/ESCURRIMIENTO<br />

No<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

No<br />

6<br />

7<br />

8<br />

9<br />

10<br />

11<br />

12<br />

13<br />

14<br />

15<br />

16<br />

17<br />

18<br />

Cuenca<br />

Mojotoro<br />

CUENCA RIO MOJOTORO<br />

De las Nieves<br />

Yacones<br />

S.Alejo +<br />

S.Rufina<br />

Cuenca<br />

Juramento<br />

Arenales<br />

Arenales<br />

Arenales<br />

Toro<br />

Blanco<br />

Corralito<br />

Calchaquí<br />

Calchaquí<br />

Calchaquí<br />

Pucará<br />

Chuscha<br />

Sta.Maria<br />

Estación de aforo<br />

El Angosto<br />

El Volcán<br />

Des. al Nieves<br />

Confluencia<br />

CUENCA RIO JURAMENTO<br />

Estación de aforo<br />

C.Corral-La Puerta<br />

San Gabriel<br />

Potrero de Díaz<br />

Salamanca<br />

Campo Quijano<br />

Dique Nivelador<br />

Corralito<br />

La Punilla<br />

Los Sauces<br />

Las Flechas<br />

El Angosto<br />

Cafayate<br />

Pie de Medano<br />

Y<br />

3571,00<br />

3550,70<br />

3552,90<br />

3560,00<br />

Y<br />

3569,40<br />

3560,90<br />

3539,90<br />

3539,80<br />

3533,80<br />

3532,70<br />

3531,20<br />

3516,40<br />

3503,90<br />

3485,20<br />

3470,80<br />

3499,20<br />

3474,00<br />

X<br />

7267,50<br />

7281,10<br />

7277,60<br />

7284,50<br />

X<br />

7205,50<br />

7207,80<br />

7253,80<br />

7263,70<br />

7246,90<br />

7246,60<br />

7237,70<br />

7123,40<br />

7147,30<br />

7160,50<br />

7145,20<br />

7118,70<br />

7015,50<br />

Cota<br />

msnm<br />

Cota<br />

1078<br />

1650<br />

1550<br />

1490<br />

msnm<br />

1100<br />

1114<br />

1490<br />

1764<br />

1520<br />

1590<br />

1575<br />

1500<br />

1700<br />

1950<br />

2200<br />

1750<br />

R s/cca<br />

mm<br />

552,0<br />

515,7<br />

733,3<br />

1654,0<br />

R s/cca<br />

mm<br />

28,5<br />

110,3<br />

745,7<br />

469,1<br />

50,5<br />

889,4<br />

768,8<br />

9,1<br />

20<br />

25,6<br />

54,2<br />

135,6<br />

P s/cca<br />

mm<br />

919,0<br />

654,0<br />

1091,0<br />

1262,0<br />

P s/cca<br />

mm<br />

243,0<br />

391,0<br />

871,0<br />

771,0<br />

168,0<br />

1057,0<br />

Tabla 2.2.3.: Lámina media anual de agua escurrida y lámina media anual de agua precipitada en cuencas<br />

y subcuencas del valle de Lerma.<br />

En la Figura 2.2.10. se observa la relación existente entre la lámina de agua media<br />

anual precipitada y el concepto análogo Alámina de agua escurrida@, con un coeficiente<br />

de correlación de 0,94, en función de la fórmula:<br />

1950<br />

19,4<br />

847,0<br />

183,0<br />

179,0<br />

182,0<br />

173,0<br />

385,0<br />

162,0


G. Baudino, 1996 42<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

R (mm) = - 197 + 0,98 P (mm) Coeficiente de correlación = 0,94<br />

R = lamina media escurrida anual<br />

P = precipitación media anual<br />

Para la estimación de los volúmenes de escurrimiento superficial, en la cuencas<br />

vertientes al valle carentes de datos, se calculó la lámina media anual precipitada y<br />

este valor se introdujo en la fórmula deducida de la relación P/R constatada en cuencas<br />

aforadas.<br />

Precipitacion media anual (mm)<br />

1400<br />

1200<br />

1000<br />

800<br />

600<br />

400<br />

6<br />

200<br />

13 14 15<br />

18<br />

10 16<br />

0<br />

7 17<br />

9<br />

2<br />

1<br />

0 200 400 600 800 1000 1200 1400<br />

Escurrimiento sobre cuenca (mm)<br />

Figura 2.2.10.: Relación entre la lámina media anual precipitada y lámina media anual escurrida. Los<br />

números corresponden a las estaciones de aforo listadas en la Tabla 2.2.3.<br />

El escurrimiento subsuperficial, a través de los subálveos de los cursos fluviales,<br />

es de enorme importancia desde el punto de vista práctico, como fuente de<br />

abastecimiento de agua potable, (Baudino et al. 1992, 1993a y b). Sin embargo, en<br />

relación con los volúmenes del escurrimiento superficial, en las zonas estudiadas, puede<br />

considerarse que cae dentro del margen de error de las mediciones directas de los<br />

caudales fluviales y más aún de la estimación realizada para cuantificar la potencialidad<br />

de la recarga.<br />

En el caso del río de las Nieves por ejemplo, los ensayos de infiltración y los de<br />

bombeo efectuados por la Dirección de Obras Sanitarias de la Provincia (Rueda, 1993)<br />

brindan valores de permeabilidad de hasta 30 m/d, la pendiente media piezométrica es<br />

del 2% y con una sección drenante máxima de 20.000 m2, puede calcularse un caudal<br />

3<br />

8<br />

12<br />

11<br />

4


G. Baudino, 1996 43<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

subálveo de 0,15 m3/s, que comparado con los 4,955 m3/s de caudal medio anual<br />

superficial, resulta poco significativo.<br />

Se considerará entonces como recarga potencial al volumen de agua superficial<br />

disponible para la infiltración en las áreas de recarga, determinadas desde un punto de<br />

vista geológico-geomorfológico e hidrodinámico. Esta estimación de la recarga potencial<br />

debe tomarse como una aproximación cuantitativa y sobre todo como una medida<br />

comparativa entre los diferentes Sistemas Acuíferos considerados. Los resultados<br />

obtenidos se detallan en el tratamiento de cada uno de los Sistemas Acuíferos.


G. Baudino, 1996 44<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

2.3. Caracterización y dimensionamiento del medio físico de circulación<br />

2.3.1. Geología<br />

Si bien los acuíferos actualmente explotados se encuentran en sedimentos<br />

cuaternarios, las cuencas hidrológicas que aportan a la recarga se desarrollan en su<br />

mayor extensión sobre afloramientos de rocas precuaternarias, cuya litología y estructura<br />

condicionan tanto los regímenes hídricos superficiales como la calidad química de las<br />

aguas que alimentan los niveles productivos.<br />

Por otra parte las direcciones de flujo hídrico subterráneo tienen una estrecha<br />

vinculación con la historia de la depositación de los sedimentos cuaternarios y su<br />

posterior reelaboración morfológica.<br />

2.3.1.1. Introducción<br />

El valle de Lerma es una depresión tectónica ubicada en la provincia geológica<br />

Cordillera Oriental (Turner, 1971). La estructura de esta provincia, que es la prolongación<br />

austral de las Cordillera Oriental y Central de Bolivia, responde a esfuerzos compresivos<br />

en sentido oeste-este que han producido un intenso fallamiento y plegamiento de rumbo<br />

submeridiano. Dentro de este marco tectónico, existen "lineamientos transversales"<br />

(Salfity, 1985 ), conjugados al rumbo andino, vinculados a rasgos tectónicos y<br />

topográficos tanto actuales como paleogeográficos.<br />

Uno de estos lineamientos, el denominado Calama-Olacapato-El Toro (COT), )<br />

atraviesa el área de estudio en sentido NO-SE y la divide en dos comarcas, septentrional<br />

y austral, con características estructurales, estratigráficas y geomorfológicas distintivas<br />

(Alonso, 1986). La expresión superficial de este lineamiento puede advertirse en la<br />

quebrada del río Toro, en el flanco occidental, y en el rumbo de las estructuras principales<br />

de la sierra de Castillejo, en el borde oriental.<br />

La porción de la Cordillera Oriental situada al sur de la megatraza COT fue<br />

denominada subprovincia Cumbres Calchaquíes por Baldis et al. (1976). La principal<br />

diferencia con el sector septentrional del área de estudio es la total ausencia de<br />

sedimentitas cambro-ordovícicas y un gran desarrollo de las secuencias cretácicoeogénicas<br />

del Grupo Salta (Figuras 2.3.3. y 2.3.4.).<br />

Las rocas que caracterizan las comarcas septentrional y austral tienen influencia<br />

sobre las propiedades hidrogeoquímicas de los diferentes Sistemas Acuíferos. Mientras<br />

que las rocas del paleozoico inferior que afloran al norte del lineamiento del Toro poseen<br />

un bajo contenido en sales solubles, gran parte de las sedimentitas cretácico-eogénicas<br />

contienen sales, que generan un incremento de la mineralización de las aguas<br />

superficiales y subterráneas.


2.3.1.2. Estratigrafía<br />

G. Baudino, 1996 45<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

La diferenciación de la subprovincia Cumbres Calchaquíes, dentro de la provincia<br />

geológica Cordillera Oriental, en lo que respecta a su estratigrafía, está indicada en el<br />

Cuadro Estratigráfico (Figura 2.3.1.), donde se han sintetizado las distintas unidades<br />

litoestratigráficas que se encuentran en el área de estudio al norte y al sur del lineamiento<br />

COT.<br />

En forma sucinta se describen las características litológicas de las unidades<br />

aflorantes:<br />

Precámbrico - Cámbrico Inferior<br />

Grupo Lerma (Salfity et al., 1976; nom.emend. Baldis y Omarini, 1984)<br />

Está constituido, en su base, por la Formación Sancha: sedimentitas arcillosas<br />

con estratificación fina y colores claros, probablemente no metamórficas o<br />

leptometamórficas, que se restringen a la sierra de Castillejo, al norte de la megatraza<br />

COT. Por encima se disponen las calizas de la Formación Las Tienditas, restringidas al<br />

mismo ámbito que la Formación Sancha, y la Formación Puncoviscana, que es la más<br />

importante por la extensión de sus afloramientos. Suprayace la Formación Corralito,<br />

conglomerádica, que se observa en las adyacencias de Campo Quijano.<br />

Formación Puncoviscana (Turner y Mon, 1979)<br />

Constituida por filitas y grauvacas de colores gris oscuro, castaño, rojizo y<br />

morado, de origen marino, en general está atravesada por venas de cuarzo lechoso. Esta<br />

formación ha sufrido un metamorfismo <strong>regional</strong> de bajo grado y un intenso plegamiento y<br />

fracturación en sucesivos acontecimientos diastróficos. Los afloramientos de esta unidad<br />

ocupan extensas superficies en las serranías occidentales del valle, coincidiendo en<br />

general con la máximas elevaciones.<br />

Paleozoico<br />

Cámbrico<br />

Grupo Mesón (Turner y Mon, 1979)<br />

Este grupo sólo aflora al norte del lineamiento COT, apoyado en discordancia<br />

sobre las leptometamorfitas precámbricas. Son areniscas cuarcíticas gris blanquecinas y<br />

rosadas, tenaces, con algunas intercalaciones de pelitas verdes.


Ordovícico<br />

Grupo Santa Victoria (Turner, 1960)<br />

G. Baudino, 1996 46<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Este grupo está integrado por cuarcitas y areniscas cuarcíticas de colores claros y<br />

arcilitas arenosas de tonalidades verdosas y amarillentas. La cuenca ordovícica estuvo, al<br />

igual que la cámbrica, restringida al norte de la megatraza COT. Sus afloramientos<br />

constituyen la mayor parte de la sierra de Mojotoro, en la que Moya (1988) distingue, en<br />

sentido ascendente, las Formaciones La Pedrera, San José, Caldera, Floresta, Aspero,<br />

San Bernardo, Mojotoro y Santa Gertrudis, que asigna al Ordovícico Inferior.<br />

Mesozoico<br />

Cretácico-Eoceno<br />

Grupo Salta (Turner, 1959)<br />

Constituido predominantemente por conglomerados y areniscas en la base.<br />

areniscas calcáreas y calizas en la sección media y pelitas calcáreas en la sección<br />

superior, está dividida en tres subgrupos, de base a techo:<br />

Subgrupo Pirgua (Reyes y Salfity, 1973)<br />

En el área de estudio se restringen a la porción austral, ya que la comarca situada<br />

al norte del lineamiento COT se comportó como un área positiva (dorsal Salto-Jujeña)<br />

durante la deposición de este grupo. De colores típicamente pardo rojizos, está<br />

compuesto por conglomerados con intercalaciones de areniscas y basaltos. Los<br />

afloramiento más importantes se encuentran en el extremo austral del valle. Las<br />

formaciones que lo componen, en sentido ascendente, son: La Yesera, Las Curtiembres y<br />

Los Blanquitos.<br />

Subgrupo Balbuena (Moreno, 1970)<br />

Es transgresivo sobre la unidad anterior. Existen algunos afloramiento aislados en<br />

la comarca septentrional del valle, apoyados sobre Paleozoico o Precámbrico. En el área<br />

de estudio está constituido por tres unidades formacionales : Lecho, Yacoraite, y El Tunal,<br />

cuya litología está caracterizada por areniscas, areniscas calcáreas y calizas de colores<br />

gris amarillentas y gris verdosas.<br />

Subgrupo Santa Bárbara (Moreno, 1970)<br />

Se asienta en concordancia sobre el subgrupo anterior, y tiene también carácter<br />

transgresivo. Los mayores espesores se encuentran hacia el sur del valle, con el<br />

progresivo enarenamiento de las unidades formacionales que lo componen, Mealla, Maíz<br />

Gordo y Lumbrera. Está integrado en su base por margas y areniscas rojas, en su parte<br />

media por areniscas blanquecinas con intercalaciones de pelitas calcáreas verdes y<br />

bancos estromatolíticos y en la sección superior, por areniscas y pelitas de color rojizo,<br />

con la intercalación de una faja de pelitas polícromas.


Figura 2.3.1.: Cuadro Estratigráfico General<br />

G. Baudino, 1996 47<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma


Cenozoico<br />

Terciario<br />

Grupo Orán (Russo, 1972)<br />

G. Baudino, 1996 48<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Se asienta en discordancia erosiva sobre las secuencias del Subgrupo Santa<br />

Bárbara y está integrado por los Subgrupos Metán y Jujuy:<br />

Subgrupo Metán (Russo, 1972)<br />

Compuesto por areniscas finas a mediana, deleznables y de color pardusco,<br />

presenta en la base intercalaciones de bancos calcáreos. La formaciones que lo<br />

componen, de base a techo, son: Río Seco, Anta y Jesús María, que se encuentran<br />

restringidas a la comarca austral del área de estudio.<br />

Subgrupo Jujuy (Russo, 1972)<br />

Ampliamente difundido en las estructuras anticlinales que enmarcan el valle por el<br />

oeste, está constituido por dos formaciones: Guanaco y Piquete. En la inferior<br />

predominan conglomerados finos y areniscas conglomerádicas, mientras que en la<br />

superior, conglomerados gruesos y areniscas medianas a gruesas.<br />

Cuaternario<br />

Los sedimentos de esta edad se asientan, en su gran mayoría, sobre unidades del<br />

Terciario, que constituyen la base de la cuenca cuaternaria. Gallardo (1985) diferencia<br />

tres unidades formacionales: Formación Calvimonte, Formación Tajamar y Formación La<br />

Viña.<br />

Formación Calvimonte (Gallardo, 1985)<br />

Constituye la base del relleno cuaternario del valle y por lo tanto abarca<br />

prácticamente toda su extensión. El perfil tipo se ubica en el sector central del valle y su<br />

exposición no supera los 10 metros de espesor, ya que la base se halla cubierta.<br />

En este perfil, la unidad está conformada por gravas medianas gris oscuras, friables y<br />

macizas, con clastos subredondeados de grauvacas, areniscas, cuarcitas y<br />

cristaloclastos de cuarzo; la matriz es arena cuarzosa, castaño amarillenta pálida. En el<br />

techo de la formación, Gallardo (op.cit.) describe dos bancos de fangolita castaño clara.<br />

El mayor desarrollo de esta unidad se encuentra en el subsuelo donde, en base a<br />

la información brindada por sondeos mecánicos, posee una gran variación en su<br />

granometría, que abarca desde gravas con bloques en el flanco occidental del valle,<br />

hasta arenas gruesas a medianas en el borde oriental. La matriz también varía en<br />

tamaño de grano desde arenosa gruesa hasta limo-arcillosa, con igual gradiente de<br />

oeste a este.


G. Baudino, 1996 49<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

En cuanto al espesor, en las perforaciones más profundas que la atraviesan<br />

(AS0566,198,5 m; AS0572, 202 m, AS0602, 240m) no existen evidencias de haber<br />

alcanzado la base de la formación.<br />

Cabe destacar que en la porción austral del valle el pasaje entre el techo de la<br />

Formación Piquete y la base de la Formación Calvimonte es muy difícil de distinguir<br />

(González, 1996, com.pers.) y probablemente se trate de un pase transicional en algunos<br />

sectores de la cuenca. La ausencia de fósiles no permite la correlación de perfiles en<br />

superficie y la similitud litológica con las sedimentitas de edad Terciaria dificulta su<br />

diferenciación en subsuelo.<br />

A través de la información indirecta brindada por sondeos eléctricos verticales<br />

realizados por diversos autores (Baudino, et al., 1993a, b y c; Butrón, 1976; Fuertes et al.,<br />

1975, 1986a y c; García, 1985; García et al. 1991a y b, Soler, 1991), puede indentificarse<br />

una discontinuidad muy conspicua en las características resistivas de las entidades<br />

litológicas más superficiales. Esta discontinuidad puede correlacionarse, en las<br />

perforaciones AS0453, AS0534, AS0606 y ASP1390, con cambios litológicos<br />

significativos, ya que los sedimentos de granometría muy gruesa pasan en profundidad a<br />

entidades de menor tamaño de grano. En las perforaciones citadas es posible, con un<br />

gran margen de duda, asignar esta discontinuidad geofísica al contacto entre la<br />

Formación Calvimonte y las secuencias terciarias que constituyen la base de la cuenca.<br />

Los espesores aproximados de las entidades litológicas asimilables a<br />

sedimentos cuaternarios, inferidos a partir de datos directos de sondeos mecánicos e<br />

indirectos de sondeos geoeléctricos, están graficados en las figuras 2.3.5. y 2.3.6.<br />

Puede apreciarse un espesor máximo, situado en la porción septentrional del valle, entre<br />

el flanco occidental y los Cerrillos de San Miguel, que se corresponde con la mayor<br />

capacidad de carga de los cursos fluviales provenientes del oeste.<br />

Formación Tajamar (Gallardo, 1985)<br />

Se asienta en concordancia sobre la Formación Calvimonte y está constituida por<br />

pelitas de color rosado, naranja grisáceo, friables, con estratificación fina a muy fina e<br />

interna laminar. Posee intercalaciones de arena marrón amarillenta pálida.<br />

El perfil tipo aflora en la porción austral del valle, en el arroyo Tajamar, donde<br />

posee un espesor de 8 metros. Su origen es lacustre y la extensión areal abarca la mayor<br />

parte del eje de la porción austral del valle de Lerma, mientras que en la porción<br />

septentrional sus afloramientos se encuentran en el borde sudoriental (Figuras 2.3.7. y<br />

2.3.8.).<br />

Al norte de la localidad de San Agustín, la Formación Tajamar se encuentra<br />

cubierta, pero las perforaciones situadas entre los Cerrillos de San Miguel y la sierra de<br />

Mojotoro atraviesan sedimentos arcillosos que por su posición topográfica podrían<br />

correlacionarse con la Formación Tajamar. Al este de los Cerrillos no se detectan<br />

sedimentos pelíticos, mientras que la extensión máxima hacia el norte se ubicaría en el<br />

centro de la ciudad de Salta (Figuras 3.1.1., 3.4.2. y 3.4.3.).


Formación La Viña (Gallardo, 1985)<br />

G. Baudino, 1996 50<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Está conformada por grava mediana a gruesa gris pardusca, arena, arena limosa,<br />

limo arenoso y ceniza volcánica. Se apoya en discordancia erosiva sobre las<br />

Formaciones La Viña y Calvimonte y tiene una distribución muy amplia en el valle de<br />

Lerma, ya que constituye gran parte de los abanicos aluviales y depósitos de pie de<br />

monte.<br />

Litologicamente presenta una gradación decreciente, desde el ápice de los<br />

abanicos aluviales hasta la parte distal. Las gravas de los sectores apicales son<br />

medianas a gruesas, en parte muy gruesas, constituidas por litoclastos de grauvacas,<br />

areniscas calcáreas, calizas y rodados de cuarzo; la matriz es arena castaño amarillenta<br />

pálida. Las arenas que caracterizan las porciones medias de los cuerpos aluviales son<br />

cuarzosas, castaño pálidas.<br />

En el perfil tipo, situado en el flanco occidental de la porción austral del valle,<br />

suprayace a la Formación Tajamar y su espesor alcanza los diez metros. En esta misma<br />

comarca, en la base de la formación, se encuentran bancos discontinuos y de escasa<br />

distribución areal de cenizas volcánicas gris rosadas. En los sectores donde no se<br />

depositó la Formación Tajamar, la diferenciación entre las Formaciones Calvimonte y La<br />

Viña solo es posible en caso de encontrar depósitos piroclásticos correlacionables.<br />

Figura 2.3.2.: Cuadro Estratigráfico del Cenozoico


2.3.1.3. Estructura<br />

G. Baudino, 1996 51<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Macroestructuralmente el valle de Lerma se encuentra en el borde oriental de un<br />

bloque sobrecorrido hacia el este por efectos del "Frente de Fracturación Tacónico<br />

Oriental" (Baldis et al., 1976) o "Frente Oclóyico Oriental" (Turner y Méndez, 1975).<br />

Las serranías situadas al naciente del valle han sido elevadas por la fallas inversas<br />

buzantes al oeste, ubicadas fuera del área de estudio, que conforman este frente. Los<br />

cordones nororientales, sierra de Mojotoro, (Figura 1.2.) conforman un anticlinal complejo,<br />

vergente al este con rumbo submeridiano, donde afloran sedimentitas precámbricas y<br />

paleozoicas inferiores de la Formación Puncoviscana, Grupo Mesón y Grupo Santa<br />

Victoria.<br />

En la comarca en que la megatraza COT atraviesa las serranías del borde oriental<br />

del valle, se observan variaciones en la dirección y vergencia de las estructuras, como en<br />

el extremo sur de la sierra de Mojotoro y las de Sancha y Castillejo, que adoptan un<br />

rumbo NO-SE. Al sur del lineamiento las Cumbres de Peñas Blancas y la sierra de los<br />

Planchones conforman anticlinales de rumbo norte-sur, fallados en sus flancos<br />

occidentales (Vergani y Stark, 1989).<br />

Los sistemas serranos occidentales han sido elevados por un abanico de fallas<br />

inversas que inclinan al oeste. En el cordón de Lesser, límite noroeste del área de<br />

estudio, afloran casi exclusivamente la Formación Puncoviscana y secuencias del<br />

Paleozoico Inferior, con pequeñas expresiones de los Subgrupos Balbuena y Santa<br />

Bárbara. Estructuralmente conforma un sistema imbricado de fallas de empuje, que se<br />

reúnen en una falla de suela o basal.<br />

Al sur del lineamiento COT, las elevaciones del poniente están conformadas por el<br />

bloque de los cerros Manzano y Malcante. Afloran principalmente secuencias<br />

precámbricas, en las que se distingue un sistema de fallas de rumbo meridional y otro<br />

transversal (Aguilera, 1988).<br />

El extremo austral de este sistema serrano está constituido por los cerros Bravo,<br />

Sunchal, Agua de Castilla y Loma Larga, entre otros, que son bloques elongados, de<br />

rumbo andino, limitados en sus flancos occidentales por importantes fallas buzantes al<br />

naciente. Los máximos topográficos coinciden, en su mayoría, con afloramientos de<br />

secuencias precámbricas, mientras que en las adyacencias del vaso del valle, los grupos<br />

Salta y Orán se disponen en anticlinales y sinclinales de rumbo NNE-SSE (Aguilera,<br />

1988).<br />

La depresión tectónica está enmarcada al este y al oeste por fallas antitéticas<br />

respecto a las que generan las elevaciones, mientras que en el fondo del valle puede<br />

inferirse una estructura sinclinal, tanto en el extremo septentrional, entre las sierras de<br />

Vaqueros y Mojotoro, como en el austral entre la mesada del Tobar y las lomadas de<br />

Guachipas. Los ejes de ambos sinclinales buzan hacia el centro de la depresión, donde<br />

el ensanchamiento del vaso y la presencia de los Cerillos de San Miguel complican la<br />

reconstrucción estructural (Aguilera, 1988).


2.3.1.4. Historia geológica<br />

G. Baudino, 1996 52<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Existen evidencias paleogeográficas de que la megatraza COT ha actuado desde<br />

el Precámbrico regulando la depositación del Grupo Lerma. Tras la fase Tilcárica, en que<br />

culmina la sedimentación precámbrica, tanto el Grupo Mesón como el Grupo Santa<br />

Victoria se depositaron únicamente al norte del lineamiento. Un largo hiato separa a las<br />

secuencias cretácicas de las anteriores. La cuenca mesozoica se inicia en el<br />

Neocomiano y se desarrolla, en su fase inicial, al sur del lineamiento COT y debido a una<br />

fuerte subsidencia, con las potentes acumulaciones continentales del Subgrupo Pirgua.<br />

La cuenca es sostenidamente transgresiva hacia el norte, de forma tal que los últimos<br />

términos, Formación Yacoraite en facies de borde de cuenca, se depositaron en la<br />

comarca septentrional del área de estudio.<br />

Tras la fase Incaica, en que culmina la deposición del Grupo Salta, comienza la<br />

sedimentación del Grupo Orán. La fase Pehuenche, produce una mayor reactivación de<br />

las áreas de aporte, al igual que la fase Quechua, entre las formaciones Guanaco y<br />

Piquete, pertenecientes al subgrupo Jujuy.<br />

La fase Diaguita pone fin al período Terciario y es la más importante para la<br />

región, ya que produce la elevación, plegamiento y fracturación de todo el edificio andino.<br />

A partir de la fase Diaguita se han producido fenómenos tectónicos, como el fallamiento<br />

que se observa en mantos aluvionales aterrazados al naciente de Guachipas (Aguilera,<br />

1988), pero los principales acontecimientos se deberían a movimientos epirogénicos<br />

interpretados por Salfity (1971) como los responsables de una modificación morfológica<br />

sustancial del valle de Lerma durante el Cuaternario.<br />

El primer movimiento epirogénico elevó las serranías orientales del valle que, al<br />

ser ascendidas, obstruyeron el flujo de los ríos hacia el este y dieron como resultado un<br />

drenaje endorreico. La Formación Calvimonte (Gallardo, 1985) corresponde a los<br />

depósitos aluviales originados por los ríos provenientes del oeste, mientras que la<br />

Formación Tajamar (Gallardo, 1985), concordante con la anterior, se habría formado en<br />

un ambiente lacustre somero, correspondiente a un lago natural elongado en sentido<br />

meridional, ubicado en el borde oriental de la cuenca.<br />

El segundo movimiento epirogénico produjo un nuevo ascenso de las serranías<br />

que rodean el valle de Lerma y el basculamiento de los bloques hacia el este. La<br />

reactivación del poder erosivo de los ríos situados en el flanco oriental de las sierras del<br />

naciente, permitió que, por erosión retrocedente, capturaran el sistema de drenaje del<br />

valle. De esta forma los ríos Mojotoro en el norte, y Juramento en el sector central,<br />

incorporaron esta cuenca endorreica a la vertiente atlántica.<br />

El cambio de nivel de base local tuvo un vigoroso efecto morfogénico,<br />

erosionando las formaciones Calvimonte y Tajamar. Las imponentes terrazas que se<br />

observan en los ríos Toro y Manzano, entre otros, así como los extensos depósitos de<br />

limos y arcillas en el tramo central del valle (Figuras 2.3.7 y 2.3.8.), son testimonios de<br />

estos acontecimientos. Generados por los procesos morfogenéticos actuales, se<br />

encuentran los sedimentos que cubren los extensos conos aluviales formados por los ríos<br />

que drenan el flanco occidental del valle, y que fueron asignados por Gallardo (1985) a la<br />

Formación La Viña.


G. Baudino, 1996 53<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Las dataciones efectuadas en tobas y cenizas volcánicas, así como las basadas<br />

en paleomagnetismo (Malamud et al. 1996), indican que la Formación Calvimonte<br />

comenzó a depositarse a partir de la fase Diaguita (aprox. 1,3 M.a.).<br />

La sedimentación de la Formación Tajamar ocurrió con anterioridad a los 0,1 M.a., tal<br />

como lo atestigua la edad de las tobas provenientes de la base de la Formación La Viña<br />

(Malamud, op.cit.).


Figura 2.3.3.: Mapa geológico simplificado del valle de Lerma, porción septentrional.<br />

G. Baudino, 1996 54<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma


Figura 2.3.4.: Mapa geológico simplificado del valle de Lerma, porción meridional.<br />

G. Baudino, 1996 55<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma


G. Baudino, 1996 56<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Figura 2.3.5.:<br />

Espesor de litologías asimilables a sedimentos cuaternarios en el valle de Lerma, porción septentrional.


G. Baudino, 1996 57<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Figura 2.3.6.:<br />

Espesor de litologías asimilables a sedimentos cuaternarios en el valle de Lerma, porción meridional.


2.3.2. Geomorfología<br />

2.3.2.1. Introducción<br />

G. Baudino, 1996 58<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Los relieves positivos que enmarcan el valle de Lerma son producto del ascenso<br />

tectónico respecto a la actual depresión. Los principales procesos morfogénicos que<br />

actúan sobre estos elementos positivos son la erosión fluvial y la remoción en masa.<br />

En el vaso del valle predominan las geoformas de acumulación de origen fluvial,<br />

producto de la denudación del relieve primario. Desde el punto de vista hidrogeológico<br />

son de especial interés estas geoformas de acumulación cuaternarias, ya que en estos<br />

cuerpos sedimentarios modernos se encuentran los principales acuíferos.<br />

Desde el punto de vista morfogénico pueden distinguirse, en el vaso del valle de<br />

Lerma, dos ambientes claramente diferenciados. La comarca septentrional se<br />

caracteriza por un progresivo aluvionamiento, a través de aportes provenientes<br />

predominantemente del flanco occidental. La austral sufre, por el contrario, una activa<br />

disección por parte del drenaje superficial (Salas, 1978).<br />

Debido al carácter orográfico de las lluvias, el primero recibe hasta 1.400 mm/a,<br />

mientras que el segundo menos de la mitad de este valor. En consecuencia, los procesos<br />

morfogénicos que modelan el relieve en la comarca septentrional, actúan con mayor<br />

intensidad en el flanco occidental que en el oriental.<br />

Los caudalosos ríos que drenan la vertiente occidental acarrean hasta el valle una<br />

cuantiosa carga sólida, que depositan en extensos abanicos aluviales. La coalescencia<br />

de estos cuerpos sedimentarios ha configurado la pendiente general hacia el este del<br />

tramo medio del vaso. Los abanicos aluviales de los ríos Toro-Rosario y Arenales son los<br />

más importante de estos depósitos, lo que se corresponde con las magnitud de sus<br />

cuencas.<br />

En el extremo septentrional del valle los acarreos de los ríos de las Nieves y San<br />

Alejo condicionan al río La Caldera a recostarse sobre la sierra de Mojotoro. Actualmente<br />

el río La Caldera se une al río Vaqueros y tras un brusco cambio de dirección, abandona<br />

el valle. De acuerdo a Medina (1981) hasta comienzos del Cuaternario el río La Caldera<br />

continuaba en dirección sur hasta confluir con el río Arenales, por lo que integraba el<br />

sistema del río Juramento. Posteriormente un curso que drenaba el flanco oriental de la<br />

sierra de Mojotoro capturó al río La Caldera, desviando sus caudales hacia el este. El<br />

cauce abandonado, sobre el que se asienta el sector oriental de la ciudad de Salta<br />

Capital, puede reconocerse por diversas evidencias de subsuelo y tiene consecuencias<br />

hidrogeológicas relevantes, como se verá más adelante.<br />

La vertiente oriental del valle posee una red de drenaje incipiente, y los depósitos<br />

sedimentarios originados por ésta son de escaso desarrollo areal.<br />

En el tramo austral del área de estudio, denominado valle de Guachipas por Salas<br />

(1978), el proceso morfogénico predominante es la disección de los depósitos<br />

cuaternarios situados en el amplio sinclinal por donde escurre el río Guachipas,<br />

efectuada principalmente por los tributarios que corren en sentido perpendicular al


colector principal.<br />

G. Baudino, 1996 59<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

La asimetría en la intensidad de los agentes erosivos es menos acusada que en el<br />

sector septentrional, razón por la cual los depósitos modernos del flanco oriental<br />

adquieren cierta importancia, como en la fosa de La Florida, al pie de la sierra del<br />

Cebilar (Figura 2.3.4.), paralela al rumbo del valle principal (Moya Ruiz, 1989).<br />

2.3.2.2. Unidades geomorfológicas principales<br />

Dentro de las geoformas cuaternarias se destacan las siguientes (Figuras 2.3.7. y<br />

2.3.8.):<br />

Abanicos aluviales<br />

Son las formas de acumulación más conspicuas del valle y ocupan la mayor parte<br />

de su superficie. La génesis de estos cuerpos está relacionada con el régimen fluvial,<br />

caracterizado por crecientes estivales de gran magnitud y elevada capacidad de carga.<br />

En invierno los caudales disminuyen sensiblemente y gran parte de los ríos se insume a<br />

poco de ingresar a la depresión.<br />

Los cauces actuales son del tipo entrelazado y en las crecientes arrastran una<br />

gran cantidad de material sólido, que la meteorización física y la remoción en masa<br />

ponen a disposición en las cabeceras. La disminución de la pendiente al ingresar en la<br />

depresión produce una pérdida en la capacidad de transporte y esto lleva a la<br />

depositación de la carga sólida y en consecuencia al ascenso del fondo del lecho fluvial,<br />

sobre todo en las adyacencias del ingreso al valle. Frecuentemente esta situación genera<br />

el desvío de los cursos, que tienden a escurrir hacia zonas topográficas más deprimidas.<br />

Los materiales que conforman los ápices de los abanicos aluviales, debido al proceso<br />

anteriormente descrito, son muy gruesos y de mala selección.<br />

Tras las crecientes, la baja de caudal conlleva a una disminución en la<br />

competencia y los cursos solamente arrastran material fino, dejando en la superficie de<br />

los cauces los tamaños de grano mayores. Esto genera un aumento en la granometría, y<br />

en consecuencia de la permeabilidad, de los sedimentos superficiales del cauce.<br />

Una vez que los cursos fluviales ingresan al valle, la capacidad de transporte<br />

decrece en dirección del escurrimiento, no solamente por la disminución de la pendiente,<br />

sino también por la pérdida de su caudal debido a la infiltración, ya que se trata de ríos<br />

influentes en su gran mayoría. En consecuencia, la granometría de los depósitos<br />

disminuye - en general - en sentido de la pendiente, aunque en forma muy variable, por<br />

los cambios extremos que caracterizan el régimen de los ríos.<br />

Como se dijo anteriormente, los abanicos aluviales ocupan la mayor parte de la<br />

superficie del valle y entre ellos se destacan los generados por los ríos Toro-Rosario y<br />

Arenales, en la porción septentrional de la zona de estudio. Pueden mencionarse también<br />

por su magnitud, los de los ríos Chicoana, Pulares y Manzano, así como la gran cantidad<br />

de pequeños abanicos coalescentes que conforman el pie de monte del flanco occidental<br />

del valle.


G. Baudino, 1996 60<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

Las lomas de Medeiro han sido interpretadas por Medina (1981) como un abanico<br />

aluvial elaborado por el río Vaqueros. La acumulación de este depósito habría acontecido<br />

con anterioridad a la pérdida, por captura, de un importante afluente - el río de las Nieves -<br />

en la cuenca superior; la consecuente disminución de caudal habría dejado infuncional<br />

esta geoforma, drenada actualmente por un sistema divergente sobreimpuesto. Los<br />

depósitos cuaternarios actualmente poseen un espesor muy reducido y las sedimentitas<br />

subyacentes pueden observarse en afloramientos ubicados en los arroyos transversales al<br />

rumbo principal.<br />

En el extremo norte de la zona de estudio, los ríos San Alejo y de las Nieves, drenan<br />

una de las zonas de mayor pluviometría, en el flanco occidental y generan un activo<br />

aluvionamiento de sus cauces. En la ladera oriental del norte de valle de Lerma no existen<br />

abanicos aluviales de importancia, debido a la asimetría en la intensidad de la erosión<br />

fluvial.<br />

En la porción meridional del valle, en cambio, la morfogénesis es simétrica en<br />

ambos flancos. En el oriental se destacan las geoformas existentes al pie de la sierra del<br />

Cebilar, entre ésta y las lomadas de Guachipas, en la denominada fosa de La Florida. A<br />

su vez, al pie de las lomadas existe una serie de pequeños cuerpos aluviales generados<br />

por los cursos que drenan dicha fosa. Al pie del relieve occidental, se encuentra una serie<br />

de pequeños abanicos aluviales coalescentes, entre los que se destacan los de los ríos<br />

Chuñapampa, Ampascachi y La Viña (Figura 2.3.8.).<br />

Paleocauce del río La Caldera<br />

Los rasgos superficiales de esta geoforma están muy modificados por la erosión<br />

que tuvo lugar tras la captura de la cuenca superior. El cambio de nivel de base produjo<br />

una reactivación de los procesos erosivos, principalmente fluviales, que ocasionaron una<br />

inversión de la pendiente hasta una distancia de tres kilómetros al sur de la confluencia con<br />

el río Vaqueros.<br />

La interpretación de la historia geomorfológica realizada por Butrón (1976) y<br />

Medina (1981), indica que las condiciones en las que escurría el antiguo río La Caldera<br />

hasta unirse con el río Arenales, eran similares a las que se observan actualmente al norte<br />

del río Vaqueros. Los importantes acarreos que aportaban los cursos provenientes del<br />

oeste, condicionaban al río La Caldera a escurrir en forma paralela a la sierra de Mojotoro.<br />

Entre estos acarreos se destacan los del antiguo río Vaqueros, que como se dijo<br />

anteriormente, produjo el abanico aluvial sobreimpuesto a las lomas de Medeiro.<br />

La extensión areal del paleocauce se ha definido en este trabajo, mediante la<br />

interpretación de los datos aportados por las perforaciones realizadas para la extracción<br />

de agua potable, ya que las características hidráulicas de los pozos poseen una estrecha<br />

relación con la litología y la geometría de este cuerpo aluvial.


Llanuras aluviales<br />

G. Baudino, 1996 61<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

En un ambiente caracterizado por la elevada energía de transporte que poseen los<br />

cursos fluviales, solo dos colectores escurren por comarcas cuya escasa pendiente origina<br />

llanuras aluviales: el río Arenales y el río Guachipas, en sus tramos finales antes de confluir<br />

en el embalse Cabra Corral.<br />

El río Arenales, después de haber elaborado un importante depósito al pie del<br />

relieve occidental, y tras atravesar la depresión bordeando el límite norte del cuerpo aluvial,<br />

cambia de rumbo y escurre paralelo al borde oriental del valle, condicionado por sus<br />

propios acarreos. En este tramo norte-sur, de más de 35 km de extensión, se convierte en<br />

un río meandroso, con una pendiente de 0,4 % y cambia también su régimen, que es<br />

regulado por numerosos manantiales que alimentan el curso en la época invernal de<br />

sequía.<br />

La llanura generada por el río Arenales se caracteriza por los meandros y rasgos<br />

asociados como lagunas semilunares y albardones, elaborados sobre potentes<br />

sedimentos arcillosos cuaternarios. La llanura está enmarcada al este por la sierra de<br />

Mojotoro y al oeste por barrancas de hasta 10 metros de desnivel.<br />

El río Guachipas, en la porción austral de la zona de estudio, escurre por el eje del<br />

valle con una pendiente de aproximadamente 0,6 %. Si bien no se produce la formación de<br />

meandros y el curso es enlazado, la regulación de caudal que producen los aportes de los<br />

manantiales existentes en ambos márgenes, atempera el régimen torrencial del río y le<br />

otorga características de un río de llanura.<br />

En las desembocaduras de ambos cursos fluviales en el embalse Cabra Corral,<br />

puede observarse actualmente, tras casi dos décadas de existencia de la presa artificial,<br />

la formación de deltas progradantes, cuyo crecimiento es una prueba de la capacidad de<br />

transporte de material sólido de estos ríos.<br />

Terrazas aluviales<br />

Los sedimentos aluviales aterrazados son muy frecuentes en el flanco occidental del<br />

valle de Lerma. Han sido descritos e interpretados por Salfity (1968 y 1971), que<br />

diferencia dos niveles de terrazas, correspondientes a sendos movimientos epirogénicos.<br />

Los principales depósitos aluviales antiguos, disectados por la actual red de drenaje, se<br />

han cartografiado en forma conjunta (Figura 2.3.7 y 2.3.8.).<br />

Las imponentes barrancas que ha generado la disección fluvial permiten apreciar<br />

su composición litológica, en la que predominan los aglomerados de bloques con matriz<br />

areno-arcillosa.<br />

Sedimentos lacustres aterrazados<br />

Estos depósitos son relictos del episodio de sedimentación lacustre ocurrida


G. Baudino, 1996 62<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

en el Pleistoceno Superior y corresponden a lo que Gallardo (1985) denomina Formación<br />

Tajamar.<br />

La existencia de un gran lago en el vaso del valle ha sido inferida por diversos<br />

autores (Ortiz, 1962; Salfity, 1971, Gallardo, 1985), en la misma posición que el actual<br />

embalse artificial de Cabra Corral. Durante la permanencia del antiguo cuerpo de agua, se<br />

produjo la sedimentación de limos, limos arcillosos y arcillas en secuencias laminares. La<br />

desembocadura del antiguo río La Caldera, proveniente del norte, se habría producido en<br />

el sureste de la actual ciudad de Salta, donde Malamud (1996) describe un perfil en el que<br />

asigna origen deltáico a una secuencia alternante de arenas y arcillas cuaternarias.<br />

En el extremo austral del cuerpo paleo-lacustre, el ingreso del colector principal -<br />

proveniente del sur - habría quedado registrado en el aumento del contenido psamítico de<br />

la Formación Tajamar (Gallardo, 1985).<br />

La desaparición del cierre natural, ya sea por erosión retrocedente o bien por<br />

erosión natural en el desborde, generó una reactivación de los procesos erosivos fluviales,<br />

que eliminaron gran parte de la Formación Tajamar, cuyos relictos poseen ahora una<br />

superficie plana, sobre la que en general se desarrollan suelos pesados, de menor calidad<br />

agrológica que el resto de los que cubren el vaso del valle.


Figura 2.3.7.: Geoformas principales del valle de Lerma, porción septentrional.<br />

G. Baudino, 1996 63<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma


Figura 2.3.8.: Geoformas principales del valle de Lerma, porción meridional.<br />

<strong>Hidrogeología</strong> del valle de Lerma<br />

G. Baudino, 1996 64

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