NORMAS DE CONDUCTA PARA LA VIDA PUBLICA.pdf - Instituto ...
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Capítulo 1<br />
Introducción<br />
1. En Octubre de 1.994 el Primer Ministro pidió a este Comité que examinara la creciente<br />
preocupación pública por las normas de conducta en la vida pública. Una muestra de esta<br />
preocupación se dio en la correspondencia que recibimos, casi 2.000 cartas de todo tipo de<br />
gente de toda condición. También lo expresaron muchos de los 100 testigos que nos<br />
presentaron testimonios en público durante un periodo de seis meses. En recientes sondeos de<br />
opinion se expresaron indicaciones adicionales de una preocupación pública generalizada por<br />
la honradez de los políticos, los detalles de los últimos se exponen en el Apéndice 1 de este<br />
informe.<br />
2. También, una gran parte de esta evidencia dejaba claro que gran parte de la preocupación<br />
pública por las normas de conducta en la vida pública se basaba más en percepciones que en<br />
los hechos. Tomando la evidencia en conjunto, creemos que la gran mayoría de los hombres y<br />
mujeres en la vida pública británica son honestos y trabajadores, y cumplen unas altas normas<br />
éticas.<br />
3. Existe, y siempre habrá, una minoría que no las cumplen. Sin embargo, se sabe<br />
perfectamente que es difícil medir la corrupción deliberada. En las palabras de nuestros<br />
predecesores en la Comisión Salman, «No hay ningún modo objetivo de medir la corrupción<br />
actual en el sector público ni de saber si esta cantidad ha cambiado en las últimas décadas.»*<br />
4. También es difícil afirmar si ha habido un deterioro en las conducta global en la vida<br />
pública. Es cierto que la preocupación pública por la conducta de las personas en la vida<br />
pública parece haber aumentado en los últimos años, pero parte de la explicación puede<br />
residir en que las esperanzas públicas en relación al comportamiento de los que desempeñan<br />
cargos, ahora son más elevadas.** El enorme interés por parte de los medios de comunicación<br />
por el tema de la mala conducta en la vida pública, especialmente la mala conducta sexual, se<br />
ha intensificado sin duda. Los políticos de generaciones anteriores, y sus familias, se libraron<br />
en gran medida de la invasión de su privacidad por parte de la prensa cosa corriente hoy en<br />
día. En los últimos años ha habido periodos en los que los casos de malversación, real o<br />
alegada, han aparecido en los periódicos cada par de semanas. No hay precedentes en este<br />
siglo de tantos alegatos de fechoría, en tantos ámbitos diferentes, en tan cortos periodos de<br />
tiempo. No es de soprender, por tanto, que los sondeos de opinión sugieran que el pueblo cree<br />
que hay más mala conducta real que en el pasado.<br />
* Report of the Royal Commision of Conduct in Public Life, Cmnd 6524, 1976, paragraph 34.<br />
** Un conciso estudio de los antecedentes de nuestro trabajo se encuentra en el apéndice l.<br />
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