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Siete indicadores para medir el trabajo decente. Comparacion ...

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Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo, vol. 122 (2003), núm. 2<br />

Copyright © Organización Internacional d<strong>el</strong> Trabajo 2003<br />

<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong><br />

<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong>.<br />

Com<strong>para</strong>ción internacional<br />

David BESCOND*, Anne CHÂTAIGNIER*<br />

y Farhad MEHRAN*<br />

Al hilo de sus esfuerzos por fomentar <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> <strong>para</strong> todos,<br />

la Oficina Internacional d<strong>el</strong> Trabajo está <strong>el</strong>aborando varios conjuntos<br />

de <strong>indicadores</strong> estadísticos <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> en todo<br />

<strong>el</strong> mundo. En pocas palabras, <strong>el</strong> objetivo es promover «oportunidades<br />

<strong>para</strong> que los hombres y las mujeres puedan conseguir un <strong>trabajo</strong><br />

<strong>decente</strong> y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y<br />

dignidad humana (OIT, 1999, pág. 4). En esta frase están implícitas<br />

seis características de lo que constituye <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong>. Dos de <strong>el</strong>las<br />

(oportunidades <strong>para</strong> trabajar y libertad de <strong>el</strong>ección d<strong>el</strong> empleo) están<br />

r<strong>el</strong>acionadas con la disponibilidad de <strong>trabajo</strong> y con <strong>el</strong> hecho de que <strong>el</strong><br />

<strong>trabajo</strong> en cuestión sea aceptable o no. Las otras cuatro características<br />

(productividad, equidad, seguridad y dignidad) tienen que ver con <strong>el</strong><br />

grado de «decencia d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong>.<br />

Partiendo de esta idea general, se ha d<strong>el</strong>imitado provisionalmente<br />

un conjunto de treinta <strong>indicadores</strong> estadísticos (véase Anker y otros,<br />

2002, y este número de la Revista), los cuales se clasifican en diez grupos<br />

r<strong>el</strong>ativos al <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> en sí, más otro grupo que se refiere al contexto<br />

social y económico. Los nombres de esos diez primeros grupos<br />

indican otros tantos rasgos d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> que la gente su<strong>el</strong>e considerar<br />

esenciales <strong>para</strong> que <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> sea <strong>decente</strong>. Es posible que durante <strong>el</strong><br />

proceso de medición y análisis que se va a llevar a cabo durante los<br />

próximos años algunos de esos <strong>indicadores</strong> dejen de utilizarse por resultar<br />

demasiado complejos o proporcionar poca información, o también<br />

* Unidad de Desarrollo y Análisis Estadístico d<strong>el</strong> Departamento de Integración de Políticas<br />

de la OIT (Ginebra). Los autores desean expresar su agradecimiento a Minh Hiep Nguyen, de<br />

la Oficina de Biblioteca y Servicios de Información de la OIT, y a Racha<strong>el</strong> Giles, d<strong>el</strong> Departamento<br />

de Integración de Políticas de la OIT, por la ayuda prestada recopilando las publicaciones<br />

de encuestas nacionales de población activa necesarias <strong>para</strong> este artículo.


198 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

que se añadan algunos otros que cubran ámbitos poco explorados o de<br />

estudio difícil, como la libertad de asociación y <strong>el</strong> diálogo social. Hasta<br />

que se construya un sistema completo y mayoritariamente aceptado de<br />

<strong>indicadores</strong> d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong>, por <strong>el</strong> momento sólo podemos sacar a<br />

la luz algunos aspectos concretos de la cuestión. ¡Esperamos que sea<br />

una luz clara y rev<strong>el</strong>adora!<br />

En este artículo presentamos una s<strong>el</strong>ección de siete <strong>indicadores</strong><br />

que pueden calcularse en gran número de países, junto con datos sobre<br />

<strong>el</strong>los recogidos en encuestas nacionales de población activa realizadas<br />

en los últimos años. Hemos variado ligeramente la definición anterior<br />

de los <strong>indicadores</strong>, y los situamos dentro de un a<strong>para</strong>to conceptual más<br />

conciso. Lo que miden los <strong>indicadores</strong> propuestos son, en realidad, «los<br />

déficit de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong>, a saber, la remuneración por hora baja, la<br />

jornada laboral excesiva por razones económicas o involuntarias, <strong>el</strong><br />

desempleo nacional, <strong>el</strong> número de niños sin escolarizar (como indicador<br />

indirecto d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> infantil), <strong>el</strong> desempleo juvenil, <strong>el</strong> desniv<strong>el</strong><br />

entre las tasas de actividad masculina y femenina, y las personas mayores<br />

sin pensión.<br />

Tras un breve resumen de la metodología empleada, las partes<br />

siguientes de este artículo versan de manera sucesiva sobre los siete<br />

<strong>indicadores</strong> propuestos. Cada indicador se presenta junto con un análisis<br />

sucinto de su significado, aclaraciones sobre la calidad y com<strong>para</strong>bilidad<br />

internacional de los datos pertinentes, cuadros ilustrativos y, en<br />

su caso, otros métodos posibles. En la última parte se indica cómo<br />

podrían aplicarse los <strong>indicadores</strong> propuestos <strong>para</strong> confeccionar una clasificación<br />

de los países, asunto sujeto a algunas reservas.<br />

Resumen de la metodología empleada<br />

Los <strong>indicadores</strong> s<strong>el</strong>eccionados se representan esquemáticamente<br />

en <strong>el</strong> gráfico 1, que divide a la población de 10 años en ad<strong>el</strong>ante según<br />

su edad y su situación laboral (ocupado, desempleado o económicamente<br />

inactivo). La población que no ha llegado a la edad de trabajar<br />

(de 10 a 14 años) se divide, a su vez, en escolarizada y sin escolarizar,<br />

mientras que los ocupados se subdividen en «ingresos por hora bajos,<br />

«jornada laboral excesiva por razones económicas o involuntarias y<br />

«otros, entendiendo que las dos primeras subcategorías no tienen por<br />

qué ser mutuamente excluyentes. Dentro de los desempleados, constituyen<br />

una categoría especial los jóvenes (de 15 a 24 años). La población<br />

en edad de trabajar que no está económicamente activa se desglosa<br />

según la edad (de 15 a 64 años y de 65 años en ad<strong>el</strong>ante), y estas subcategorías<br />

se dividen a su vez: la población joven y la de edad madura<br />

según si está cercana o alejada d<strong>el</strong> mercado de <strong>trabajo</strong>, y la de más edad<br />

según goce o no de pensión. La categoría de personas cercanas al mercado<br />

de <strong>trabajo</strong> ofrece la posibilidad, en caso necesario, de calcular de


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 199<br />

Gráco 1. Representación esquemática de algunos <strong>indicadores</strong> de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong><br />

Población de 10 años de edad en ad<strong>el</strong>ante<br />

|<br />

Población en edad de trabajar (de 15 años en ad<strong>el</strong>ante)<br />

Población que no ha llegado a la<br />

edad de trabajar (de 10 a 14 años)<br />

Población en edad de trabajar económicamente inactiva<br />

(fuera d<strong>el</strong> mercado de <strong>trabajo</strong>)<br />

Población económicamente activa (fuerza de <strong>trabajo</strong>)<br />

Ocupados Desempleados De menos de 65 años De 65 años en ad<strong>el</strong>ante<br />

Con<br />

pensión<br />

Sin<br />

pensión<br />

Alejados<br />

d<strong>el</strong> mercado<br />

de <strong>trabajo</strong><br />

Cercanos<br />

al mercado<br />

de <strong>trabajo</strong><br />

Proporción<br />

de jóvenes<br />

en <strong>el</strong> total<br />

de desempleados<br />

Otros Desempleo – –<br />

Jornada<br />

laboral<br />

excesiva<br />

por razones<br />

económicas o<br />

involuntarias<br />

Ingresos<br />

por hora<br />

bajos<br />

Escolarizados<br />

Sin<br />

escolarizar<br />

Indicador 7<br />

Ajuste<br />

<strong>indicadores</strong> 3 y 5<br />

Indicador 4 Indicador 6 Indicador 1 Indicador 2 Indicador 3 Indicador 5<br />

Desniv<strong>el</strong> entre las tasas de actividad masculina y femenina =<br />

TA femenina – TA masculina<br />

TA (tasa de actividad) = población activa/población en edad de trabajar


200 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

manera amplia la cifra de desempleo incluyendo a las personas que no<br />

estaban buscando <strong>trabajo</strong> durante <strong>el</strong> período de referencia pero que<br />

eran asimilables a los desempleados porque tenían alguna ligazón con<br />

<strong>el</strong> mercado laboral.<br />

Construidos de esta manera, los <strong>indicadores</strong> s<strong>el</strong>eccionados son en<br />

su mayor parte aditivos, en <strong>el</strong> sentido de que <strong>el</strong> perfil de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong><br />

de un país puede obtenerse agrupando los datos resultantes de cada<br />

indicador. La desigualdad de género se mide en este sistema desagregando<br />

por sexo todos los datos estadísticos, y tomando como indicador<br />

adicional <strong>el</strong> desniv<strong>el</strong> entre las tasas de actividad masculina y femenina.<br />

Servirse de las encuestas de población activa como principal<br />

fuente de datos <strong>para</strong> recopilar los <strong>indicadores</strong> de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> tiene<br />

varias ventajas. En primer lugar, garantiza que los <strong>indicadores</strong> resultantes<br />

serán compatibles tanto entre sí como con las estimaciones nacionales<br />

de ocupación y desempleo. En segundo lugar, estas encuestas están<br />

bastante normalizadas a niv<strong>el</strong> mundial, por lo que es probable que los<br />

<strong>indicadores</strong> de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> basados en <strong>el</strong>las sean más homogéneos<br />

internacionalmente que los obtenidos por otros medios (véase Mehran,<br />

1995). En tercer lugar, las encuestas nacionales sobre la población<br />

activa son en su mayoría periódicas (anuales, trimestrales o mensuales),<br />

lo cual garantiza la continuidad de los <strong>indicadores</strong> de <strong>el</strong>las derivados. Y,<br />

por último, su utilización <strong>para</strong> construir <strong>indicadores</strong> de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong><br />

puede propiciar <strong>el</strong> perfeccionamiento de las encuestas mismas, pues<br />

permite detectar — y tratar de resolver mediante <strong>el</strong> procedimiento de<br />

ensayo y comprobación — toda deficiencia o punto débil de la medición<br />

de las características d<strong>el</strong> empleo 1.<br />

Ingresos bajos<br />

Sin duda alguna, percibir una remuneración suficiente es <strong>para</strong> la<br />

mayoría de los trabajadores un aspecto esencial d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong>. En<br />

Measuring decent work with statistical indicators, Anker y otros (2002 y<br />

en este número de la Revista) definen la remuneración suficiente como<br />

la mitad de la mediana de los ingresos de <strong>trabajo</strong> por hora de los ocupados<br />

o como un mínimo absoluto, tomándose <strong>el</strong> valor más alto de los<br />

dos. De este modo, se considerará que los trabajadores cuyo salario<br />

esté por debajo de ese umbral están mal remunerados. El porcentaje de<br />

trabajadores mal remunerados de un país es un indicador nacional de<br />

salario <strong>decente</strong>, como muestra <strong>el</strong> ejemplo d<strong>el</strong> Reino Unido en <strong>el</strong> gráfico<br />

2: la mediana de los ingresos brutos por hora es de 7,5 libras esterlinas,<br />

1 Se puede solicitar a los autores una lista, con todas las referencias, de las setenta y cinco<br />

encuestas nacionales sobre la población activa que han utilizado <strong>para</strong> compilar los <strong>indicadores</strong> de<br />

<strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> que se presentan en este artículo. En un estudio de próxima aparición se identifican<br />

los aspectos en que es posible mejorar esas encuestas, y se propone que se <strong>el</strong>aboren módulos<br />

de preguntas sobre <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> <strong>para</strong> completarlas.


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 201<br />

Gráfico 2. Distribución de los asalariados d<strong>el</strong> Reino Unido según sus ingresos<br />

brutos por hora en 2001<br />

%<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

Salario bajo 1<br />

3,8£<br />

9,3%<br />

Mediana<br />

7,5£<br />

1£ 4£ 7£ 10£ 13£ 16+£<br />

1 Se entiende por salario bajo <strong>el</strong> que no supera <strong>el</strong> 50 por ciento de la mediana (50% de 7,5 = 3,8 libras esterlinas).<br />

Debe com<strong>para</strong>rse con <strong>el</strong> salario mínimo nacional: desde abril de 1999, 3,00 libras por hora <strong>para</strong> los trabajadores<br />

de 18 a 21 años y 3,60 libras <strong>para</strong> los de 22 años en ad<strong>el</strong>ante, con algunas execpciones <strong>para</strong> los que están recibiendo<br />

formación acreditada durante los seis primeros meses con un nuevo empleador.<br />

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas d<strong>el</strong> Reino Unido: Labour Force Survey Quarterly Supplement (Londres),<br />

otoño (septiembre a noviembre de 2001), núm. 16, febrero de 2002, cuadro 36.<br />

<strong>el</strong> umbral d<strong>el</strong> 50 por ciento de la mediana es de 3,8 libras y, según <strong>el</strong> gráfico,<br />

en 2001 <strong>el</strong> 9,3 por ciento de los trabajadores británicos cobraba un<br />

salario bruto por hora inferior a esa cantidad.<br />

La razón de que la remuneración «suficiente se fije con arreglo a<br />

la distribución de los ingresos por hora en cada país es reducir los efectos<br />

de las diferencias que hay entre las normativas nacionales sobre la definición<br />

de remuneración aceptable o «<strong>decente</strong> y sobre la jornada laboral.<br />

Como la mediana d<strong>el</strong> conjunto indica la posición r<strong>el</strong>ativa d<strong>el</strong> trabajador<br />

típico en la distribución salarial, de hecho es razonable que las normas<br />

nacionales que establecen qué se considera un salario digno estén ligadas<br />

a la mediana. D<strong>el</strong> mismo modo, como los ingresos totales dependen d<strong>el</strong><br />

número de horas trabajadas, que varían de un trabajador a otro, la mejor<br />

base de com<strong>para</strong>ción es claramente la remuneración por hora.<br />

Al formularlo como un porcentaje de la mediana, <strong>el</strong> indicador es<br />

independiente de las monedas nacionales, lo cual facilita en gran<br />

medida las com<strong>para</strong>ciones internacionales. La decisión de fijarlo en <strong>el</strong>


202 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

50 por ciento de la mediana tiene la ventaja de la simplicidad, pero, además,<br />

es coherente con los estudios empíricos, según los cuales los salarios<br />

mínimos establecidos por procedimientos democráticos su<strong>el</strong>en<br />

estar cerca de la mitad de la mediana salarial: en los países de la Organización<br />

de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), <strong>el</strong> salario<br />

mínimo varía más o menos entre <strong>el</strong> 25 y <strong>el</strong> 50 por ciento de ésta (OCDE,<br />

1997). Otra ventaja de la definición propuesta de remuneración baja es<br />

su amplio espectro de aplicación, incluso en países que no poseen legislación<br />

sobre <strong>el</strong> salario mínimo o que han establecido <strong>el</strong> salario mínimo<br />

obligatorio muy por debajo de los niv<strong>el</strong>es reinantes en <strong>el</strong> mercado. Los<br />

cálculos demuestran que utilizar otro porcentaje, por ejemplo <strong>el</strong> 40 o <strong>el</strong><br />

60 por ciento en vez d<strong>el</strong> 50, no afecta a la posición r<strong>el</strong>ativa de los países<br />

respecto d<strong>el</strong> indicador de remuneración baja.<br />

Un posible inconveniente d<strong>el</strong> método de la mediana es que <strong>el</strong> indicador<br />

quizás esté confundiendo la remuneración baja con <strong>el</strong> salario desigual,<br />

y esté midiendo, en realidad, las desigualdades entre los ingresos<br />

por hora de los distintos países. Otro inconveniente es que <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de<br />

ingresos determinado por <strong>el</strong> 50 por ciento de la mediana puede indicar,<br />

con <strong>el</strong> tiempo, que ha aumentado <strong>el</strong> porcentaje de trabajadores con<br />

remuneración baja, cuando lo que ha aumentado en realidad es <strong>el</strong> salario<br />

real de los trabajadores con salario bajo. Por estas razones, sería conveniente<br />

hacer también un seguimiento de las desigualdades de remuneración<br />

y d<strong>el</strong> valor real de los ingresos de los trabajadores peor pagados.<br />

El indicador de remuneración baja tiene una condición que estipula<br />

un límite mínimo absoluto, necesario <strong>para</strong> los países en los que <strong>el</strong><br />

50 por ciento de los ingresos por hora esté por debajo de ese umbral<br />

absoluto. La cifra que aquí se propone es de 0,65 dólares estadounidenses<br />

por hora y es válida <strong>para</strong> todos los países. Estos son los ingresos por<br />

hora que necesita un trabajador a tiempo completo ocupado todo <strong>el</strong><br />

año (ocho horas al día, seis días a la semana y cincuenta semanas al año)<br />

<strong>para</strong> mantener al menos a otra persona además de a sí mismo por<br />

encima d<strong>el</strong> umbral de pobreza de 2 dólares al día que han fijado <strong>el</strong><br />

Banco Mundial y las Naciones Unidas. También se podría establecer<br />

ese límite basándolo en <strong>el</strong> umbral nacional de pobreza o en <strong>el</strong> precio de<br />

las necesidades alimentarias mínimas de cada país.<br />

En <strong>el</strong> cuadro 1 figuran los resultados d<strong>el</strong> indicador de remuneraciones<br />

bajas por hora en ocho países, con <strong>el</strong> objeto de examinar las diferencias<br />

de cobertura y definición, así como de estructura de los datos y<br />

de las repercusiones de ésta en las estadísticas resultantes. Se <strong>el</strong>igieron<br />

los ocho países reseñados por diversidad geográfica y porque sus<br />

encuestas de población activa recogen los datos necesarios. Se trata de<br />

Costa Rica, República Islámica d<strong>el</strong> Irán, Japón, Jordania, Macao<br />

(China), México, Reino Unido y Suiza. El porcentaje menor de trabajadores<br />

con ingresos bajos por hora se da en Suiza (5,6 por ciento) y <strong>el</strong><br />

más alto en México (17,0 por ciento).


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 203<br />

Cuadro 1. Tasa de remuneraciones bajas en ocho países, desglosada por sexo:<br />

trabajadores cuyos ingresos por hora son inferiores al 50 por ciento<br />

de la mediana<br />

País (año) Trabajadores<br />

con ingresos bajos<br />

(porcentaje)<br />

Hombres<br />

(porcentaje)<br />

Mujeres<br />

(porcentaje)<br />

Suiza (2001) 5,6 22,0 (53,8) 78,0 (46,2)<br />

Reino Unido (otoño de 2001) 9,3 40,9 (52,7) 59,1 (47,3)<br />

Macao (China) (2.º trimestre de 2002) 10,9 31,5 (51,5) 68,5 (48,5)<br />

Costa Rica (2000) 11,5 70,0 (68,3) 30,0 (31,7)<br />

Japón (2001) 13,7 ... ...<br />

Irán (2001) 14,7 ... ...<br />

Jordania (noviembre de 2001) 15,4 88,2 (68,7) 11,8 (13,3)<br />

México (2000) 17,0 66,6 (67,0) 33,4 (33,0)<br />

Nota: Los números entre paréntesis indican las proporciones de empleo masculino y femenino dentro de la población<br />

ocupada.<br />

Fuentes: L’enquête Suisse sur la population active (ESPA) en 2001, Ofce fédéral de la Statistique, Neuchât<strong>el</strong>,<br />

Suiza, 2001, cuadro 2.8.2, pág. 64. Labour Force Survey Quarterly Supplement, National Statistics Ofce, Reino<br />

Unido, otoño (septiembre a noviembre de 2001), núm. 16, febrero de 2002, cuadro 36. Employment Survey 2nd<br />

Quarter 2002, Macao (China), mimeograado. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples, Módulo de<br />

Empleo, Instituto Nacional de Estadística y Censos, Costa Rica, julio de 2000, cuadro 20, pág. 36. Report on the<br />

Special Survey of the Labour Force Survey, August 2001, Statistics Bureau, Ministry of Public Management,<br />

Japón, febrero de 2002, cuadro 5, pág. 66. Socio-economic survey of households, 1380 (March 2001-March<br />

2002), Statistical Centre of Iran, tabulación especial, 2003. Employment and Unemployment Survey (Fourth<br />

Round) November 2001, Principal Report, Department of Statistics, Jordania, enero de 2002, cuadro 7/3.<br />

Encuesta Nacional de Empleo 2000, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Secretaría de Trabajo<br />

y Previsión Social, México.<br />

Es significativo que en los países con un porcentaje pequeño de<br />

ingresos <strong>decente</strong>s <strong>el</strong> porcentaje r<strong>el</strong>ativo de remuneraciones bajas sea<br />

aproximadamente igual entre los dos sexos, mientras que en los países<br />

en que ese porcentaje es mayor la frecuencia de los ingresos bajos sea<br />

más alta en las mujeres que en los hombres. En otras palabras, allí<br />

donde los ingresos bajos están generalizados, afectan por igual a los trabajadores<br />

y las trabajadoras, pero allí donde son «s<strong>el</strong>ectivos su incidencia<br />

r<strong>el</strong>ativa es mayor entre las trabajadoras.<br />

Los resultados que presentamos deben interpretarse con caut<strong>el</strong>a,<br />

porque no todos los datos nacionales en que se basan tienen <strong>el</strong> mismo<br />

alcance y cobertura, de modo que <strong>el</strong> grado de aproximación en <strong>el</strong> cálculo<br />

d<strong>el</strong> indicador varía de un país a otro según la estructura de los<br />

datos disponibles. Todos los datos se refieren a toda la población ocupada<br />

excepto en los casos d<strong>el</strong> Irán, Reino Unido y Suiza, donde sólo<br />

abarcan a los asalariados 2. La menor cobertura de los datos de estos<br />

2 Irán y Reino Unido: asalariados; Suiza: asalariados excepto aprendices; Macao (China),<br />

Irán y Japón: todas las personas ocupadas; Costa Rica: todas las personas ocupadas con ingresos<br />

conocidos; Jordania: todas las personas ocupadas excepto los trabajadores familiares sin remuneración,<br />

y México: todas las personas ocupadas excepto las que no tenían empleo pero estaban disponibles<br />

<strong>para</strong> trabajar y habían acordado incorporarse a un empleo remunerado o establecerse<br />

como independientes en una fecha posterior al período de referencia.


204 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

dos últimos países puede ser hasta cierto punto la razón de que sus<br />

cifras sean r<strong>el</strong>ativamente bajas.<br />

En general, los datos sobre ingresos y jornada laboral se limitan<br />

al empleo principal, excepto los d<strong>el</strong> Japón y Jordania, que se refieren<br />

a todos los <strong>trabajo</strong>s 3. Hay también divergencias en la definición de<br />

«horas de <strong>trabajo</strong>: horas realmente trabajadas durante la semana de<br />

referencia (Irán, Japón, Jordania, Macao (China) y México), horas<br />

normales de <strong>trabajo</strong> semanal según <strong>el</strong> contrato d<strong>el</strong> trabajador (Suiza)<br />

y horas habitualmente trabajadas (Costa Rica y Reino Unido). La<br />

otra causa de diferencias es la definición de «ingresos: ingresos mensuales<br />

(Costa Rica, Jordania, Macao (China) y México); ingresos<br />

obtenidos durante <strong>el</strong> último año (Irán y Japón), o ingresos brutos por<br />

mes, hora o año según la respuesta d<strong>el</strong> encuestado (Reino Unido y<br />

Suiza).<br />

No existen datos empíricos internacionales que esclarezcan los<br />

efectos de estas diferencias, pero es de suponer que, a igualdad de<br />

todos los demás factores, cuanto más general sea la definición, mayor<br />

será <strong>el</strong> valor d<strong>el</strong> indicador medido. Por ejemplo, Stuttard y Jenkins<br />

(2001) com<strong>para</strong>ron datos de los encuestados d<strong>el</strong> Reino Unido sobre<br />

sus ingresos por hora (definición estricta) con <strong>el</strong> salario por hora obtenido<br />

calculando <strong>el</strong> cociente entre los ingresos semanales brutos percibidos<br />

y <strong>el</strong> número habitual de horas de <strong>trabajo</strong> semanales (definición<br />

amplia). Según <strong>el</strong> informe de estos autores, parece que <strong>el</strong> uso de este<br />

segundo cálculo «lleva a sobrestimar <strong>el</strong> número de personas que<br />

ganan menos que <strong>el</strong> salario mínimo nacional (ibíd., pág. 59). En su<br />

informe se señala, asimismo, que cuando <strong>el</strong> segundo <strong>trabajo</strong> (definición<br />

amplia) se suma al empleo principal (definición estricta), su<strong>el</strong>e<br />

aumentar <strong>el</strong> porcentaje de encuestados de entre 18 y 21 años cuyo salario<br />

por hora es inferior al salario mínimo nacional, pero no aumenta<br />

también necesariamente en los asalariados de 22 años en ad<strong>el</strong>ante<br />

(ibíd., pág 62).<br />

Los errores en las com<strong>para</strong>ciones internacionales se producen no<br />

sólo debido a las diferencias de cobertura y definición entre los países,<br />

sino por diferencias en la estructura de los datos disponibles. Los<br />

cálculos de Reino Unido y Suiza están basados en la serie completa de<br />

la distribución de los ingresos por hora, pero en otros casos — concretamente<br />

cuando no se disponía directamente de estos datos — los <strong>indicadores</strong><br />

se han calculado usando conjuntos de datos que son tabulaciones<br />

cruzadas de los ingresos y las horas de <strong>trabajo</strong>. En <strong>el</strong> caso de Macao<br />

(China), estos conjuntos de datos se limitan a las distribuciones<br />

3 En <strong>el</strong> caso de Macao (China) no se indica si los datos se refieren al empleo principal o a<br />

todos los <strong>trabajo</strong>s.


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 205<br />

marginales, lo cual supone otra fuente de error diferencial 4. El siguiente<br />

ejemplo puede explicar, sin embargo, por qué no es probable que <strong>el</strong><br />

error sea demasiado grande. La mediana de ingresos por hora estimada<br />

<strong>para</strong> Macao (China) a partir de las distribuciones marginales es de<br />

23,0 patacas, valor que no se aleja mucho de las 22,2 patacas que arroja<br />

<strong>el</strong> cociente entre la mediana de los ingresos mensuales (4.574 patacas) y<br />

la mediana de horas trabajadas a la semana (47,6), en <strong>el</strong> supuesto de que<br />

se trabajen 4,33 (52/12) semanas al mes.<br />

Jornada laboral excesiva<br />

El porcentaje de personas que trabajan un número excesivo de<br />

horas es un indicador que mide varios aspectos d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong>. Las<br />

jornadas de <strong>trabajo</strong> excesivas y los horarios atípicos no sólo ponen en<br />

p<strong>el</strong>igro la salud física y mental de los trabajadores, sino que interfieren<br />

en <strong>el</strong> equilibrio entre la vida laboral y la vida familiar; además, su<strong>el</strong>en<br />

ir acompañados de unos ingresos por hora bajos. El Convenio sobre las<br />

horas de <strong>trabajo</strong> (industria) de la OIT, 1919 (núm. 1), estipula que <strong>el</strong><br />

tiempo de <strong>trabajo</strong> semanal no debe superar las 48 horas, por lo que<br />

hemos definido <strong>el</strong> indicador de jornada laboral excesiva como <strong>el</strong> porcentaje<br />

de trabajadores que, contando todos los empleos, trabajan más<br />

de esas 48 horas semanales por razones económicas o involuntarias.<br />

Hemos preferido, por lo tanto, utilizar <strong>para</strong> <strong>el</strong> cálculo, con respecto<br />

a un período de referencia determinado, las horas habituales en<br />

vez de las horas realmente trabajadas, aunque éstas su<strong>el</strong>an utilizarse<br />

4 Para calcular una distribución conjunta sobre la base de distribuciones marginales (A), se<br />

consideran dos casos extremos: independencia total y dependencia total. Según <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o de independencia<br />

(B), la distribución d<strong>el</strong> número de personas es igual en las diferentes categorías de<br />

ingresos en cada niv<strong>el</strong> de horas trabajadas. Así, <strong>el</strong> número de personas que tiene una determinada<br />

categoría de ingresos y de horas de <strong>trabajo</strong> se estima mediante <strong>el</strong> cociente de un producto cruzado,<br />

como se indica en B:<br />

Categoría<br />

de ingresos<br />

A. Incompleto<br />

Categoría de horas<br />

B. Independencia<br />

Categoría de horas<br />

C. Dependencia<br />

Categoría de horas<br />

D. Final<br />

Categoría de horas<br />

1 2 1 2 1 2 1 2<br />

1 x x 10 4 6 10 10 0 10 7 3 10<br />

2 x x 40 16 24 40 10 30 40 13 27 40<br />

20 30 20 30 20 30 20 30<br />

La casilla superior izquierda, por ejemplo, se calcula así: 10 x 20/50 = 4. Análogamente, las otras<br />

casillas son <strong>el</strong> cociente entre <strong>el</strong> producto cruzado de los totales marginales y <strong>el</strong> total general, esto<br />

es, 10x30/50 = 6,40x20/50 = 16 y 30x40/50 = 24. El mod<strong>el</strong>o de dependencia (C) supone que las personas<br />

que tienen ingresos más bajos trabajan menos horas. El cálculo de las casillas se efectúa colocando<br />

a todos los trabajadores que tienen los ingresos más bajos en la categoría de menos horas,<br />

y equilibrando las otras casillas <strong>para</strong> respetar los valores marginales. Las estimaciones finales (D)<br />

se obtienen haciendo simplemente la media de los dos casos extremos. Un programa informático<br />

especial, desarrollado en S-PLUS, sirve <strong>para</strong> aplicar este método a cualquier número de filas y de<br />

columnas.


206 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

más en las estadísticas nacionales. En efecto, es menos probable que la<br />

medición de las horas habituales incluya las jornadas de <strong>trabajo</strong> excepcionalmente<br />

largas debidas a un aumento cíclico de la demanda; d<strong>el</strong><br />

mismo modo, es más probable que detecte los salarios insuficientes. Se<br />

añade por razones económicas o involuntarias <strong>para</strong> distinguir a los que<br />

trabajan en exceso de manera voluntaria — por ejemplo, por ambición<br />

o dedicación personal — de los que lo hacen por imposición de la propia<br />

naturaleza d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong>, las exigencias de su sector, unas circunstancias<br />

excepcionales o una remuneración por hora baja. El indicador se<br />

aplica a todos los empleos d<strong>el</strong> encuestado, no sólo a su <strong>trabajo</strong> principal.<br />

Cuando un solo empleo no les proporciona los ingresos que necesitan,<br />

es frecuente que los trabajadores lo complementen con otro u<br />

otros <strong>para</strong> poder mantener así a su familia.<br />

Utilizando datos de las encuestas nacionales sobre la población<br />

activa entre cuyas opciones de tiempo de <strong>trabajo</strong> figuraba la de 49 o más<br />

horas, hemos averiguado <strong>el</strong> porcentaje de personas con una jornada<br />

excesiva en cuarenta y tres países. El análisis se basa en datos publicados<br />

y disponibles en la OIT, excepto los referentes a los países europeos,<br />

que proceden de EUROSTAT, la oficina de estadística de la<br />

Unión Europea. Los países estudiados se dividen en tres grupos: los de<br />

tasa alta (en los que más d<strong>el</strong> 40 por ciento de la población ocupada trabaja<br />

un número excesivo de horas), los de tasa intermedia y los de tasa<br />

baja (en los que menos d<strong>el</strong> 20 por ciento de los ocupados trabaja más<br />

de 48 horas semanales). En <strong>el</strong> gráfico 3 se desglosan los países de estos<br />

tres grupos. De los doce de niv<strong>el</strong> alto, once son países en desarrollo y<br />

sólo uno es un país industrializado. El grupo de los veintiún países de<br />

niv<strong>el</strong> bajo está formado por quince países industrializados, cinco países<br />

con economías en transición y un país en desarrollo. La conclusión que<br />

cabe extraer es que en <strong>el</strong> mundo en desarrollo se trabajan más horas<br />

que en las economías en transición y en los países industrializados. Ello<br />

se debe, probablemente, a los salarios bajos y la escasa productividad<br />

d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> que se dan en los países en desarrollo.<br />

Varios factores pueden afectar a la com<strong>para</strong>bilidad de los datos de<br />

los diversos países. Primero, es difícil <strong>medir</strong> las horas de <strong>trabajo</strong><br />

mediante encuestas, especialmente cuando puede contestar a <strong>el</strong>las otra<br />

persona distinta d<strong>el</strong> interesado. Pero incluso cuando las respuestas se<br />

dan en persona, hay en todas las categorías de trabajadores una tendencia<br />

a exagerar <strong>el</strong> número de horas de <strong>trabajo</strong>. Segundo, las variaciones<br />

entre países quizás puedan deberse también a la proporción de trabajadores<br />

por cuenta propia dentro de la población activa. De hecho, estos<br />

trabajadores tienden a sobrestimar su jornada laboral porque algunas<br />

veces no les resulta fácil deslindar su vida personal de su actividad económica.<br />

Otros factores que afectan a la com<strong>para</strong>bilidad internacional<br />

de los datos son, por ejemplo, la medición de las horas realmente trabajadas<br />

por oposición a las horas habituales, la tendencia a considerar


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 207<br />

Gráfico 3. Jornada laboral excesiva en cuarenta y tres países (49 horas o más semanales)<br />

Tasa baja 3<br />

(21 países)<br />

Tasa intermedia 2<br />

(10 países)<br />

Tasa alta 1<br />

(12 países)<br />

En desarrollo<br />

(1)<br />

Industrializados<br />

(5)<br />

Industrializados<br />

(1)<br />

En transición<br />

(5)<br />

En desarrollo<br />

(4)<br />

Industrializados<br />

(15)<br />

En transición<br />

(1)<br />

En desarrollo<br />

(11)<br />

Países industrializados: Alemania, Austria,<br />

Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados<br />

Unidos, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia,<br />

Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Suecia<br />

Países industrializados: Australia, Grecia, Islandia,<br />

Japón, Reino Unido<br />

Países industrializados: Turquía<br />

Países en transición: Ninguno<br />

Países en transición: Eslovaquia, Estonia,<br />

Lituania, Rumania, Federación de Rusia<br />

Países en transición: Polonia<br />

Países en desarrollo: Indonesia, Mauricio, México,<br />

Yemen.<br />

Países en desarrollo: Jamaica.<br />

Países en desarrollo: Bangladesh,<br />

República de Corea, Hong Kong (China),<br />

Jordania, Macao (China), Nepal, Perú,<br />

Sri Lanka, Tailandia, República Unida<br />

de Tanzanía.<br />

1 Tasa alta 40 por ciento d<strong>el</strong> empleo total. 2 Tasa intermedia: entre <strong>el</strong> 20 y <strong>el</strong> 39 por ciento d<strong>el</strong> empleo total. 3 Tasa baja < 20 por ciento d<strong>el</strong> empleo total.<br />

Fuentes: Encuestas nacionales de población activa.


208 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

sólo <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> principal olvidando los demás que se desempeñan, y <strong>el</strong><br />

hecho de que las estadísticas de numerosos países no incluyen la categoría<br />

de 49 horas o más.<br />

Por ejemplo, <strong>el</strong> 13 por ciento de los trabajadores d<strong>el</strong> Canadá su<strong>el</strong>e<br />

trabajar 49 horas o más contando todos sus empleos (Canadá, 1996,<br />

pág. B-36, cuadro 23). Sin embargo, según los datos sobre las horas realmente<br />

trabajadas en todos los empleos, la proporción de los que realizaron<br />

una jornada laboral de tantas horas durante la semana de<br />

referencia es d<strong>el</strong> 16 por ciento, esto es, 3 puntos más. Si atendemos solamente<br />

al <strong>trabajo</strong> principal, los porcentajes de horas habituales y de<br />

horas realmente trabajadas durante la semana de referencia descienden<br />

hasta <strong>el</strong> 11 y <strong>el</strong> 15 por ciento, respectivamente. Es obvio que variaciones<br />

como estas en las definiciones producen estadísticas heterogéneas.<br />

Conforme a la antedicha definición de jornada laboral excesiva, se<br />

normalizaron los datos de todos los países incluyendo la categoría de<br />

«49 horas o más. Este ajuste obligó a suponer que los trabajadores<br />

estaban distribuidos por igual entre todas las categorías publicadas de<br />

horarios de <strong>trabajo</strong>. En <strong>el</strong> cuadro 2 presentamos los datos de cuatro países<br />

y añadimos, entre paréntesis, <strong>el</strong> porcentaje de trabajadores que hay<br />

en cada una de las categorías de situación en <strong>el</strong> empleo, con <strong>el</strong> fin de<br />

aumentar las posibilidades de com<strong>para</strong>ción internacional.<br />

En Dinamarca y España, <strong>el</strong> porcentaje de personas que trabajan<br />

un número excesivo de horas es pequeño, d<strong>el</strong> 12 y <strong>el</strong> 15,2 por ciento,<br />

respectivamente. Como aparece reflejado en <strong>el</strong> cuadro, estos niv<strong>el</strong>es<br />

son significativamente más bajos en los asalariados que en los trabajadores<br />

independientes. La diferencia entre la tasa de los asalariados y la<br />

de toda la población ocupada es mayor en España que en Dinamarca (7<br />

y 3,6 puntos porcentuales, respectivamente), lo cual puede atribuirse a<br />

la mayor proporción de trabajadores independientes que tiene <strong>el</strong> primero<br />

de estos dos países (<strong>el</strong> 18,2 por ciento) en com<strong>para</strong>ción con <strong>el</strong><br />

segundo (<strong>el</strong> 8 por ciento).<br />

En Yemen y Turquía, <strong>el</strong> porcentaje de trabajadores con jornada<br />

excesiva es más alto: 29,3 y 39,6 por ciento, respectivamente. En estos<br />

dos países, la proporción de independientes con un número de horas de<br />

<strong>trabajo</strong> excesivo es tan alta como en Dinamarca y en España, pero la de<br />

asalariados es mayor (<strong>el</strong> 31,2 por ciento en Yemen y <strong>el</strong> 38,3 en Turquía).<br />

Sin embargo, en ambos países la proporción de trabajadores familiares<br />

— cuyas tasas son inferiores a las de los asalariados — es semejante a la<br />

de trabajadores independientes. Así, en los países con un alto porcentaje<br />

de personas que trabajan 49 horas o más a la semana, la proporción<br />

de asalariados con jornada excesiva es más o menos parecida a la de la<br />

población trabajadora en general.<br />

Ninguna de las encuestas sobre la población activa utilizadas en<br />

este estudio se había interesado por las razones que tenían los trabajadores<br />

<strong>para</strong> hacer jornadas laborales tan largas. No obstante, <strong>el</strong> suple-


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 209<br />

Cuadro 2. Tasa de trabajadores con jornada laboral excesiva en cuatro países<br />

(en porcentaje)<br />

mento sobre <strong>el</strong> horario laboral de la Encuesta de Población Actual de<br />

los Estados Unidos d<strong>el</strong> año 2001 incluye una pregunta sobre si los<br />

encuestados prefieren tener más dinero o más tiempo libre. Un 11,4 por<br />

ciento de los asalariados que trabajaban 49 horas o más señaló que preferiría<br />

trabajar menos aun ganando menos; <strong>el</strong> 20,3 por ciento preferiría<br />

trabajar más y ganar más, y <strong>el</strong> 68,2 por ciento optaba por las mismas<br />

horas y <strong>el</strong> mismo salario 5. Ello indica que la mayoría de los asalariados<br />

que trabajan en exceso lo hacen por razones económicas (<strong>el</strong> 88,6 por<br />

ciento).<br />

Desempleo<br />

Tasa general Asalariados Trabajadores<br />

familiares<br />

Trabajadores<br />

independientes<br />

Dinamarca (2001) 1 12,0 8,4 (91,1) 13,0 (0,8) 52,3 (8,0)<br />

España (2001) 1 15,2 8,2 (79,9) 26,0 (1,9) 45,1 (18,2)<br />

Yemen (1999) 2 29,3 31,2 (41,6) 22,3 (25,2) 45,8 (33,2)<br />

Turquía (1994) 3 39,6 38,3 (41,1) 30,1 (28,4) 50,2 (30,6)<br />

Notas: La situación en <strong>el</strong> empleo se ja según <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> principal. Las cifras entre paréntesis indican <strong>el</strong> porcentaje<br />

de asalariados, trabajadores familiares y trabajadores por cuenta propia con r<strong>el</strong>ación al total de trabajadores.<br />

1 Horas habituales en <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> principal y horas reales en ocupaciones secundarias (48 horas o más a la semana).<br />

2 Horas realmente trabajadas contando todas las ocupaciones (48 horas o más a la semana). 3 Horas<br />

realmente trabajadas contando todas las ocupaciones (49 horas o más a la semana).<br />

Fuentes: Labour Force Survey Results, Ministry of Labor and Vocational Training and Central Statistical Organization,<br />

Sanaa, Yemen, 1999, cuadros 5-6, pág. 336. Specially tabulated data on UK from European Union<br />

Labour Force Survey, 2001, Eurostat. Household Labour Force Survey, State Institute of Statistics Prime Ministry<br />

Republic of Turkey, Ankara, 1994, cuadro E14, pág. 58.<br />

El concepto de desempleo cobró auge durante la gran depresión<br />

d<strong>el</strong> decenio de 1930 y se concretó en la medición d<strong>el</strong> número de personas<br />

que no podían encontrar <strong>trabajo</strong>. Así, <strong>el</strong> índice «clásico de desempleo<br />

es <strong>el</strong> porcentaje de personas desempleadas que hay en la población<br />

activa. Tras la Decimotercera Conferencia Internacional de Estadígrafos<br />

d<strong>el</strong> Trabajo (CIET), c<strong>el</strong>ebrada en octubre de 1982, se considera que<br />

una persona en edad de trabajar está desempleada si no tiene <strong>trabajo</strong>,<br />

pero está dispuesta a trabajar y ha estado buscando empleo activamente<br />

durante un período de referencia reciente 6.<br />

Las encuestas nacionales sobre la población activa son las fuentes<br />

más completas y más aptas de datos <strong>para</strong> hacer com<strong>para</strong>ciones internacionales<br />

d<strong>el</strong> desempleo, pues en su gran mayoría siguen las recomenda-<br />

5 Correspondencia personal de Steve Hipple, de la Oficina de Estadísticas d<strong>el</strong> Trabajo de<br />

los Estados Unidos.<br />

6 Véase la Resolución sobre estadísticas de la población económicamente activa, d<strong>el</strong><br />

empleo, d<strong>el</strong> desempleo y d<strong>el</strong> subempleo de la referida Conferencia Internacional de Estadígrafos<br />

d<strong>el</strong> Trabajo (OIT, 2000, págs. 26 y 27, párrafo 10).


210 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

ciones de la OIT en materia de estadística. Las diferencias que, pese a<br />

todo, existen entre los países se derivan principalmente de la edad laboral<br />

mínima, sobre la que no existe ninguna resolución internacional: se<br />

fija a niv<strong>el</strong> nacional, y en la mayoría de los países es de 15 años.<br />

Hemos extraído los datos de desempleo de las encuestas nacionales<br />

sobre la población activa de cincuenta y siete países. Como se puede<br />

apreciar en <strong>el</strong> gráfico 4, <strong>el</strong> 23,5 por ciento de los países industrializados<br />

tiene una tasa clásica de desempleo superior al 10 por ciento, es decir,<br />

en <strong>el</strong> 76 por ciento de <strong>el</strong>los la tasa es inferior al 10 por ciento. En cuanto<br />

a los países en desarrollo, la tasa de desempleo es inferior al 10 por<br />

ciento en <strong>el</strong> 61 por ciento de <strong>el</strong>los, cifra que no está tan lejos de la observada<br />

en los países industrializados. De hecho, podría decirse que en<br />

unas tres cuartas partes de los países en desarrollo <strong>el</strong> desempleo es r<strong>el</strong>ativamente<br />

bajo.<br />

En la mayoría de los países se considera que la tasa de desempleo<br />

es un indicador importante d<strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> mercado de <strong>trabajo</strong>.<br />

Sin embargo, en los países de ingresos bajos no es un indicador tan significativo,<br />

porque la gente no puede permitirse estar mucho tiempo<br />

desempleada sin tener seguro de desempleo o algún tipo de ayuda estatal<br />

equivalente, y <strong>el</strong>lo incluso en sociedades caracterizadas por una<br />

fuerte solidaridad familiar. Se ven obligados por la necesidad a tratar de<br />

ganarse la vida, normalmente haciendo <strong>trabajo</strong>s por cuenta propia o en<br />

la economía informal. En consecuencia, como la mayoría de su población<br />

activa trabaja en la economía informal, muchos de estos países<br />

notifican tasas de desempleo bajas. En los países que sí ofrecen protección<br />

social, en cambio, los desempleados pueden permitirse estar sin<br />

trabajar mientras buscan un <strong>trabajo</strong> más acorde con la carrera profesional<br />

que <strong>el</strong>igieron, razón por la cual las tasas de desempleo son más altas<br />

en <strong>el</strong>los que en los países de ingresos bajos. En resumen, la tasa clásica<br />

de desempleo no es un buen indicador <strong>para</strong> todos los países.<br />

El riesgo de desempleo es mayor entre los asalariados que entre<br />

los trabajadores independientes. El <strong>trabajo</strong> asalariado está basado en<br />

alguna forma de contrato, sea explícito o implícito, entre <strong>el</strong> trabajador<br />

y <strong>el</strong> empleador. Además, cualquiera de las dos partes puede rescindir<br />

un contrato laboral, mientras que un trabajador por cuenta propia que<br />

pasa por apuros económicos simplemente gana menos y, por lo general,<br />

no se registra como desempleado. Por eso es normal que la mayoría de<br />

los desempleados sean asalariados que han perdido su colocación. En<br />

la Turquía de 1994, por ejemplo, <strong>el</strong> 50 por ciento de los desempleados<br />

había sido asalariado anteriormente, <strong>el</strong> 8 por ciento había sido independiente<br />

y <strong>el</strong> 42 por ciento buscaba <strong>trabajo</strong> por primera vez (Turquía,<br />

1994, pág. 81, cuadro E-37). Además, la mayoría de los desempleados<br />

busca empleo asalariado. Así es que <strong>el</strong> concepto clásico de desempleo<br />

tiene una utilidad escasa en los mercados laborales dominados por <strong>el</strong><br />

<strong>trabajo</strong> independiente. No obstante, la tasa tradicional se puede ajustar


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 211<br />

Gráfico 4. Porcentajes de países con tasas de desempleo superiores<br />

al 10 por ciento<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

39,3<br />

78,6<br />

En desarrollo<br />

(28 países)<br />

58,3<br />

<strong>para</strong> que cubra sólo a la población de riesgo, es decir, a los trabajadores<br />

asalariados.<br />

El otro indicador de desempleo que se propone es <strong>el</strong> cociente<br />

entre <strong>el</strong> número de trabajadores desempleados y <strong>el</strong> número de personas<br />

activas que o son asalariados o están buscando un <strong>trabajo</strong> asalariado.<br />

En <strong>el</strong> cuadro 3 figuran las tasas clásicas de desempleo de Francia y Sri<br />

Lanka, junto a sus tasas de desempleo de la población asalariada 7.<br />

Como se aprecia en <strong>el</strong> cuadro 3, la tasa clásica de desempleo de Sri<br />

Lanka es d<strong>el</strong> 8,7 por ciento, y la de Francia d<strong>el</strong> 8,9 por ciento. Sin<br />

embargo, es mayor la diferencia entre sus tasas específicas de desempleo,<br />

que son d<strong>el</strong> 14,2 y d<strong>el</strong> 9,9 por ciento, respectivamente. La diferencia<br />

tal vez se deba a la <strong>el</strong>evada proporción de <strong>trabajo</strong> independiente que<br />

hay en Sri Lanka (42,1 por ciento) en com<strong>para</strong>ción con Francia (10,8<br />

por ciento). En <strong>el</strong> caso de los países que poseen un alto porcentaje de<br />

<strong>trabajo</strong> independiente, por tanto, es preferible calcular la tasa d<strong>el</strong> tra-<br />

7 Aunque rara vez se usa, la tasa de desempleo d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> asalariado no es un concepto<br />

nuevo. Se hace referencia a <strong>el</strong>la en la Resolución sobre estadísticas de la población económicamente<br />

activa, d<strong>el</strong> empleo, d<strong>el</strong> desempleo y d<strong>el</strong> subempleo, adoptada por la Decimotercera Conferencia<br />

Internacional de Estadígrafos d<strong>el</strong> Trabajo, c<strong>el</strong>ebrada en Ginebra en octubre de 1982. El<br />

párrafo 21, apartado 4), dice así: «Se pueden obtener tasas de desempleo r<strong>el</strong>ativas al empleo asalariado,<br />

por un lado, y al empleo independiente, por otro, cuando se juzgue útil y posible (OIT,<br />

2000, pág. 27).<br />

83,3<br />

En transición<br />

(12 países)<br />

23,5<br />

41,2<br />

Industrializados<br />

(17 países)<br />

Tasa clásica Tasa d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> asalariado<br />

Nota: Tasa r<strong>el</strong>ativa al <strong>trabajo</strong> asalariado = desempleados/(asalariados + desempleados). Los desempleados que<br />

tratan de establecerse como independientes no deben incluirse en <strong>el</strong> cálculo de esta tasa.<br />

Fuentes: Encuestas nacionales de población activa.


212 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

Cuadro 3. Tasa clásica de desempleo y tasa de desempleo d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> asalariado,<br />

en dos países (en porcentaje)<br />

bajo asalariado, simplemente porque los asalariados tienen más probabilidades<br />

de quedarse sin empleo que los independientes.<br />

En <strong>el</strong> gráfico 4 se com<strong>para</strong>n los porcentajes de los países en desarrollo,<br />

en transición e industrializados cuyas tasas de desempleo (la clásica<br />

y la r<strong>el</strong>ativa al <strong>trabajo</strong> asalariado) son iguales o superiores al 10 por<br />

ciento. Las cifras mayores se dan con mucha más frecuencia en los países<br />

en desarrollo (39,3 y 78,6 por ciento) que en los industrializados<br />

(23,5 y 41,2 por ciento).<br />

La tasa de desempleo de la población asalariada puede explicarse<br />

mediante su r<strong>el</strong>ación lineal con la tasa de desempleo total. Una regresión<br />

lineal rev<strong>el</strong>a que <strong>el</strong> efecto principal se deriva de una diferencia<br />

entre ambas que es más pronunciada en los países en desarrollo. Por<br />

ejemplo, si la tasa clásica de Bélgica es d<strong>el</strong> 8,6 por ciento, la d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong><br />

asalariado asciende al 10,9 por ciento. En <strong>el</strong> Líbano, cuya tasa total es<br />

d<strong>el</strong> 8,3 por ciento, la específica resulta d<strong>el</strong> 13,6 por ciento. Así es que <strong>el</strong><br />

desniv<strong>el</strong> entre las dos tasas es mayor en los países en desarrollo que en<br />

los industrializados, mientras que los países con economías en transición<br />

se encuentran en un punto intermedio.<br />

Por lo tanto, <strong>para</strong> hacer una com<strong>para</strong>ción entre países es preferible<br />

calcular la tasa de desempleo d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> asalariado <strong>para</strong> así centrar<br />

la investigación en la población de riesgo, ya que la tasa clásica es poco<br />

significativa en los países cuyos mercados laborales están dominados<br />

por <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> por cuenta propia (independiente).<br />

Niños sin escolarizar<br />

Tasas de desempleo Proporción de <strong>trabajo</strong><br />

independiente<br />

Clásica R<strong>el</strong>ativa al <strong>trabajo</strong><br />

asalariado 1<br />

Francia (2002) 8,9 9,9 10,8<br />

Sri Lanka (2001) 8,7 14,2 42,1<br />

1 Los desempleados que intentan establecerse como trabajadores independientes deben excluirse d<strong>el</strong> cálculo<br />

de la tasa de desempleo de los asalariados.<br />

Fuentes: Quarterly Report of the Sri Lanka Labour Force Survey, Department of Census & Statistics, Ministry of<br />

Interior, Colombo, primer trimestre de 2002, cuadros 1 y 5, págs. 8 y 16. Enquête sur l’emploi, Institut National<br />

de la Statistique et des Etudes Economiques, París, marzo de 2002, cuadros PA05 y DEM01, págs. 61 y 102.<br />

Las formas de <strong>trabajo</strong> infantil que se han de erradicar constituyen<br />

un fenómeno difícil de <strong>medir</strong>, y son pocos los países que <strong>el</strong>aboran estadísticas<br />

sobre este asunto. En su lugar, <strong>el</strong> indicador que aquí se propone<br />

mide <strong>el</strong> número de niños que no van a la escu<strong>el</strong>a o, <strong>para</strong> ser más concretos,<br />

<strong>el</strong> número de niños de 10 a 14 años que no están matriculados en<br />

ningún establecimiento d<strong>el</strong> sistema educativo nacional. El indicador es


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 213<br />

la diferencia entre 100 y la tasa neta de escolarización definida por la<br />

UNESCO. La tasa neta de escolarización en la enseñanza primaria y<br />

secundaria estima <strong>el</strong> número de niños que están matriculados en escu<strong>el</strong>as<br />

de estos niv<strong>el</strong>es y que tienen la edad oficial <strong>para</strong> estar matriculados<br />

en <strong>el</strong>las, y se calcula mediante <strong>el</strong> porcentaje sobre la población total de<br />

dicho tramo de edades.<br />

El indicador que empleamos se circunscribe al grupo de edad de<br />

10 a 14 años porque, como no todos los países sitúan a la misma edad la<br />

escolarización obligatoria, no se puede garantizar la com<strong>para</strong>bilidad<br />

internacional de las tasas r<strong>el</strong>ativas a los niños de 5 a 9 años.<br />

En un estudio reciente se sostiene que la diferencia entre <strong>el</strong><br />

número de niños que trabajan y <strong>el</strong> número de niños que no van a la<br />

escu<strong>el</strong>a — estimación d<strong>el</strong> año 2000 — se compensa entre sí a escala<br />

mundial (OIT, 2002a). En <strong>el</strong> cuadro 4 figura una tabulación cruzada de<br />

los datos sobre la situación educativa y económica, con los porcentajes<br />

de niños que se encuentran en cada uno de los cuatro casos posibles.<br />

Lo que hace falta cuantificar es <strong>el</strong> número de niños que trabajan.<br />

Para <strong>el</strong>lo, se parte de que su porcentaje es igual al de niños que no están<br />

escolarizados restándole <strong>el</strong> de los que no están trabajando ni escolarizados<br />

y sumándole <strong>el</strong> de los que simultanean la escu<strong>el</strong>a con <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong>.<br />

Si <strong>el</strong> número de niños en estas dos últimas categorías fuera cero, <strong>el</strong><br />

número de niños que trabajan sería igual al de los no escolarizados. En<br />

<strong>el</strong> caso de que <strong>el</strong> número de niños de cada una de esas dos categorías<br />

sea igual, las dos cifras se anularán entre sí y <strong>el</strong> número de niños que trabajan<br />

volverá a ser <strong>el</strong> mismo que <strong>el</strong> de los no escolarizados. Esto es lo<br />

que ocurre a niv<strong>el</strong> mundial, aunque en países concretos puede haber<br />

diferencias significativas entre estas dos magnitudes.<br />

En todo <strong>el</strong> mundo, <strong>el</strong> 9,9 por ciento de los niños de 10 a 14 años<br />

simultaneaba la escu<strong>el</strong>a y <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> en <strong>el</strong> año 2000, mientras que <strong>el</strong> 10,1<br />

por ciento de <strong>el</strong>los ni trabajaba ni estaba escolarizado, debido, en<br />

muchos casos, a que realizaban tareas domésticas diversas que no se<br />

cuentan como actividad económica. Estas dos cifras se compensan<br />

entre sí <strong>para</strong> arrojar un porcentaje de niños que trabajan d<strong>el</strong> 23 por<br />

ciento, que es casi igual al de niños sin escolarizar: <strong>el</strong> 23,2 por ciento. No<br />

obstante, esta ecuación a escala mundial no se verifica necesariamente<br />

a niv<strong>el</strong> nacional. En Ghana, por ejemplo, <strong>el</strong> 34 por ciento de los niños<br />

trabajaba, mientras que sólo <strong>el</strong> 17 por ciento no estaba escolarizado.<br />

Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que <strong>el</strong> concepto de «niños<br />

que trabajan es más amplio que <strong>el</strong> de «<strong>trabajo</strong> infantil que ha de erradicarse<br />

8. Según la OIT (ibíd.), <strong>el</strong> 82 por ciento de los niños que trabajan<br />

lo hacen en formas de <strong>trabajo</strong> infantil que deben <strong>el</strong>iminarse. En<br />

8 El <strong>trabajo</strong> infantil que se ha de erradicar es <strong>el</strong> que realiza un niño que no alcanza la edad<br />

mínima estipulada <strong>para</strong> <strong>el</strong> tipo de <strong>trabajo</strong> de que se trate y todo <strong>trabajo</strong> que ponga en p<strong>el</strong>igro la<br />

salud o <strong>el</strong> bienestar físico, mental o moral d<strong>el</strong> niño (OIT, 2002b, págs. 9 y 10).


214 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

Cuadro 4. Situación de los niños de 10 a 14 años de edad según su actividad<br />

en <strong>el</strong> año 2000 (en porcentaje)<br />

Trabajando Sin trabajar Total<br />

Escolarizados 9,9 66,9 76,8<br />

Sin escolarizar 13,1 10,1 23,2<br />

Total 23,0 77,0 100,0<br />

Fuente: OIT, 2002a, cuadro 14, pág. 41.<br />

otras palabras, <strong>el</strong> número de niños que trabajan es mayor que <strong>el</strong><br />

número de niños que se dedican a estos tipos específicos de <strong>trabajo</strong><br />

infantil.<br />

D<strong>el</strong> mismo modo, <strong>el</strong> número de niños que no van a la escu<strong>el</strong>a es<br />

mayor que <strong>el</strong> número de niños que están sin escolarizar (porque, aunque<br />

técnicamente estén matriculados en una institución educativa,<br />

puede que los niños se salten las clases). Cerca d<strong>el</strong> 69 por ciento de los<br />

niños que no van a la escu<strong>el</strong>a están en realidad matriculados en un establecimiento<br />

educativo.<br />

Por estas razones, <strong>el</strong> número de niños sometidos a formas de <strong>trabajo</strong><br />

infantil que deben erradicarse se calcula a partir d<strong>el</strong> número de<br />

niños que no están matriculados en ninguna escu<strong>el</strong>a, bajo <strong>el</strong> supuesto<br />

de que la r<strong>el</strong>ación entre estas dos magnitudes es la misma que la que<br />

hay entre <strong>el</strong> número de niños que trabajan y <strong>el</strong> número de niños que no<br />

van a la escu<strong>el</strong>a.<br />

Valiéndose de los datos de la UNESCO, hemos calculado respecto<br />

de cincuenta y seis países los porcentajes de niños de 10 a 14 años<br />

que no están matriculados en la escu<strong>el</strong>a (UNESCO, 1999, cuadro II-9,<br />

págs. II.314-II.413). Las tasas netas de matriculación de la UNESCO<br />

están basadas en niños pertenecientes a los grupos de edad oficiales que<br />

deben estar matriculados en la enseñanza primaria o secundaria, grupos<br />

que varían según los países y que no coinciden necesariamente con<br />

<strong>el</strong> de 10 a 14 años de la OIT (véase UNESCO, 1997). Además, debido<br />

a que hay niños que empiezan tarde la escu<strong>el</strong>a y que repiten cursos, es<br />

posible que las tasas de matriculación escolar pasen por alto en todos<br />

los niv<strong>el</strong>es educativos diferencias importantes entre la edad real de los<br />

niños matriculados y la edad oficial de matriculación. Para hacer más<br />

fácil la com<strong>para</strong>ción, por lo tanto, se han ajustado los datos de la<br />

UNESCO ponderando los promedios de las tasas netas de matriculación<br />

según los grupos de edad oficiales que deben estar matriculados en<br />

la enseñanza primaria o secundaria (véase Mehran, 2000).<br />

En <strong>el</strong> cuadro 5 figuran las estimaciones mundiales y regionales de<br />

los porcentajes de niños que están sin escolarizar. A escala mundial, <strong>el</strong><br />

porcentaje general desciende, pues se ha reducido de un 25 por ciento<br />

en <strong>el</strong> período 1985-1989 al 16 por ciento en 1995-1999, sin diferencias<br />

notables entre niños y niñas. Aunque <strong>el</strong> número de países analizados es


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 215<br />

Cuadro 5. Porcentaje de niños de 10 a 14 años sin escolarizar, por región y sexo,<br />

de 1985 a 1999<br />

Región 1985-1989 1990-1994 1995-1999<br />

Niños Niñas Niños Niñas Niños Niñas<br />

Todo <strong>el</strong> mundo 24,9 25,8 (62) 25,2 23,6 (79) 16,3 15,1 (49)<br />

Economías desarrolladas 13,2 12,0 (17) 7,9 6,8 (23) 8,4 8,1 (20)<br />

Economías en transición 29,3 26,5 (3) 25,3 23,3 (8) 17,1 16,9 (6)<br />

Asia y <strong>el</strong> Pacíco 29,9 28,0 (7) 25,7 27,5 (7) 23,1 17,2 (2)<br />

América Latina y <strong>el</strong> Caribe 25,5 24,0 (13) 24,7 23,7 (14) 26,9 24,5 (5)<br />

África centrooriental<br />

y septentrional 28,7 37,9 (9) 30,1 37,8 (12) 27,9 31,5 (9)<br />

África subsahariana 47,3 48,3 (13) 51,5 66,9 (15) 56,3 45,1 (7)<br />

Notas: El porcentaje de cada región se calcula a partir de la media de los porcentajes nacionales de niños y<br />

niñas, por grupo de país y período. Las cifras entre paréntesis indican <strong>el</strong> número de países utilizados <strong>para</strong> calcular<br />

la mediana.<br />

Fuente: Elaborado con datos de UNESCO, 1999, cuadro II.9.<br />

r<strong>el</strong>ativamente pequeño, parece que a escala regional sólo siguen esta<br />

tendencia mundial tres grupos de países, a saber, los de economía desarrollada,<br />

los países con economía en transición, y los de Asia y <strong>el</strong> Pacífico.<br />

En este último grupo, no obstante, <strong>el</strong> número de países de<br />

referencia es demasiado pequeño como <strong>para</strong> extraer conclusiones<br />

generales. Los otros tres grupos — América Latina y <strong>el</strong> Caribe y los dos<br />

grupos africanos — no muestran ninguna tendencia clara durante <strong>el</strong><br />

período estudiado.<br />

El desniv<strong>el</strong> entre los sexos es bastante reducido en todas las regiones.<br />

Sin embargo, estas pequeñas diferencias, cuando pueden observarse,<br />

su<strong>el</strong>en apuntar en la misma dirección: en la mayoría de los casos,<br />

las tasas de niños sin escolarizar son ligeramente superiores a las de las<br />

niñas. Una excepción notable es <strong>el</strong> África subsahariana, donde las diferencias<br />

entre los sexos en materia de escolarización son mucho mayores,<br />

con valores más altos en la tasa femenina que en la masculina en<br />

dos de los tres períodos.<br />

Las tasas de niños sin escolarizar son muy variables de país a país,<br />

desde <strong>el</strong> 1 por ciento de Noruega al 83 por ciento de Níger. La primera<br />

cuartila de la distribución está formada principalmente por países desarrollados<br />

(son trece de los catorce países estudiados que tienen tasas de<br />

entre <strong>el</strong> 1 y <strong>el</strong> 9 por ciento), mientras que en la última cuartila figuran<br />

sobre todo países africanos (son diez de los quince cuya tasa se sitúa<br />

entre <strong>el</strong> 35 y <strong>el</strong> 83 por ciento). Los países con economías en transición y<br />

los latinoamericanos se hallan en torno a la media de la distribución:<br />

por ejemplo, Estonia registra un 15 por ciento y Chile un 17 por ciento.<br />

No parece observarse ninguna pauta internacional concreta en lo<br />

que se refiere al desniv<strong>el</strong> de escolarización entre niños y niñas. El diferencial<br />

va desde los 13 puntos porcentuales de Turquía (32 por ciento


216 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

en los niños y 45 por ciento en las niñas) hasta 0 en Malta (17 por ciento<br />

en ambos sexos).<br />

Desempleo juvenil<br />

La tasa de desempleo juvenil mide <strong>el</strong> número de personas desempleadas<br />

dentro d<strong>el</strong> conjunto de personas de 15 a 24 años que forman<br />

parte de la población activa. Este indicador pone de manifiesto la dificultad<br />

que tienen los jóvenes <strong>para</strong> encontrar <strong>trabajo</strong>. Por lo general, la<br />

categoría más expuesta al desempleo es la de los jóvenes licenciados<br />

que buscan su primer <strong>trabajo</strong>. El <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> <strong>para</strong> los jóvenes es<br />

uno de los ocho Objetivos de Desarrollo d<strong>el</strong> Milenio fijados por las<br />

Naciones Unidas, y <strong>el</strong> desempleo juvenil es uno de los cuarenta y ocho<br />

<strong>indicadores</strong> d<strong>el</strong> avance hacia estos objetivos.<br />

La tasa de desempleo de las personas jóvenes que buscan su primer<br />

<strong>trabajo</strong> es alta, lo cual se puede atribuir a que carecen de experiencia<br />

profesional y, muchas veces, de acceso a todas las ofertas de <strong>trabajo</strong>.<br />

Además, los trabajadores jóvenes cambian de empleo con frecuencia y,<br />

por tanto, tienen un mayor riesgo de quedarse desempleados.<br />

Aquí, <strong>el</strong> problema de la com<strong>para</strong>bilidad internacional entre países<br />

desarrollados y países en desarrollo es <strong>el</strong> mismo que hemos visto anteriormente<br />

respecto de la tasa clásica de desempleo. En los países industrializados,<br />

la cuestión se complica aún más por <strong>el</strong> hecho de que no<br />

todas las estadísticas nacionales incluyen a los jóvenes que están recibiendo<br />

formación profesional. En los países en que ésta se imparte en<br />

instituciones académicas, como por ejemplo Francia, no siempre se les<br />

considera ocupados, lo cual reduce <strong>el</strong> tamaño estadístico de la población<br />

activa e incrementa la tasa de desempleo juvenil. En otros, como<br />

Alemania, donde la mayor parte de la formación profesional se imparte<br />

en las propias empresas y está integrada en <strong>el</strong> proceso de producción,<br />

se les cuenta como trabajadores, lo cual <strong>el</strong>eva estadísticamente <strong>el</strong><br />

número de ocupados y reduce la tasa de desempleo juvenil 9.<br />

A partir de datos de encuestas nacionales de población activa, en<br />

<strong>el</strong> gráfico 5 se com<strong>para</strong> la tasa de desempleo general con la tasa de desempleo<br />

juvenil en cincuenta y seis países. Como cabe apreciar, la r<strong>el</strong>ación<br />

entre la tasa de desempleo juvenil y la tasa de desempleo total es<br />

mayor que 1 y cercana a 2 en todos los países. En otras palabras, la tasa<br />

de desempleo de los jóvenes es aproximadamente <strong>el</strong> doble que la<br />

tasa de desempleo de toda la población en edad de trabajar. Dos países<br />

destacan en este gráfico: Mauricio y Macedonia (antigua República de<br />

Yugoslavia). En Macedonia, la tasa de desempleo es d<strong>el</strong> 32,4 por ciento<br />

en la población de 12 años en ad<strong>el</strong>ante, y d<strong>el</strong> 62,4 por ciento en <strong>el</strong> grupo<br />

9 Este ejemplo se debe a Ralf Hussmanns, de la Oficina de Estadística de la OIT.


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 217<br />

Gráfico 5. R<strong>el</strong>ación entre la tasa de desempleo juvenil y la tasa de desempleo total<br />

Tasa de desempleo juvenil<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

R = 2 R (Mundial) = 1,7 R = 1<br />

0 10 20 30 40 50 60 70 80<br />

Tasa de desempleo total<br />

Nota: R = R<strong>el</strong>ación (cociente) entre la tasa de desempleo juvenil y la tasa nacional de desempleo.<br />

Fuentes: Encuestas nacionales de población activa.<br />

Países en desarrollo<br />

Países en transición<br />

Países industrializados<br />

Todo <strong>el</strong> mundo y regiones:<br />

R en 1999<br />

Todo <strong>el</strong> mundo 1,7<br />

Industrializados 2,0<br />

En transición 1,6<br />

Asia y <strong>el</strong> Pacifico 2,3<br />

América latina<br />

y <strong>el</strong> Caribe 2,1<br />

África subsahariana ...<br />

África centro-oriental<br />

y septentrional ...<br />

Fuente: OIT, 2001<br />

de 12 a 24 años de edad. La razón, por tanto, se acerca a 2, aunque<br />

ambas tasas son más <strong>el</strong>evadas que en otros países, y por eso Macedonia<br />

ocupa una posición extrema en <strong>el</strong> gráfico. En Mauricio, la tasa de desempleo<br />

en la población de 15 años en ad<strong>el</strong>ante es d<strong>el</strong> 9,8 por ciento y<br />

la de desempleo juvenil d<strong>el</strong> 46,8 por ciento, por lo que la r<strong>el</strong>ación entre<br />

una y otra es excepcionalmente alta, en torno al 4,8. Según los Indicadores<br />

Clave d<strong>el</strong> Mercado de Trabajo (OIT, 2001), la razón media mundial<br />

entre <strong>el</strong> desempleo juvenil y <strong>el</strong> desempleo total es d<strong>el</strong> 1,7. El<br />

desempleo juvenil es, por consiguiente, un problema que padecen<br />

todos los países, sin que haya diferencias significativas según <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de<br />

desarrollo económico.<br />

En <strong>el</strong> cuadro 6 se com<strong>para</strong>n las tasas de desempleo juvenil y de<br />

desempleo total en Panamá y Australia. Se indica también <strong>el</strong> porcentaje<br />

de jóvenes en <strong>el</strong> total de desempleados y <strong>el</strong> de jóvenes en toda la<br />

población de estos dos países en edad de trabajar.<br />

La r<strong>el</strong>ación entre desempleo juvenil y desempleo total es la misma<br />

en Panamá y Australia: un 2,1; es decir, <strong>el</strong> desempleo es dos veces<br />

mayor en los jóvenes que en la población general en edad de trabajar.<br />

Panamá tiene más porcentaje de jóvenes en su población desempleada<br />

(26,4 por ciento frente a 17,5 en Australia), pero también es mayor su


218 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

Cuadro 6. Tasa de desempleo juvenil y porcentaje de jóvenes en <strong>el</strong> total de<br />

desempleados y en la población en edad de trabajar<br />

Tasa de<br />

desempleo<br />

juvenil<br />

Tasa de<br />

desempleo<br />

total<br />

R<strong>el</strong>ación Porcentaje<br />

de jóvenes<br />

en <strong>el</strong> total de<br />

desempleados<br />

Panamá (2000) 28,9 13,5 2,1 26,4 46,4<br />

Australia (2002) 12,4 6,0 2,1 17,5 39,6<br />

porcentaje de jóvenes dentro de la población en edad de trabajar (46,4<br />

por ciento frente a 39,6 en Australia).<br />

Como se aprecia en <strong>el</strong> gráfico 6, la r<strong>el</strong>ación entre los porcentajes<br />

de jóvenes dentro d<strong>el</strong> total de desempleados y dentro de la población<br />

en edad de trabajar es distinta en los países en desarrollo, con economías<br />

en transición e industrializados, si bien es mayor que 1 en todos<br />

<strong>el</strong>los salvo Honduras. En los países con economías en transición, la tasa<br />

de jóvenes en <strong>el</strong> total de desempleados es más baja que en los países en<br />

desarrollo; de hecho, también lo es la de jóvenes dentro de la población<br />

en edad de trabajar.<br />

En los países en desarrollo, <strong>el</strong> porcentaje de jóvenes en <strong>el</strong> total de<br />

desempleados es más <strong>el</strong>evado que en los otros dos grupos de países;<br />

pero también lo es su tasa de jóvenes en la población en edad de trabajar.<br />

Así, <strong>el</strong> alto porcentaje de jóvenes entre los desempleados se explica<br />

en parte por <strong>el</strong> alto porcentaje de jóvenes dentro de la población total<br />

en edad de trabajar. La r<strong>el</strong>ación se sitúa entre 1 y 2 en todos los países<br />

en desarrollo excepto dos, Sri Lanka y Honduras.<br />

La mayoría de los países en los que esta r<strong>el</strong>ación es superior a 2<br />

son países industrializados, lo cual, dado que no puede atribuirse a que<br />

tengan una <strong>el</strong>evada proporción de jóvenes en la población en edad de<br />

trabajar, apunta a la existencia de problemas económicos. Por tanto, <strong>el</strong><br />

alto niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> desempleo juvenil no es un problema exclusivo de los países<br />

en desarrollo: también en los industrializados, la tasa de desempleo<br />

juvenil es <strong>el</strong> doble de la tasa de desempleo total.<br />

Desniv<strong>el</strong> entre las tasas de actividad masculina<br />

y femenina<br />

Porcentaje<br />

de jóvenes en<br />

la población<br />

en edad<br />

de trabajar<br />

Notas: Tasa de desempleo total: desempleados/ (ocupados + desempleados). Tasa de desempleo juvenil: desempleados<br />

15-24 / (ocupados 15-24 + desempleados 15-24). R<strong>el</strong>ación: cociente entre <strong>el</strong> desempleo juvenil y<br />

<strong>el</strong> desempleo total.<br />

Fuentes: Labour Force, Australia Bureau of Statistics, Canberra, septiembre de 2002, cuadros 11-12, págs. 23-<br />

24, cuadro 1, pág. 10; Encuesta Continua de Hogares, vol. I, Dirección de Estadística y Censo, Panamá, agosto<br />

de 2000, cuadro 441-06, pág. 25.<br />

La tasa de actividad, también llamada tasa de participación en la<br />

fuerza de <strong>trabajo</strong>, mide la población económicamente activa de un país<br />

en com<strong>para</strong>ción con su población en edad de trabajar, en un período de


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 219<br />

Gráfico 6. R<strong>el</strong>ación entre <strong>el</strong> porcentaje de jóvenes en <strong>el</strong> desempleo total y <strong>el</strong><br />

porcentaje de jóvenes dentro de la población en edad de trabajar<br />

Porcentaje de jóvenes en <strong>el</strong> desempleo total<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

R = 2 R = 1<br />

0 10 20 30 40 50 60 70 80<br />

Porcentaje de jóvenes dentro de la población en edad de trabajar<br />

Países en desarrollo Países en transición Países industrializados<br />

Nota: R = R<strong>el</strong>ación (cociente) entre <strong>el</strong> porcentaje de jóvenes en <strong>el</strong> desempleo total y <strong>el</strong> porcentaje de jóvenes<br />

dentro de la población en edad de trabajar.<br />

Fuentes: Encuestas nacionales de población activa.<br />

referencia dado. Da una idea de la cantidad de mano de obra disponible<br />

<strong>para</strong> la producción de bienes y servicios, y su desagregación por sexo y<br />

edad muestra la composición de la población económicamente activa<br />

d<strong>el</strong> país.<br />

La población en edad de trabajar está compuesta por todas las<br />

personas de 15 años en ad<strong>el</strong>ante. Las que se incorporan al mercado<br />

laboral pasan a formar parte de la población activa, que engloba tanto<br />

a las personas ocupadas como a las desempleadas. Una persona se<br />

considera ocupada si participa en la producción de bienes y servicios,<br />

aunque sea sólo una hora, durante un breve período de referencia


220 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

especificado, o si lo hace habitualmente aunque en ese período concreto<br />

no esté trabajando (véase OIT, 2000, párrafo 9, pág. 26). Pueden<br />

ser empleadores, asalariados, trabajadores independientes, personas<br />

que trabajan en <strong>el</strong> hogar, aprendices o miembros de las fuerzas armadas.<br />

El concepto de actividad económica engloba todos los regímenes<br />

de empleo, incluido <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> ocasional y a tiempo parcial, y todos los<br />

tipos imaginables de empleo irregular. Pero las definiciones reales a<br />

escala nacional no siempre son homogéneas internacionalmente. Por<br />

ejemplo, en algunos países se ha fijado una edad laboral mínima de<br />

16 años o un límite superior de 64 años; en otros no se cuenta a las personas<br />

que sirven en las fuerzas armadas 10.<br />

Por lo común, la tasa de actividad femenina es más baja que la<br />

masculina. Sin embargo, <strong>el</strong> concepto de población económicamente<br />

activa excluye por definición a quienes no intervienen en ninguna<br />

forma reconocida de actividad económica, por lo que algunas categorías<br />

de trabajadores su<strong>el</strong>en estar infravaloradas en las estadísticas sobre<br />

la población activa. Este es <strong>el</strong> caso de las personas que trabajan sólo<br />

unas cuantas horas a la semana (especialmente si su <strong>trabajo</strong> no es regular),<br />

las que tienen un <strong>trabajo</strong> no remunerado y las que trabajan en su<br />

hogar o muy cerca de él y que mezclan a diario su actividad laboral con<br />

sus quehaceres personales. Como hay más mujeres que hombres en estas<br />

situaciones, la fuerza laboral femenina su<strong>el</strong>e verse subestimada en<br />

mayor medida.<br />

Algunos países están procurando allanar los obstáculos con que<br />

tropiezan las mujeres <strong>para</strong> incorporarse a la población activa, lo cual ha<br />

<strong>el</strong>evado de manera sustancial las tasas de actividad femenina. Pero es<br />

un avance r<strong>el</strong>ativamente reciente, y no se ha dado en todos los países.<br />

El indicador d<strong>el</strong> desniv<strong>el</strong> entre las tasas de actividad masculina y<br />

femenina com<strong>para</strong> la proporción de mujeres y de hombres que se han<br />

incorporado al mercado de <strong>trabajo</strong> en cada país, <strong>para</strong> lo cual se restan<br />

las tasas femenina y masculina. Hasta cierto punto, <strong>el</strong> indicador corrige<br />

las diferencias existentes en las definiciones nacionales, mejorando de<br />

este modo la com<strong>para</strong>bilidad internacional. Sin embargo, <strong>el</strong> hecho de<br />

que <strong>el</strong> desniv<strong>el</strong> se reduzca en algunos países debe interpretarse con caut<strong>el</strong>a:<br />

puede ser que se deba a un descenso de la actividad masculina, no<br />

al incremento de la femenina. El cuadro 7 muestra las tasas de actividad<br />

de dos países, así como <strong>el</strong> desniv<strong>el</strong> entre uno y otro sexo.<br />

Como cabe apreciar en <strong>el</strong> cuadro 7, son muy distintas las tasas de<br />

actividad de Marruecos y de Dinamarca. En Marruecos, la tasa femenina<br />

es sólo d<strong>el</strong> 24,7 por ciento, frente al 76,9 por ciento de los hombres:<br />

la diferencia entre los dos sexos es de 52,2 puntos, mientras que en<br />

Dinamarca es mucho más pequeña, de 8,2 puntos. El porcentaje de<br />

10 Sobre la definición de desempleo, véase supra <strong>el</strong> análisis d<strong>el</strong> indicador de desempleo.


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 221<br />

Cuadro 7. Tasa de actividad económica de Marruecos y Dinamarca (población<br />

de 15 años en ad<strong>el</strong>ante), desglosada por sexo (en porcentaje)<br />

Población<br />

en edad<br />

de trabajar<br />

Mujeres<br />

activas<br />

Hombres<br />

activos<br />

Marruecos (2002) 50,4 24,7 76,9 –52,2<br />

Dinamarca (2001)<br />

78,2 74,2 82,3 –8,2<br />

Desniv<strong>el</strong><br />

(mujeres-hombres)<br />

Nota: En Dinamarca, la población en edad de trabajar es la de 15 a 64 años.<br />

Fuentes: Activité, emploi et chômage, Ministère de la prévision économique et du plan, Direction de la Statistique,<br />

Rabat, 2002, cuadro 2, pág. 14. Konjunktur Statistik, Danmarks statistik, Copenhague, febrero de 2003,<br />

cuadro 16, pág. 36.<br />

mujeres — con respecto al de hombres — que trabajan o están buscando<br />

<strong>trabajo</strong> es menor en Marruecos que en Dinamarca.<br />

El gráfico 7, construido a partir de los datos de las encuestas nacionales<br />

de población activa disponibles en la OIT, muestra <strong>el</strong> desniv<strong>el</strong><br />

entre las tasas de actividad masculina y femenina de sesenta y cinco países.<br />

La resta entre la tasa femenina y la masculina arroja valores negativos<br />

en todo <strong>el</strong> mundo. Aunque <strong>el</strong>lo se debe en parte a factores<br />

socioculturales, a las barreras educativas y a la cultura en sí misma, la<br />

incorporación de la mujer a la fuerza de <strong>trabajo</strong> también tiene que competir<br />

con las exigencias perentorias de las tareas domésticas y <strong>el</strong> cuidado<br />

de los niños pequeños. Por ejemplo, las mujeres su<strong>el</strong>en dejar de<br />

trabajar <strong>para</strong> tener hijos y criarlos, e incluso cuando sus hijos crecen,<br />

sólo un pequeño porcentaje vu<strong>el</strong>ve al mercado de <strong>trabajo</strong>.<br />

Para valorar las disparidades existentes en <strong>el</strong> mundo, se ha dividido<br />

a los países en tres grupos: los que tienen una gran diferencia entre<br />

las tasas de actividad femenina y masculina (igual o mayor de 40 puntos<br />

porcentuales), los que tienen un desniv<strong>el</strong> intermedio y los que tienen un<br />

desniv<strong>el</strong> pequeño (menos de 20 puntos). En <strong>el</strong> gráfico se distingue también<br />

entre países industrializados, países con economías en transición y<br />

países en desarrollo. En total, nueve países registran un gran desniv<strong>el</strong><br />

entre las tasas de actividad masculina y femenina, y ocho de <strong>el</strong>los pertenecen<br />

al mundo en desarrollo. Y con un desniv<strong>el</strong> pequeño hay treinta<br />

y siete países: quince industrializados, trece con economía en transición<br />

y nueve en desarrollo.<br />

Resumiendo, <strong>el</strong> gráfico 7 indica que en los países en desarrollo <strong>el</strong><br />

desniv<strong>el</strong> entre la tasa de actividad masculina y la femenina es mayor<br />

que en los países industrializados, lo cual significa que en los primeros<br />

hay estadísticamente muchos más hombres que mujeres trabajando o<br />

buscando <strong>trabajo</strong>. En los países industrializados o en transición, <strong>el</strong> desniv<strong>el</strong><br />

es más o menos <strong>el</strong> mismo, con unos valores ligeramente negativos<br />

en la mayoría de <strong>el</strong>los.


222 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

Gráfico 7. Desniv<strong>el</strong> entre las tasas de actividad masculina y femenina (tasa femenina menos tasa masculina, negativa en todos<br />

los países)<br />

Desniv<strong>el</strong> pequeño 3<br />

(37 países)<br />

Desniv<strong>el</strong> intermedio 2<br />

(19 países)<br />

Desniv<strong>el</strong> grande1 (9 países)<br />

Industrializados (15)<br />

Industrializados<br />

(5)<br />

Industrializados<br />

(1)<br />

En desarrollo<br />

(9)<br />

En<br />

transición<br />

(1)<br />

En transición<br />

(13)<br />

En desarrollo<br />

(13)<br />

En desarrollo<br />

(8)<br />

Países industrializados: Alemania, Australia,<br />

Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos,<br />

Finlandia, Francia, Islandia, Nueva Z<strong>el</strong>andia, Noruega,<br />

Portugal, Reino Unido, Suecia, Suiza<br />

Países industrializados: España, Grecia, Irlanda,<br />

Italia, Japón<br />

Países en transición: Macedonia (ex República de<br />

Yugoslavia)<br />

Países industrializados: Turquía<br />

Países en transición: Ninguno<br />

Países en desarrollo: Bangladesh, Jordania, Líbano,<br />

Marruecos, México, Pakistán, Túnez, Yemen.<br />

Países en transición: Croacia, Estonia, Hungría,<br />

Letonia, Lituania, Rep. de Moldova, Polonia,<br />

República Checa, Rumania, Fed. de Rusia,<br />

Eslovaquia, Eslovenia, Ucrania<br />

Países en desarrollo: Chile, República de Corea,<br />

Costa Rica, Filipinas, Honduras, Hong Kong (China),<br />

Indonesia, Malasia, Mauricio, Panamá, Paraguay,<br />

Singapur, Sri Lanka.<br />

Países en desarrollo: Barbados, Botswana, Isra<strong>el</strong>,<br />

Jamaica, Macao (China), Nepal, Sudáfrica, Rep.<br />

Unida de Tanzanía, Tailandia.<br />

1 Desniv<strong>el</strong> grande 40 puntos porcentuales de diferencia. 2 Desniv<strong>el</strong> intermedio: entre 20 y 39 puntos porcentuales de diferencia. 3 Desniv<strong>el</strong> pequeño: < 20 puntos porcentuales<br />

de diferencia.<br />

Fuentes: Encuestas nacionales de población activa.


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 223<br />

Personas mayores sin pensión<br />

El propósito d<strong>el</strong> indicador que mide <strong>el</strong> número de personas que no<br />

reciben pensión por su actividad económica anterior es destacar las<br />

insuficiencias en los términos y condiciones en los que se desenvu<strong>el</strong>ve<br />

la actividad económica desde <strong>el</strong> punto de vista de la futura inactividad<br />

d<strong>el</strong> trabajador. Si <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> es <strong>decente</strong>, <strong>el</strong> trabajador deberá gozar d<strong>el</strong><br />

derecho efectivo a recibir unos ingresos una vez abandonado <strong>el</strong> mercado<br />

laboral. Este indicador debe examinarse por tramos de edad,<br />

especialmente <strong>el</strong> de las personas de 65 años en ad<strong>el</strong>ante. Por tanto, lo<br />

que hay que <strong>medir</strong> es la proporción de personas económicamente inactivas<br />

que tienen más de 65 años y que perciben una pensión por su actividad<br />

económica pasada.<br />

Según las encuestas nacionales de población activa publicadas y<br />

disponibles en la OIT, cuarenta y ocho países desglosan su población<br />

actualmente inactiva en diversas categorías según la razón de su inactividad<br />

económica. Sólo veinticinco países desagregan los resultados por<br />

tramo de edad y sexo, y quince de <strong>el</strong>los siguen más o menos las categorías<br />

recomendadas en la resolución internacional pertinente: «a) asistencia<br />

a institutos de educación; b) dedicación a <strong>trabajo</strong>s d<strong>el</strong> hogar;<br />

c) jubilación o vejez, o d) otras razones tales como enfermedad o incapacidad<br />

(OIT, 2000, párrafo 2, pág. 27).<br />

En <strong>el</strong> cuadro 8 se desglosa la población económicamente inactiva<br />

de catorce países y de los Territorios Palestinos según la razón de su<br />

inactividad, así como la tasa de actividad d<strong>el</strong> tramo de edad especificado<br />

en cada país. Aunque las razones de la inactividad que se agrupan<br />

bajo «jubilación o vejez en <strong>el</strong> cuadro sólo recogen de manera aproximada<br />

la categoría recomendada, la mediana de la distribución de los<br />

porcentajes de este grupo (ambos sexos) es únicamente d<strong>el</strong> 58 por<br />

ciento. Esta cifra tan baja refleja los numerosos problemas que plantea<br />

la situación de las personas que no tienen ingreso alguno cuando son<br />

mayores y están inactivas. Hay también grandes divergencias entre países<br />

que tienen una situación com<strong>para</strong>ble en otros aspectos. Por ejemplo,<br />

la categoría de «jubilación o vejez suma <strong>el</strong> 19 por ciento de las<br />

personas inactivas mayores de 65 años de México, frente al 58 por<br />

ciento de las mayores de 60 de la India.<br />

Para averiguar los factores socioeconómicos que obligan a la gente<br />

a seguir trabajando durante más tiempo (por ejemplo, que no exista la<br />

cobertura de una pensión <strong>para</strong> los mayores o que no haya límite de<br />

edad <strong>para</strong> la actividad económica), lo que hay que examinar es <strong>el</strong> porcentaje<br />

de personas que carecen de pensión con r<strong>el</strong>ación a la tasa de<br />

actividad de la población de 65 años en ad<strong>el</strong>ante. En Jordania, por<br />

ejemplo, <strong>el</strong> 61 por ciento de la población mayor de 65 años era económicamente<br />

inactiva en 2001, pero sólo <strong>el</strong> 33 por ciento de las personas<br />

de esta categoría pertenecía al grupo estudiado de pensionistas.


224 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

Cuadro 8. Población económicamente inactiva, desglosada por razón<br />

de la inactividad<br />

País Tramo de<br />

edad<br />

Tasa de<br />

actividad<br />

Razones de la inactividad Denominaciones1<br />

Asistencia a Dedicación Jubilación<br />

institutos de a <strong>trabajo</strong>s o vejez<br />

educación d<strong>el</strong> hogar<br />

Arg<strong>el</strong>ia (dic. 1991) 60+ 14,9 0,0 36,0 31,8 1 32,1<br />

Australia (sept. 1992) 65-69 — 0,3 38,8 51,6 1 9,4<br />

Bolivia (2.º trim. 1978) 60+ 32,0 0,0 55,1 40,4 1, 2, 3 4,4<br />

Costa Rica (jul. 2002) 65+ 24,4 0,1 23,9 40,8 1, 2, 3 35,1<br />

España (1.º trim. 1998) 55+ 15,9 0,1 26,9 68,0 1, 2 5,0<br />

Estonia (2001) 50-74 45,3 0,0 1,5 80,3 1 18,2<br />

India (1992) 60+ 34,5 0,9 40,8 58,1 1, 2 0,2<br />

Irlanda (1997) 65+ 7,7 0,1 43,9 51,4 1 4,6<br />

Italia (2002) 65+ 3,5 0,0 23,4 69,4 1 7,2<br />

Jordania (nov. 2001) 65+ 38,8 0,0 48,9 33,0 3 18,1<br />

México (2.º trim. 2002) 65+ 31,6 0,1 39,1 19,3 1, 2 41,5<br />

Terr. Palestinos (2000) 55+ 21,1 0,1 36,5 54,5 4, 5 8,9<br />

Tailandia (mayo 1998) 59+ 30,6 0,0 11,3 87,0 4, 5 1,7<br />

Rep. Unida de Tanzanía<br />

(1990/1991) 55+ 82,9 0,0 4,4 70,6 4 25,0<br />

Turquía (oct. 1994) 65+ 50,4 0,0 15,1 31,2 1, 3 53,6<br />

Otras razones<br />

tales como<br />

enfermedad<br />

o incapacidad<br />

1 Denominaciones empleadas en las publicaciones nacionales. 1: Jubilados; 2: Pensionistas; 3: Rentistas; 4: Demasiado mayores;<br />

5: Enfermos/inválidos/incapacitados.<br />

Fuentes: Resultats de l’enquête main d’œuvre decembre 1991: emploi, chômage, travailleurs à domicile (T.D.), Ofce National des<br />

Statistiques, Arg<strong>el</strong>ia, núm. 47, cuadro 1.3, pág. 7. Persons not in the labour force Australia (September 1992), Australian Bureau of<br />

Statistics, catálogo núm. 6220.0, Canberra, 1993, cuadro 3, pág. 9. Resultados de la encuesta de empleo, segundo semestre de<br />

1978, Instituto Nacional de Estadística, Santa Cruz, Bolivia, 1980, cuadro 3.a, pág. 10. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples,<br />

Julio 2002, Principales resultados, Instituto Nacional de Estadística y Censos, San José, diciembre de 2002, cuadro 27, pág.<br />

55. Labour Force 2001, Statistical Ofce of Estonia, 2001, cuadro 107, pág. 113. Employment and Unemployment NSS 48th<br />

Round (January-December 1992), National Sample Survey Organisation, Sarvekshana, India, vol. XVIII, núm. 3, 62, enero-marzo de<br />

1995, cuadro 7, S88-S89. Labour Force Survey 1997, Central Statistics Ofce, cuadro 8, pág. 26. Forze di Lavoro media 2002,<br />

Instituto Nazionale di Statistica, Roma, 2002, cuadro 1.45, pág. 96. Employment and Unemployment Survey (Fourth Round), Reino<br />

Hachemita de Jordania, Department of Statistics, noviembre de 2001, Amman, enero de 2002, cuadro 10-1, pág. 87. Encuesta<br />

Nacional de Empleo 2000, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Secretaría de Trabajo y Previsión Social,<br />

México, cuadro 3.15, pág. 109. Labour Force Survey Annual Report: 2000, Palestinian Central Bureau of Statistics, julio de 2001,<br />

cuadro 54, pág. 100. Encuesta de Población Activa. Principales resultados primer trimestre de 1998, Instituto Nacional de Estadística,<br />

Madrid, 1998, cuadro 10, pág. 9. The Labour Force Survey 1990/91, Bureau of Statistics President’s Ofce, Planning Commission<br />

Dares Salaam and Labour Department, Ministry of Labour and Youth Dev<strong>el</strong>opment, República Unida de Tanzanía<br />

(continente), junio de 1993, cuadros 8.2.1 y 8.3.2, págs. 1-68/69. Report of the Labor Force Survey, National Statistical Ofce,<br />

Whole Kingdom, ronda 2: mayo de 1998, Bangkok, 1998, cuadro 1, págs. 7-8. Household Labour Force Survey Results (October<br />

1994), State Institute of Statistics, Ankara, junio de 1996, cuadro E-4, pág. 48.<br />

A pesar de la heterogeneidad de los datos, los quince países muestran<br />

similitudes en cuanto a la distribución por sexo de las personas<br />

incluidas en la categoría de «jubilación o vejez. De hecho, dentro de la<br />

población actualmente inactiva su<strong>el</strong>en aparecer más hombres que<br />

mujeres, y <strong>el</strong> desniv<strong>el</strong> entre los dos sexos es muy pronunciado (la<br />

mediana de la distribución de esta diferencia en todos los países considerados<br />

es de 37,8 puntos porcentuales).<br />

Estos valores se pueden explicar por dos factores socioeconómicos<br />

r<strong>el</strong>acionados entre sí. En primer lugar, la presencia femenina en<br />

la población actualmente activa es menor que la masculina, por lo que<br />

es frecuente que las mujeres no reúnan las condiciones necesarias <strong>para</strong>


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 225<br />

recibir una pensión de jubilación por su actividad económica anterior.<br />

En segundo lugar, las mujeres a las que se considera económicamente<br />

inactivas su<strong>el</strong>en dedicarse a atender su casa y, en su caso, cuidar de los<br />

hijos, por lo cual entran en la categoría de «dedicación a <strong>trabajo</strong>s d<strong>el</strong><br />

hogar y no en la de «jubilación o vejez.<br />

Por último, de los veinticinco países examinados cuatro no publican<br />

datos sobre toda la población adulta (Australia, por ejemplo, sólo<br />

publica datos sobre <strong>el</strong> grupo de 15 a 69 años en vez de abarcar a toda la<br />

población de 15 años en ad<strong>el</strong>ante). Sería deseable que las estadísticas<br />

prevean un tramo de edad que comience en la edad máxima de jubilación<br />

obligatoria (por ejemplo, 65 años en Francia), siempre que la legislación<br />

d<strong>el</strong> país establezca un límite de este tipo o, en su defecto, un<br />

tramo de edad de 65 años en ad<strong>el</strong>ante.<br />

Para mejorar los datos sobre <strong>el</strong> indicador de personas mayores,<br />

sería necesario distinguir, dentro de la categoría de personas que reciben<br />

una pensión o unos ingresos derivados de sus propiedades o inversiones<br />

(rentistas), a las que cobran una pensión por su actividad<br />

económica pasada y, si es posible, notificar la cuantía media mensual o<br />

anual de ésta.<br />

Com<strong>para</strong>ciones internacionales<br />

La idea básica que subyace a todo este artículo es que la expresión<br />

<strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> significa cosas distintas <strong>para</strong> las distintas categorías de<br />

personas. Para los niños, significa no trabajar en absoluto (o al menos en<br />

ningún <strong>trabajo</strong> que sea un impedimento <strong>para</strong> sus estudios). Para los<br />

adultos que están trabajando, significa principalmente una remuneración<br />

suficiente y no tener una jornada excesiva. Para los desempleados,<br />

<strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> significa encontrar empleo (rápidamente). Para las personas<br />

mayores que ya no ejercen ninguna actividad económica significa<br />

recibir una pensión suficiente por su <strong>trabajo</strong> anterior. En <strong>el</strong> caso de los<br />

jóvenes desempleados y de las mujeres económicamente activas hay<br />

que considerar, además, su posición r<strong>el</strong>ativa respecto de los adultos desempleados<br />

y de los hombres económicamente activos, respectivamente.<br />

En este artículo hemos intentado recopilar datos sobre los siete<br />

<strong>indicadores</strong> propuestos acerca de tantos países como ha sido posible, a<br />

partir principalmente de encuestas recientes sobre la población activa.<br />

Con la posible excepción d<strong>el</strong> desempleo juvenil, los resultados básicos<br />

que se han obtenido indican que <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> está estrechamente<br />

vinculado con <strong>el</strong> desarrollo económico. Por lo general, los países en<br />

desarrollo obtienen en los diversos <strong>indicadores</strong> una puntuación inferior<br />

a la de los países industrializados. Las economías en transición su<strong>el</strong>en<br />

estar en una zona intermedia. El desempleo juvenil parece ser <strong>el</strong> único<br />

indicador que presenta valores <strong>el</strong>evados en todos los países, independientemente<br />

d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de desarrollo económico.


226 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

Una de las ventajas d<strong>el</strong> a<strong>para</strong>to conceptual adoptado en este artículo<br />

es que los siete <strong>indicadores</strong> s<strong>el</strong>eccionados son esencialmente aditivos.<br />

Así, en cada país sobre <strong>el</strong> que se disponga de información completa,<br />

los <strong>indicadores</strong> pueden sumarse aritméticamente — o ponderarse<br />

con la proporción de población pertinente — y así calcular la puntuación<br />

media d<strong>el</strong> país en su conjunto. La cifra resultante se puede considerar<br />

un índice de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> en un momento determinado.<br />

Para evaluar provisionalmente la posición r<strong>el</strong>ativa de los países<br />

hemos <strong>el</strong>egido los países sobre los que teníamos datos r<strong>el</strong>ativos por lo<br />

menos a cuatro <strong>indicadores</strong> — uno de <strong>el</strong>los tenía que ser o bien la remuneración<br />

por hora baja o bien la jornada de <strong>trabajo</strong> excesiva — y los<br />

hemos analizado calculando <strong>el</strong> valor medio de los <strong>indicadores</strong> una vez<br />

excluidos los dos valores extremos (método d<strong>el</strong> promedio recortado).<br />

Por ejemplo, la puntuación de Dinamarca se calcula a partir de cinco<br />

<strong>indicadores</strong> ordenados de menor a mayor d<strong>el</strong> siguiente modo: 0,6; 4,8;<br />

5,5; 8,2, y 12,0. Los dos valores extremos (0,6 y 12,0) se suprimen o<br />

recortan, y con <strong>el</strong> resto se hace la media de este modo:<br />

Índice (Dinamarca): (4,8 + 5,5 + 8,2)/3 = 6,2 por ciento.<br />

Se entiende que este número representa una media porcentual d<strong>el</strong><br />

número de personas que tienen déficit de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> (promediado<br />

sobre las categorías que son objetivo de los <strong>indicadores</strong> de <strong>trabajo</strong><br />

<strong>decente</strong> s<strong>el</strong>eccionados).<br />

Haciendo un cálculo similar en <strong>el</strong> caso de Francia, basado en seis<br />

<strong>indicadores</strong> con los dos valores extremos recortados (0,0 y 22,0), se<br />

llega a este resultado:<br />

Índice (Francia): (4,2 + 8,9 + 8,9 +13,4)/4 = 8,9 por ciento.<br />

Los resultados de Islandia, Suecia y Suiza son los siguientes:<br />

Índice (Islandia): (6,0 + 6,5 + 9,5)/3 = 7,3 por ciento<br />

Índice (Suecia): (3,5 + 4,1 + 7,8)/3 = 5,1 por ciento<br />

Índice (Suiza): (5,6 + 5,7 + 12,7)/3 = 8,0 por ciento.<br />

De estos cinco países, Suecia es <strong>el</strong> que obtiene <strong>el</strong> índice mejor (5,1<br />

por ciento), seguido por Dinamarca (6,2), Islandia (7,3), Suiza (8,0) y<br />

Francia (8,9). Sin embargo, puesto que ni <strong>el</strong> método <strong>para</strong> extraer los<br />

promedios ni los datos en que nos basamos son lo bastante precisos<br />

como <strong>para</strong> justificar una conclusión definitiva sobre la clasificación de<br />

los países, la presentación final se hace por grupos de países (véase <strong>el</strong><br />

cuadro 9). En otras palabras, Dinamarca, Francia, Islandia, Suecia y<br />

Suiza son los cinco países que obtienen la mejor puntuación en términos<br />

de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong>, pero los datos y la metodología no son suficientemente<br />

fiables como <strong>para</strong> determinar con seguridad sus posiciones<br />

r<strong>el</strong>ativas. De todos modos, es interesante señalar que los cinco países


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 227<br />

Cuadro 9. Com<strong>para</strong>ciones internacionales de siete <strong>indicadores</strong> de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong>:<br />

un ejemplo de la metodología 1<br />

País 1.<br />

Tasa de<br />

niños sin<br />

escolarizar<br />

2. 3.<br />

Remunera- Jornada<br />

ción baja de <strong>trabajo</strong><br />

excesiva<br />

4. 5. 6.<br />

7.<br />

Desempleo Desempleo Desniv<strong>el</strong> entre<br />

juvenil las tasas de<br />

actividad<br />

masculina y<br />

femenina<br />

Personas<br />

mayores<br />

que no<br />

reciben<br />

pensión<br />

Media<br />

recortada<br />

Suecia 0,0 ... 7,8 4,1 8,3 3,5 ... 5,1<br />

Dinamarca 5,5 ... 12,0 4,8 ... 8,2 0,6 6,2<br />

Islandia 6,5 ... 30,8 2,8 6,0 9,5 ... 7,3<br />

Suiza 12,7 5,6 ... 2,5 5,7 18,6 ... 8,0<br />

Francia 4,2 ... 8,9 8,9 20,2 13,4 0,0 8,9<br />

Federación de Rusia ... ... 4,3 9,8 18,9 11,7 ... 10,8<br />

Finlandia 3,9 ... 11,3 13,1 25,1 8,6 ... 11,0<br />

Reino Unido 7,2 9,3 21,8 5,2 12,2 15,8 ... 11,1<br />

Bélgica 7,8 ... 10,9 8,6 21,1 18,1 3,7 11,4<br />

Alemania 11,6 ... 11,1 9,2 ... 14,1 ... 11,4<br />

Estados Unidos 8,2 ... 18,2 6,0 12,4 15,1 ... 11,9<br />

Corea, República de 4,7 ... 51,5 2,9 6,1 25,1 ... 12,0<br />

Canadá 7,4 ... 12,9 9,4 15,2 14,4 ... 12,2<br />

Macao (China) ... 10,9 44,0 6,2 10,0 16,0 ... 12.3<br />

Portugal 11.4 ... 16.5 4.1 9.9 16.9 ... 12,6<br />

Japón 0,0 13,7 30,3 5,0 9,6 26,5 ... 13,7<br />

Tanzanía,<br />

Rep. Unida de ... ... 48,2 3,4 7,2 4,6 29,4 13,7<br />

Lituania ... ... 12,4 14,1 26,5 13,6 ... 13,9<br />

Australia 8,7 ... 20,5 6,0 12,4 16,2 48,4 14,5<br />

Estonia 14,7 ... 12,5 9,4 17,4 14,3 19,7 14,7<br />

Tailandia ... ... 54,3 5,0 13,5 17,8 13,0 14,8<br />

Rumania 22,4 ... 12,2 6,4 18,4 14,0 ... 14,9<br />

Eslovaquia ... ... 10,6 19,5 38,5 15,6 ... 17,6<br />

Nepal 68,8 ... 41,6 1,8 3,0 8,3 ... 17,6<br />

Irlanda 11,8 ... 11,8 11,8 18,6 30,0 48,6 18,1<br />

Jamaica 23,6 ... 18,4 15,7 33,6 16,3 ... 19,4<br />

Indonesia 24,9 ... 30,0 4,9 14,6 27,7 ... 22,4<br />

Italia ... ... 19,4 11,3 32,4 28,5 20,6 22,8<br />

Polonia 5,1 ... 29,7 17,9 40,1 14,0 31,3 23,2<br />

Grecia 12,0 ... 35,6 10,3 32,2 26,7 ... 23,6<br />

Yemen ... ... 29,3 8,4 18,7 45,4 ... 24,0<br />

Hong Kong (China) ... ... 42,2 6,9 27,2 20,9 ... 24,1<br />

Mauricio ... ... 23,8 9,8 46,8 38,6 0,0 24,1<br />

México 28,7 17,0 27,9 1,7 3,4 43,9 80,7 24,2<br />

España ... ... 15,2 19,6 37,2 25,9 32,0 25,8<br />

Costa Rica 39,5 11,5 62,1 5,2 10,9 39,7 59,9 32,3<br />

Jordania 27,3 15,4 41,3 14,9 30,0 53,5 67,0 33,5<br />

Sri Lanka 39,7 ... 40,0 8,7 24,6 36,6 ... 33,6<br />

Turquía 39,1 ... 42,1 7,9 13,6 46,7 77,1 35,4<br />

Bangladesh 72,8 ... 43,9 3,4 ... 58,9 ... 51,4<br />

1 Las com<strong>para</strong>ciones internacionales expuestas en este cuadro se presentan sólo a título ilustrativo. El número pequeño de <strong>indicadores</strong><br />

utilizados <strong>para</strong> calcular la media recortada y la gran cantidad de valores que faltan en algunos casos impiden extraer conclusiones<br />

denitivas en cuanto a la posición r<strong>el</strong>ativa de los países. Es posible que con un conjunto de datos más completo y con un<br />

mayor número de <strong>indicadores</strong> se obtengan otras ordenaciones distintas de los países.<br />

Fuentes: Elaboración propia con datos de las encuestas nacionales de población activa.


228 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

con menos déficit de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> son todos europeos, y que no hay<br />

entre <strong>el</strong>los ningún país de Norteamérica.<br />

En la parte inferior d<strong>el</strong> cuadro, <strong>el</strong> cálculo de índices arroja los<br />

siguientes resultados, en orden descendente: Bangladesh (51,4 por<br />

ciento), Turquía (35,4), Sri Lanka (33,6), Jordania (33,5) y Costa Rica<br />

(32,3). Estos países se presentan en <strong>el</strong> cuadro formando un grupo, pero<br />

se entiende que las diferencias entre <strong>el</strong>los no son definitivas debido a las<br />

dudas que pesan sobre los datos y sobre la metodología de índices<br />

utilizada. En estos últimos cinco países están representadas todas las<br />

principales regiones en desarrollo d<strong>el</strong> mundo excepto África, fundamentalmente<br />

porque sólo había un país africano con datos suficientes<br />

<strong>para</strong> <strong>el</strong> estudio: la República Unida de Tanzanía.<br />

La construcción de un índice único de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> basado en<br />

una serie de <strong>indicadores</strong> obliga por lo general a decidir las ponderaciones<br />

de los valores. La asignación de los coeficientes de ponderación<br />

su<strong>el</strong>e entrañar consideraciones subjetivas, lo cual lleva a veces a controversias<br />

irresolubles. Por esta razón, cabría sostener que, en presencia de<br />

determinadas condiciones, la asignación de un peso igual a todos los<br />

valores es un método acertado que ahorra complicaciones, mejora la<br />

com<strong>para</strong>ción internacional e intertemporal y simplifica los cálculos<br />

cuando faltan valores o hay datos extremos.<br />

Este método de valoración por igual resulta eficaz cuando los<br />

valores de los <strong>indicadores</strong> de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> arrojan cifras coherentes<br />

en un país, por ejemplo cuando todos <strong>el</strong>los se sitúan dentro de una horquilla<br />

r<strong>el</strong>ativamente limitada, digamos de entre <strong>el</strong> 10 y <strong>el</strong> 30 por ciento.<br />

Al recortar los valores extremos se reduce la horquilla de valores de los<br />

<strong>indicadores</strong>, y se <strong>el</strong>iminan los que tal vez hayan sido medidos inexactamente.<br />

La media recortada es así una medida fidedigna de la tendencia<br />

dominante.<br />

No obstante, <strong>el</strong> resumen de resultados que publicamos en <strong>el</strong> cuadro<br />

9 debe matizarse con importantes reservas. En primer lugar, los<br />

<strong>indicadores</strong> s<strong>el</strong>eccionados <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> son parciales:<br />

en cierto sentido, están orientados sobre todo al <strong>trabajo</strong> asalariado, por<br />

lo que pasan por alto en buena medida las situaciones propias de los trabajadores<br />

independientes y de los trabajadores familiares no remunerados,<br />

a pesar de que la suma de unos y otros constituye <strong>el</strong> grueso de la<br />

población ocupada en la mayoría de los países en desarrollo. En<br />

segundo lugar, aunque tomar la mayor parte de los datos de las encuestas<br />

nacionales sobre la población activa mejora la com<strong>para</strong>bilidad de<br />

los <strong>indicadores</strong> resultantes, también limita <strong>el</strong> abanico de <strong>indicadores</strong><br />

que se pueden calcular y <strong>el</strong> número de países que se pueden analizar.<br />

Pese a que nos hemos basado solamente en unos pocos <strong>indicadores</strong><br />

y en una fuente concreta de datos, un examen detallado nos rev<strong>el</strong>a<br />

que la com<strong>para</strong>ción internacional de los resultados tropieza, de hecho,<br />

con numerosas dificultades. No se dispone de datos completos <strong>para</strong> cal-


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 229<br />

cular la mayoría de los <strong>indicadores</strong>, y los que hay su<strong>el</strong>en presentar grandes<br />

diferencias en materia de conceptos y definiciones y de alcance y<br />

cobertura de las mediciones. Otro problema que dificulta la com<strong>para</strong>ción<br />

internacional es la presentación de los datos. Es frecuente que los<br />

datos que aparecen tabulados en las publicaciones nacionales carezcan<br />

d<strong>el</strong> grado de detalle necesario <strong>para</strong> calcular directamente los <strong>indicadores</strong><br />

requeridos, y entonces hay que calcularlos indirectamente a partir<br />

de unos supuestos que no siempre es fácil verificar.<br />

El d<strong>el</strong> número de niños sin escolarizar es <strong>el</strong> indicador sobre <strong>el</strong> que<br />

hay más datos, gracias a los registros de los sistemas educativos nacionales,<br />

que abarcan noventa y nueve de los ciento veinticuatro países considerados<br />

11. Le siguen, en cuanto a disponibilidad de datos, los<br />

<strong>indicadores</strong> clásicos r<strong>el</strong>ativos al desempleo, comenzando por la tasa de<br />

actividad, la tasa de desempleo y <strong>el</strong> desempleo juvenil (sesenta y siete<br />

países). La recogida de datos sobre estos <strong>indicadores</strong> depende principalmente<br />

de que en <strong>el</strong> país en cuestión haya un sistema actualizado <strong>para</strong><br />

realizar encuestas de población activa (también llamadas encuestas de<br />

empleo). Vienen a continuación los que se refieren a la jornada laboral<br />

excesiva y a las personas mayores que carecen de pensión (cuarenta y<br />

tres y veintidós países, respectivamente). Hay muchos países que recopilan<br />

en sus encuestas sobre la población activa información acerca de<br />

algunos aspectos de estos <strong>indicadores</strong>, pero las estadísticas no siempre se<br />

<strong>el</strong>aboran de la manera necesaria. El indicador más escaso en datos es la<br />

remuneración por hora baja (sólo ocho países). De hecho, hay pocos países<br />

que acopien datos de ingresos en sus encuestas de población activa,<br />

y, cuando lo hacen, su<strong>el</strong>en limitarse a los trabajadores asalariados.<br />

Dentro de los países de los que sí existen datos, hay grandes diferencias<br />

en cuanto al alcance y cobertura de las mediciones y a los conceptos<br />

y definiciones que aplican. Son bien conocidas y están bien documentadas<br />

las variaciones entre países en lo que se refiere a la medición<br />

d<strong>el</strong> empleo y <strong>el</strong> desempleo (véanse OIT, 2003, y Sorrentino, 1995). Las<br />

diferencias conceptuales y de medición su<strong>el</strong>en ser aún mayores en <strong>el</strong><br />

caso de los ingresos y la jornada de <strong>trabajo</strong>. Algunos países miden los<br />

ingresos brutos, otros los netos — concepto cercano al de remuneración<br />

neta o líquida —, pero en la mayor parte de <strong>el</strong>los no especifican claramente<br />

qué concepto se está midiendo. Hay diferencias también en<br />

cuanto al período de referencia, y en cuanto al número de preguntas<br />

que se emplean en la encuesta <strong>para</strong> extraer la información necesaria. Y<br />

lo mismo se puede decir de la jornada de <strong>trabajo</strong>: unos países miden las<br />

horas reales trabajadas durante la semana de referencia, y otros <strong>el</strong><br />

número habitual de horas de <strong>trabajo</strong> semanales. En la mayoría de los<br />

países la medición se limita al <strong>trabajo</strong> principal, pero en algunos otros<br />

también hay datos sobre los empleos secundarios o complementarios.<br />

11 La lista completa de países se puede solicitar a los autores.


230 Revista Internacional d<strong>el</strong> Trabajo<br />

Aunque abundan las encuestas que investigan la razón por la que se trabajan<br />

pocas horas, en prácticamente ninguna se pregunta la razón por la<br />

que se trabajan muchas.<br />

También difieren los países en la forma de presentar los datos. Si<br />

bien muchos dan los datos sobre las horas de <strong>trabajo</strong> tanto en términos<br />

de promedios como de distribuciones de tamaño, los r<strong>el</strong>ativos a los<br />

ingresos su<strong>el</strong>en ser sólo promedios, y raramente cruzados con las horas<br />

de <strong>trabajo</strong>.<br />

Para armonizar los datos y que éstos se puedan com<strong>para</strong>r internacionalmente,<br />

se han planteado dos métodos que han de perfeccionarse<br />

más ad<strong>el</strong>ante. El primero consiste en ajustar los datos disponibles<br />

mediante coeficientes o mod<strong>el</strong>os estadísticos. Ajustes de este tipo ya se<br />

están haciendo <strong>para</strong> mejorar la com<strong>para</strong>bilidad internacional de las<br />

estadísticas de empleo y desempleo (Lawrence, 2001). Un modo de<br />

extender su utilización a otros ámbitos podría consistir en establecer<br />

fórmulas <strong>para</strong> convertir los ingresos mensuales en remuneración por<br />

hora, estimando <strong>el</strong> promedio de horas trabajadas al mes por las diferentes<br />

categorías de trabajadores. Así se mejoraría <strong>el</strong> procedimiento actual<br />

de aplicar la misma estimación a todas las categorías de trabajadores.<br />

Otra posible mejora sería convertir todos los datos sobre horas de <strong>trabajo</strong><br />

en horas habituales aplicando un coeficiente a los datos nacionales<br />

que no están expresados en horas habituales sino en horas efectivamente<br />

trabajadas. Este coeficiente podría calcularse a partir de las<br />

encuestas nacionales que dan ambos tipos de datos. Hay muchos otros<br />

aspectos que convendría homogeneizar urgentemente, <strong>para</strong> lo cual es<br />

posible idear métodos bastante sencillos.<br />

El segundo de estos planteamientos consiste en proponer que se<br />

reformen las encuestas nacionales de población activa con <strong>el</strong> fin de<br />

hacerlas más aptas <strong>para</strong> la medición d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong>. Con este fin se<br />

está analizando un conjunto más amplio de once <strong>indicadores</strong> con miras<br />

a recoger datos de las citadas encuestas. Es posible que en determinados<br />

países esto obligue a añadir una sección de <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> a la<br />

estructura actual de la encuesta de población activa, a completar <strong>el</strong><br />

cuestionario con nuevas preguntas o a modificar las respuestas posibles<br />

a algunas preguntas. En algunos países ya se están llevando a cabo<br />

ensayos con arreglo a estas ideas. Si tienen éxito, cabe esperar que puedan<br />

extenderse a un número de países cada vez mayor con <strong>el</strong> objetivo<br />

final de establecer unas normas estadísticas internacionales <strong>para</strong> la<br />

medición d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> en las encuestas de población activa.<br />

Bibliografía citada<br />

Anker, Richard; Chernyshev, Igor; Egger, Philippe; Mehran, Farhad, y Ritter, Joseph. 2002.<br />

Measuring decent work with statistical indicators. Unidad de Desarrollo y Análisis<br />

Estadístico d<strong>el</strong> Departamento de Integración de Políticas de la OIT. Documento de<br />

<strong>trabajo</strong> núm. 2. Ginebra, OIT, octubre.


<strong>Siete</strong> <strong>indicadores</strong> <strong>para</strong> <strong>medir</strong> <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong> <strong>decente</strong> 231<br />

Canadá, Gobierno d<strong>el</strong>. 1996. La population active. Ottawa, Statistique Canada.<br />

Lawrence, Sophia. 2001. «Estimaciones anuales com<strong>para</strong>bles de empleo y desempleo, Boletín<br />

de Estadísticas d<strong>el</strong> Trabajo de la OIT (Ginebra), 2001-2, pág. XLVIII.<br />

Mehran, Farhad. 2000. «Tasas de actividad de la OIT en <strong>el</strong> grupo de edad de 10 a 14 años y<br />

tasas de escolaridad de la UNESCO, Boletín de Estadísticas d<strong>el</strong> Trabajo de la OIT<br />

(Ginebra), 2000, núm. 3, pág. XXI.<br />

—. 1995. «The convergence of national labour force surveys (ponencia por invitación IP<br />

22.3), en Instituto Internacional de Estadística (dirección): Proceedings of the 50th<br />

Session of the International Statistical Institute. Pekín, Instituto Internacional de Estadística,<br />

págs. 873-880.<br />

OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos). 1997. Employment Outlook.<br />

París.<br />

OIT. 2003. Fuentes y métodos estadísticos. Volumen 3. Población económicamente activa,<br />

empleo, desempleo y horas de <strong>trabajo</strong> (encuestas de hogares). Tercera edición. Ginebra.<br />

—. 2002a. Every child counts: New global estimates of child labour. Ginebra, Programa Internacional<br />

de la OIT <strong>para</strong> la Erradicación d<strong>el</strong> Trabajo Infantil. Ginebra.<br />

—. 2002b. Un futuro sin <strong>trabajo</strong> infantil. Informe global con arreglo al seguimiento de la<br />

Declaración de la OIT r<strong>el</strong>ativa a los principios y derechos fundamentales en <strong>el</strong> <strong>trabajo</strong>.<br />

Ginebra.<br />

—. 2001. Indicadores Clave d<strong>el</strong> Mercado de Trabajo (ICMT) 2001-2002 . Disco (CD-ROM)<br />

trilingüe. Ginebra.<br />

—. 2000. Recomendaciones internacionales de actualidad en estadísticas d<strong>el</strong> <strong>trabajo</strong>. Segunda<br />

edición 2000. Ginebra.<br />

—. 1999. Trabajo <strong>decente</strong>. Memoria d<strong>el</strong> Director General a la 87.ª reunión de la Conferencia<br />

Internacional d<strong>el</strong> Trabajo. Ginebra.<br />

Sorrentino, Constance. 1995. «International unemployment indicators, 1983-93, Monthly<br />

Labor Review (Washington), agosto, págs. 31-50.<br />

Stuttard, N., y Jenkins, J. 2001. «Measuring low pay using the New Earnings Survey and the<br />

Labour Force Survey, Labour Market Trends (Norwich), enero, pág. 59.<br />

Turquía, Gobierno de. 1994. Household Labour Force Survey. Ankara, Prime Ministry/State<br />

Institute of Statistics.<br />

UNESCO. 1999. Statistical Yearbook. París.<br />

—. 1997. Classication internationale de l’éducation (CITE 1997), adopté par la vingtneuvième<br />

conférence générale. París, noviembre.

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