PDF: Fuentes para la historia del Opus Dei
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Eso es lo que aconseja el Espíritu divino, a eso lleva el soplo <strong>del</strong><br />
Amor, porque ‘hoc enim faciens, et teipsum salvum facies, et eso qui te<br />
audiunt’ (I Tim. IV, 16): porque, haciendo eso, alcanzarás <strong>la</strong> santidad y<br />
arrastrarás a <strong>la</strong> santidad a quienes te escuchen.<br />
Con estos auxilios <strong>del</strong> Señor, que fueron luces, consuelos, rosas y<br />
espinas, conseguimos que, dentro de un amplio molde jurídico, <strong>la</strong> Obra<br />
quedara aprobada, con sus rasgos específicos bien <strong>del</strong>ineados, con su<br />
ascética peculiar y su naturaleza plenamente <strong>la</strong>ical, secu<strong>la</strong>r,<br />
repetidamente confirmadas. Para esto, hijos míos, que era lo fundamental,<br />
hubo que tolerar esas otras obscuridades e insuficiencias.<br />
Carta 25-V-1962, nn. 3-4 145<br />
Nuestro deseo, nuestro deber de preservar intacta <strong>la</strong> naturaleza<br />
específica de <strong>la</strong> vocación que Dios nos ha dado, nos llevaba, nos lleva y<br />
nos seguirá llevando con incansable perseverancia, a ofrecer innumerable<br />
Santas Misas, que se cuentan por muchos mil<strong>la</strong>res; y también<br />
innumerables sacrificios personales y el mérito de nuestro trabajo<br />
profesional diario, por esta común intención que tan ardientemente<br />
deseamos ver realizada: que nuestra Santa Madre <strong>la</strong> Iglesia dé a <strong>la</strong> Obra<br />
una nueva situación jurídica, de modo que lo que no somos de facto -un<br />
Instituto Secu<strong>la</strong>r- no lo seamos tampoco de iure. (…) Por eso hoy debo<br />
deciros que me conmueve <strong>la</strong> fervorosa unidad de mis hijos,<br />
‘perseverantes unanimiter in oratione’ (Act. I, 14), perseverando<br />
unánimemente en <strong>la</strong> oración, y esa vigorosa fi<strong>del</strong>idad con <strong>la</strong> que -a través<br />
de vuestro trabajo ordinario- vivís, hasta en los más pequeños detalles, <strong>la</strong><br />
espiritualidad secu<strong>la</strong>r y <strong>la</strong>ical propia de nuestra l<strong>la</strong>mada divina al<br />
aposto<strong>la</strong>do. Ante tanta fi<strong>del</strong>idad, unidad y <strong>del</strong>icadeza de espíritu, siento<br />
fuertemente el deber de conciencia -que me parece ser a <strong>la</strong> vez caridad de<br />
Padre, prudencia de gobernante y lealtad de hombre. De abriros con<br />
sencillez mi corazón, <strong>para</strong> comunicaros los sentimientos de comprensión<br />
y de confianza de los que, por gracia de Dios, se encuentra lleno.<br />
Fragmento <strong>del</strong> quirógrafo <strong>del</strong> Santo Padre Pablo VI al Fundador<br />
<strong>del</strong> <strong>Opus</strong> <strong>Dei</strong>, 1-X-1964 146<br />
Ha surgido, en este tiempo nuestro, como viva expresión de <strong>la</strong><br />
perenne juventud de <strong>la</strong> Igleisa, plenamente abierta a <strong>la</strong>s exigencias de un<br />
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