Trastornos del Aparato Digestivo (III) Trastornos del ... - Gador SA
Trastornos del Aparato Digestivo (III) Trastornos del ... - Gador SA
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Colección<br />
Acontecimientos Terapéuticos<br />
Serie<br />
<strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (<strong>III</strong>)<br />
Eficacia <strong>del</strong> Tratamiento a Demanda con Pantoprazol para el Control<br />
a Largo Plazo de los Síntomas de Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico<br />
University Hospital of Witten-Herdecke, Hagen<br />
y otros centros participantes; Alemania. Pág. 3<br />
Analizan la Seguridad y la Eficacia <strong>del</strong> Pantoprazol en Adolescentes<br />
con Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico<br />
Children’s Hospital of The King’s Daughter, Norfolk;<br />
Children’s Hospital of Buffalo, Buffalo; Wyeth Research, Collegeville<br />
y otros centros participantes; EE.UU. Pág. 6<br />
Nuevos Fármacos para los <strong>Trastornos</strong> de la Motilidad Gastrointestinal<br />
Washington University School of Medicine, St Louis, EE.UU.<br />
y otros centros participantes Pág. 8<br />
La Preparación para Colonoscopia de Fosfato de Sodio es más Eficaz<br />
y Mejor Tolerada que la de Polietilenglicol Combinada con Bisacodyl<br />
St George Hospital, Sydney, Australia. Pág. 11<br />
Comparan la Eficacia <strong>del</strong> Pantoprazol y <strong>del</strong> Esomeprazol<br />
en Pacientes con Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico<br />
Hanover, Winsen, Constance, Alemania. Pág. 12<br />
ATSociedad<br />
Iberoamericana<br />
de Información Científica<br />
Joan Miró «Nature morte au vieux soulier», óleo sobre tela, 1937.
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (<strong>III</strong>)<br />
Eficacia <strong>del</strong> Tratamiento a Demanda con Pantoprazol<br />
para el Control a Largo Plazo de los Síntomas<br />
de Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico<br />
Resumen objetivo elaborado<br />
por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />
Pantoprazole On-Demand Effectively Treats Symptoms in Patients<br />
with Gastro-Oesophageal Reflux Disease<br />
de los autores<br />
Scholten T, Teutsch I, Bohuschke M, Gatz G<br />
integrantes <strong>del</strong><br />
University Hospital of Witten-Herdecke, Hagen<br />
y otros centros participantes; Alemania<br />
El artículo original, compuesto por 10 páginas, fue editado por<br />
Clinical Drug Investigation<br />
27(4):287-296, 2007<br />
La terapia a demanda con 20 mg de pantoprazol o esomeprazol<br />
constituye una estrategia terapéutica eficaz para el manejo a largo plazo<br />
de la enfermedad por reflujo gastroesofágico leve y no erosiva<br />
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un trastorno<br />
crónico cuyos síntomas comprenden pirosis, regurgitación<br />
de ácido y dolor al tragar. La pirosis aparece en aproximadamente<br />
el 20% a 40% de los adultos. Los síntomas varían en<br />
gravedad y frecuencia, pero presentan correlación significativa<br />
con el pH <strong>del</strong> material de reflujo. No obstante, la mayoría de los<br />
pacientes con síntomas de ERGE no tiene pruebas endoscópicas<br />
de esofagitis. Además, en los pacientes con endoscopia negativa,<br />
la gravedad de los síntomas es similar a la de aquellos con<br />
enfermedad erosiva.<br />
La naturaleza crónica con recaídas de la ERGE tiene un impacto<br />
negativo sobre la calidad de vida. La gravedad de los síntomas se<br />
correlaciona de manera estrecha con esa calidad, independientemente<br />
de la presencia o ausencia de esofagitis. La recaída de los<br />
síntomas es muy frecuente luego de la interrupción <strong>del</strong> tratamiento<br />
en los pacientes con ERGE erosiva o con endoscopia negativa.<br />
Aproximadamente el 75%, cualquiera sean los hallazgos<br />
endoscópicos, presentará recaída dentro de los 6 meses de interrupción<br />
de la terapia con inhibidores <strong>del</strong> ácido. Por lo tanto, el<br />
alivio de los síntomas y la prevención de la recaída son las metas<br />
principales <strong>del</strong> tratamiento para la mayoría de los pacientes con<br />
ERGE, mientras que la curación constituye un objetivo importante<br />
en los pacientes con esofagitis erosiva o complicaciones.<br />
La terapia con inhibidores de la bomba de protones (IBP) es<br />
superior a las medicaciones alternativas en los pacientes con<br />
síntomas de ERGE. Los IBP atraviesan la membrana de las células<br />
secretoras de ácido de la mucosa gástrica y forman, en los<br />
canalículos, uniones disulfuro covalentes con residuos cisteína<br />
en la subunidad α de la H+K+ATPasa. Los IBP son los fármacos<br />
más eficaces para alcanzar la resolución de los síntomas, la curación<br />
de la esofagitis y la prevención de la recaída.<br />
En muchos pacientes con síntomas leves e infrecuentes, la<br />
terapia a demanda ofrece una estrategia razonable para el tratamiento<br />
a largo plazo. En los pacientes con ERGE leve es común<br />
el empleo de IBP sólo en presencia de síntomas. Por ejemplo,<br />
la terapia a demanda con 20 mg de pantoprazol es eficaz<br />
en los pacientes con ERGE sintomática o esofagitis leve y la terapia<br />
más eficaz probablemente sea la más costosa. El tratamiento<br />
inicial con IBP seguido de estos agentes a demanda parece<br />
ser la estrategia más costo-eficaz para el tratamiento a largo<br />
plazo de la ERGE leve a grave.<br />
3<br />
Los autores realizaron un estudio piloto y multicéntrico para<br />
investigar el patrón sintomático en pacientes con ERGE leve en<br />
tratamiento prolongado (24 semanas) con terapia a demanda.<br />
Además, compararon la intensidad y la duración promedio de<br />
los síntomas en pacientes con enfermedad no erosiva y con reflujo<br />
leve durante 6 meses de tratamiento a demanda con 20 mg<br />
de pantoprazol o igual dosis de esomeprazol.<br />
Materiales y métodos<br />
El estudio fue realizado en 21 centros de Alemania. Los participantes<br />
fueron hombres y mujeres ≥ 18 años con enfermedad<br />
por reflujo con endoscopia negativa (ERGE-EN) o esofagitis por<br />
reflujo grado A o B confirmada por endoscopia (basada en la<br />
clasificación de Los Angeles [LA]). Los participantes debían presentar<br />
pirosis de intensidad al menos moderada durante un mínimo<br />
de 3 días consecutivos durante la semana anterior a la<br />
inclusión. También debían mostrar antecedentes de episodios<br />
frecuentes de síntomas de ERGE en los 3 meses previos.<br />
Fueron excluidos los individuos con signos que indicaran otras<br />
enfermedades gastrointestinales (GI), como ERGE grados C y D,<br />
esófago de Barrett, úlcera péptica, síndrome de Zollinger-Ellison,<br />
complicaciones de úlcera o estenosis pilórica. También fueron<br />
excluidos aquellos con antecedentes quirúrgicos GI (excepto<br />
apendicectomía, colecistectomía o polipectomía), aquellos que<br />
requerían terapia de erradicación de Helicobacter pylori y las<br />
embarazadas.<br />
No se permitieron fármacos adicionales (IBP, bloqueantes H 2 ,<br />
sucralfato o procinéticos) para el tratamiento de molestias GI o<br />
consumo de IBP en combinación con antibacterianos para la<br />
erradicación de H. pylori antes o durante el estudio. No se admitieron<br />
medicaciones con absorción dependiente de pH, como el<br />
ketoconazol. Tampoco se permitió la administración regular de<br />
corticoides sistémicos, inhibidores de la ciclooxigenasa 2 o antiinflamatorios<br />
no esteroides (> 3 días consecutivos durante los<br />
28 días previos), con la excepción <strong>del</strong> consumo regular de aspirina<br />
hasta 150 mg/día. La terapia con antiácidos se autorizó durante<br />
la fase a largo plazo <strong>del</strong> estudio (FLP) como tratamiento de<br />
rescate.<br />
Durante la fase abierta aguda, los participantes recibieron<br />
20 mg/día de pantoprazol durante 28 días. Posteriormente, aquellos<br />
sin pirosis (alivio de la pirosis luego de la fase aguda durante
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
al menos 3 días consecutivos antes <strong>del</strong> inicio de la FLP) fueron<br />
asignados al azar a tratamiento a demanda con 20 mg de pantoprazol<br />
o esomeprazol durante 6 meses más. Durante la FLP, el<br />
diseño <strong>del</strong> estudio fue aleatorizado y a doble ciego. Los pacientes<br />
debían tomar la medicación asignada (pantoprazol o esomeprazol)<br />
en caso de síntomas. Se permitió un máximo de un<br />
comprimido por día. En caso de control insuficiente de los síntomas,<br />
se autorizó un máximo de 8 comprimidos de magaldrato<br />
diarios.<br />
Cada paciente tenía programadas 4 visitas. En la visita inicial<br />
(V0 en día 0) se realizó examen físico y análisis de sangre y se<br />
determinó la presencia de síntomas GI. Además, se efectuó una<br />
endoscopia para determinar la gravedad de la esofagitis, con<br />
toma de biopsias para investigar infección por H. pylori. La segunda<br />
visita fue programada para el día 28 (V1). En ella se interrogó<br />
sobre síntomas GI y eventos adversos (EA). Los pacientes<br />
que no informaron síntomas fueron incluidos en la FLP y asignados<br />
al azar a uno de los grupos de tratamiento. Las visitas tercera<br />
y cuarta (V2 y V3) fueron programadas para las semanas 12 y<br />
24, respectivamente, luego <strong>del</strong> ingreso en la FLP. En ambas, el<br />
investigador registró los síntomas GI y EA. En la última visita (V3)<br />
se realizó examen físico y análisis de laboratorio.<br />
Durante el período de tratamiento a demanda, los pacientes<br />
completaron un diario para registrar la aparición e intensidad de<br />
los síntomas de pirosis, regurgitación de ácido o dolor al tragar<br />
en un diario de acuerdo con una escala de 4 puntos (0 ausente,<br />
1 leve, 2 moderado y 3 grave). También se documentaron el<br />
estado general y el consumo de medicación.<br />
Durante la endoscopia inicial, los investigadores determinaron<br />
el grado de ERGE de acuerdo con la clasificación de LA. Para<br />
evaluar la infección por H. pylori, se tomaron al menos 4 biopsias<br />
–2 <strong>del</strong> cuerpo y 2 <strong>del</strong> antro– y se determinó la infección<br />
mediante una prueba rápida de ureasa. También se evaluó la<br />
intensidad de los síntomas GI, pirosis, regurgitación de ácido y<br />
dolor epigástrico en una escala de 4 puntos. La inclusión o la<br />
exclusión de la FLP dependieron de esta evaluación. Sólo los<br />
pacientes sin pirosis en los últimos 3 días, antes de la visita luego<br />
de 4 semanas de tratamiento, fueron asignados al azar a los<br />
grupos de tratamiento a demanda.<br />
El alivio de los síntomas al final de la fase aguda fue definido<br />
por la ausencia de síntomas en el diario durante al menos 3 días<br />
consecutivos antes de la primera visita de seguimiento. Los análisis<br />
de los parámetros de eficacia se realizaron en las 2 poblaciones:<br />
la población por intención de tratar (ITT [intention-to-treat])<br />
y la población por protocolo (PP). La primera comprendió a todos<br />
los pacientes que presentaron alivio de la pirosis luego de la<br />
fase aguda, mientras que la segunda abarcó a todos los sujetos<br />
que finalizaron el estudio de acuerdo con el protocolo o por EA<br />
relacionados con los fármacos en estudio.<br />
Resultados<br />
Un total de 236 pacientes cumplieron con los criterios de inclusión<br />
para el estudio; de éstos, 36 no ingresaron en la FLP, 9<br />
abandonaron en forma prematura, 1 fue incluido en la FLP por<br />
error y fue retirado <strong>del</strong> análisis y 27 fueron excluidos <strong>del</strong> estudio<br />
al final de la fase aguda. En 20 de estos 27 pacientes no se logró<br />
el alivio de la pirosis, mientras que 8 comunicaron otras razones<br />
para la interrupción.<br />
Un total de 46 pacientes de los 199 incluidos en la población<br />
ITT no cumplieron con el protocolo de estudio (n = 17) o lo<br />
terminaron en forma prematura sin relación aparente con la medicación<br />
(n = 29). Por lo tanto, la población PP comprendió 153<br />
pacientes, incluidos 9 que fueron retirados por un EA relacionado<br />
con la medicación (n = 2) o por ausencia de eficacia (n = 7).<br />
Los grupos de pantoprazol y esomeprazol presentaron características<br />
demográficas similares. De acuerdo con la prueba rápida<br />
de ureasa, el 83.9% y 16.1% de los pacientes mostraron<br />
resultados negativos y positivos para H. pylori.<br />
4<br />
En la población ITT <strong>del</strong> grupo de pantoprazol, 60.6% de los<br />
pacientes presentaban ERGE grado A, 34.3% grado B y 5.1%<br />
no mostraron lesiones erosivas al inicio, mientras que en la población<br />
ITT <strong>del</strong> grupo de esomeprazol, 58% de los pacientes<br />
presentaban ERGE grado A, 33% grado B y 9%, ERGE-NE. En<br />
ambos grupos, las 3 enfermedades concomitantes/previas más<br />
frecuentes fueron –para pantoprazol y esomeprazol, respectivamente–<br />
hipertensión esencial (19%/27%), otras cirugías previas<br />
(13%/12%) y trastornos <strong>del</strong> metabolismo de las lipoproteínas y<br />
otras dislipidemias (12%/11%).<br />
Luego de 4 semanas de tratamiento regular con 20 mg/día<br />
de pantoprazol durante la fase aguda, 87.3% de los pacientes<br />
lograron alivio de la pirosis, 74.1% alivio <strong>del</strong> dolor epigástrico y<br />
80.8%, alivio de la regurgitación de ácido. El 74.2% de los pacientes<br />
obtuvo el alivio de los 3 síntomas asociados con la ERGE.<br />
No se observaron diferencias estadísticamente significativas<br />
respecto <strong>del</strong> alivio de los síntomas entre pacientes positivos y<br />
negativos para H. pylori.<br />
Las intensidades promedio de la pirosis fueron significativamente<br />
diferentes entre los grupos de pantoprazol y esomeprazol<br />
durante los 6 meses <strong>del</strong> tratamiento a demanda. En la población<br />
ITT, la intensidad media de la pirosis fue de 1.32 en el<br />
grupo de esomeprazol en comparación con 1.12 en el grupo de<br />
pantoprazol (p = 0.012). Las intensidades medias de la regurgitación<br />
de ácido y <strong>del</strong> dolor al tragar fueron similares en ambos<br />
grupos. Cuando se combinaron los puntajes de síntomas para<br />
pirosis, regurgitación de ácido y dolor al tragar, la intensidad<br />
media <strong>del</strong> puntaje total resultó numéricamente diferente entre<br />
los grupos (1.72 para pantoprazol y 1.99 para esomeprazol,<br />
población ITT). No hubo diferencia significativa entre ambos grupos<br />
respecto de la duración de los síntomas y <strong>del</strong> número de<br />
intervalo entre ellos.<br />
En la población PP, los pacientes tratados con pantoprazol<br />
tomaron un promedio de 52.6 comprimidos (0.31 comprimidos/día)<br />
y los pacientes de esomeprazol, 59.9 comprimidos<br />
(0.36 comprimidos/día). Los pacientes en el grupo de pantoprazol<br />
tomaron un promedio de 52.7 comprimidos de magaldrato<br />
(0.31 comprimidos/día) y los <strong>del</strong> grupo de esomeprazol, un promedio<br />
de 38 comprimidos (0.23comprimidos/día). No hubo diferencias<br />
significativas respecto <strong>del</strong> consumo de fármacos y de<br />
la medicación de rescate. Los resultados para la población ITT<br />
fueron similares.<br />
Los EA más frecuentes durante la fase aguda fueron dispepsia,<br />
gripe, flebitis y trastornos <strong>del</strong> sueño, cada uno en<br />
0.8% de los pacientes. En la FLP, los EA más habituales fueron<br />
bronquitis (6%), dolor de espalda (2.5%), diarrea y eccema<br />
(cada uno en 1.5% de los pacientes), depresión, enterocolitis,<br />
migraña, artrosis, bronquitis, tonsilitis y venas varicosas<br />
(1% cada uno). Un paciente abandonó el estudio en forma<br />
prematura debido a un EA durante la fase aguda y 5 pacientes,<br />
durante la FLP.<br />
Discusión<br />
En la mayoría de los casos, la terapia a demanda con IBP es<br />
eficaz y puede reducir los costos en forma sustancial. El pantoprazol<br />
y el esomeprazol demostraron similar eficacia para curar<br />
las lesiones esofágicas y aliviar los síntomas de la ERGE. Sin<br />
embargo, el tratamiento con pantoprazol se asoció con un alivio<br />
inicial significativamente más rápido de los síntomas diurnos<br />
y nocturnos de ERGE. En el presente estudio, luego de<br />
20 mg/día de pantoprazol durante 4 semanas (fase aguda), la<br />
mayoría de los pacientes presentó alivio de los síntomas de<br />
ERGE. El 87.3% logró el alivio de la pirosis y el 74.2%, de los 3<br />
síntomas.<br />
Durante la FLP, la intensidad media de la pirosis fue significativamente<br />
inferior en el grupo de pantoprazol respecto <strong>del</strong> grupo<br />
de esomeprazol. Probablemente la pirosis es el síntoma de<br />
reflujo descrito con mayor asiduidad y su gravedad y frecuencia
son determinantes independientes importantes de la satisfacción<br />
<strong>del</strong> paciente con el tratamiento.<br />
Las intensidades promedio de los síntomas de pirosis, regurgitación<br />
de ácido y dolor al tragar fueron similares entre ambos<br />
grupos, aunque se observó una diferencia numérica (1.72 pantoprazol<br />
frente a 1.99 esomeprazol, población ITT). Esto concuerda<br />
con estudios previos, que mostraron que tanto el pantoprazol<br />
como el esomeprazol como terapia a demanda son eficaces<br />
para controlar los síntomas de ERGE.<br />
Para controlar los síntomas durante la fase a demanda, los<br />
pacientes en el grupo de pantoprazol tomaron un comprimido<br />
de pantoprazol y uno de magaldrato cada 3.2 días. Los pacientes<br />
en el grupo de esomeprazol tomaron un comprimido cada<br />
2.8 días y uno de magaldrato cada 4.4 días.<br />
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (<strong>III</strong>)<br />
5<br />
Se observó un número similar de pacientes con EA en ambos<br />
grupos durante la fase a demanda. En todo el período, el 25%<br />
de los pacientes experimentaron un EA.<br />
Conclusión<br />
La terapia a demanda con IBP es una estrategia simple y eficaz<br />
para el manejo a largo plazo de la ERGE leve. Los tratamientos<br />
a demanda con 20 mg de pantoprazol e igual dosis de esomeprazol<br />
resultaron similarmente eficaces respecto <strong>del</strong> alivio de<br />
los síntomas de ERGE. No obstante, la intensidad de la carga de<br />
los síntomas de pirosis fue significativamente inferior en el grupo<br />
de tratamiento a demanda con pantoprazol frente a esomeprazol.<br />
Ambos tratamientos fueron bien tolerados, con buen<br />
perfil de seguridad.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2008<br />
www.siicsalud.com
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
Analizan la Seguridad y la Eficacia <strong>del</strong> Pantoprazol<br />
en Adolescentes con Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico<br />
Resumen objetivo elaborado<br />
por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />
Multicenter, Randomized, Double-Blind Study Comparing 20 and 40 mg of Pantoprazole for Symptom<br />
Relief in Adolescents (12 to 16 Years of Age) with Gastroesophageal Reflux Disease (GERD)<br />
de los autores<br />
Tsou VM, Baker R, Comer GM y colaboradores<br />
integrantes <strong>del</strong><br />
Children’s Hospital of The King’s Daughter, Norfolk; Children’s Hospital of Buffalo, Buffalo;<br />
Wyeth Research, Collegeville y otros centros participantes; EE.UU.<br />
El artículo original, compuesto por 9 páginas, fue editado por<br />
Clinical Pediatrics<br />
45(8):741-749, Oct 2006<br />
El empleo de dosis de 20 mg o de 40 mg de pantoprazol representa<br />
un recurso seguro y eficaz para la reducción de la sintomatología asociada<br />
con la enfermedad por reflujo gastroesofágico en adolescentes<br />
de entre 12 y 16 años.<br />
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un problema<br />
pediátrico relativamente frecuente que aparece en la infancia<br />
hasta la adolescencia; si bien su fisiopatología es similar<br />
en niños y adultos, las manifestaciones clínicas en los primeros<br />
pueden ser diferentes e incluyen vómitos y regurgitación, escaso<br />
aumento de peso, disfagia, dolor abdominal o torácico y alteraciones<br />
respiratorias. A diferencia de los niños menores, en<br />
los adolescentes con ERGE, los síntomas y la presentación clínica<br />
son muy similares a los de los adultos; además, están más<br />
predispuestos a que aparezca en la adultez.<br />
Si bien se cuenta con numerosos métodos de diagnóstico,<br />
como la endoscopia y la pHmetría, en la mayoría de los pacientes<br />
se prescribe un tratamiento empírico supresor de la acidez<br />
con inhibidores de la bomba de protones o antagonistas de los<br />
receptores H 2 . Hasta hace poco, casi todos los estudios en los niños<br />
incluían el uso de omeprazol y lansoprazol; sin embargo, debido<br />
a su excelente perfil de seguridad y a la ausencia de interacción<br />
con otros fármacos, el pantoprazol es un agente de gran<br />
utilidad para niños y adolescentes. Las recomendaciones de la<br />
Food and Drug Administration que hacen referencia a la necesidad<br />
de que los medicamentos que se utilizan en los niños cuenten<br />
con la debida información, han impulsado la realización de<br />
estudios de investigación en estos grupos de edad; en este marco,<br />
se realizó el presente estudio para la evaluación de la eficacia,<br />
la seguridad y la tolerabilidad de una dosis de pantoprazol<br />
por vía oral (20 mg y 40 mg 1 vez por día) en pacientes de<br />
12-16 años que presentan ERGE sintomática.<br />
Métodos<br />
Diseño <strong>del</strong> estudio. Tuvo un diseño multicéntrico, ambulatorio,<br />
aleatorizado, a doble ciego y se realizó en niños de 12-16<br />
años. Se condujo de acuerdo con las regulaciones locales y los<br />
principios de la Declaración de Helsinki. La aprobación <strong>del</strong> comité<br />
de ética de la investigación se acompañó por la solicitud de<br />
consentimiento de los padres y el asentimiento en los niños,<br />
mientras que los datos de los participantes se mantuvieron en<br />
forma confidencial.<br />
Población de pacientes. Los participantes (n =136) que cumplieron<br />
con los criterios de inclusión y con ninguno de los de<br />
exclusión fueron asignados en forma aleatoria a recibir 20 mg<br />
6<br />
(n = 68) o 40 mg (n = 68), y se los denominó grupo de tratamiento.<br />
Ambos grupos recibieron el fármaco en estudio 1 vez<br />
por día durante 8 semanas.<br />
Criterios de inclusión/exclusión. Los participantes varones y<br />
las mujeres no embarazadas o en período de lactancia, de entre<br />
12-16 años, con peso y estatura en el percentil 10 o mayor para<br />
la edad, con una valoración de síntomas a través <strong>del</strong> cuestionario<br />
GASP, niveles de 16 o más en el índice de síntomas CSS y<br />
diagnóstico clínico de sospecha de ERGE, sintomática o confirmada<br />
por endoscopia, tuvieron la posibilidad de ser seleccionados<br />
para el estudio. Fueron excluidos los pacientes con esofagitis<br />
eosinofílica, enfermedad por úlcera péptica, gastritis o duodenitis<br />
erosiva, enfermedad gastrointestinal significativa u otras<br />
enfermedades graves o aquellos que hubieran recibido antagonistas<br />
de los receptores H 2 o procinéticos los 3 días anteriores a<br />
la aleatorización, o los tratados con inhibidores de la bomba de<br />
protones en los últimos 28 días.<br />
Medidas de eficacia. El cuestionario GASP-Q se utilizó a fin de<br />
demostrar la eficacia <strong>del</strong> pantoprazol para el alivio de los síntomas<br />
asociados con la ERGE. Se valoró la intensidad de los síntomas<br />
y las evaluaciones clínicas se efectuaron en la semana anterior<br />
al inicio, y en las semanas 0, 2, 4, 6 y 8; se realizaron contactos<br />
telefónicos en las semanas 1, 3, 5 y 7. El contacto telefónico<br />
posterior al tratamiento se concretó a las 2 semanas luego de la<br />
última visita. Los índices de síntomas se valoraron semanalmente<br />
con 2 escalas: individual y colectiva (ISS y CSS); un umbral de<br />
16, con una sensibilidad <strong>del</strong> 83% y una especificidad <strong>del</strong> 79%,<br />
basado en la selección de 8 síntomas, fue el elegido para la<br />
realización de la escala CSS por su mayor facilidad en la utilización.<br />
La valoración total <strong>del</strong> profesional se efectuó en la última<br />
visita con la escala Likert de 7 puntos, que comparó la línea inicial<br />
con el final <strong>del</strong> tratamiento.<br />
Seguridad. Los informes de seguridad se basaron en la comunicación<br />
de eventos adversos (EA), los resultados de los exámenes<br />
clínicos de rutina, las determinaciones de laboratorio y<br />
las mediciones de los signos vitales. Los análisis de laboratorio<br />
incluyeron determinaciones en sangre y orina. Se efectuaron<br />
preguntas relacionadas con el tiempo de aparición de las ma-
nifestaciones en relación con el inicio de la fase activa <strong>del</strong> estudio,<br />
a fin de poder diferenciar los EA de los relacionados con el<br />
tratamiento.<br />
Análisis. La cantidad de antiácidos utilizados y el número de<br />
pacientes que los recibieron fueron las 2 variables determinadas<br />
y comparadas, según las dosis, con la prueba de la t de<br />
Student. El médico efectuó una evaluación general en la semana<br />
8, que luego se analizó en un mo<strong>del</strong>o que incluyó la<br />
cantidad de dosis/edad.<br />
Resultados<br />
Fueron seleccionados 159 pacientes; 136 fueron aleatorizados<br />
y recibieron 20 mg o 40 mg de pantoprazol/día (68 pacientes/grupo).<br />
La mayoría eran niñas y adolescentes mujeres y caucásicas,<br />
con una media de edad de 14 años (12-16 años). Ciento<br />
treinta pacientes completaron el estudio, 6 lo abandonaron<br />
debido a cefaleas, falta de eficacia y, en 1 caso, por dificultades<br />
con la venopunción.<br />
Los índices de eficacia fueron definidos como el cambio en la<br />
media <strong>del</strong> CSS de la línea inicial a la evaluación posterior al tratamiento<br />
en la semana 8. Ambos grupos mostraron una reducción<br />
significativa en el CSS en la semana 8 en comparación con<br />
el inicio y un número significativamente mayor de sujetos en el<br />
grupo de 40 mg alcanzó niveles en el CSS de menos de 16 en la<br />
semana 1. Al mismo tiempo, los valores medios <strong>del</strong> ISS para<br />
cada síntoma fueron significativamente menores en la semana<br />
8 en comparación con los iniciales en ambos grupos, pero no<br />
hubo diferencia entre estos últimos.<br />
Uso de antiácidos<br />
Se emplearon cápsulas de antiácido como medicación de rescate;<br />
la media en el uso de este agente fue menor de 4 en cada<br />
período de 4 semanas y no se detectaron diferencias en ambos<br />
grupos.<br />
Valoración total por parte <strong>del</strong> médico<br />
En la semana 8 se determinó una mejoría en la mayoría de los<br />
pacientes (≥ 75%) y ninguno de ellos mostró desmejora.<br />
Dosis por peso<br />
En el grupo tratado con 20 mg, la mayoría de los pacientes<br />
recibió 0.3 mg/kg de pantoprazol, mientras que los incorporados<br />
en el grupo de 40 mg fueron tratados con 0.6-0.9 mg/kg;<br />
sin embargo, la superposición considerable entre ambos grupos<br />
según las dosis hizo muy difícil la medición de esta diferencia.<br />
Adhesión<br />
Los pacientes incluidos en el estudio por 56 días recibieron 51<br />
tabletas de pantoprazol; no se observaron diferencias significa-<br />
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (<strong>III</strong>)<br />
7<br />
tivas entre ambos grupos. Veintiún pacientes (15.4%) de los<br />
136 no adhirieron a la propuesta <strong>del</strong> estudio, dado que ingirieron<br />
menos <strong>del</strong> 80% de las dosis.<br />
Seguridad<br />
Un total de 112 pacientes (82.4%) informó haber presentado<br />
1 o más EA relacionados con el tratamiento; la incidencia fue<br />
similar en ambos grupos. No se registraron efectos secundarios<br />
de gravedad ni fallecimientos en el curso <strong>del</strong> estudio. Los eventos<br />
relacionados con mayor frecuencia de aparición fueron la<br />
cefalea moderada y el dolor abdominal, intenso en 2 de 3 pacientes<br />
en los que apareció y se consideró relacionado con el<br />
fármaco. En cuanto a los parámetros de laboratorio, se observaron<br />
fluctuaciones menores en las pruebas hepáticas en 5 pacientes;<br />
la de mayor frecuencia de aparición fue el hallazgo asintomático<br />
de incremento <strong>del</strong> ácido úrico. No obstante, durante<br />
el estudio, 64 pacientes presentaron pruebas anormales de laboratorio<br />
de posible importancia clínica, si bien ninguna de estas<br />
alteraciones se consideró clínicamente significativa y no significaron<br />
riesgos para los pacientes. Otro dato de interés fue el<br />
hallazgo de un incremento en la media de peso producida durante<br />
el estudio, estadísticamente significativo en comparación<br />
con los valores iniciales, como es esperable en adolescentes en<br />
crecimiento. Esta medición pudo ser una expresión de la reducción<br />
en los síntomas gastrointestinales, que a su vez mejoró la<br />
ingesta de alimento y la tolerancia.<br />
Discusión<br />
Los resultados de este estudio y de otros anteriores ofrecen<br />
información de importancia referida al uso de pantoprazol para<br />
el tratamiento de la ERGE en los adolescentes. Tanto la dosis de<br />
20 mg como la de 40 mg fueron eficaces en la reducción de la<br />
sintomatología; sin embargo, la superposición entre ambos grupos<br />
y el tamaño reducido de la población evaluada generaron<br />
dificultades para el análisis. Si bien ambas dosis mostraron iguales<br />
niveles de eficacia para la reducción de los síntomas y en el<br />
tipo y la gravedad de los efectos adversos, la dosis de 40 mg se<br />
asoció con descenso más rápido de los síntomas y, a la vez, con<br />
mayor incremento de la aparición de cefaleas y <strong>del</strong> número de<br />
pacientes que informaron la presencia de diarrea.<br />
En relación con la utilización de los cuestionarios, el GASP-Q<br />
fue un instrumento eficaz para la valoración de los síntomas,<br />
simple en su respuesta y de fácil acceso para los adolescentes, a<br />
veces reacios a completar un registro diario, pero que pueden<br />
hacerlo con uno de tipo semanal. La intermitencia en los síntomas<br />
de la ERGE es otro factor a favor <strong>del</strong> cuestionario que requiere<br />
respuestas semanales.<br />
En conclusión, ambas dosis de pantoprazol, la de 20 mg y la<br />
de 40 mg, resultaron eficaces para la reducción de la sintomatología<br />
de la ERGE en adolescentes de entre 12 y 16 años.<br />
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Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
Nuevos Fármacos para los <strong>Trastornos</strong><br />
de la Motilidad Gastrointestinal<br />
Resumen objetivo elaborado<br />
por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />
Development of Drugs for Gastrointestinal Motor Disorders:<br />
Translating Science to Clinical Need<br />
de los autores<br />
Sanger GI, Alpers DH<br />
integrantes de la<br />
Washington University School of Medicine, St Louis, EE.UU.<br />
y otros centros participantes<br />
El artículo original, compuesto por 8 páginas, fue editado por<br />
Neurogastroenterology and Motility<br />
20(3):177-184, Mar 2008<br />
Los agentes actualmente en estudio incluyen los de mayor selectividad<br />
de acción a nivel de los receptores 5-HT 4 y de motilina, y nuevas ideas<br />
para modificar la secreción intestinal de líquido (activación GC-C)<br />
o el eje intestino-cerebro (agonistas <strong>del</strong> receptor de grelina).<br />
Los fármacos indicados para incrementar la motilidad gastrointestinal<br />
(GI) incluyen el agonista no selectivo <strong>del</strong> receptor de<br />
serotonina 5-HT 4 y el antagonista <strong>del</strong> receptor de dopamina D 2<br />
metoclopramida, el antagonista D 2 periférico domperidona y el<br />
agonista <strong>del</strong> receptor de motilina eritromicina. Recientemente<br />
se ha sumado el activador <strong>del</strong> canal de cloro lubiprostone, que<br />
aumenta la secreción de líquido hacia la luz intestinal y estimula<br />
en forma secundaria la peristalsis debido al incremento <strong>del</strong> contenido<br />
luminal. El agonista no selectivo <strong>del</strong> receptor 5-HT 4 fue<br />
retirado <strong>del</strong> mercado en los EE.UU. por cuestiones de seguridad.<br />
Los medicamentos empleados para reducir la motilidad GI<br />
incluyen el agonista parcial <strong>del</strong> receptor de opiáceos loperamida<br />
y el bloqueante cálcico mebeverina. El antagonista <strong>del</strong> receptor<br />
5-HT3 alosetrón fue introducido recientemente para el tratamiento<br />
<strong>del</strong> síndrome <strong>del</strong> intestino irritable (SII) con predominio<br />
de diarrea en las mujeres. Todos estos agentes presentan algún<br />
inconveniente o actividad adicional que evita su uso amplio y<br />
hasta podría actuar en contra <strong>del</strong> empleo terapéutico.<br />
¿Qué defectos presentan los fármacos actuales?<br />
Procinéticos gástricos<br />
La domperidona –bloqueante D 2 periférico– puede aumentar<br />
el vaciado gástrico en voluntarios sanos y en pacientes con trastornos<br />
como gastroparesia, en los que se ha informado mejoría<br />
de los síntomas. Se desconoce cuál es el mecanismo exacto involucrado,<br />
dado que la domperidona no facilita directamente la<br />
actividad colinérgica gástrica en la misma medida que la metoclopramida.<br />
Una posibilidad reside en que el aumento <strong>del</strong> vaciado<br />
gástrico se logre por la remoción de la inhibición al estómago,<br />
tal vez a través <strong>del</strong> sistema nervioso simpático. Además, la<br />
actividad antiemética de los bloqueantes D 2 (acción sobre el área<br />
postrema, una zona <strong>del</strong> tallo cerebral no protegida por la barrera<br />
hematoencefálica [BHE]) a veces puede aumentar secundariamente<br />
el vaciado gástrico luego de la reducción de síntomas<br />
como las náuseas. Cualquiera sea el mecanismo, la relativa debilidad<br />
de la actividad procinética de la domperidona y su<br />
aparente corta actividad, sumadas al incremento de las concentraciones<br />
séricas de prolactina por el bloqueo de los receptores<br />
D 2 hipofisarios, pueden ser algunas de las razones que limitan<br />
los intentos de formular agentes procinéticos alternativos con<br />
acción limitada al receptor D 2 .<br />
8<br />
Se considera que la metoclopramida –otro bloqueante D 2 –<br />
incrementa el vaciado gástrico, dada su capacidad para actuar<br />
como agonista <strong>del</strong> receptor 5-HT 4 , facilita la actividad colinérgica<br />
y nitrérgica y, por lo tanto, incrementa los componentes excitatorios<br />
ascendentes e inhibitorios descendentes <strong>del</strong> reflejo peristáltico.<br />
A diferencia de la domperidona, la metoclopramida<br />
atraviesa la BHE y el bloqueo central de los receptores D 2 puede<br />
causar acatisia y otros efectos motores extrapiramidales. No<br />
obstante, se la emplea ampliamente como procinético gástrico.<br />
Además, su uso ha aumentado en forma sustancial desde la<br />
prohibición en 2000 de la cisaprida, un agonista alternativo<br />
5-HT 4 que no bloqueaba el receptor D 2 . La cisaprida fue retirada<br />
<strong>del</strong> mercado por su actividad sobre el canal hERG. Más recientemente,<br />
también se retiró un segundo bloqueante 5-HT 4 empleado<br />
para el SII con predominio de estreñimiento en las mujeres<br />
(tegaserod). La causa fue una relación riesgo-beneficio desfavorable,<br />
observada luego <strong>del</strong> análisis de un estudio que mostró<br />
que 13 de 11 600 pacientes tratados presentaron efectos adversos<br />
(EA) cardíacos isquémicos. No puede argumentarse que<br />
las actividades adversas de la cisaprida y <strong>del</strong> tegaserod necesariamente<br />
tengan relación con la activación <strong>del</strong> receptor 5-HT 4 .<br />
La eritromicina se emplea en forma extraoficial para facilitar<br />
el vaciado gástrico durante la alimentación enteral y mejorar el<br />
control glucémico en pacientes diabéticos y tratar a aquellos<br />
con gastroparesia. Como procinético gástrico, podría ser más<br />
eficaz que los antagonistas 5-HT 4 . Sin embargo, a pesar de esta<br />
eficacia, no se han realizado estudios para identificar la dosis<br />
óptima de eritromicina para mejorar el vaciado gástrico en ausencia<br />
de efectos colaterales graves o tolerancia a las dosis repetidas.<br />
En un estudio realizado en voluntarios, 40 mg de eritromicina<br />
incrementaron la actividad propulsiva gástrica a través de<br />
un mecanismo sensible a la atropina, mientras que una dosis<br />
más elevada (200 mg, empleada con mayor frecuencia como<br />
antibiótico) estimuló contracciones no propulsivas resistentes a<br />
la atropina y aumentó la saciedad inducida por los alimentos.<br />
También se observa tolerancia con estas altas dosis de eritromicina,<br />
lo cual podría no suceder con dosis más bajas, como<br />
50 mg a 100 mg (3 veces por día y al acostarse). No obstante,<br />
persiste la preocupación respecto <strong>del</strong> empleo continuo de este<br />
fármaco, dado el grave riesgo de presentar resistencia a los<br />
antibióticos.
Fármacos que modifican el tiempo de tránsito intestinal<br />
Fármacos empleados contra la diarrea. Los opiáceos pueden<br />
actuar en forma central y periférica para inhibir el tránsito intestinal<br />
y estimular la secreción de muchas sustancias. Por lo tanto,<br />
su control de la función intestinal no se comprende por completo.<br />
La loperamida es el antagonista de los receptores opioides<br />
más ampliamente utilizado que demora el tránsito intestinal y<br />
altera la secreción y la motilidad. Tiene eficacia razonable contra<br />
la diarrea aguda.<br />
El antagonista selectivo <strong>del</strong> receptor 5-HT 3 alosetrón fue aprobado<br />
en 2000 para el tratamiento <strong>del</strong> SII con predominio de<br />
diarrea en las mujeres. Se estima que actúa principalmente mediante<br />
la reducción de la motilidad colónica inapropiada y la<br />
reducción de la hipersensibilidad colónica y rectal asociadas con<br />
este trastorno. El estreñimiento es un efecto colateral reconocido<br />
y tolerado de este medicamento. No obstante, una pequeña<br />
incidencia de colitis isquémica reversible posterior a la comercialización<br />
condujo al retiro inicial <strong>del</strong> alosetrón, seguido de su reintroducción,<br />
pero con uso restringido.<br />
Fármacos empleados contra el estreñimiento. La única alternativa<br />
al tegaserod –antagonista no selectivo 5-HT 4 retirado <strong>del</strong><br />
mercado– aumenta la propulsión intestinal como consecuencia<br />
de la estimulación de la secreción de líquido hacia la luz y no<br />
mediante la estimulación directa de la motilidad intestinal. El<br />
lubiprostone, derivado de la prostaglandina E 1 y aprobado en<br />
los EE.UU. para el tratamiento <strong>del</strong> estreñimiento idiopático crónico,<br />
logra su actividad mediante la activación de los canales <strong>del</strong><br />
cloro ClC-2, que se expresan ampliamente, sobre todo en la<br />
superficie luminal de las células epiteliales intestinales. Su activación<br />
conduce a la salida <strong>del</strong> cloro y, como consecuencia, al<br />
movimiento <strong>del</strong> agua hacia la luz. El efecto neto consiste en<br />
ablandar las heces y, por lo tanto, mejorar la frecuencia de los<br />
movimientos intestinales, el tiempo hasta la primera deposición,<br />
la consistencia de las heces y, así, la gravedad <strong>del</strong> estreñimiento.<br />
El lubiprostone es eficaz dada su escasa absorción luego de la<br />
administración oral, de modo que sus efectos aparecen localmente<br />
en el intestino. Sin embargo, en hasta 31% de los pacientes<br />
se observaron náuseas y tiene categoría C para el embarazo.<br />
Los mecanismos involucrados en las náuseas pueden conllevar<br />
efectos no selectivos <strong>del</strong> lubiprostone en los receptores EP<br />
de las prostaglandinas.<br />
Identificación de nuevos fármacos que afecten<br />
la motilidad GI, con perfil riesgo-beneficio superior<br />
Procinéticos GI<br />
Varios agonistas 5-HT 4 se encuentran en desarrollo, como<br />
TD-5 108 y prucaloprida. El perfil riesgo-beneficio de estos compuestos<br />
se vería incrementado si se mejorara la selectividad de<br />
acción. Actualmente, los agonistas <strong>del</strong> receptor de motilina en<br />
estudio son los derivados de la eritromicina. El mitemcinal<br />
(GM-611) incrementó la tasa de vaciado gástrico, pero no mejoró<br />
la tasa de respuesta para síntomas clínicos en los pacientes<br />
con gastroparesia diabética. Los pacientes diabéticos no obesos<br />
con buen control de su enfermedad presentaron una tasa de<br />
respuesta de 22%. Los síntomas característicos de retraso <strong>del</strong><br />
vaciado gástrico comprenden plenitud posprandial grave y vómitos<br />
en ausencia de dolor. La causa de falta de respuesta al<br />
mitemcinal podría ser que sus síntomas no obedecieran al retraso<br />
<strong>del</strong> vaciado gástrico.<br />
Las múltiples acciones de la grelina sobre las funciones intestinales<br />
superiores han sugerido que un agonista <strong>del</strong> receptor de<br />
grelina podría conferir un tratamiento más completo de los trastornos<br />
complejos, como la dispepsia funcional (DF). En los pacientes<br />
con DF se han detectado niveles séricos elevados de grelina;<br />
ésta incrementa el vaciado gástrico, el apetito o el consumo<br />
de alimentos y reduce la emesis. Se ha demostrado la<br />
capacidad de la grelina para incrementar el vaciado gástrico en<br />
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (<strong>III</strong>)<br />
9<br />
los pacientes con gastroparesia. La dificultad radica en sus múltiples<br />
acciones, como el control de la presión arterial y la frecuencia<br />
cardíaca y la capacidad de aumentar la liberación endocrina.<br />
La infusión intravenosa de grelina puede provocar la disminución<br />
de la sensibilidad a la insulina. Por otra parte, podría<br />
ser de utilidad en los pacientes con cáncer con esquemas de<br />
administración corta para aliviar la emesis asociada con la quimioterapia<br />
y para aumentar el consumo de alimentos. Los agonistas<br />
<strong>del</strong> receptor de grelina en estudio para los trastornos GI<br />
incluyen TZP-101 y TZP-102. En un estudio piloto, TZP-101 mejoró<br />
los síntomas en los pacientes con gastroparesia diabética.<br />
La itoprida es un antagonista <strong>del</strong> receptor D 2 de la dopamina<br />
y un inhibidor de la acetilcolinesterasa que produjo mejoría de<br />
los síntomas en un estudio en fase II de pacientes con DF.<br />
Fármacos que modifican el tiempo de tránsito intestinal<br />
Una nueva estrategia consiste en formular un agonista <strong>del</strong><br />
receptor de guanilatociclasa C(GC-C), expresado en la superficie<br />
luminal de las células intestinales epiteliales. La activación de<br />
este receptor desencadena la elevación <strong>del</strong> GMP cíclico y la secreción<br />
de cloro y bicarbonato a la luz intestinal. El aumento de<br />
la secreción hídrica en el intestino <strong>del</strong>gado reduce la absorción<br />
colónica de líquidos y promueve el tránsito GI.<br />
La linaclotida es un potente agonista selectivo <strong>del</strong> receptor<br />
GC-C, sin exposición sistémica luego de la administración oral.<br />
En un estudio de fase II en mujeres con SII con predominio de<br />
estreñimiento, la linaclotida aumentó el tránsito colónico, el vaciado<br />
<strong>del</strong> colon ascendente, la frecuencia y la consistencia de las<br />
deposiciones y el tiempo hasta la primera deposición. Estos efectos<br />
se produjeron en ausencia de EA graves, lo que sugiere que<br />
puede ser un agonista GC-C de primera clase para el alivio de<br />
los síntomas de estreñimiento, con un perfil de seguridad relativamente<br />
benigno.<br />
Otros agentes en formulación para aumentar la motilidad intestinal<br />
son los antagonistas de los receptores opioides periféricos<br />
metilnaltrexona y alvimopan. Estos agentes son predominantemente<br />
procinéticos porque superan la inhibición de la<br />
motilidad GI provocada por la cirugía abdominal o el empleo de<br />
analgésicos opioides.<br />
Indicaciones clínicas de los fármacos que actúan<br />
sobre la motilidad<br />
Un problema con la formulación de los fármacos que actúan<br />
sobre la motilidad es que, aunque la regulen, los síntomas sobre<br />
los que actúan son limitados.<br />
En los pacientes con DF se describieron alteraciones motoras<br />
gástricas frecuentes. Los múltiples síntomas posteriores a la ingesta<br />
de alimento (plenitud, dolor epigástrico y náuseas) han<br />
sido relacionados con el trastorno de la motilidad GI subyacente.<br />
Los procinéticos gástricos mejoran el vaciado gástrico, pero<br />
la mejoría sintomática parece ser independiente de la presencia<br />
de retraso en ese vaciado. Una revisión sistemática Cochrane de<br />
2004 concluyó que los estudios con procinéticos gástricos no<br />
podían ser interpretados debido a múltiples sesgos de publicación.<br />
Además, muchos de los medicamentos más antiguos presentan<br />
problemas adicionales respecto de la farmacología, que<br />
también puede entorpecer el éxito <strong>del</strong> resultado.<br />
Para evaluar los procinéticos gástricos sería razonable seleccionar<br />
los trastornos de la motilidad GI en los que sea necesario<br />
el incremento <strong>del</strong> vaciado gástrico, como los pacientes que requieren<br />
alimentación enteral en terapia intensiva o los individuos<br />
diabéticos en los que puede alcanzarse mejor control glucémico<br />
con mejor regulación <strong>del</strong> vaciado gástrico. También podrían<br />
ser útiles en los pacientes que presentan síntomas<br />
relacionados con alteración de la motilidad GI, como diarrea<br />
asociada con tránsito acelerado, estreñimiento asociado con tránsito<br />
lento y náuseas o vómitos asociados con retraso <strong>del</strong> vaciado<br />
gástrico.
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
El retraso <strong>del</strong> vaciado gástrico es un patrón característico en<br />
los pacientes con diabetes (DBT) tipos 1 y 2. Aquellos con signos<br />
de neuropatía autonómica cardiovascular de cualquiera de ambos<br />
grupos presentan mayor retraso <strong>del</strong> vaciado. Es posible que<br />
los pacientes con retraso <strong>del</strong> vaciado gástrico más grave –como<br />
aquellos con DBT1 con neuropatía autonómica– deban ser evaluados<br />
inicialmente para determinar el efecto de la mejoría <strong>del</strong><br />
vaciado sobre el control glucémico. Sin embargo, es probable<br />
que no respondan a los procinéticos que requieren un sistema<br />
nervioso entérico intacto para su efecto.<br />
Respecto de los trastornos como la diarrea, la loperamida es<br />
adecuada pero no ideal. Si bien tiene una vida media larga (10<br />
horas), no resulta tan eficaz en los trastornos crónicos. Una razón<br />
probable para la falta de eficacia es que la modificación de<br />
la motilidad puede actuar sólo parcialmente cuando la causa<br />
principal de la diarrea es el aumento de la secreción que conduce<br />
al un incremento secundario <strong>del</strong> tránsito.<br />
10<br />
Conclusiones<br />
Se necesitan terapias seguras y eficaces que aumenten el tránsito<br />
GI superior e inferior en los pacientes que requieren alimentación<br />
enteral o mayor absorción oral de fármacos y control glucémico<br />
(DBT) y para aquellos con reflujo gastroesofágico resistente<br />
a los inhibidores de la bomba de protones, con diversas<br />
formas de gastroparesia, como la idiopática o la observada en<br />
pacientes diabéticos o en tratamiento quimioterápico, o aun la<br />
pérdida <strong>del</strong> apetito en los ancianos. Otros pacientes que requieren<br />
fármacos que modifiquen el tránsito son aquellos con obstrucción<br />
parcial, estreñimiento y diarrea.<br />
En la actualidad se evalúan agentes que puedan modificar la<br />
actividad secretoria intestinal y el eje intestino-cerebro (agonistas<br />
<strong>del</strong> receptor de grelina). Los autores concluyen que se espera<br />
con gran interés el progreso de estas ideas, como también<br />
otras nuevas respecto de los mecanismos moleculares de trastornos<br />
como la gastroparesia.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2008<br />
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Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (<strong>III</strong>)<br />
La Preparación para Colonoscopia de Fosfato de Sodio<br />
es más Eficaz y Mejor Tolerada que la de Polietilenglicol<br />
Combinada con Bisacodyl<br />
Resumen objetivo elaborado<br />
por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />
Oral Sodium Phosphate Solution is a Superior Colonoscopy Preparation<br />
to Polyethylene Glycol with Bisacodyl<br />
de los autores<br />
Young CJ, Simpson RR, King DW, Lubowski DZ<br />
integrantes <strong>del</strong><br />
St George Hospital, Sydney, Australia<br />
El artículo original, compuesto por 4 páginas, fue editado por<br />
Diseases of the Colon & Rectum<br />
43(11):1568-1571, 2000<br />
La preparación de fosfato de sodio, en comparación con la de polietilenglicol<br />
con bisacodyl, requiere menor volumen de administración, es mejor tolerada<br />
y tiene mayor cumplimiento y eficacia en la visualización de la mucosa intestinal.<br />
Existe gran dificultad en lograr un balance adecuado entre los<br />
requerimientos de los pacientes y los médicos respecto de la<br />
preparación previa a un estudio de colonoscopia. Numerosos<br />
trabajos han demostrado la mayor eficacia de la preparación de<br />
fosfato de sodio (PNa) sobre la de polietilenglicol (PEG).<br />
El objetivo <strong>del</strong> presente estudio fue evaluar los efectos producidos<br />
al administrar una preparación de PNa en comparación<br />
con otra de PEG combinada con bisacodyl. Para ello, se realizó<br />
un estudio de diseño prospectivo, aleatorizado y a simple ciego,<br />
en el que se tuvo en cuenta la información aportada por los<br />
pacientes y los profesionales.<br />
Materiales y métodos<br />
Todos los pacientes completaron un formulario en el que informaban<br />
cuál de las 2 preparaciones habían ingerido y si habían<br />
experimentado náuseas, vómitos y dolor abdominal, además de<br />
una calificación general de la preparación con una escala <strong>del</strong> 1 al<br />
5: 1 = fácil de tolerar, 2 = tolerable, 3 = desagradable, 4 = muy<br />
desagradable, 5 = intolerable. Por su parte, los médicos encargados<br />
de realizar la colonoscopia informaron acerca de la eficacia<br />
de las distintas preparaciones con una escala <strong>del</strong> 1 al 5: 1 = visualización<br />
de toda la mucosa intestinal, 2 = presencia de materia<br />
fecal líquida a lo largo <strong>del</strong> colon fácilmente aspirable, 3 = presencia<br />
de materia fecal sólida y líquida no aspirable con facilidad,<br />
4 = presencia de abundante cantidad de materia fecal sólida,<br />
5 = procedimiento interrumpido por ineficacia de la preparación.<br />
Se consideró que la preparación en los grupos 1 y 2 fue “eficiente”,<br />
en el grupo 3 “regular” y en los grupos 4 y 5, “ineficiente”.<br />
Resultados<br />
Fueron evaluados 323 pacientes, de los cuales 169 recibieron<br />
PNa y 154, PEG. No hubo diferencias significativas de sexo y<br />
11<br />
edad entre ambos grupos. Un total de 181 pacientes completó<br />
el formulario.<br />
El grupo que recibió PNa informó menor malestar general<br />
(p < 0,0002). Dentro de este grupo, el 73 % de los pacientes<br />
calificó la preparación con 1 o 2, mientras que en el grupo de<br />
PEG lo hizo un 59 % <strong>del</strong> total. No se hallaron diferencias significativas<br />
en la incidencia de náuseas, vómitos o dolor abdominal<br />
entre ambos grupos.<br />
Los médicos señalaron que la preparación de PNa resultó más<br />
eficiente: en 85% de los pacientes que recibieron PNa y en el<br />
68% de los asignados a PEG (p < 0.000001). La clasificación 3 y<br />
4 fue ligeramente mayor en el último grupo.<br />
Discusión<br />
En el presente trabajo, se observó que la preparación de PNa,<br />
en comparación con la de PEG, fue mejor tolerada y resultó más<br />
eficaz en la limpieza intestinal. Si bien en general la preparación<br />
de PEG resulta satisfactoria (clasificación 2), dista de ser excelente<br />
(clasificación 1), como el caso de PNa (p < 0.000001), dado<br />
que permanecen residuos fecales sólidos en el intestino.<br />
Los resultados <strong>del</strong> presente estudio señalan que, para los pacientes<br />
sin contraindicaciones y aquellos menores de 65 años,<br />
se recomienda la administración de PNa, mientras que la de PEG<br />
puede administrarse en sujetos ancianos, en mal estado de salud<br />
y en aquellos que presentan insuficiencia renal o cardíaca.<br />
Asimismo, cabe destacar el riesgo de deshidratación y desequilibrio<br />
electrolítico que presenta la administración de PNa en determinados<br />
pacientes.<br />
En conclusión, señalan los autores, algunas de las ventajas de<br />
la preparación de PNa abarcan el menor volumen administrado,<br />
la mejor tolerancia, la mayor adhesión y la eficacia en la visualización<br />
de la mucosa intestinal.<br />
Copyright © Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), 2008<br />
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Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
Comparan la Eficacia <strong>del</strong> Pantoprazol y <strong>del</strong> Esomeprazol<br />
en Pacientes con Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico<br />
Resumen objetivo elaborado<br />
por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo<br />
Pantoprazole 40 mg Is as Effective as Esomeprazole 40 mg to Relieve Symptoms of Gastroesophageal<br />
Reflux Disease After 4 Weeks of Treatment and Superior Regarding the Prevention of Symptomatic Relapse<br />
de los autores<br />
Glatzel D, Ab<strong>del</strong>-Qader M, Gatz G, Pfaffenberger B<br />
Hanover, Winsen, Constance, Alemania<br />
El artículo original, compuesto por 10 páginas, fue editado por<br />
Digestion<br />
75(Supl. 1):69-78, May 2007<br />
En pacientes con enfermedad por reflujo gastroesofágico, el pantoprazol<br />
en dosis de 40 mg por día tiene la misma eficacia sintomática que el esomeprazol<br />
en igual dosis; sin embargo, luego de interrumpido el tratamiento, el primero<br />
se asocia con menor riesgo de recidiva y menos episodios sintomáticos.<br />
“La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un trastorno<br />
crónico muy frecuente.” El pasaje <strong>del</strong> contenido gástrico<br />
hacia el esófago ocasiona pirosis, regurgitación ácida, náuseas,<br />
diarrea y constipación; además, puede ser causa de trastornos<br />
respiratorios y se asocia con compromiso considerable de la calidad<br />
de vida. La eficacia de la terapia contra el reflujo es difícil<br />
de evaluar, dado que la lesión de la mucosa no se relaciona con<br />
la gravedad de los síntomas; además, se considera que en aproximadamente<br />
el 70% de los pacientes con ERGE, la endoscopia<br />
es normal. Por lo tanto, para determinar si un fármaco es eficaz<br />
en general se evalúa no sólo el índice de cicatrización de las<br />
lesiones <strong>del</strong> esófago sino también la mejoría sintomática, que se<br />
refleja en una mejor calidad de vida.<br />
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son los fármacos<br />
de primera línea para el tratamiento de la ERGE. Estos agentes<br />
suprimen la secreción ácida gástrica, con lo cual las manifestaciones<br />
clínicas y endoscópicas desaparecen rápidamente.<br />
Sin embargo, debido a que la causa <strong>del</strong> reflujo no se modifica<br />
con el tratamiento, la recidiva clínica es frecuente después de<br />
interrumpida la terapia. Se considera que aproximadamente el<br />
70% de los pacientes con ERGE presenta recidiva sintomática<br />
en el transcurso de los 6 meses que siguen al inicio <strong>del</strong> tratamiento,<br />
una situación que obliga a prolongarlo o a mantenerlo<br />
durante largos períodos. Si bien la recurrencia es frecuente,<br />
el curso de la enfermedad, después de finalizada la terapia, es<br />
poco conocido.<br />
El objetivo de la presente investigación fue comparar la eficacia<br />
de 2 IBP durante la fase activa de tratamiento y la evolución<br />
posterior de la enfermedad, una vez que éste se interrumpe.<br />
Para ello, los autores efectuaron una investigación<br />
que abarcó un período de lavado de 7 días, una fase de tratamiento<br />
activo de 28 días con 40 mg diarios de pantoprazol<br />
(P40) o igual dosis de esomeprazol (E40) y una etapa final de<br />
7 días, sin tratamiento. Los expertos utilizaron el cuestionario<br />
de ERGE (ReQuest TM ), que permite conocer con precisión la<br />
evolución de una amplia variedad de síntomas asociados con<br />
la enfermedad.<br />
Pacientes y métodos<br />
El estudio tuvo un diseño aleatorizado, a doble ciego y de<br />
grupos paralelos. Se llevó a cabo en 43 centros de Alemania.<br />
Se incluyeron hombres y mujeres de por lo menos 18 años,<br />
12<br />
con ERGE de grado A a D, según la endoscopia. Fueron excluidos<br />
los individuos con síntomas de ERGE sin hallazgos endoscópicos<br />
que sugirieran la enfermedad, sujetos con otros trastornos<br />
asociados con aumento de la secreción ácida (por ejemplo,<br />
el síndrome de Zollinger Ellison), aquellos sometidos<br />
previamente a cirugía antirreflujo, esofágica o gástrica (pudieron<br />
incluirse los que habían sido sometidos a polipectomía y a<br />
colecistectomía) y los pacientes con estrechez <strong>del</strong> esófago, divertículos,<br />
várices, acalasia o esófago de Barrett. Tampoco fueron<br />
evaluados los individuos con úlcera péptica aguda o complicaciones<br />
ulcerosas, con estenosis pilórica o enfermedades<br />
inflamatorias <strong>del</strong> intestino, entre otros criterios de exclusión.<br />
No fueron analizados los sujetos que habían recibido IBP, agentes<br />
proquinéticos, antagonistas <strong>del</strong> receptor H 2 de histamina o<br />
misoprostol en los 5 días anteriores al estudio, tampoco los<br />
pacientes tratados con corticoides por vía sistémica, drogas<br />
antiinflamatorias o IBP en el contexto <strong>del</strong> tratamiento de erradicación<br />
de Helicobacter pylori en los 28 días previos a la investigación.<br />
Se permitió el uso de ácido acetilsalicílico en dosis<br />
de hasta 150 mg por día.<br />
Durante el período inicial de 7 días, los participantes registraron<br />
diariamente los síntomas con el ReQuest. Luego, fueron asignados<br />
en forma aleatoria a P40 o E40; la medicación debía ingerirse<br />
1 hora antes <strong>del</strong> desayuno. Los pacientes fueron controlados<br />
al inicio y al final de esta primera fase, al mes de iniciada la<br />
terapia (día 28) y el día 35, 1 semana después de finalizado el<br />
tratamiento. Antes de la inclusión, los sujetos fueron sometidos<br />
a examen clínico y pruebas de laboratorio. Se efectuó endoscopia,<br />
que permitió clasificar la ERGE según la escala de Los Angeles,<br />
y se explicó a los participantes cómo debían completar el<br />
cuestionario. Se tomaron en cuenta el cumplimiento <strong>del</strong> tratamiento<br />
y la aparición de efectos adversos.<br />
El ReQuest es un interrogatorio específico que permite conocer<br />
la evolución de los síntomas de la ERGE confirmada por endoscopia<br />
o sin hallazgos de este tipo. Se lo considera el principal<br />
instrumento para estudios clínicos de esta naturaleza; incluye 2<br />
subescalas: la de síntomas gastrointestinales (ReQuest GI) y la<br />
de bienestar general y trastornos <strong>del</strong> sueño (ReQuest-WSO). La<br />
intensidad de las manifestaciones se refleja en una escala visual<br />
analógica de 100 mm, mientras que la frecuencia de los síntomas<br />
se expresa en una escala Likert de 7 puntos. En este trabajo<br />
sólo se aplicó la subescala GI.
Resultados<br />
Se incorporaron 585 sujetos y 561 integraron la población<br />
con intención de tratar. En la población por protocolo (PP) se<br />
excluyeron 85 pacientes, fundamentalmente por violación <strong>del</strong><br />
estudio, por el uso de medicaciones prohibidas o por no completar<br />
de manera correcta el cuestionario. Las características<br />
demográficas de inicio de los pacientes de ambos grupos fueron<br />
semejantes. El índice de adhesión también fue similar: 100%<br />
en el grupo P40 y 99% en el grupo E40. El puntaje <strong>del</strong> ReQuest<br />
antes <strong>del</strong> inicio <strong>del</strong> tratamiento fue de 4.20 y de 4.56 (mediana),<br />
respectivamente (p = 0.455). La mediana <strong>del</strong> puntaje promedio<br />
fue mayor en los pacientes con infección por H. pylori respecto<br />
de los sujetos sin esta infección (5.94 y 4.01, en igual orden, en<br />
la PP). Antes <strong>del</strong> inicio <strong>del</strong> tratamiento, el número promedio de<br />
episodios y la cantidad de días con síntomas fueron semejantes<br />
en ambos grupos. El puntaje máximo <strong>del</strong> cuestionario también<br />
fue similar en los pacientes de P40 y E40 (8.5 y 8.7).<br />
Durante el período de tratamiento, el criterio principal de análisis<br />
fue la mediana <strong>del</strong> puntaje promedio <strong>del</strong> ReQuest GI en los<br />
últimos 3 días de terapia. La mediana fue de 0.22 en el grupo<br />
P40 y de 0.30 en el grupo E40. El análisis estadístico confirmó la<br />
ausencia de inferioridad <strong>del</strong> pantoprazol respecto <strong>del</strong> esomeprazol.<br />
En un paso posterior, se evaluó el puntaje <strong>del</strong> ReQuest<br />
según el estado de infección por H. pylori. Los pacientes de ambos<br />
grupos sin infección presentaron un puntaje semejante, mientras<br />
que en aquellos con infección, el puntaje fue mayor en el<br />
grupo E40 respecto de los pacientes que recibieron P40 (mayor<br />
sintomatología en el primer grupo).<br />
El número promedio de episodios y el puntaje máximo <strong>del</strong><br />
ReQuest disminuyeron con la terapia (de 1.2 eventos en la primera<br />
semana a 0.7 en la semana 4 y de 3.2 y 3.7 puntos en el<br />
grupo P40 y E40, respectivamente, a 1.0 y 1.1, en igual orden,<br />
al mes). Durante el período que siguió al de tratamiento activo,<br />
el número de episodios sintomáticos fue significativamente más<br />
bajo en los pacientes asignados a P40, en comparación con los<br />
que recibieron E40. Los pacientes <strong>del</strong> primer grupo presentaron<br />
2.1 días con síntomas de reflujo, mientras que los asignados a<br />
E40 tuvieron 2.3 días sintomáticos. Asimismo, la mediana <strong>del</strong><br />
puntaje máximo <strong>del</strong> ReQuest fue sustancialmente inferior en el<br />
grupo P40 en comparación con el grupo E40 (1.44 y 2.18, respectivamente,<br />
p = 0.0313). El índice de recidiva (proporción de<br />
pacientes con síntomas clínicamente relevantes) fue considerablemente<br />
menor en el grupo P40 respecto <strong>del</strong> grupo E40 (PP:<br />
46.3% y 56.9%, respectivamente, p = 0.0221). El tiempo hasta<br />
la recurrencia fue mayor en los pacientes <strong>del</strong> grupo P40 (5.7<br />
días) en comparación con el grupo E40 (4.8 días). La mediana<br />
<strong>del</strong> puntaje promedio <strong>del</strong> ReQuest durante la fase que siguió al<br />
tratamiento fue más bajo en el grupo P40 (PP: 0.56 en comparación<br />
con 1.01 en el grupo E40, p = 0.084).<br />
Los 2 tratamientos fueron bien tolerados. El 1.3% de los pacientes<br />
(7 de 561) abandonó el protocolo de manera prematura<br />
por la aparición de efectos adversos (1.1%, 3 de 284 en el grupo<br />
P40 y 1.4%, 4 de 277 en el grupo E40). En conjunto, 93<br />
sujetos refirieron algún evento adverso (49 en el grupo P40 y 44<br />
en el grupo E40). Las manifestaciones adversas más frecuentes<br />
fueron el agravamiento de la hipertensión (1.2%), la bronquitis<br />
(1.2%) y la diarrea (1.2%). El análisis estadístico no reveló diferencias<br />
sustanciales entre los grupos en términos <strong>del</strong> perfil de<br />
seguridad. Más de la mitad de los 116 eventos adversos registrados<br />
no se relacionaron con la terapia (57%, 35 de 61 en el<br />
grupo P40 y 58%, 32 de 55 en el grupo E40); 16 de los 61<br />
eventos (o el 26% en el grupo P40) y 15 de los 55 (o el 27% en<br />
el grupo E40) se consideraron probablemente no relacionados,<br />
mientras que 10 de los 61 (o el 16% en el grupo P40) y 8 de los<br />
55 eventos (o el 15% en el grupo E40) se clasificaron como<br />
posiblemente relacionados. En ningún caso pudo establecerse<br />
una relación definitiva con el fármaco. El 91% de las manifestaciones<br />
adversas fue de intensidad leve o moderada. En el trans-<br />
Acontecimientos Terapéuticos, <strong>Trastornos</strong> <strong>del</strong> <strong>Aparato</strong> <strong>Digestivo</strong> (<strong>III</strong>)<br />
13<br />
curso de todo el estudio se registraron 3 efectos adversos graves:<br />
1 paciente asignado a pantoprazol presentó linfoma angioinmunoblástico<br />
de células T no relacionado con el tratamiento,<br />
1 de los que recibieron esomeprazol tuvo una reacción de hipersensibilidad<br />
(aparentemente no relacionada con la terapia) y<br />
otro paciente tratado con esomeprazol presentó una crisis hipertensiva,<br />
cuya relación se consideró improbable.<br />
Discusión<br />
Independientemente de la intensidad <strong>del</strong> daño que el reflujo<br />
ocasiona en la mucosa esofágica, la ERGE genera deterioro sustancial<br />
en la calidad de vida. De hecho, los pacientes con resultados<br />
negativos en la endoscopia suelen referir la misma gravedad<br />
sintomática que aquellos que presentan patología erosiva.<br />
Los fármacos utilizados deben inducir alivio sintomático rápido<br />
y sostenido. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones al<br />
respecto no tiene en cuenta los episodios de menos de 3 días;<br />
por este motivo, la valoración diaria de los síntomas (y no sólo<br />
los hallazgos endoscópicos) brindan un panorama más real de<br />
la eficacia de una terapia determinada.<br />
En general, los síntomas de reflujo reaparecen tiempo después<br />
de interrumpido el tratamiento; no obstante, ninguna investigación<br />
evaluó en particular la evolución de la enfermedad<br />
en la fase que sigue directamente a su interrupción. Sin embargo,<br />
esta información puede ser de mucha utilidad para conocer<br />
mejor el efecto <strong>del</strong> tratamiento y predecir el curso de la enfermedad;<br />
además, es de ayuda para conocer cuál será el comportamiento<br />
<strong>del</strong> paciente a largo plazo si se decide continuar con<br />
terapia a demanda. En la presente investigación, los autores<br />
determinaron la evolución diaria de los síntomas atribuibles a la<br />
ERGE, mediante el cuestionario ReQuest que los pacientes completaron<br />
antes, durante y después de la terapia con 40 mg diarios<br />
de pantoprazol o esomeprazol.<br />
Durante la fase de pretratamiento de 7 días, las manifestaciones<br />
clínicas fueron semejantes en ambos grupos, un fenómeno<br />
que indica que la población evaluada fue homogénea. Los pacientes<br />
asignados a 40 mg de pantoprazol por día presentaron<br />
un puntaje promedio más bajo en el ReQuest GI durante los<br />
últimos 3 días de tratamiento (el puntaje más bajo refleja mayor<br />
alivio sintomático).<br />
El alivio rápido de la sintomatología es un aspecto importante<br />
a tener en cuenta porque influye de manera directa en la calidad<br />
de vida. En este trabajo, la primera mejoría sintomática se<br />
comprobó a los 2 días (mediana) en ambos grupos de terapia. El<br />
alivio sostenido se observó a los 16.5 días en el grupo de P40 y<br />
a los 16 días en el grupo de E40.<br />
En la fase postratamiento, el puntaje promedio <strong>del</strong> cuestionario<br />
fue numéricamente más bajo en el grupo asignado a<br />
pantoprazol en comparación con los sujetos que recibieron esomeprazol.<br />
Asimismo, un porcentaje significativamente más bajo<br />
de pacientes tratados con pantoprazol presentó una recaída<br />
clínicamente relevante después de finalizado el tratamiento (PP:<br />
46.3 y 56.9%, respectivamente); el número de episodios también<br />
fue sustancialmente más bajo en el primer caso (puntaje<br />
promedio de 0.55 y de 0.71 en los grupos P40 y E40, respectivamente).<br />
El puntaje máximo <strong>del</strong> cuestionario refleja el pico<br />
sintomático, añaden los autores, y la mediana de este valor<br />
indicó que al menos la mitad de los participantes asignados a<br />
P40 tuvo un puntaje inferior en comparación con los sujetos<br />
<strong>del</strong> grupo E40, un resultado que sugiere mejor calidad de vida<br />
en el primer grupo. El número de días con episodios sintomáticos<br />
disminuyó de 5.8 días antes de la terapia a 2.1 días en<br />
promedio en el grupo P40 y a 2.3 días en el grupo E40. Según<br />
los investigadores, quizá las diferencias puedan atribuirse a<br />
variaciones en las características farmacocinéticas de ambos<br />
agentes. Por ejemplo, el esomeprazol (como sucede con todos<br />
los IBP) se une a una única cisteína, mientras que el pantoprazol<br />
se une a 2, un fenómeno que explicaría la acción más pro-
Sociedad Iberoamericana de Información Científica<br />
longada de este último. Los estudios anteriores sugirieron que<br />
el pantoprazol es muy eficaz cuando se lo utiliza a demanda<br />
(la forma de terapia que suelen elegir los pacientes) en sujetos<br />
con ERGE con resultados negativos en la endoscopia y en la<br />
enfermedad leve. Las ventajas <strong>del</strong> pantoprazol, en términos de<br />
Sociedad Iberoamericana de<br />
Información Científica (SIIC)<br />
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Rosa María Hermitte<br />
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de 2008.<br />
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Intelectual en trámite. Hecho el depósito que establece la Ley Nº 11.723.<br />
14<br />
la mejoría clínica más importante y de la calidad de vida, aseguran<br />
mayor nivel de satisfacción por parte <strong>del</strong> paciente. En<br />
términos de alivio sintomático, una vez interrumpido el tratamiento,<br />
el presente estudio revela que el pantoprazol es superior<br />
al esomeprazol, concluyen los expertos.<br />
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