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“Tuve mucha suerte de
tener la obra social”
Inés Leal enfrentó un trasplante autólogo de médula ósea y deberá someterse a otro, esta
vez de donante, en el futuro. Asegura que en la obra social encontró asistencia y contención.
En septiembre de 2012 Inés Leal se empezó
a sentir mal. “Una gripe”, la diagnosticaron en
una guardia. Temiendo algo peor decidió consultar
a su hematóloga, María Laura Viudez,
que atiende por OSPELSYM en el Hospital
Central de Mendoza y en la sede de Montevideo
270 de la obra social.
A los ocho años, Leal, que hoy tiene 38, padeció
Linfoma de Hodgkin, un cáncer del tejido
linfático que se encuentra en los ganglios
linfáticos, el bazo, el hígado, la médula ósea y
otros sitios. Entonces se trató con éxito en el
Hospital Emilio Civit.
La enfermedad regresó en 2009, cuando ella
vivía en los Estados Unidos. La cobertura médica
de salud en ese país es muy cara; en ese
momento, una sesión de quimioterapia costaba
U$S 25.000. Leal, mamá de Sebastián, Jean
Paulo y Leonardo, logró ingresar a un programa
para madres de hijos norteamericanos
del estado de Texas. El tratamiento la ayudó
a superar la enfermedad. “El cáncer se había
dormido. Pero, ¿qué pasaría si volvía? Ese programa
iba a ser cancelado, mis bebés eran
chiquitos y mi hermana, que había viajado para
ayudarme, ya regresaba a Argentina. Estaba
cansada de vivir como ilegal y la experiencia
de enfermarme y no tener seguro había sido
terrible”, recuerda.
Leal decidió retornar con sus chicos a Mendoza.
Aquí se empleó como mucama en el Hotel
Diplomatic (actualmente tiene licencia) y por
un cambio de razón social de su empleador
se adhirió a OSPELSYM en abril de 2012. Nueve
meses después, el 18 de enero de 2013, su
doctora le confirmó que por tercera vez en su
vida debería enfrentar el cáncer.
La obra social autorizó varios estudios, entre
ellos el PET (Tomografía por Emisión de Positrones,
un scan que permite determinar tipos
de cáncer basado en la actividad que ocurre
en la célula cancerosa) que permitió confirmar
el diagnóstico. En abril de 2012, Leal empezó
con sesiones de quimioterapia.
Leal no sólo tuvo que enfrentar el miedo a la
enfermedad sino también la angustia por encarar
el tratamiento como mamá sola de tres
hijos. “Fue tremendo enfrentar la responsabilidad
sola y sin ayuda económica. Además,
no tenía experiencia de hacer el tratamiento
mediante una obra social. Antes, cuando iba al
médico veía que quienes no tenían obra social
no lo pasaban bien, por ejemplo faltaban drogas.
Y yo pensaba que iba tener que lidiar con
eso”, relata Leal. Y agrega: “Hasta ese momento
yo no conocía Ospelsym”.
Leal señala que OSPELSYM siempre estuvo
presente para darle la contención y agradece
al equipo tanto de Prestaciones como a aquellos
que la recibieron y gestionaron sus trámites.
La obra social aprobó la realización de los
estudios y las drogas necesarias.
Tiempo después, Leal recibió un anuncio inesperado:
la quimioterapia no era suficiente y
sería necesario hacer un trasplante de médula
ósea. “Era la única opción. Nuevamente necesité
hacer un PET y me lo autorizaron enseguida”,
señala. OSPELSYM tampoco demoró en
aprobar el traslado de Leal al Hospital Privado
de Córdoba para hacer la intervención.
“Lo que más me urge hoy es seguir teniendo la obra social.
Antes no le daba el valor que le doy ahora.”
La obra social costeó los traslados de Leal y
su hermana, su estadía durante dos meses
en un apart hotel ubicado frente al hospital
y la intervención. Tras semanas de preparación
de la médula -lo que incluyó internaciones,
24 sesiones de quimioterapia y extracción
de sangre-, el 26 de julio se inició el
trasplante autólogo, es decir que el donante
es el mismo paciente. “Pasé 22 días de aislamiento
para evitar los riesgos de infecciones.
De todos modos tuve dos focos infecciosos
con fiebre que, por suerte, fueron controlados”,
recuerda Leal.
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El trasplante autólogo sólo permitió frenar el
avance de la enfermedad, pero en el futuro
Leal deberá hacer un nuevo trasplante, esta
vez de donante. Para ello, sus seis hermanos
ya realizaron pruebas para saber quién es
compatible y hacer la donación. Ellos no están
afiliados a OSPELSYM pero, según Leal, “la
obra social reaccionó rapidísimo y ya se hicieron
los estudios”.
Actualmente, Leal se hace análisis de sangre
cada dos semanas y ella y sus hijos asisten a
sesiones de terapia psicológica con profesionales
de OSPELSYM.
Leal quiere ponerse bien y volver a trabajar
rápidamente. “Hace unos días le decía a una
compañera que lo que más me urge hoy es
seguir teniendo la obra social. Antes no le
daba el valor que le doy ahora. Tuve mucha
suerte al tenerla”, asegura. Mientras tanto disfruta
las pequeñas cosas de cada día, como
estar con sus hijos, llevar al más pequeño al
jardín, caminar por su barrio en Las Heras y las
pizzas caseras de su mamá.
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