SAGA_09_final.pdf

Celebridades
Celebridades
Divorcios que cotizan alto
Millones de dólares entran en juego cuando las estrellas
se casan. Cuando se separan lo hacen a lo grande.
Los rumores dicen que Brad Pitt convenció a
su futura esposa, y actual madre de sus hijos,
Angelina Jolie de firmar un contrato prenupcial.
Aunque a ella le parecía una idea poco
romántica, Pitt no quiso pecar de confiado y
prefirió que las cosas estuvieran claras entre
ellos en caso de que se terminase el amor.
Es que no quiere repetir la historia de muchos
de sus colegas en el mundo del espectáculo
que al divorciarse no sólo pierden la ilusión del
amor eterno sino buena parte de sus fortunas.
Aún con acuerdos firmados, muchas estrellas
tienen que hacer grandes desembolsos ante
sus cónyuges.
Uno de los divorcios más caros de la historia
fue el de Mel Gibson y su primera esposa Robyn,
enfermera de oficio y madre de los siete
hijos de la pareja. Se casó con ella en 1980 y
cuando se separaron el protagonista de Corazón
valiente y Arma mortal tuvo que abrir su
cuenta bancaria y transferir 450 millones de
dólares. ¿Qué habrá hecho Robyn con tanto
dinero? No importa si ya se lo gastó: según el
acuerdo de divorcio recibirá la mitad de todas
las ganancias de las películas que ingrese su
marido por el resto de su vida.
Arnold Schwarzenegger no pudo recuperar
la confianza de su esposa tras conocerse
que tuvo un amorío con una empleada, del
que nació un hijo extramatrimonial. Terminator
tuvo que pagar 200 millones de dólares a
María Shriver.
Otro personaje que no pudo superar el descubrimiento
de infidelidades, en este caso múltiples
y escandalosos, fue Tiger Goods. Tras
destruirle un auto a puro golpe de palo de golf,
la modelo sueca Elin Nordegren se quedó con
565 millones de dólares que el exitoso golfista
había logrado a fuerza de hacer hoyo en uno.
Goods no sólo arruinó su matrimonio sino que
causó pérdidas en las empresas deportivas
que lo patrocinaban.
La misma cifra debió pagar Steven Spielberg
cuando se separó de su primera esposa, la
actriz Amy Irving, en 1989. Habían estado
casados cuatro años, período en el que el
aclamado director de Indiana Jones, Volver a
futuro y Salvando al soldado Ryan había facturado
200 millones de dólares. Para recibir
esa fortuna, Irving logró que se impugnase
un acuerdo prenupcial que habían firmado en
una servilleta.
Hablando de Indiana, Harrison Ford le pagó
a su esposa de 21 años, Melissa Mathison,
85 millones de dólares cuando se separaron
en 2004. Se habían conocido en el set de
Apocalipsis Now.
El divorcio de Michael Douglas de su primera
esposa, Diandra, no conllevo tal sangría. El
acuerdo fue por “sólo” 45 millones de dólares
por 23 años de casados. Sin embargo, como
habían filmado un acuerdo que los obligaba
a compartir las ganancias de los proyectos
derivados del trabajo del actor mientras estuviesen
casados, la esposa decidió reclamar
su parte por la película Wall Street: el dinero
nunca duerme, la segunda parte de la famosa
Wall Street. El detalle es que esta secuela se
filmó cuando ya estaban separados. La justicia
norteamericana entendió que Diandra se quería
pasar de viva y dictaminó que no le correspondía
un peso por ese film.
No siempre pagan los hombres; la ley es para
todos. Cuando en 2008 Madonna se divorció
del director de cine inglés Guy Ritchie, le tuvo
que pagar (entre efectivo y bienes) alrededor
de 90 millones de dólares. Aún así, es un vuelto
para la reina del pop.
36 | Revista de OSPELSYM Revista de OSPELSYM | 37