Gacetilla Cervecera XXII

Cervezas con alma de vino
Ramon Riudor Augé
Desde tiempos remotos, vino y cerveza han
compartido espacio en la cultura mediterránea.
Ahora, además, se han unido en una bebida
innovada por enólogos e ingenieros agrícolas:
Garnatxa Beer y Rufa Solera, cervezas con alma de
vino.
Las dos cervezas tienen cada una su propio y
original método de elaboración, aplicando en
ambos casos ciertos pasos muy parecidos a los
utilizados en la producción de espumosos y vino.
Vendimia en la finca de Priorat Beer en la Vilella Baix
En el caso Garnatxa Beer, se inicia con una
particularidad propia del champagne: en lugar de
vino blanco, tenemos una base de cerveza que se
somete a una crianza de dos meses en barrica
nueva de roble francés, lo que la redondea y la
dota de un carácter especial, con elegantes
taninos. En la fase final, se desarrolla otra de las
características diferenciadas, que recuerdan al
cava: se incorpora el mosto de garnacha tinta, que
origina una segunda fermentación en botella
debido al azúcar natural de la uva.
“dormidos”, se añade al mosto de la cerveza,
originándose así la fermentación primaria.
Se puede decir que las cervezas expresan,
respectivamente, el carácter del Priorat y del
Empordà precisamente porque contienen
garnacha, una variedad de uva autóctona en
ambas comarcas, que en todo caso presenta
ciertas características diferenciadas y propias en
cada territorio (por ejemplo, en el Empordà se
denomina “lledoner”). La garnacha se divide, a su
vez, en distintas subvariedades, todas suaves,
aromáticas, oxidativas y de rápida evolución.
Frecuentemente en coupage con la cariñena o
alguna uva foránea, la garnacha es la base
utilizada por las bodegas de la D.O.Q. Priorat,
D.O. Montsant y D.O. Empordà en la confección
de caldos de reconocido prestigio: tintos, pero
también blancos, dulces y vermuts. El mosto de
Garnatxa Beer proviene de las soleadas viñas
viejas de garnachas tintas en las laderas de
licorella (pizarra) pertenecientes a fincas propias
de la D.O.Q.Priorat en La Vilella Baixa y el Molar,
mientras que en el caso de Rufa Solera el vino
tiene su origen en las garnachas tintas y rojas
azotadas por la tramontana pertenecientes a la
bodega de Solera d’Espolla.
Por lo que
respecta a la Rufa
Solera, se parte ya en
origen de un vino
dulce elaborado con
garnacha tinta y roja,
que ha sido
envejecido
oxidativamente en
“Soleras” de más de
50 años. La Solera es
un procedimiento
por el que se introduce en unas botas este vino (en
este caso, 12.000 l.) y cada año se retira y rellena
con vino joven tan sólo una pequeña parte. El vino
extraído, que contiene unos azúcares muy viejos y
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