Revista ''Langabezian'' nº 6.pdf
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2014ko Martxoa 11<br />
UN POCO DE HISTORIA<br />
LA HUELGA DE BANDAS EN BIZKAIA.<br />
EL DESAFIO AL FRANQUISMO.<br />
Entre 1966 y 1967 trabajadores de la empresa de “Laminación<br />
de bandas en frío” de Vizcaya protagonizaron<br />
el conflicto laboral más largo de la dictadura. La mayoría<br />
acabó en la cárcel o en el destierro.<br />
La “Huelga de bandas”, como se la conoce, comenzó el<br />
30 de noviembre de 1966, después de que la empresa<br />
desestimara las reivindicaciones de los trabajadores, molestos<br />
porque la dirección había disminuido su retribución<br />
salarial al tiempo que aumentaba su ritmo de trabajo.<br />
Todo en ello en una época de modernización en<br />
las empresas con maquinaria y tiempos de trabajo más<br />
cortos.<br />
La movilización pilló por sorpresa a la dirección de la<br />
empresa, a las autoridades del régimen y al mismo Franco,<br />
que no podía comprender cómo un grupo de obreros<br />
vascos se había atrevido a desafiar la legislación vigente<br />
y envalentonarse a pesar de la represión que sabían que<br />
podían sufrir. Pero ocurrió, y se convirtió en todo un<br />
símbolo.<br />
A lo largo del conflicto, los huelguistas fueron combinando<br />
acciones legales con otras ilegales y clandestinas.<br />
Presentaron diversos escritos a la Delegación de Trabajo,<br />
que llegaron hasta la Magistratura de Trabajo, e hicieron<br />
uso del sindicato vertical. Pero después de que las autoridades<br />
se pronunciaran a favor de los intereses de la<br />
empresa y apoyaran el despido de 33 trabajadores, reforzaron<br />
su actitud y comenzaron a actuar en contra de<br />
las leyes.<br />
Primero, se encerraron tres días en el comedor de la<br />
empresa, siendo desalojados a punta de metralleta por la<br />
Guardia Civil. Después, comenzaron a distribuir octavillas,<br />
que se convirtieron en una obsesión para la policía.<br />
Eran impresas en diversas parroquias y en ellas se informaba<br />
a trabajadores y a los vecinos de cómo transcurría<br />
la huelga. «Qué no se raje nadie», podía leerse.<br />
Por último, desafiaron las prohibiciones convocando una<br />
gran manifestación el 4 de abril de 1967. Una movilización<br />
que contó con la solidaridad de los trabajadores de<br />
otras empresas, que secundaron el paro, y con otros sectores<br />
de la sociedad. La marcha transcurrió por las calles<br />
céntricas de Bilbao y acabó con la intervención armada<br />
de la Policía, que la reprimió con dureza.<br />
Tras varios meses de huelga, aquello fue la gota que colmó<br />
el vaso. Tanto la empresa como el Gobierno se pusieron<br />
un objetivo: aplastar este “exceso” obrero cuanto<br />
antes. La empresa contrató a trabajadores de otras<br />
provincias, amenazó con desalojar a 450 familias de los<br />
empleados que vivían en casas facilitadas por la compañía<br />
y aumentó la presión de la policía y del sindicato vertical..<br />
Pero ni aquello les frenó. Franco, al que el tema parecía<br />
írsele de las manos, terminó decretando el Estado<br />
de Excepción el 22 de abril de 1967. Eliminó las escasas<br />
garantías que tenía la dictadura y ordenó una ola de detenciones<br />
y destierros de muchos de los trabajadores<br />
que habían participado en la movilización, mandándolos<br />
a otras comunidades. Aquello fue el final de una huelga<br />
que terminó desconvocándose el 20 de mayo de 1967.