Revista ''Langabezian'' nº 6.pdf
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6 Marzo 2014<br />
REPORTAJE<br />
LA EMIGRACIÓN Y LA CRISIS<br />
En este número de la revista tratamos un tema que está siendo vendido en los medios de comunicación<br />
de unas maneras cuanto menos francamente difíciles de creer. Hablamos de la inmigración<br />
desde el Estado en busca de trabajo.<br />
De primeras daros una serie de datos bastante desconocidos<br />
para la gente, una serie de cifras relacionadas<br />
con la inmigración que no suelen salir en la prensa y<br />
los mass media. Se calcula que desde que comenzara<br />
la crisis (nosotras preferimos llamarlo estafa, robo)<br />
han salido desde el Estado unas 700.000 personas en<br />
busca de un empleo y una vida que la especulación<br />
y el robo no les permite tener aquí. Si buscáis la cifra<br />
en los datos oficiales hablarán de términos como<br />
“movilidad exterior y espíritu aventurero de nuestros<br />
jóvenes” y bajarán la cifra hasta no más de 250.000<br />
personas. Si miramos el padrón en países como Alemania<br />
o Inglaterra, esta cifra se cae por sí sola. Un<br />
único ejemplo en este sentido nos demuestra la falsedad<br />
de los datos oficiales: mientras la estadística<br />
española dice que han salido con la crisis 19.074 no<br />
alemanes rumbo a este país, allí el recuento de inscritos<br />
procedentes de España en el mismo período eleva<br />
la cifra a 85.397 personas, cinco veces más. Con otras<br />
estadísticas como el paro, la pobreza y demás ocurre<br />
lo mismo, pero eso es harina para otros reportajes. Lo<br />
prometemos.<br />
NO TODO SON FUGAS DE CEREBRO<br />
Resulta que antes de la crisis la gente que salía hacia<br />
estos países eran jóvenes de entre 20 y 34 años con<br />
titulaciones académicas en busca de oportunidades<br />
en sus respectivos campos.<br />
La realidad actual es muy diferente; cada vez ganan<br />
más peso dos tipos de inmigrantes que nada tienen<br />
que ver con la fuga de cerebros: las personas entre 34<br />
y 50 años y los que, aun teniendo la nacionalidad española,<br />
regresan a lugares como Sudamérica. Gente<br />
que son currelas normales y corrientes, nada que ver<br />
con los grandes ingenieros que salen en los sesudos<br />
reportajes de televisión. Gentes que acuden a otras<br />
sociedades a realizar trabajos que los autóctonos no<br />
quieren para sí: servicio doméstico, subtrabajos, recogidas<br />
de fruta,... Las fregaderas de los restaurantes y<br />
las campañas de la fruta son sus destinos, no las oficinas<br />
de las grandes empresas. Los salarios de miseria<br />
son su pan de cada día y no los sueldazos de médicos<br />
que aparecen en el “Salvados” de turno. Por cierto…<br />
¿Esta realidad no la conocemos en nuestro entorno<br />
pero sin ser nosotras las protagonistas? Pues las<br />
condiciones de ellos son las que ahora sufrimos en<br />
lugares como Alemania, USA o Inglaterra. Y es que es<br />
precisamente esto lo que ocurre: hemos pasado de<br />
ser un lugar de destino a ser de nuevo un país de emigrantes.<br />
Qué cosas tiene la vida, que diría el poeta…<br />
El otro tipo de emigración de la que hablábamos antes<br />
la compone ciudadanos españoles que regresan a<br />
países como Ecuador o Bolivia. Gentes que regresan a<br />
sus países de nacimiento para continuar con sus vidas<br />
al encontrarse con un futuro más que negro aquí, sobre<br />
todo a causa del fin de la época de oro del ladrillo.<br />
Daremos algunas cifras: de los 4.908 españoles que<br />
emigran a Ecuador 1.648 son nacidos en España y de<br />
ellos 1.399 son menores de 15 años. Si nos atenemos<br />
a los adultos (mayores de 15 años) nacidos en España<br />
que emigran la cifra se reduce a 249 personas. Son casos<br />
parecidos Colombia (770 de los 1.769 emigrantes<br />
son nacidos en España), Venezuela (782 de 1.692) y<br />
Argentina (660 de 1.371).<br />
NUESTRA VALORACIÓN<br />
Ya nos hemos encargado de desmontar el mito de la<br />
emigración de lujo, de acercaros un poco una reali-