FRÍO Y OSCURIDAD

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LOS HABITANTES DE LAS SOMBRAS Amado diario, mi fiel compañero de viaje: Hoy por fin he entrado en el reino de las sombras. Mi primera impresión fue de sobresalto, ya que he podido comprobar que, efectivamente, la oscuridad reina en este frío lugar. Como ya te he contado otras veces, yo sentía cierta hostilidad con relación a este tema; no me gustaban nada las breves incursiones de mi fantasía en este territorio. A pesar de ello, como también sabes, mi mente siempre permaneció en pleno contacto con el entorno vacío. La soledad se colaba en mi interior una y otra vez, como el viento por la rendija de una puerta, sin que yo pudiera evitarlo. Mis temores comenzaron a brotar de lo más profundo de mi ser desde mi más tierna infancia, y mi cabeza se deleitaba transformándolos en imágenes. El caso es que hoy ha sido el día. Ya estoy dentro. Después de avanzar unos cuantos metros, empezó a soplar un viento leve, que movía las ramas de árboles muertos que estaban por todas partes en la entrada, produciendo un sonido como de gritos; gritos ahogados como de mil espectros hululantes vagando por aquí y por allá. Esos ruidos daban a aquella estampa inicial un aire más macabro y lúgubre. Enseguida, comencé a tener la sensación de que algo me seguía. Un ser que todavía no soy capaz de describir se movía entre los árboles yacentes, ocultándose en las sombras. De un salto, se colocó justo detrás de un árbol que tenía enfrente, y ahí se detuvo. El engendro se mantuvo quieto y acechante; evidentemente, esperando a que yo hiciera algún movimiento. Yo intuí rápidamente que lo que quería aquel bicho más que feo era alimentarse de mi vitalidad y condenar mi alma para toda la eternidad; no sé, siempre he sido muy intuitiva, ya lo sabes. La verdad es que a lo largo de mi vida he escuchado mil historias sobre los habitantes de las sombras y esas cosas terroríficas; pero nunca les hice mucho caso. Aunque yo deseaba que realmente fueran así las cosas, no sé, no me parecían verosímiles. Pero ahí parada, con aquel engendro enfrente, tuve que revisarlo todo en mi memoria. En fin, el caso es que el espectro se movió, y fue para saltarme encima con todos sus dientes y sus garras, que tenía, y muchas. En un segundo, la vitalidad de mi cuerpo desapareció, y con ella, lo que quedaba de mis temores Ċon todo esto que te cuento, cumplo con informarte, querido diario, que ahora mi alma será gobernada por la oscuridad hasta el fin de los tiempos, y que me gustaría que formaras para de esta nueva etapa de mi vida. Fin de la nota. Raquel Santos. Alumna del I.E.S. "Aravalle". Bala que se pierde en el horizonte, el ser humano. Especie gloriosa que crece y hiere al mundo con su mano. Mundo que lo vio crecer, causar daño y dar placer. Mundo que lo vio reír, y ahora perece con dolor. El ser humano, sin enemigo natural, crece, crece, crece, hasta que el mundo llegue a su final, porque el mundo se muere, la civilización lo destruirá. El ser humano, ser omnipotente. No hay dios que nos guíe, no hay dios que nos lleve; somos nosotros los causantes de su fiebre. Diego Mateos. Alumno del I.E.S. “Aravalle”. Olmo Gómez Exalumno del IES "Aravalle" Javier Aparicio Profesor del I.E.S. "Aravale" Página 10
Mi sangre hierve, mi aliento se espesa, mi puño se cierra y la voz reclama que todo se acabó, con la oscuridad se enfría la discusión y solo nos quedan miradas rotas y las promesas vacías. Resuenan las viejas campanadas en la muerte, trae consigo la guadaña de la verdad y la inquietante sombra de tu realidad, ¿Qué porque viene sonriendo? bueno, mírala, viene a segar tu alma como si fueras un pequeño grano de humo en su inmensa niebla…No podrás encontrar escondite, nadie puede huir de su figura quebrada, su fría mano te sostiene por el cuello y te arrastra a otro universo. Creiste poder ser más que los demás… ¡que ingenuidad! Ahora compruebas que la muerte arrasa allí donde va…Piensa en las veces que rompiste a suplicar, los silencios que podrías guardar si te resignaras, así, sin más… Fotos de Olmo Gómez Exalumno del IES "Aravalle" Cenizas…polvo…frío…oscuridad. Colores que vacían el rencor del ser humano en inmensas gamas de pequeños matices, y el más grande de ellos borra los resquicios de la oscura noche en la que el frio paraliza el universo, y solo se escucha la inmensidad del grito de una sociedad rota y corrupta por el cáncer se la estupidez. Mónica Martín Mena. Exalumna del IES "Aravalle". Página 11
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Page 7 and 8: EN NOCHES FRÍAS Y OSCURAS TAMBIÉN
Page 9: FRIO Y OSCURIDAD Sima de frío y os

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