En la nebulosa ciudad de las muñecas cautivas
Esta es una historia íntimamente ligada al cariño y a las remembranzas de juventud de su principal protagonista. Es decir, una historia íntimamente ligada a un chico y a sus dos amigos en una mística y misteriosa ciudad llena de secretos indesvelables. Una ciudad, en la cual, ellos conocen y se enamoran de varias mujeres, unas mujeres sumamente extrañas, hermosas y singulares, que van desapareciendo poco a poco sin dejar el más mínimo rastro. Esta, en consecuencia, es una historia como sucedida desde un intensísimo arrebato pasional o desde el más alocado y extraño estremecimiento de ternura. Aunque también, cabe decirlo, es una historia rodeada de costa a costa por cierto halo de misterio, cierto frenesí de erotismo y cierta aura de terror níveo e inexpugnable. Una historia nebulosa como la nebulosa ciudad en la cual tienen lugar los extraños y muy poco usuales sucesos que en ella acontecen. Una historia en la cual desaparecen mujeres e inhibiciones varias mientras van apareciendo mil y un incógnitas distintas. Unas incógnitas tan extrañas como el más extraño de los lugares en el que puede situarse la misma vida.
Esta es una historia íntimamente ligada al cariño y a las remembranzas de juventud de su principal protagonista. Es decir, una historia íntimamente ligada a un chico y a sus dos amigos en una mística y misteriosa ciudad llena de secretos indesvelables. Una ciudad, en la cual, ellos conocen y se enamoran de varias mujeres, unas mujeres sumamente extrañas, hermosas y singulares, que van desapareciendo poco a poco sin dejar el más mínimo rastro. Esta, en consecuencia, es una historia como sucedida desde un intensísimo arrebato pasional o desde el más alocado y extraño estremecimiento de ternura. Aunque también, cabe decirlo, es una historia rodeada de costa a costa por cierto halo de misterio, cierto frenesí de erotismo y cierta aura de terror níveo e inexpugnable. Una historia nebulosa como la nebulosa ciudad en la cual tienen lugar los extraños y muy poco usuales sucesos que en ella acontecen. Una historia en la cual desaparecen mujeres e inhibiciones varias mientras van apareciendo mil y un incógnitas distintas. Unas incógnitas tan extrañas como el más extraño de los lugares en el que puede situarse la misma vida.
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V<br />
Quiero <strong>de</strong>jar bien c<strong>la</strong>ro que a mí me gustaría mucho acompañar a mi amigo Gonzalo<br />
Ruíz todo el tiempo que fuera necesario; c<strong>la</strong>ro, para no <strong>de</strong>jarlo solo en ese duro impasse<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino por el que en estos días que corren él se encuentra atravesando. Pero suce<strong>de</strong><br />
que yo no tengo mucha mente para ocuparme <strong>de</strong> los problemas <strong>de</strong> nadie en estos días<br />
que corren con <strong>la</strong> azarosa ligereza <strong>de</strong> una pompa <strong>de</strong> jabón. Lo que suce<strong>de</strong> es que hoy<br />
por hoy yo estoy siendo víctima <strong>de</strong> todas esas apasionadas incombustiones que se<br />
adhieren a nuestra piel cada vez que nos sentamos en <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s más cálidas y<br />
lujuriosas apetencias. Para darme a enten<strong>de</strong>r mejor, todo comenzó ese primer día que<br />
llegué a <strong>la</strong> Ciudad <strong>de</strong> <strong>la</strong> Nébu<strong>la</strong> Creciente y encontré, en el apartamento que me fue<br />
otorgado para vivir, a tres hermosas, seductoras y jóvenes mujeres bañándose<br />
totalmente <strong>de</strong>snudas en un jacuzzi. Pero <strong>la</strong> cosa no se <strong>de</strong>tuvo allí. Qué va, eso era<br />
apenas el inicio <strong>de</strong> todo. Al cabo <strong>de</strong> seis días <strong>de</strong> mi llegada a aquel<strong>la</strong> <strong>ciudad</strong> <strong>de</strong><br />
atar<strong>de</strong>ceres con matices <strong>de</strong> colores naranjas, rojos, morados y muchas veces, incluso,<br />
ver<strong>de</strong>s, <strong>la</strong> hermosa Rebeca se metió al baño en el que yo me estaba duchando,<br />
totalmente <strong>de</strong>snuda, y, sin <strong>de</strong>cir nada, el<strong>la</strong> comenzó a besarme y yo, ni corto ni<br />
perezoso, le seguí el juego. El<strong>la</strong> acariciaba mi piel con una <strong>de</strong>streza increíble. Tenía,<br />
a<strong>de</strong>más, cierta preferencia por acariciar mi miembro erguido, lo cual me hizo pensar en<br />
el<strong>la</strong>, al inicio, como en una enferma <strong>de</strong>l sexo o algo así. Pero luego <strong>de</strong>cidí que lo mejor<br />
era <strong>de</strong>senten<strong>de</strong>rme un poco <strong>de</strong> mis i<strong>de</strong>as, sumamente tradicionales, y <strong>de</strong> algunos<br />
prejuicios menores, y <strong>de</strong>jar que aquel<strong>la</strong> mujer hiciera lo que fue a hacer allí. Al día<br />
siguiente, ya me enteraría yo <strong>de</strong> <strong>la</strong> ninfomanía que también había tomado lugar en los<br />
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