27.10.2014 Views

Ea 2 – DOCUMENTO 12. Historia de la Psicología Pastoral ... - icergua

Ea 2 – DOCUMENTO 12. Historia de la Psicología Pastoral ... - icergua

Ea 2 – DOCUMENTO 12. Historia de la Psicología Pastoral ... - icergua

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

me ha ocurrido l<strong>la</strong>mar, <strong>la</strong> pastoral maquiavélica. Reconozco que no he realizado una investigación acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

educación cristiana ofrecida a los niños por sus padres. Para elegir un título, como el que he escogido para esta parte<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> reflexión <strong>de</strong> este capítulo he partido <strong>de</strong>l tratamiento <strong>de</strong> personas adultas, mayores <strong>de</strong> cuarenta años, que sufren<br />

<strong>la</strong>s consecuencias <strong>de</strong> una educación cristiana maquiavélica. Debo seña<strong>la</strong>r que he encontrado casos <strong>de</strong> personas, mal o<br />

bien enseñadas, en hogares católicos y evangélicos. En mi experiencia no hay mucha diferencia, a nivel estadístico,<br />

entre católicos y evangélicos, para cometer errores en <strong>la</strong> educación. No es lo mismo enseñar que educar. Enseñar<br />

pue<strong>de</strong> cualquiera, bien o mal, pero cualquiera no sabe educar conforme al Evangelio. Para educar es necesario tener<br />

objetivos c<strong>la</strong>ros. Es <strong>de</strong>cir, se <strong>de</strong>be saber qué es lo que <strong>de</strong>seamos transmitir a nuestros hijos y <strong>de</strong>bemos tener métodos<br />

a<strong>de</strong>cuados para alcanzar los objetivos que <strong>de</strong>seamos”.<br />

“El lector se preguntará: ¿por qué le l<strong>la</strong>ma, este autor, maquiavélica a cierto tipo <strong>de</strong> pastoral familiar? Esta es <strong>la</strong><br />

respuesta: Porque hay padres, y madres, que antes <strong>de</strong> enseñarle a sus pequeños hijos que Dios es amor, los asustan<br />

con el castigo <strong>de</strong> Dios. El énfasis <strong>de</strong> tales padres no está en el amor, sino en el miedo a Dios. Justamente eso es lo que<br />

enseño Maquiavelo sobre <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción que <strong>de</strong>bería existir entre el principe, sus súbditos y sus soldados. Estas son sus<br />

pa<strong>la</strong>bras: “Y los hombres tienen menos consi<strong>de</strong>ración en ofen<strong>de</strong>r a uno que se haga amar que a uno que se haga<br />

temer; pues el amor se retiene por el vínculo <strong>de</strong> <strong>la</strong> gratitud, el cual, <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong> perversidad <strong>de</strong> los hombres, es roto en<br />

toda ocasión <strong>de</strong> propia utilidad; pero el temor se mantiene con un miedo al castigo que no abandona a los hombres<br />

nunca”. 1. Un poco más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte aña<strong>de</strong>: “Volviendo a <strong>la</strong> cuestión <strong>de</strong> ser temido y amado, concluyo, pues, que, amando<br />

los hombres a su voluntad y temiendo a <strong>la</strong> <strong>de</strong>l príncipe, <strong>de</strong>be un príncipe cuerdo fundarse en lo que es suyo, no en lo<br />

que es <strong>de</strong> otros: <strong>de</strong>be so<strong>la</strong>mente ingeniárse<strong>la</strong>s para evitar el odio, como he dicho”. 2.” “Reitero que mis reflexiones<br />

sobre <strong>la</strong> pastoral maquiavélica son el producto <strong>de</strong> mi trabajo con adultos que viven <strong>la</strong>s angustias <strong>de</strong> una educación<br />

cristiana <strong>de</strong>ficiente durante <strong>la</strong> niñez. Voy a comenzar por un testimonio personal; una anécdota <strong>de</strong> mi niñez, cuando yo<br />

era católicorromano. Estaba jugando con un grupo <strong>de</strong> amigos <strong>de</strong> mi edad. Hacíamos mucho ruido, <strong>de</strong> pronta apareció<br />

mi madre y nos dijo: “Chicos, no sigan gritando, hoy es Viernes Santo, Dios está muerto, y el diablo anda suelto, les<br />

pue<strong>de</strong> pasar algo por portarse mal”. Como ya he seña<strong>la</strong>do, para un niño <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> <strong>la</strong> madre pue<strong>de</strong> tener un carácter<br />

sagrado e infalible. Me llené <strong>de</strong> terror ante una posible aparición <strong>de</strong>l diablo. Una hora más tar<strong>de</strong> tenía cuarenta grados<br />

<strong>de</strong> temperatura. Cuando mi madre salió a buscar un médico, mi padre se puso a conversar conmigo, y Dios lo usó para<br />

liberarme <strong>de</strong> mi terror. Cuando le dije que tenía mucho miedo por <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> mamá, el me dijo con convicción: “Tu<br />

madre <strong>de</strong>be haberse confundido, hijo. Dios es eterno, y por lo tanto no pue<strong>de</strong> morir nunca. El que murió, pero muchos<br />

años, fue Jesús. A<strong>de</strong>más, si crees en Dios no tienes razones para temerle al diablo”. Cuando el médico apareció, dos<br />

horas más tar<strong>de</strong>, yo estaba sin fiebre. Todos somos sugestionables, unos más que otros. Los padres <strong>de</strong>ben cuidarse <strong>de</strong><br />

lo que dicen a sus hijos, cuando éstos son pequeños”.<br />

“A veces los padres asustan a los niños para que se porten bien, y eso suele <strong>de</strong>jar su huel<strong>la</strong> maquiavélica. El temor no<br />

es un buen método educativo, afirmaciones como <strong>la</strong>s siguienes: “Dios te va a castigar...”. “Si te portas mal va a venir el<br />

cuco, o el hombre <strong>de</strong> <strong>la</strong> bolsa te va a llevar si no me obe<strong>de</strong>ces”, también <strong>de</strong>jan sus maléficas huel<strong>la</strong>s en algunas<br />

personas. Los padres no tienen ma<strong>la</strong> intención al asustar a sus niños, a veces es su manera <strong>de</strong> intentar protegerlos.<br />

Recuerdo el caso <strong>de</strong> una madre que, para que su hijito no saliera al patio, puso un pollito <strong>de</strong> plástico en el medio <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

puerta <strong>de</strong> salida al patio, y le advirtió que no <strong>de</strong>bía salir, porque si lo hacía..... El niño no salía. Realmente, no era el<br />

pollito, sino <strong>la</strong> autoridad <strong>de</strong> <strong>la</strong> madre, representada en ese símbolo, lo que asustaba al chico. La pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> <strong>la</strong> madre se<br />

vuelve “sagrada”, por eso el niño no duda, por eso obe<strong>de</strong>ce, pero se llena <strong>de</strong> miedo. El temor es el método<br />

maquiavélico, el <strong>de</strong> Dios es otro, es el <strong>de</strong>l amor”.<br />

“Un profesional universitario, con más <strong>de</strong> cuarenta años, casado y padre <strong>de</strong> tres hijos sentía gran temor a morir e ir al<br />

infierno. Era un cristiano militante, profesor universitario, que no podía evitar el temor a pasar <strong>la</strong> eternidad en<br />

con<strong>de</strong>nación. En una ocasión me dijo: “Mi angustia es tan gran<strong>de</strong> que a veces he <strong>de</strong>seado morirme, porque le tengo<br />

más temor a vivir pensando en el castigo <strong>de</strong> <strong>la</strong> eternidad, que morir para ver si es verdad. A veces tengo ganas <strong>de</strong><br />

morirme. No me voy a suicidar porque si lo hago me voy <strong>de</strong> cabeza al infierno”. En otra ocasión dijo: “Es una pena que<br />

me invada este temor, porque tengo una linda familia. Este estado no se me presenta todo el tiempo, lo que me ocurre<br />

es como una i<strong>de</strong>a parásita que viene, me tortura, y se va. En ocasiones aparece por <strong>la</strong> mañana, al <strong>de</strong>spertar, y no<br />

puedo levantarme para comenzar <strong>la</strong> vida cotidiana, necesito <strong>de</strong>dicar algún tiempo a sufrir pensando en <strong>la</strong> eternidad, en<br />

<strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> mi con<strong>de</strong>nación”. El padre <strong>de</strong> este hombre es muy autoritario, aún hoy preten<strong>de</strong> manejar <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> sus<br />

hijos. Durante su niñez no se podía hab<strong>la</strong>r en <strong>la</strong> mesa, y si venía un visitante los niños tenían que irse a su pieza.<br />

Según su padre: “Los niños hab<strong>la</strong>n sólo cuando <strong>la</strong>s gallinas mean”. Entonces, para este padre, los niños nunca pue<strong>de</strong>n<br />

hab<strong>la</strong>r. Hay padres que todavía tienen pensamientos simi<strong>la</strong>res, no se imaginan cuanto daño están haciendo a sus hijos”.<br />

“Veamos ahora otro caso, se trata <strong>de</strong> una persona que ha terminado una carrera universitaria y que es un fiel miembro<br />

<strong>de</strong> una congregación evangélica. De niño recibió una orientación cristiana sobre <strong>la</strong> base <strong>de</strong>l castigo <strong>de</strong> Dios, cuando<br />

uno se porta mal. Su padre era <strong>la</strong>ico, pero ejercía cierto li<strong>de</strong>razgo en <strong>la</strong> iglesia, y a veces asesoraba a miembros <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

congregación en su casa. Siendo muy pequeño escuchó en varias ocasiones <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> asesoramiento pastoral <strong>de</strong><br />

su padre para algunos creyentes. Un argumento “teológico” que su padre solía repetir es el siguiente: “No hay peor<br />

castigo que ver sufrir a una persona que uno quiere, por ejemplo, un hijo. Muchas veces cuando una persona comete<br />

pecado, <strong>la</strong> culpa <strong>de</strong>l padre <strong>la</strong> pagan los hijos y no el padre. De esta manera, sufre más el padre, al ver sufrir al hijo”. Le<br />

dije que justamente eso era lo que él estaba haciendo, estaba sufriendo para pagar los pecados <strong>de</strong> su padre y me<br />

respondió: “Cuando él lo <strong>de</strong>cía, yo estaba convencido <strong>de</strong> que era así”. Le dije que el creía en un quinto evangelio, en el<br />

evangelio según su papá. El reconoció que no hay sustento bíblico, a <strong>la</strong> luz <strong>de</strong> <strong>la</strong> reve<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> Jesucristo, para<br />

<strong>Ea</strong> 2 <strong>–</strong> <strong>DOCUMENTO</strong> <strong>12.</strong> 6

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!