Ilustre - Colegio de Doctores y Licenciados
Ilustre - Colegio de Doctores y Licenciados
Ilustre - Colegio de Doctores y Licenciados
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
S ERIO-HUMOR<br />
ROBERTO SALMERÓN<br />
¡Qué suerte tiene el <strong>Colegio</strong>!<br />
El pasado día 23 <strong>de</strong> febrero, fecha <strong>de</strong> las elecciones para la renovación<br />
<strong>de</strong> la Junta <strong>de</strong> Gobierno <strong>de</strong>l <strong>Colegio</strong>, también se tenía<br />
una asamblea <strong>de</strong> la Comisión Pedagógica, don<strong>de</strong> nos reunimos<br />
más <strong>de</strong> sesenta colegiados. En el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> la asamblea,<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l tratamiento <strong>de</strong> los temas <strong>de</strong> Formación <strong>de</strong>l Profesorado,<br />
obviamente estaba el saludo al nuevo Decano electo, Roberto<br />
Salmerón, y la <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong>l viejo Decano, José Luis Negro.<br />
Cuando tomó la palabra José Luis Negro sorprendió a todos con un<br />
tono informal que incorporó poco a poco cuerpo <strong>de</strong> seriedad en su contenido,<br />
aunque mantuvo su aparente ligereza y humor. Yo, Inocencio<br />
Docente, que me i<strong>de</strong>ntifico en gran (grandísima) medida con él, copié<br />
sus palabras para compartirlas con todos mis compañeros. Helas aquí.<br />
NUEVO DECANO<br />
¡Qué suerte tiene el <strong>Colegio</strong>! En la difícil situación en que nos<br />
pone nuestro exterior surge una persona <strong>de</strong>cidida a todo, para que<br />
salga el <strong>Colegio</strong> a<strong>de</strong>lante. ¡Tenemos suerte, sí señor!<br />
Voy a usar palabras ligeras para dar la bienvenida al nuevo Decano<br />
y expresar mi, y supongo que también vuestro, agra<strong>de</strong>cimiento<br />
por asumir el pilotaje <strong>de</strong> nuestra nave y no precisamente<br />
por mares en calma.<br />
Palabras ligeras para con libertad expresar ampliamente emociones<br />
e i<strong>de</strong>as que no son ligeras, y en las que las palabras serias<br />
enseguida tropiezan con sus límites y en todo caso caen pesadas al<br />
suelo; en cambio las ligeras planean como papelitos o plumas y se<br />
mueven y dan lugar a que los oidores intervengan en su contexto y<br />
significado antes <strong>de</strong> quedar inmóviles y así, como <strong>de</strong>cía uno <strong>de</strong><br />
nuestra clásicos, aunque el <strong>de</strong>cidor sea necio, sea sabio el oidor.<br />
Nuestro nuevo Decano, nuevo pero no flamante, porque no llamea<br />
y <strong>de</strong> ello no alar<strong>de</strong>a, es un ente, es y existe. Aprovechemos la<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> naturaleza y <strong>de</strong> acción que dan en castellano los participios<br />
<strong>de</strong> presente para intentar contestar la pregunta ¿quién, cómo<br />
es? Y así nos <strong>de</strong>mos cuenta <strong>de</strong> ¡Qué suerte tiene el <strong>Colegio</strong>!<br />
¿Es insistente, persistente, exigente? Sí, pero no intransigente y,<br />
en cambio, sí sorpren<strong>de</strong>nte, eficiente, inteligente, excelente, competente,<br />
pertinente, consciente, elocuente y, hasta a veces pru<strong>de</strong>nte,<br />
¡ah! y a<strong>de</strong>más eminente y valiente y, ¡claro!, Decano siguiente.<br />
¡Qué suerte tiene el <strong>Colegio</strong>!<br />
¿Es asaz pertinaz? Sí pero también sagaz, audaz, capaz, perspicaz<br />
y locuaz.<br />
¿Conservador? Sí, pero <strong>de</strong> nada malo o viejo y sí <strong>de</strong> casi todo lo<br />
bueno y <strong>de</strong> todo lo mejor. ¿Pensador libre? Sí, librepensador, innovador,<br />
empe<strong>de</strong>rnido lector, buen profesor, trabajador, constructor,<br />
constructor <strong>de</strong>l nuevo e imprescindible <strong>Colegio</strong>, seguro valor y el<br />
mejor. ¡Qué suerte tiene el colegio!<br />
Y no he acabado aún. Es <strong>de</strong>cidido, atrevido, intrepido (tengo<br />
que «allanar» la palabra para que encaje), pero a veces precavido<br />
y siempre comprometido. ¡Qué suerte tiene el <strong>Colegio</strong>!<br />
Y es compañero y amigo. Tan compañero y amigo que en treinta<br />
años él y yo no hemos discutido más que por 17 céntimos <strong>de</strong> euro.<br />
Tan compañero y amigo que soy, somos Isabel y yo, sus ahijados<br />
<strong>de</strong> boda. Es más que amistad lo que nos une, se parece más a<br />
un hermano que a un amigo. ¡Qué suerte tengo yo!<br />
VIEJO DECANO<br />
¿Qué les voy a <strong>de</strong>cir que uste<strong>de</strong>s no sepan? A<strong>de</strong>más yo, sin mis<br />
compañeros, sin mis amigos, no soy yo. Son uste<strong>de</strong>s parte <strong>de</strong> mí,<br />
no les puedo contar nada nuevo, 31 años compartiendo el <strong>Colegio</strong><br />
como Decano no pasan en bal<strong>de</strong>.<br />
¿Les cuento mi vida, como suele ser frecuente en estas situaciones?<br />
No. Les digo que he sufrido pacientemente como oyente que<br />
no escuchante los largos parlamentos <strong>de</strong> gentes mirándose al espejo,<br />
y no quiero hacerles sufrir ahora, ¡son mis amigos!<br />
«Bueno», una sola anécdota personal, aunque les aviso <strong>de</strong> que<br />
dura 71 años. Atiendan, oigan y, por favor, escuchen, No hagan lo<br />
que yo.<br />
Mi vida empezó naciendo, ¡claro!, pero nací en un lugar maravilloso,<br />
singular, único: la Plazuela <strong>de</strong> San Juan. Dicen algunos<br />
que es el Madricentro <strong>de</strong> la Villa y Corte, punto equidistante <strong>de</strong>l<br />
Museo <strong>de</strong>l Prado, los Jerónimos, <strong>de</strong> Antón Martín, <strong>de</strong> San Nicolás,<br />
<strong>de</strong> Atocha, <strong>de</strong> Cibeles, <strong>de</strong> Neptuno, <strong>de</strong> Sol, <strong>de</strong> la Plaza <strong>de</strong> Santana.<br />
En ella fue la primera verbena castiza <strong>de</strong> Madrid. Es un espacio encantador<br />
limitado por las calles <strong>de</strong> Santa María, Fúcar, Jesús y la<br />
vieja San Juan al Prado, hoy <strong>de</strong> Moratín, todas ellas vecinas <strong>de</strong> las<br />
calles <strong>de</strong> Quevedo, Cervantes, Lope <strong>de</strong> Vega… No podía yo haber<br />
nacido en otro sitio, ¡ naturalmente!<br />
Allí mismo nacieron los «Moratines», Leandro y Nicolás, y vivieron,<br />
como yo, somos vecinos, aunque el indicador tiempo difiera<br />
en casi dos siglos.<br />
Y 71 años <strong>de</strong>spués estoy aquí con uste<strong>de</strong>s y les cuento: me gusta<br />
leer clásicos castellanos como medicina tranquilizadora y sedante,<br />
que me separa y cura un poco <strong>de</strong> las angustias y ansieda<strong>de</strong>s, consecuencia<br />
<strong>de</strong> la lectura <strong>de</strong> gran parte <strong>de</strong> la literatura actual. El domingo<br />
pasado acabé <strong>de</strong> leer el último, «Planeta», el <strong>de</strong> Eduardo Mendoza,<br />
Riña <strong>de</strong> gatos, y tuve que buscar serenidad, paz y lejanía personal<br />
<strong>de</strong> sus conflictos torturadores envueltos, todo hay que <strong>de</strong>cirlo,<br />
en la pobreza que impera hoy, por aquello <strong>de</strong> no <strong>de</strong>stacar… Fui en<br />
busca <strong>de</strong> un clásico castellano y cogí, al azar, este tomo <strong>de</strong> Moratín,<br />
¡mi vecino Nicolás! De verdad, no hago trampa, fue el azar. No me<br />
entusiasma el teatro <strong>de</strong> mi vecino, pero me había tocado<br />
Huyendo, confieso, <strong>de</strong>l Sí <strong>de</strong> las niñas y <strong>de</strong> la Comedia nueva<br />
tropecé con obra menos conocida y allí, con una cuartilla que, estoy<br />
seguro, escribió mi vecino, como un Nostradamus neoclásico,<br />
para mí, para aquí y para este momento. Con ella acabo.<br />
La vida comedia es<br />
y los que ciñen laureles<br />
hacen primeros papeles<br />
y a veces el entremés.<br />
Y como uste<strong>de</strong>s ven, ya no salgo en el acto <strong>de</strong> <strong>de</strong>spués. Es claro<br />
que mi papel sólo fue el <strong>de</strong> entremés. Pero ya se acabó. Gracias<br />
por su presencia, aún más por su paciencia. Aplaudan, si les gustó<br />
y flojito, por favor, pateen y silben, si es que no.<br />
INOCENCIO DOCENTE<br />
inocenciodocente@cdlmadrid.org<br />
40 / ABRIL 2011 CDL