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14 FINANCIAL TIMES<br />
Martes 11 de junio de 2013 EL CRONISTA<br />
REUTERS<br />
Impresión 3D, la nueva<br />
herramienta de Nike y Adidas<br />
❘<br />
BARNEY JOPSON<br />
Nike y Adidas están abrazando la<br />
impresión 3D para acelerar el<br />
proceso de fabricación de calzado.<br />
Usan la tecnología para hacer<br />
múltiples versiones prototipo a<br />
una velocidad antes imposible<br />
de lograr.<br />
Si bien la impresión 3D generó<br />
gran entusiasmo por su potencial<br />
uso hogareño, incluyendo<br />
la fabricación de armas, se está<br />
convirtiendo cada vez más en<br />
una importante herramienta para<br />
las fábricas asiáticas de las<br />
multinacionales.<br />
Las impresoras 3D disponen<br />
partículas de plástico, metal o<br />
hasta madera en delgadas capas<br />
que se emplean para construir<br />
objetos sólidos. Los fabricantes<br />
de calzado las están empleando<br />
para imprimir y modificar suelas<br />
plásticas con tapones para fútbol,<br />
por ejemplo.<br />
Shane Kohatsu, director de innovación<br />
de la casa central de<br />
Nike en Oregon, contó a Financial<br />
Times que la impresión 3D<br />
aceleró el desarrollo de los botines<br />
llamados Vapor Laser Talon<br />
para los futbolistas profesionales<br />
norteamericanos.<br />
“En seis meses pudimos <strong>com</strong>pletar<br />
doce rondas de prototipos<br />
que fueron totalmente probados, y<br />
pudimos concretar fuertes mejoras<br />
en nuestros productos”, señaló.<br />
El 3D aceleró el desarrollo de los botines Vapor Laser Talon de Nike<br />
La suela está fabricada con<br />
nylon sólido. Con las tradicionales<br />
técnicas de moldeado por inyección,<br />
donde el plástico fundido<br />
se inyecta en un molde de<br />
acero, Nike actualizaba partes de<br />
productos <strong>com</strong>plejas <strong>com</strong>o los<br />
tapones “cada dos años”, explicó<br />
Kohatsu.<br />
La alemana Adidas aseguró<br />
que las impresoras 3D redujeron<br />
el tiempo que necesitan para<br />
evaluar nuevos prototipos de<br />
cuatro (o seis) semanas a sólo<br />
uno o dos días.<br />
Antes de la llegada de la impresión<br />
3D, los prototipos de Adidas<br />
los hacía a mano un equipo de<br />
doce técnicos. Con la nueva tecnología,<br />
se necesitan no más de<br />
dos personas.<br />
En calzado deportivo, las innovaciones<br />
en general se observan<br />
en la suela”, <strong>com</strong>o la línea de<br />
Nike Air introducida en los<br />
ochenta y las zapatillas para correr<br />
Boost con espuma que lanzó<br />
este año Adidas.<br />
Con la impresión 3D, los fabricantes<br />
de calzado están aprovechando<br />
avances tecnológicos<br />
que fueron impulsados por industrias<br />
pesadas <strong>com</strong>o la aeroespacial.<br />
La impresión 3D ya se usa para<br />
el área médica personalizada,<br />
<strong>com</strong>o reemplazos de cadera. Posiblemente<br />
pueda emplearse para<br />
fabricar zapatos a medida.<br />
LA FILTRACIÓN SOBRE EL ESPIONAJE DE EE.UU. , EJE DEL DEBATE<br />
Es legítimo que el Estado controle<br />
el lado oscuro del ciberespacio<br />
Es muy probable que<br />
las amenazas del<br />
futuro no se asemejen a<br />
los ataques terroristas<br />
del pasado, sino que<br />
estén relacionadas con<br />
redes de delincuenten<br />
que operan en internet<br />
❘<br />
GIDEON RACHMAN<br />
Es buena la primera impresión<br />
que da Edward Snowden es<br />
buena. En su entrevista en You-<br />
Tube, se lo ve <strong>com</strong>o un típico<br />
buen chico. A diferencia de Julian<br />
Assange, el nervioso narcisista<br />
detrás de WikiLeaks, uno<br />
aceptaría a Snowden <strong>com</strong>o pareja<br />
de una hija.<br />
Las primeras impresiones importan<br />
porque, a menos que<br />
uno sea un duro defensor de las<br />
libertades o un segurócrata de<br />
sangre fría, frente a la exposición<br />
de Snowden (por las filtraciones<br />
sobre el espionaje del<br />
gobierno estadounidense) la<br />
sensación es ambivalente. A nadie<br />
le gusta la idea de que sus<br />
emails y actividad online queden<br />
registrados en ciertas super<strong>com</strong>putadoras<br />
de Maryland<br />
y Cheltenham. Por otro lado, la<br />
mayoría de la gente acepta que<br />
hay razones de seguridad legítimas<br />
para que los gobiernos<br />
controlen lo que está sucediendo<br />
en el ciberespacio.<br />
Conozco gente que genuinamente<br />
le preocupa la cantidad<br />
de veces que queda grabado por<br />
las cámaras de circuito cerrado<br />
cuando pasean por Londres. No<br />
puedo decir que me moleste. En<br />
forma similar, si bien no me<br />
agrada la idea de que todos mis<br />
emails puedan ser vigilados por<br />
los gobiernos británico o estadounidense,<br />
aún lo siento <strong>com</strong>o<br />
algo bastante abstracto.<br />
No es porque sea un “respetuoso<br />
de las leyes” sin “nada a lo<br />
que temer”, para usar la fórmula<br />
oficial. No recuerdo últimamente<br />
haber transgredido alguna<br />
ley. Pero me gustaría creer<br />
que tengo una zona de privacidad<br />
que se extiende considerablemente<br />
más allá de algo que<br />
podría ser considerado un descarado<br />
delito.<br />
La razón por la que sigo relativamente<br />
tranquilo en cuanto<br />
a que alguien podría estar leyendo<br />
mis emails y siguiendo<br />
mis búsquedas en Google no es<br />
porque “no tenga nada que esconder”<br />
Es porque, hasta ahora,<br />
nunca vi ni sentí las consecuencias<br />
que en el mundo real<br />
tiene esta teórica vulnerabilidad.<br />
Ni tampoco mis conocidos.<br />
Y no recuerdo alguna noticia<br />
importante en la que el estado<br />
espía haya chantajeado a<br />
una parte inocente. Por supuesto,<br />
podría suceder. Y si así<br />
fuere, “sería demasiado tarde”,<br />
Seguridad pública y dominio privado<br />
■ Si se produce un ciberataque, el foco de preocupación de la<br />
gente cambiará rápidamente. De repente, no les inquietaría la intromisión<br />
de los servicios de seguridad en el dominio privado.<br />
Exigirían saber porqué el gobierno no pudo anticipar y evitar un<br />
ataque cibernético de esta naturaleza. Eso no significa que las<br />
cuestiones mencionadas por Snowden sean ilegítimas. Cuando<br />
dice: “esas cosas debe decidirlas la gente, no alguien contratado<br />
por el gobierno”, me inclino a estar de acuerdo. Pero a menos<br />
que alguien demuestre que las agencias de seguridad abusan activamente<br />
de las montañas de información que reúnen, creo que<br />
este es un de bate que los gobiernos occidentales pueden ganar.<br />
a veces nos advierten. Pero hay<br />
un límite en cuanto al pánico<br />
preventivo que estoy dispuesto<br />
a tener.<br />
Sin embargo, últimamente estoy<br />
más preocupado por mi seguridad<br />
personal en el ciberespacio.<br />
En las últimas seis semanas,<br />
mi cuenta privada de email<br />
fue pirateada aparentemente<br />
por alguien en Jordania y mi tarjeta<br />
de crédito fue secuestrada<br />
online. No tengo idea quién está<br />
detrás de todos esos actos. Pero<br />
estoy convencido de que no<br />
fue ni el gobierno de EE.UU ni el<br />
británico.<br />
¿Por qué eso es relevante para<br />
el caso Snowden? Porque los<br />
delitos online corroboran el argumento<br />
oficial de que el ciberespacio<br />
es una zona cada vez<br />
más peligrosa. Junto a toda la<br />
gente que pone “me gusta” a videos<br />
de gatos y los “amigos” que<br />
suman en Facebook, las redes<br />
de delincuentes y terroristas<br />
también operan en Internet. Es<br />
legítimo que el Estado trate de<br />
controlar el lado oscuro del ciberespacio.<br />
En realidad, si bien gran parte<br />
de los <strong>com</strong>entarios pos Snowden<br />
se centraron en los esfuerzos<br />
que hacen los servicios de<br />
seguridad por seguir a los terroristas<br />
en Internet, las amenazas<br />
más peligrosas del futuro quizás<br />
no se asemejen a los ataques terroristas<br />
del pasado. La gente de<br />
seguridad, tanto en los sectores<br />
privado <strong>com</strong>o público, están cada<br />
vez más preocupados por cómo<br />
nuestras sociedades dependen<br />
enormemente del funcionamiento<br />
de las redes informáticas.<br />
Les inquieta el caos que<br />
produciría un virus que impida<br />
a un banco grande conciliar sus<br />
libros. O si fueran interrumpidos<br />
los sistemas que hacen funcionar<br />
la red energética o los semáforos.<br />
Esos ataques provendrían del<br />
ciberespacio y no serían obra de<br />
un Estado.