Viaje del tiempo, escritos de prensa (2004) - segunda parte
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general con temas como el <strong>de</strong> la torre <strong>de</strong> Hanoi; las paradojas<br />
que a lo largo <strong><strong>de</strong>l</strong> libro nos llevan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquellas<br />
que preocuparon a los griegos, como las <strong>de</strong> Zenón que<br />
hoy tal vez <strong>de</strong>beríamos llamar sofismas, hasta la famosa<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> barbero que al ser enunciada a principios <strong><strong>de</strong>l</strong> siglo pasado<br />
conmovió los cimientos <strong>de</strong> la matemática y llevó al<br />
gran Bertrand Russell a enfrentarla sin mucho éxito; la utopía<br />
<strong><strong>de</strong>l</strong> movimiento perpetuo en el caso <strong>de</strong> un sólido con<br />
un número finito <strong>de</strong> caras, etc., etc.<br />
El ajedrez y los procesos mentales<br />
Como en la publicación aparecen unos atrayentes ejercicios<br />
<strong>de</strong> este juego (en particular el sorpren<strong>de</strong>nte y hermoso<br />
problema llamado ajedrez real) y se discuten ciertos procesos<br />
mentales afines con el mismo, convendría un breve<br />
comentario al respecto. ¿Cómo funciona la mente <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro<br />
<strong>de</strong> ajedrez? ¿Cuáles son las diferencias fundamentales<br />
entre el modo <strong>de</strong> jugar <strong>de</strong> un ser humano y el <strong>de</strong> un computador?<br />
Una clave la encontramos en el <strong>de</strong>nominado ajedrez relámpago,<br />
modalidad en la cual cada jugador tiene un<br />
máximo <strong>de</strong> cinco minutos para emplear en toda la partida.<br />
Si cae la ban<strong>de</strong>rita que marca el término <strong>de</strong> este plazo<br />
para alguno <strong>de</strong> los contendores, éste pier<strong>de</strong> <strong>de</strong> inmediato,<br />
in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> la posición sobre el tablero. En este<br />
contexto, el caso <strong>de</strong> Bobby Fischer es paradigmático. Se<br />
sabe que jugaba las partidas rápidas sin errores serios y<br />
en una especie <strong>de</strong> campeonato mundial extraoficial <strong>de</strong> esta<br />
modalidad jugó en forma tan admirable que casi nunca<br />
estuvo, a pesar <strong>de</strong> los numerosos y calificados competidores,<br />
en posición <strong>de</strong>sventajosa. El análisis <strong>de</strong> algunas<br />
partidas <strong>de</strong> esta justa muestra que la complejidad <strong>de</strong> algunos<br />
momentos <strong>de</strong> las mismas hacía imposible calcular y<br />
evaluar las diferentes posibilida<strong>de</strong>s. ¿Cómo entonces funcionaba<br />
el cerebro <strong>de</strong> este enfant terrible <strong><strong>de</strong>l</strong> juego?<br />
Algunos estudios al respecto han mostrado que el maestro<br />
<strong>de</strong> ajedrez se distingue por su capacidad <strong>de</strong> apreciar el carácter<br />
<strong>de</strong> una posición y por su po<strong>de</strong>r discriminatorio con<br />
respecto a las diferentes jugadas posibles en una situación<br />
dada. Ello se <strong>de</strong>be a que, al parecer, el maestro guarda en<br />
su memoria <strong>de</strong> largo plazo una cantidad enorme <strong>de</strong> “mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os”<br />
o “patrones”, lo que en inglés <strong>de</strong>nominan patterns y<br />
que son producto <strong>de</strong> su conocimiento y experiencia, mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os<br />
que reconoce rápidamente en un caso dado y que le<br />
sugieren <strong>de</strong> inmediato cursos <strong>de</strong> acción. Una <strong>de</strong>terminada<br />
estructura débil <strong>de</strong> peones le induce a atacar y aprovechar<br />
<strong>de</strong> cierta forma dicha vulnerabilidad. De todas las jugadas<br />
legales posibles, digamos unas 20 ó 30 en un caso dado, el<br />
jugador fuerte se concentra muy rápidamente en una o dos<br />
y <strong>de</strong>secha las restantes.<br />
En este momento, es necesario señalar la clara relación<br />
con los patrones mentales <strong>de</strong> que habla el libro<br />
“NEURÓBICOS” en su apartado sobre la memoria en el<br />
capítulo I. Siguiendo con el caso Fischer, se cree que este<br />
gran maestro guardaba en su memoria unos 50.000 mo<strong><strong>de</strong>l</strong>os<br />
o patrones. Viene a cuento lo que se dice sobre los<br />
eruditos <strong>de</strong> las dinastías imperiales en la China: dominaban<br />
un número <strong>de</strong> caracteres <strong><strong>de</strong>l</strong> lenguaje culto cuyo or<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong> magnitud correspon<strong>de</strong> a la cifra señalada. Compárese<br />
ésto con los 3.000 caracteres que introdujo la revolución<br />
china en un intento por crear una especie <strong>de</strong> lingua franca<br />
escrita entre los centenares <strong>de</strong> idiomas y dialectos <strong><strong>de</strong>l</strong><br />
país.<br />
La existencia <strong>de</strong> esos patrones mentales y el po<strong>de</strong>r<br />
discriminatorio <strong><strong>de</strong>l</strong> maestro <strong>de</strong> ajedrez constituyen unas<br />
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