Cuadernillo_Nuevo_Militante_1
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Al mismo tiempo que el Partido, se fusionaron las dos Juventudes Comunistas,<br />
quedando constituida la Federación de Juventudes Comunistas<br />
de España. Su órgano de prensa era «El Joven Comunista».<br />
Desde su fundación, el PCE abrazó el marxismo-leninismo y se involucró<br />
en la intensa lucha de clases, principalmente en torno a algunos<br />
sectores de la clase obrera, como el de la minería.<br />
Durante la dictadura de Primo de Rivera (1923 – 1930), su lucha<br />
fue clandestina y sufrió una fuerte represión que limitó su crecimiento.<br />
Además, la tolerancia del régimen con el PSOE, que aceptó calmar las<br />
luchas obreras a cambio de no ser ilegalizado, provocó fuertes enfrentamientos<br />
entre socialistas, anarquistas y comunistas.<br />
A finales de los años 20, el bloque dominante burgués y terrateniente<br />
entró en una profunda crisis política, que coincidió con la crisis económica<br />
internacional de 1929. El desgaste del régimen de Primo de Rivera se<br />
llevó consigo no sólo al propio dictador, sino también a la monarquía.<br />
La época heroica<br />
El descontento de las fracciones democráticas de la burguesía y de la pequeña<br />
burguesía, sumado a la situación de miseria absoluta del campesinado<br />
pobre, la clase obrera y las masas trabajadoras, permitió el avance de<br />
las fuerzas populares, que, tras expulsar al rey Alfonso XIII, proclamaron<br />
la II República el 14 de abril de 1931.<br />
La II República fue un proyecto impulsado por la burguesía democrática<br />
y la pequeña burguesía, al que se unió la intelectualidad y, en<br />
determinados momentos, los campesinos pobres y la clase obrera. Se unieron<br />
los esfuerzos por la democratización en sentido amplio (derecho de<br />
autodeterminación, alfabetización y reparto de tierras) con las proclamas<br />
obreras.<br />
Nunca llegó a ser una República Socialista, pero sí fue un marco que<br />
la clase obrera utilizó para tomar una posición muy superior en la correlación<br />
de fuerzas y hacer avanzar sus intereses.<br />
Para el PCE, la II República supuso una oportunidad histórica. En un<br />
primer momento su actitud fue contraria: denunció el carácter burgués de<br />
la República, sin querer sumarse al proceso republicano. Pero, en 1932, el<br />
IV Congreso cambió su posición: señaló el objetivo de crear un Partido<br />
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