PDF Revista Taxi nº136 - Institut Metropolitàdel Taxi
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Los taxistas<br />
de Sydney<br />
Gerardo Prieto, enviado especial Sydney<br />
confían en batir sus<br />
records trás los<br />
Juegos Olímpicos<br />
Ocho mil taxis circulan cada día en Sydney, la<br />
ciudad australiana de tres millones y medio<br />
de habitantes que acaba de celebrar “uno<br />
de los mejores Juegos Olímpicos de la historia”, en<br />
palabras <strong>del</strong> barcelonés Juan Antonio Samaranch,<br />
al clausurar sus últimos Juegos como presidente<br />
<strong>del</strong> Comité Olímpico Internacional.<br />
Pero no han sido, una vez más, los mejores Juegos<br />
para los profesionales <strong>del</strong> taxi en esta ciudad. Ni<br />
Samaranch, por supuesto, ni ningún miembro de la<br />
denominada “familia olímpica”, atletas e incluso<br />
espectadores, han hecho uso <strong>del</strong> servicio de taxi<br />
durante los Juegos, “porque disponían de una flota<br />
de dos mil vehículos privados para sus desplazamientos”,<br />
explica Francisco Céspedes, un australiano<br />
de origen chileno que lleva 17 años trabajando<br />
el taxi en Sydney. “Además, los trenes eran gratis<br />
para todos los acreditados, no solo la familia<br />
olímpica, sino los periodistas, voluntarios, e incluso<br />
los espectadores con solo mostrar su entrada, con<br />
lo cual nos ha ido mal, muy mal, porque ni tan<br />
siquiera los habitantes de Sydney han tomado el<br />
taxi durante estos días”, añade Céspedes, que<br />
nació en Santiago de Chile hace 48 años y emigró<br />
a Australia junto con su familia cuando todavía era<br />
un niño.<br />
“Pero siempre hay que ser positivo y yo opino que<br />
hay que sembrar para poder luego cosechar. Quiero<br />
decir que a partir de ahora ésta ciudad se va a<br />
poner de moda y se llenará de turistas”, asegura<br />
Paco Céspedes mientras circula por la ciudad que<br />
ha sido la capital deportiva y centro de atención<br />
mundial durante 15 días. Su cliente - este redactor<br />
- le confirma su pronósticos diciéndole que en Barcelona-92<br />
pasó algo parecido y que, efectivamente,<br />
tras los Juegos <strong>del</strong> 92, la capital catalana experimentó<br />
un considerable aumento en el número de<br />
visitantes, pero a Paco, el taxista que me lleva<br />
hasta el maravilloso Opera House (Edificio de la<br />
Opera) de Sydney, solo le interesa ahora saber si su<br />
admirado Joan Manuel Serrat sigue tan en forma<br />
como siempre.<br />
La carrera desde la City (el centro financiero) hasta<br />
la Opera es relativamente corta y despejada de tráfico,<br />
pese a ser lunes por la mañana, tras la resaca<br />
olímpica de la víspera. Pago cinco dólares (500<br />
pesetas, más o menos, ya que un dólar australiano<br />
cambia aproximadamente a 100 pesetas). La bajada<br />
de bandera es de 2,5 dólares (250 pesetas) y el<br />
kilómetro sale por 1,05 dólares (105 pesetas). Se<br />
puede abonar el importe con cualquier clase de tarjeta<br />
de crédito. Una carrera desde el aeropuerto<br />
hasta en centro vienen a salir por unos 30 dólares<br />
(3.000 pesetas). No se aplican ningún tipo de<br />
suplementos, ni de entrada o salida de aeropuer-<br />
TAXI - 16