PDF Revista Taxi nº136 - Institut Metropolitàdel Taxi

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T e l e v i s i ó
Clásicos populares
Saber y ganar y Quatro ya llevan muchas temporadas en antena. Este hecho, por sí solo, ya justifica esta
modesta columna y otras muchas que deberían dedicárseles en esta era de vorágine audiovisual en la que
nada dura porque nada lo merece. ¡Cuántas series, comedias, concursos, reality shows, debates, etc. surgen
como setas venenosas, y como venenosas que son, la gente –esa masa anónima, pero no estúpida del todo,
que llamamos “audiencia”– las escupe al primer mordisco! Piensen, amigos, en mitos intocables como Hermida
o Carlos Herrera, y en otros menos asentados, pero igualmente omnipresentes –sin duda más lustrosos–
como Jesús Vázquez o Inma del Moral, que ya van casi a programa por mes, inasequibles al desprecio
del espectador, transitando de un horario estelar a otro menos lucido –normalmente en fin de semana–, de
batacazo en batacazo para, al final, desaparecer. Recuerden Los comunes de Hermida, ¿Qué piensan las
mujeres? de Vázquez o El Rayo de Inma del Moral, que también está en la cuerda floja (tal vez si la chica se
quitara un poco más de ropa…).
Pues bien, en medio de este erial los amigos Paco Vergara y Jordi Hurtado demuestran un año sí y al otro
también que no hace falta tanta azafata bailonga ni tanta luminaria ni tanto famoso de pacotilla: las cuatro
humildes paredes de un plató en Sant Cugat, un par de fluorescentes, cuatro efectos sonoros y dos presentadores
como la copa de un pino. Cada uno con su estilo, desde luego, Hurtado más comedido pero con una
simpatía a prueba de balas y Vegara con ese gracejo andaluz que le da diez mil vueltas a todas las “Omaítas”
de los Morancos y a las “Juanis” de Emilio Aragón. Y eso que sólo hacen preguntas de cultura general. Un
auténtico milagro, oigan.
Marc Sanchís