PDF Revista Taxi nº136 - Institut Metropolitàdel Taxi

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La Copa Davis,
una oportunidad única
Seguro que se acuerdan de aquel
beso. Fue algo divertido, incluso
bonito. Acababan de ganar el
partido que les dio la medalla de
bronce en los Juegos Olímpicos
de Sydney después de realizar
una fantástica volea. Gritaron de
júbilo y se abrazaron. Entonces
se miraron a la cara y se
besaron en la boca. Albert
Costa y Àlex Corretja
celebraron de esta
forma tan simpática
la consecución de
la ansiada medalla.
Un éxito tan
inesperado no
podía ser celebrado
de manera
menos original.
Ese éxito
será poca cosa
comparado con
la victoria en la
final de la Copa
Davis, que enfrentará
a España y
Australia en el Palau
Sant Jordi entre el 8 y
el 10 de diciembre.
Ganar la ensaladera de
plata siempre ha sido uno de
los grandes sueños de cualquier
tenista. Y si encima triunfa en
casa, ante los suyos, el sabor de
la gloria se multiplica hasta el
infinito. Por eso, a nadie le extrañaría
ver otro beso para celebrar
el triunfo. De conse-guirlo, el
tenis (y el deporte) español aprobaría
su gran asignatura pendiente.
La oportunidad que se presenta
ante Corretja, Costa, Ferrero
Moyà y compañía es única. El
equipo español, capitaneado por
sus respectivos entrenadores
(esta temporada ha desaparecido
la figura del capitán único), lo
tiene todo a favor: España jugará
en casa, en Barcelona, en la ciudad
talismán, en un Palau Sant
Jordi que tendrá capacidad para
17.000 personas; la tierra batida,
especialidad de la casa, será la
superficie sobre la que se enfrentarán
a raquetazos con los australia-
nos; los tenistas españoles se
hallan en un gran momento de
forma, especial-mente Àlex
Corretja y Juan Carlos Ferrero
(Moyà se está recuperando de
una lesión y Costa ha demostrado
que puede medirse con cualquiera);
y el doble Costa-Corretja
ha funcionado a las mil maravillas
en Sydney, como lo atestigua la
medalla de bronce. Sólo hay un
pequeño detalle que inquieta a
los que saben de tenis: Australia.
Es el equipo por excelencia de la
Copa Davis, el que más ensaladeras
tiene. Sin ir más lejos, ganó
la del año pasado en Francia y
sobre tierra batida. Un precedente
a tener en cuenta. Tiene un
doble temible, uno de los mejores
del mundo. Y dos jugadores de
gran nivel como Patrick Rafter y
Leyton Hewitt. No están muy
finos últimamente, es cierto, pero
tienen calidad para ganar a cualquiera.
La ausencia de Mark Phillippousis
es otro de los handicaps
de Australia. Es uno de
los sacadores más temibles
del circuito, pero
no acudirá a la final
porque está enfrentado
con sus
compa-ñeros. Así
pues, habrá que
ir al Sant Jordi.
El espectáculo
está asegurado.
Costa y Corretja
quieren repetir
el beso de la
victo-ria. Nadie
tiene ganas de
reeditar la decepción
sufrida en las
dos únicas finales
que ha jugado España.
Curiosamente fueron
contra Australia en
1965 y 1967. Nos barrieron.
Ahora le toca el turno a España.
Dicen que a la tercera va la
vencida. Y si es en casa, mejor
todavía.
Ferran Imedio
TAXI - 52