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porque ha tenido <strong>un</strong>a ruptura traumática tan dolorosa que ahora sólo<br />
busca venganza de manera consciente y general en el sexo opuesto.<br />
También se va de flor en flor pero al final le da placer ser él, o ella,<br />
quien haga sufrir a la otra persona. Y por último está el insensible. Es<br />
aquel que simplemente no siente emociones. Eso es ya <strong>un</strong>a enfermedad<br />
mental.<br />
No te conviene tener ning<strong>un</strong>a de estas tres actitudes tras <strong>un</strong>a ruptura o<br />
decepción <strong>amor</strong>osa.<br />
El seg<strong>un</strong>do grupo es de los que sí sufren. Es completamente normal<br />
pero necesita ser conscientes de esto. Hay quienes piensan que el dolor<br />
no pasará y son adictos a las relaciones destructivas. A veces ese dolor<br />
es tan fuerte que llegan a tener pensamientos muy negativos que se<br />
convierten en suicidas. Esto ya es llegar al extremo. Sin embargo, entre<br />
los que piensan que el dolor no pasará también hay quienes que, con el<br />
tiempo, se dan cuenta que pasó. Pero si vuelven a sufrir piensan que,<br />
nuevamente, ese sufrimiento no se irá. No han aprendido la lección del<br />
pasado.<br />
Del mismo grupo de los que sí sufren también están los que dejan que<br />
el tiempo lo cure todo, que el tiempo se encargue de la recuperación.<br />
Esta clase de personas no son ni optimistas ni negativas. Viven<br />
tranquilamente.<br />
Y, por último, están los que sí sufren pero toman acción, los que se<br />
mueven <strong>para</strong> disipar el dolor. Este tipo de personas son optimistas y,<br />
sobre todo, progresistas. Quizás por ese motivo compraste este libro y<br />
está en tus manos (quizás por suerte si eres de las otras clases de<br />
personas).