escenas laborales - AELE

adecuado régimen normativo de las relaciones de trabajo que
garantice la seguridad jurídica de la inversión; en segundo lugar,
por la existencia de incentivos para que la inversión que se
haga en el Perú resulte competitiva en relación con la que podría
localizarse en otro país. Para acceder a un empleo, es indispensable
que existan empresas que tengan estímulos para
generar empleo: “Por tanto, de lo anterior se desprende que una
normatividad laboral que busque incentivar la creación de mayores
y mejores empleos, debe trasmitir señales o incentivos
concretos para ambas partes” (David Tuesta: “El Comercio”, 10
de diciembre de 2006, página de Economía – B-3).
En suma, la legislación laboral debe coadyuvar de modo
eficiente para mantener la estabilidad de las empresas extranjeras
en la creación de nuevos centros de trabajo dispuestos a
acoger mano de obra desocupada, la que, por otro lado, debe
ser capacitada a fin de que pueda competir con la mano de obra
extranjera. Debe promoverse la otra estabilidad, que se refiere
a la permanencia de las empresas y, para este efecto, no deben
elevarse los costos sociales, como se propugna, por ejemplo, al
establecerse en el Proyecto que el empleador debe pagar indemnización
por despido, cuando la extinción del vínculo laboral
se produzca como consecuencia de caso fortuito o fuerza
mayor. La Constitución, al referirse al Régimen Económico, en
su Art. 58º prescribe que la iniciativa privada es libre; se ejerce
en una economía social de mercado, bajo cuyo régimen el Estado
orienta el desarrollo del país y actúa principalmente en las
áreas de promoción del empleo, salud, educación, seguridad,
servicios públicos e infraestructura. Por otra parte, en su Art.
59º agrega que el Estado estimula la creación de riqueza y garantiza
la libertad de trabajo y la libertad de empresa, comercio
e industria, el ejercicio de estas libertades no debe ser lesivo a
la moral, ni a la salud, ni a la seguridad públicas; el Estado
brinda oportunidades de superación a los sectores que sufren
cualquier desigualdad; en tal sentido, promueve las pequeñas
empresas en todas sus modalidades.
La letra y el espíritu de estas normas constitucionales se orientan
a mantener operativas las empresas existentes y a crear otras,
como medio eficaz de la promoción del empleo: no se puede hablar
de estabilidad en el empleo a favor de los trabajadores, si
previamente no se habla de la otra estabilidad, la que está referida
a la garantía de permanencia de la empresa; pues si ésta desaparece,
también desaparece la relación de trabajo y, con ello, se extingue
la estabilidad en el empleo, sea propia o impropia.
VI. CONCLUSIONES
i) La regulación del régimen de estabilidad en el empleo, en
nuestro país, ha tenido un movimiento pendular entre los
extremos de la estabilidad propia o absoluta, que propician
los trabajadores, y la estabilidad relativa o impropia a
que postula el sector empresarial. De acuerdo con el régimen
vigente se acogía, por excepción, la opción de la estabilidad
propia en el caso de la nulidad de despido y, pese
a que el Art. 34º de la LPCL configura la estabilidad relativa,
el Tribunal Constitucional, implícitamente, ha derogado
este dispositivo al señalar que el legislador no ha cumplido
debidamente el encargo que contiene el Art. 27º de
la Constitución Política del Estado.
ii)
iii)
iv)
El Art. 165º del PLGT se refiere al despido injustificado,
estableciendo que, en este caso, el trabajador tiene opción
a demandar su reposición en su puesto de trabajo o el
pago de la indemnización a que se refiere el Art. 166º; sin
embargo, dentro de las causales taxativamente señaladas
en el Art. 163º, se considera que es nulo el despido injustificado;
de modo que, resultaría innecesario referirse a
aquel despido si al final es considerado, también como
nulo, con las consecuencias que ello acarrea.
El PLGT propicia el retorno al régimen de la estabilidad
absoluta, en virtud de que establece que corresponde al
trabajador el ejercicio de la opción de reposición en el
trabajo o el pago de la indemnización por despido. En la
práctica, siempre el trabajador opta por la primera alternativa
que constituye la estabilidad propia o absoluta.
La regulación del trabajo subordinado debe mantener el
equilibrio necesario entre los intereses contrapuestos de
los trabajadores y los empleadores como medio de promover
la creación de nuevos puestos de trabajo y la inversión
privada. Por ello, en el caso específico de la estabilidad es
conveniente definir, con claridad, las causales que tipifican
el despido como nulo y aquellas que caracterizan el
despido injustificado.
v) Reservar la opción de la estabilidad propia para los casos
del despido nulo y la impropia para los de despido injustificado,
tal como lo prevé la LPCL, así como para los trabajadores
de confianza y los que laboran en pequeños centros
de trabajo en estrecha relación con el empleador.
vi)
Otorgar expresamente a la jurisdicción laboral la facultad
de decidir en la sentencia que declara fundada la demanda,
por la alternativa de reposición en el trabajo o el pago
de la indemnización por despido, cuando, en el proceso,
se adviertan circunstancias que determinen la inconveniencia
de la restitución del trabajador al centro laboral.
vii) El régimen de estabilidad de los trabajadores sujetos a contrato
modal debe ser el correspondiente a la estabilidad
relativa o impropia, que lleva consigo el pago de indemnización,
calculada teniendo en cuenta el tiempo que falte
para el vencimiento del contrato, por lo que, no pueden
optar por su reposición.
viii) Es conveniente que la Ley establezca protección mediante
el pago de indemnización por despido injustificado a favor
del trabajador contratado para obra determinada o
servicio específico, considerando el porcentaje de lo que
debía percibir si la obra o servicio específico terminaran.
ix)
Es, igualmente aconsejable, que el marco protector de la
estabilidad en el empleo alcance a los trabajadores de la
actividad privada que laboren cuatro o más horas para
un mismo empleador, excluyéndose la pluriprestación de
servicios.
x) En concordancia con los postulados de la Constitución, la
LGT debe coadyuvar a crear un marco de estabilidad de
las empresas y propiciar la creación de nuevos puestos de
trabajo, como medio eficaz de garantizar la estabilidad en
el empleo de los trabajadores de la actividad privada.
10 ABRIL 2007 / INVITADO