Los sentidos despiertos - Orquesta Filarmónica de Bogotá
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<strong>Los</strong> <strong>sentidos</strong> <strong><strong>de</strong>spiertos</strong><br />
relaciones entre las artes, la apropiación y la ciudad, lo que se encuentra es una<br />
explicitación <strong>de</strong> los <strong>sentidos</strong>. Des<strong>de</strong> su carácter <strong>de</strong> significados, hasta su más<br />
concreta acepción <strong>de</strong> faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> lo sensorial. En la música, la danza y el teatro<br />
que circulan por el contexto urbano, los significados se expan<strong>de</strong>n, buscan otras<br />
conexiones posibles, se tornan polisémicos. Las artes se vinculan con la vida<br />
<strong>de</strong> la gente, con sus vivencias <strong>de</strong>l tiempo y sus nociones más entrañables <strong>de</strong> los<br />
espacios. También con esas otras re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> significado que componen el tejido<br />
cultural y que según Geerts, “merecen ser <strong>de</strong>scifradas”. <strong>Los</strong> amantes <strong>de</strong>l hip-hop<br />
asisten a los festivales acompañados <strong>de</strong> sus hijos vestidos <strong>de</strong> una manera que los<br />
i<strong>de</strong>ntifica, no sólo por los signos externos que portan, sino por las exclusiones<br />
que <strong>de</strong>nuncian, los trazos <strong>de</strong> la sensibilidad que dibujan sobre las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />
ciudad o los movimientos <strong>de</strong>l cuerpo que acompañan sus itinerancias por la piel<br />
<strong>de</strong> la ciudad. <strong>Los</strong> jóvenes <strong>de</strong> los barrios populares que asisten al festival <strong>de</strong> Rock<br />
al Parque, no sólo protagonizan su apasionamiento por su género preferido,<br />
sino sobre todo, anuncian los motivos <strong>de</strong> sus esperanzas y los gritos <strong>de</strong> sus<br />
<strong>de</strong>sesperanzas. Son los mismos jóvenes que en las localida<strong>de</strong>s sienten la falta <strong>de</strong><br />
empleo y las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> salir a<strong>de</strong>lante, los que conforman bandas, pero en su<br />
caso, <strong>de</strong> música arraigadas hondamente en sus localida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> las que extraen la<br />
esencia <strong>de</strong> lo que comparten públicamente, con esos otros diferentes con quienes<br />
conviven en la inmensa textura <strong>de</strong> la ciudad. <strong>Los</strong> públicos <strong>de</strong> las artes tienen<br />
historias, se han transformado y segmentado hasta llenar <strong>de</strong> diversidad su vida<br />
en los barrios <strong>de</strong> la ciudad. No son los medios masivos los únicos que ocupan su<br />
tiempo ni sus <strong>de</strong>seos. Cada vez son más las nuevas tecnologías, la expresividad <strong>de</strong>l<br />
cuerpo, las narrativas <strong>de</strong> una ciudad que sienten como propia. Y que lo es. Porque<br />
buena parte <strong>de</strong> lo que es <strong>Bogotá</strong> se nota en los toques, las bandas, los grupos <strong>de</strong><br />
teatro, la danza y el baile. Cada una <strong>de</strong> las artes, como se observa más a<strong>de</strong>lante,<br />
ha construido públicos particulares que se diferencian por la edad, sus niveles<br />
educativos, su clase social. Pero hay un conjunto <strong>de</strong> trazos que ayudan a armar<br />
el rompecabezas <strong>de</strong> los lenguajes y la sensibilidad en <strong>Bogotá</strong>. <strong>Los</strong> públicos son<br />
cada vez más conocedores e informados y cuando no lo son suelen sentir más,<br />
como señaló uno <strong>de</strong> los participantes a las mesas <strong>de</strong> análisis en la parte cualitativa<br />
<strong>de</strong> este estudio. “Sentir más”, pue<strong>de</strong> leerse como entusiasmarse, guapear hasta el<br />
cansancio, bailar con su pareja como parte <strong>de</strong> un ritual <strong>de</strong>l acercamiento. O como<br />
diría Efraim Medina, como posibilidad <strong>de</strong> tener los <strong>sentidos</strong> bien <strong><strong>de</strong>spiertos</strong>, y<br />
po<strong>de</strong>r ver la mota “sobre la blusa roja <strong>de</strong> Marta y sus ojos llenos <strong>de</strong> amor”.<br />
<strong>Los</strong> públicos <strong>de</strong> los festivales están conformados por jóvenes que trabajan,<br />
que pertenecen a los estratos 2 y 3, que tienen unas coor<strong>de</strong>nadas que unen la<br />
tradición <strong>de</strong> la salsa con la innovación <strong>de</strong>l son bogotano <strong>de</strong> la Real Charanga o La<br />
33, a quienes siguen por los laberintos <strong>de</strong> la ciudad con una fi<strong>de</strong>lidad que acerca<br />
el consumo cultural al mundo religioso <strong>de</strong> las creencias. <strong>Los</strong> fieles musicales, una<br />
suerte <strong>de</strong> peregrinantes laicos, se comunican por internet y en algunos casos,<br />
como en el jazz, asisten con sus amigos y en otros, como en Colombia al Parque,<br />
con sus familias. Porque la música, el teatro y la danza se enfrentan a la soledad<br />
que también conspira en las calles <strong>de</strong> la ciudad, aislando a los hombres y las<br />
mujeres atrapados por el vertiginoso fárrago urbano. <strong>Los</strong> públicos la afrontan en<br />
pareja, bailando o con sus amigos, los parches, asistiendo a los festivales. A tal<br />
punto que en los son<strong>de</strong>os cualitativos, los festivales se <strong>de</strong>finen como activida<strong>de</strong>s<br />
que se oponen al “<strong>de</strong>sparcheo”, esa palabra que reemplaza a otra que se encuentra<br />
en los boleros o en los libros <strong>de</strong> autoayuda: la soledad.<br />
<strong>Los</strong> festivales son ceremonias, por el contrario, <strong>de</strong>l encuentro, que no están<br />
<strong>de</strong>sprovistas para nada <strong>de</strong> la conflictividad y las tensiones que se viven en la<br />
ciudad. Son lugares en que la convivencia no es un propósito didáctico, sino una<br />
realidad <strong>de</strong> a puño. Quizás por eso algunos hablan <strong>de</strong> <strong>de</strong>spojar al espectáculo <strong>de</strong><br />
los formalismos <strong>de</strong> la pedagogía.<br />
Lo que hay en cada uno <strong>de</strong> los eventos culturales que promueve la Alcaldía<br />
<strong>de</strong> <strong>Bogotá</strong> es una celebración <strong>de</strong> los <strong>sentidos</strong>, una manera singular <strong>de</strong> exponerlos<br />
a los cuatro vientos, ya sea en medio <strong>de</strong>l frenesí metalero, <strong>de</strong>l festival alternativo<br />
<strong>de</strong> teatro o <strong>de</strong> las oportunida<strong>de</strong>s que le abre la danza a tanta gente que pensó<br />
erróneamente que el movimiento era un asunto <strong>de</strong> especialistas o afiebrados y<br />
no una oportunidad para su propio cuerpo. Un día se <strong>de</strong>cidieron y encontraron<br />
en los aeróbicos o en el baile sus propios <strong>sentidos</strong>. Pero sobre todo los pudieron<br />
compartir con otros.<br />
Ahí también está la experiencia <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> las localida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
<strong>Bogotá</strong> que han recibido la visita <strong>de</strong> la <strong>Orquesta</strong> <strong>Filarmónica</strong> que empieza a ser<br />
su orquesta y que les permite saber y sobre todo sentir que junto a una pieza <strong>de</strong><br />
Beethoven, <strong>de</strong>l maestro Pinzón o <strong>de</strong> Ginastera, están también y sin complejos,<br />
diferentes y diversos, el tango, la electroacústica, el teatro <strong>de</strong> sombras o las canciones<br />
<strong>de</strong> La Pestilencia, el conjunto <strong>de</strong> rock bogotano que ya cumple venerables 20<br />
años <strong>de</strong> trabajo musical constante.<br />
Pero también nos sirve la otra acepción <strong>de</strong> la palabra sentido. Lo que la<br />
danza, el teatro y la música activan son los <strong>sentidos</strong>, que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser faculta<strong>de</strong>s<br />
individuales, son órganos <strong>de</strong> la ciudad, órganos sociales. Nuevamente vale la pena<br />
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