Dorfman_Ariel_Mattelart_Armand_Para_leer_al_pato_Donald
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EL GBAN PARACAIDISTA 85<br />
se lleva <strong>al</strong>guna obra de orfebrería a su casa. Sólo billetes y monedas.<br />
Apenas el tesoro s<strong>al</strong>e del país de origen y toca el dinero<br />
de Tío Rico desaparece su forma, es tragado por los dólares.<br />
Pierde, ese último vestigio que pudiera ligarlo a personas, <strong>al</strong><br />
tiempo, a sitios. Termina por ser oro inodoro, sin patria y sin<br />
historia. Tío Rico puede bañarse sin que las aristas de los ídolos<br />
lo pinchen. Todo es <strong>al</strong>quimizado maquin<strong>al</strong>mente (sin máquinas)<br />
en un patrón monetario único que concluye todo soplo humano.<br />
Y para colmo, la aventura que condujo a esa reliquia se esfuma<br />
junto con la reliquia misma (deforma por sí débil). Como tesoro<br />
en tierra indicaba hacia el pasado por remoto que fuera, y como<br />
tesoro en Patolandia indicaba hacia la aventura vivida, por remota<br />
que fuera; el recuerdo person<strong>al</strong> de Me Pato se borra a medida<br />
que se ennubece el recuerdo histórico de la raza originaria.<br />
Es la historia la que se funde en el crisol del dólar. Es f<strong>al</strong>so<br />
entonces el v<strong>al</strong>or educativo y estético de estas historietas, que se<br />
presentan como un viaje por el tiempo y la geografía, ayudando<br />
<strong>al</strong> pequeño lector en su conocimiento de la historia humana (templos,<br />
ruinas, etc.). Esa historia existe para ser derruida, para ser<br />
devuelta <strong>al</strong> dólar que es su único progenitor y tumba. Disney<br />
mata hasta a la arqueo logia* esa ciencia de Jas manufacturas<br />
muertas.<br />
DisneylanSzación es una dinerización: todos los objetos (y<br />
ya veremos que las acciones también) se transforman én oro. Y<br />
<strong>al</strong> sufrir esta conversión, se ha llegado <strong>al</strong> límite de la aventura:<br />
no se puede avanzar más <strong>al</strong>lá, no se puede reducir el oro a nada<br />
más simbólico. Lo único que queda, es partir a buscar más, en<br />
vista de que ese oro debe mantenerse quieto, ya que si se invierte<br />
vuelve a tomar facciones ya ingresar <strong>al</strong> proceso histórico icontemporáneo.<br />
Cuenta nueva y borrón. Nuevas aventuras para seguir<br />
acumulando despistada e improductivamente.<br />
No es extraño entonces que el acumulador se quiera s<strong>al</strong>tar<br />
estas etapas reductoras y s<strong>al</strong>ir a buscar oro puro directamente.<br />
Tampoco aquí hay proceso de producción. Todo está listo,<br />
llegar y llevar, como fruta de un árbol. El problema no es recoger<br />
el oro: es ubicar su centro geográfico. Una vez <strong>al</strong>lí, el oro<br />
—siempre en pepitas harto gordas-^ ya está en el bolsillo sin marcar<br />
siquiera un c<strong>al</strong>lo en la mano que lo, levanta La minería se