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UNIDAD 4 LECTURA Nº9 7.4. El objeto directo La gramática ...

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ESPAÑOL. TEORÍA GRAMATICAL I<br />

Profs. Carmen Acquarone – Alicia Gil<br />

<strong>UNIDAD</strong> 4<br />

<strong>LECTURA</strong> Nº9<br />

Ángela Di Tullio: MANUAL DE GRAMÁTICA DEL ESPAÑOL<br />

Ed. Isla de la luna. Buenos Aires, 2005<br />

Cap. 7 FUNCIONES SINTÁCTICAS EN EL SINTAGMA VERBAL<br />

<strong>7.4.</strong> <strong>El</strong> <strong>objeto</strong> <strong>directo</strong><br />

<strong>La</strong> gramática tradicional definía el <strong>objeto</strong> <strong>directo</strong> (O.D.) como “el vocablo que precisa la significación del<br />

verbo transitivo, y denota a la vez el <strong>objeto</strong> (persona, animal o cosa) en que recae directamente la acción<br />

expresada por aquel. Se llama <strong>directo</strong> porque en él se cumple y termina la acción del verbo, y ambos forman<br />

una unidad sintáctica “verbo + <strong>objeto</strong> <strong>directo</strong>” (Esbozo..., p. 371). En esta definición, se identifica al <strong>objeto</strong><br />

<strong>directo</strong> por el papel temático de paciente afectado. En realidad, éste es uno de los papeles temáticos que puede<br />

corresponderle, el más típico. <strong>El</strong> <strong>objeto</strong> <strong>directo</strong> puede ser también un <strong>objeto</strong> creado por la acción del verbo<br />

(<strong>objeto</strong> efectuado: María pintó un cuadro), que no tiene existencia previa (como el paciente u <strong>objeto</strong> afectado:<br />

María pintó la pared) o bien un estímulo ligado a una percepción o a un estado psicológico (Luisa oyó el<br />

disparo, Manuel adora la música rock). En cambio, el <strong>objeto</strong> <strong>directo</strong> nunca puede ser un agente. Como son<br />

varios los papeles temáticos que pueden corresponderle, conviene, una vez más, atenernos a los criterios de<br />

orden formal.<br />

Como el sujeto, el <strong>objeto</strong> <strong>directo</strong> se puede definir a partir de distintos rasgos:<br />

a. Configuracionalmente, el O.D. es el SN dominado por el nudo SV ([SN, SV])<br />

b. Desde el punto de vista categorial, como el sujeto, el O.D. es un SN o una oración:<br />

(14) a. Temíamos la llegada de Julián.<br />

b. Temíamos que Julián llegara.<br />

c. En determinadas condiciones el SN puede ir precedido por a: una mera marca de función carente de<br />

todo significado léxico. Aparece cuando el núcleo del SN es un sustantivo que designa a una persona –o a una<br />

entidad personalizada– y el SN es específico (designa a una entidad particular, aunque puede ser definido o no):<br />

(15) a. Necesito a mi secretario/ a mi perro.<br />

b. Necesito a un secretario.<br />

c. Necesito (un) secretario.<br />

En (15a) se alude a una entidad determinada, existente o real. También en (15b) se supone la existencia de<br />

alguien que es secretario, aunque en éste no se precisa a qué individuo particular se refiere. En cambio en (15c.)<br />

no se alude a un individuo específico, sino a cualquiera que cumpla con el requisito de ser secretario (“un<br />

secretario cualquiera”).<br />

d. <strong>El</strong> O.D. puede ser sustituido por un clítico acusativo 3 : lo, la, los, las. Esta posibilidad de<br />

pronominalización proporciona un criterio confiable para reconocer el O.D.:<br />

(16) a. –¿Leíste la última novela de Vargas Llosa? –Sí, la leí.<br />

b. –¿Conocés a mi amigo Carlos? –No, no lo conozco.<br />

Además de sustituir el O.D., el clítico puede duplicarlo. En el español rioplatense la duplicación es más<br />

sistemática que en otros dialectos; los <strong>objeto</strong>s duplicados –incluso los <strong>objeto</strong>s no personales– van precedidos<br />

por a:<br />

3 Algunos gramáticos consideran que el clítico no sustituye al O.D. sino que indica que éste está elidido y permite así su<br />

interpretación. Proponen que la posición del O.D. está ocupada por la categoría nula pro.


(17) a. ¿Lo conocés a mi amigo Carlos?<br />

b. Al libro me lo devolviste ayer.<br />

De todos modos, hay que puntualizar que el clítico es un pronombre definido y, como tal, sólo sustituye a<br />

<strong>objeto</strong>s <strong>directo</strong>s que denoten entidades referenciales. Cuando el O.D. no cumple con este requisito, la<br />

sustitución no es posible:<br />

(18) a. –¿Comés carne? –No, no como. / # No, no la como. 4<br />

b. –Ana no come nada. / # Ana no lo come.<br />

Cuando el O.D. no va encabezado por determinante, no hace referencia a una entidad particular sino que<br />

designa un tipo: colecciono estampillas, cría vacas, tiene auto, usa sombrero. <strong>El</strong> O.D., desprovisto de valor<br />

referencial, forma con el verbo una unidad compleja: tener coche es equivalente a “ser propietario de un<br />

automotor”, una propiedad que se atribuye al posesor, sin que suponga la referencia a un <strong>objeto</strong> determinado.<br />

e. <strong>El</strong> O.D. coincide con el sujeto de la voz pasiva, por lo que la pasiva proporciona un diagnóstico<br />

confiable:<br />

(19) a. <strong>La</strong> llegada de Julián era temida por todos.<br />

b. <strong>La</strong> habitación aún no fue ordenada.<br />

c. <strong>El</strong> libro no me fue devuelto.<br />

De todos modos, la prueba de la pasiva está fuertemente condicionada por factores léxicos (la clase<br />

semántica del verbo) y por factores gramaticales (el tiempo y el aspecto del verbo):<br />

(20) a. *Tres hijos son tenidos por mí.<br />

b. *Secretario es necesitado por mí.<br />

c. ?? <strong>El</strong> coche es comprado por Juan.<br />

Los verbos de estado, como tener o necesitar, son reacios a la pasiva. Asimismo, si bien comprar denota<br />

un acontecimiento momentáneo, la pasiva parece incompatible con el presente o el imperfecto.<br />

<strong>El</strong> <strong>objeto</strong> <strong>directo</strong> parece reunir, pues, todas las características que definen a los complementos en<br />

contraposición a los adjuntos. Sin embargo, hay casos periféricos que no responden totalmente a los rasgos<br />

enumerados, como los siguientes:<br />

1. Verbos como medir, pesar, durar, costar, valer requieren la presencia de un complemento de<br />

medida:<br />

(21) a. Juan pesa 90 kg.<br />

b. <strong>La</strong> conferencia duró dos horas.<br />

Adviértase la diferencia entre estos casos y otros verdaderamente transitivos como los de (22):<br />

(22) a. Juan pesó las manzanas.<br />

b. María midió la tela antes de cortarla.<br />

En las oraciones de (22) el O.D. es un SN; en las de (21) el verbo va seguido de un sintagma que denota<br />

una cierta magnitud cuantificada, que se atribuye al sujeto. <strong>La</strong>s oraciones que contienen complementos de<br />

medida no admiten pasivización (*90 kg son pesados por Juan) e incluso la pronominalización se da sólo en<br />

condiciones bastante restringidas, como, por ejemplo, respuestas enfáticas (¿Juan pesa 90 kg? Sí que los<br />

pesa). Más aún, estos complementos pueden ser sustituidos por un adverbio (Juan pesa muchísimo, <strong>La</strong><br />

conferencia duró demasiado) y para la interrogación se prefiere usar un adverbio interrogativo a un<br />

pronombre (¿Cuánto pesa Juan? y no el que corresponde al O.D. ¿Qué pesa Juan?). Estos complementos de<br />

4 <strong>El</strong> signo gráfico # indica que, si bien la oración es gramatical, no corresponde a la construcción que se ilustra; en<br />

nuestro caso, el clítico no es un sustituto de los respectivos <strong>objeto</strong>s <strong>directo</strong>s.


medida, que son constituyentes seleccionados por los verbos que consideramos, se diferencian de otros<br />

casos, como los siguientes:<br />

(23) a. Juan condujo unos cuantos kilómetros.<br />

b. María habló dos horas seguidas.<br />

En (23) el sintagma cuantificativo es un circunstancial (no requerido por el verbo y omisible); los<br />

complementos de medida son, en cambio, <strong>objeto</strong>s <strong>directo</strong>s periféricos.<br />

2. Expresiones como dar asco, dar (las) gracias, darse un baño, hacer mención, echar una mirada,<br />

tomar nota, prestar atención son equivalentes a verbos como asquear, agradecer, bañarse, mencionar,<br />

mirar, (a)notar, atender. Están formadas por un “verbo soporte”, que prácticamente carece de significado<br />

léxico y que sirve como apoyo de la flexión verbal, y un sustantivo, el complemento que corresponde al<br />

predicado semántico. Si bien este sustantivo tiene algunas de las características del O.D., carece de las más<br />

relevantes, nótese que no puede ser sujeto de la pasiva (*asco me es dado) ni admite la pronominalización<br />

(*me lo dio) y, desde el punto de vista semántico, no denota una entidad independiente. <strong>La</strong> construcción<br />

funciona como un tipo de unidad léxica compleja, como lo muestra la frecuente equivalencia con un verbo:<br />

hacer mención y mencionar, o la dificultad en admitir la intercalación de otros elementos:?? dar a veces<br />

asco. Por estas razones, algunos gramáticos optan por no analizarlas internamente.<br />

3. Los verbos haber y hacer tienen usos impersonales, de significado existencial el primero y temporal<br />

o atmosférico el segundo:<br />

(24) a. Hay demasiada gente / demasiadas personas en esta oficina.<br />

b. Hace mucho tiempo / veinte años.<br />

c. Hace calor.<br />

También en estos casos, el complemento que sigue a estos verbos es un O.D. marginal, no sólo porque<br />

estos verbos carecen de pasiva y la pronominalización sólo es posible en contextos enfáticos, sino, sobre<br />

todo, porque algunos hablantes de sociolectos no estándares establecen concordancia entre estos y el verbo:<br />

(25) a. Habían demasiadas personas. / Hubieron problemas.<br />

b. Ya hacen / hicieron veinte años.<br />

Esta concordancia anómala, que no se acepta en la lengua culta, indica que estos hablantes analizan el<br />

SN que sigue al verbo como sujeto.<br />

4. Asimismo, los <strong>objeto</strong>s internos resultan anómalos ya que tampoco pueden ser pasivizados no<br />

pronnominalizados (*Una vida placentera fue vivida por Juan, *Juan la vivió). Recuérdese que estos <strong>objeto</strong>s<br />

no tienen referencia independiente sino que funcionan, fundamentalmente, como soporte de los<br />

modificadores. Ocurre precisamente lo contrario que en el caso de los verbos soporte, en que el <strong>objeto</strong> es el<br />

predicado semántico de la oración.<br />

7.5. <strong>El</strong> <strong>objeto</strong> in<strong>directo</strong><br />

<strong>El</strong> <strong>objeto</strong> in<strong>directo</strong> (O.I.) es una función sintáctica desempeñada por un sintagma preposicional<br />

encabezado por la preposición a o por los clíticos dativos átonos me, te, le/les 5 , nos, os, que lo sustituyen o<br />

duplican. Mientras que en el O.D. la duplicación del clítico depende de factores pragmáticos y está sometida<br />

a variación dialectal, en el O.I. es, en todos los dialectos del español, más regular y, en algunos casos,<br />

obligatoria. Cuando el O.I. sólo se manifiesta fonéticamente mediante el clítico, postulamos una categoría<br />

vacía (pro), que representa al SP. En (26) se ilustran las posibles realizaciones:<br />

(26) a. Juan vendió el auto a Pablo.<br />

b. Juan le vendió el auto a Pablo.<br />

5 Y su variante alomórfica se, que lo sustituye en el contexto de O.D. pronominalizado por un clítico de tercera persona.<br />

Como se verá en (26d), Juan se lo vendió, y no *Juan le lo vendió.


c. Juan le vendió el auto [pro (a él)].<br />

d. Juan se lo vendió.<br />

En (26a) los argumentos que selecciona el verbo vender están representados léxicamente: el O.D. por el<br />

SN el auto, el O.I., por el SP a Pablo; en (26b) este está duplicado por el clítico le, que concuerda en<br />

persona y número. A su vez, en (26c) el O.I. solo tiene realización pronominal, mientras que en (26d) ambos<br />

complementos están pronominalizados; en tal caso, cuando el O.D. está pronominalizado mediante un clítico<br />

de tercera persona, le/les es sustituido por su variante alomórfica se (*Juan le lo vendió).<br />

<strong>El</strong> O.I. se presenta en una variedad de construcciones: algunos son seleccionados por el verbo; otros, en<br />

cambio, no son argumentales.<br />

Los argumentales son seleccionados o bien por verbos ditransitivos, es decir, los predicados triádicos,<br />

que seleccionan un O.D. y un O.I., o bien por predicados inacusativos, que presentan normalmente el sujeto<br />

pospuesto. 6<br />

Entre los primeros, se reconocen varias subclases: verbos de transferencia como dar; ofrecer, regalar,<br />

devolver, comprar; vender; verbos de comunicación y de actos de habla: decir; comunicar; prometer;<br />

indicar; señalar; verbos de influencia: ordenar; aconsejar; pedir, etc.<br />

Entre los segundos, predominan los verbos que indican emociones, como gustar, encantar; interesar;<br />

importar; preocupar y similares, y otros verbos de estado como: convenir; corresponder, urgir, bastar,<br />

sobrar; faltar; alcanzar, etc.<br />

En (26), el verbo vender es un verbo de transferencia, que selecciona tanto un O.D. como un O.I. En los<br />

ejemplos de (27), en cambio, cada uno de los verbos selecciona solo el sujeto y el O.I.:<br />

(27) a. A María le faltan dos materias para recibirse.<br />

b. A esa señora le corresponde el asiento.<br />

c. A mí me encantan las películas de terror.<br />

<strong>El</strong> O.I. aparece en posición inicial y obligatoriamente duplicado por el pronombre dativo; el sujeto,<br />

como es propio en esta clase de verbos, va en la posición típica del O.D., pospuesto al verbo. Desde este<br />

punto de vista, los dos tipos de verbos que seleccionan O.I. presentan cierta similitud. <strong>El</strong> SP inicial ha<br />

sido interpretado como el constituyente del que se predica el resto de la oración.<br />

Semánticamente, al O.I. le corresponde típicamente el papel temático de Receptor o Meta (Juan le<br />

ofreció una flor a María), pero también puede representar al Origen (María le compró el libro a<br />

Juan), al Experimentante (A Juan le apasiona la música clásica) o a un Locativo (Le pusieron<br />

cortinas nuevas a la habitación). Como se observa en los ejemplos, por lo general, el O.I. se refie-re a<br />

una persona. <strong>El</strong> O.I. seleccionado por un verbo ditransitivo, pero no el dependiente de verbos<br />

inacusativos, puede quedar implícito: Juan vendió varios autos; Dijeron mentiras; Prometieron<br />

aumentos, pero *Encantan las películas de terror<br />

Los no argumentales o facultativos se distinguen del O.I. argumental porque no son seleccionados por<br />

el verbo, que, por lo general, es monotransitivo. Esto indica que la presencia de un clítico dativo no es un<br />

criterio suficiente para asignar la función sintáctica de O.I. a un SP. Entre estos constituyentes<br />

facultativos se reconocerán tres funciones: el dativo benefactivo, el dativo sim-patético o posesivo y el<br />

dativo ético 7 .<br />

1. <strong>El</strong> dativo benefactivo aparece, por lo general, con verbos transitivos de acción y denota la<br />

entidad beneficiada (o perjudicada) por la acción. Admite dos posibles realizaciones: o bien totalmente<br />

coincidente con el O.I. argumental, pero con duplicación obligatoria (28a), o bien un SP encabezado por<br />

la preposición para, que no puede coaparecer con el clítico dativo (28d). Los de (28) muestran las<br />

restricciones:<br />

(28) a. María le tejió un chaleco a su nieto.<br />

6 Los O.I. argumentos de verbos inacusativos se conocen también como dativos de interés.<br />

7 Además de los complementos y adjuntos de predicados verbales, que se manifiestan mediante el clítico dativo, existen<br />

dativos que dependen de SA o SAdv, como los que observamos a continuación:<br />

a. Me es imposible retirarme.<br />

b. <strong>El</strong> perro se le tiró encima. (=encima de él).


. ??María tejió un chaleco a su nieto.<br />

c. María tejió un chaleco para su nieto.<br />

d. *María le tejió un chaleco para su nieto.<br />

Esta función sintáctica se confunde a menudo con el <strong>objeto</strong> in<strong>directo</strong> con verbos ditransitivos, como se<br />

observa en los siguientes ejemplos:<br />

(29) a. María le trajo el libro a Pedro.<br />

b. María le trajo el libro a Pedro para Juan.<br />

<strong>El</strong> dativo de (29a) puede corresponder a un <strong>objeto</strong> in<strong>directo</strong> o a un benefactivo. <strong>El</strong> hecho de que ambos<br />

dependientes puedan aparecer juntos en una misma oración (29b) demuestra que se trata de funciones<br />

distintas. Mientras que los <strong>objeto</strong>s in<strong>directo</strong>s son seleccionados por los verbos ditransitivos, los<br />

benefactivos tienen mayor libertad de ocurrencia –prácticamente pueden aparecer con cualquier verbo de<br />

acción y son omisibles.<br />

2. <strong>El</strong> dativo posesivo denota la entidad poseedora de una parte del cuerpo (propiedad inalienable) o<br />

de una prenda de vestir u otro <strong>objeto</strong> ligado a “la esfera de lo personal” (propiedad alienable). Aparecen<br />

con verbos (mono) transitivos:<br />

(30) a. <strong>El</strong> dentista me extirpó la muela del juicio.<br />

b. Le afeitaron el bigote.<br />

c. Te lustré los zapatos.<br />

Pueden también aparecer con verbos inacusativos; en este caso la expresión que denota al <strong>objeto</strong><br />

poseído funciona como sujeto. Se trata también aquí de un comportamiento común entre verbos transitivos<br />

e inacusativos.<br />

(31) a. Se me cerraban los ojos.<br />

b. Me duele la cabeza.<br />

c. Se le descosió el dobladillo.<br />

3. <strong>El</strong> dativo ético indica la persona que participa emocionalmente en el evento expresado por la<br />

oración, por lo que posee un valor estilísticamente marcado. Es siempre omisible y está representado por<br />

un clítico –normalmente de primera persona del singular– y sólo por éste.<br />

(32) a. No te me duermas.<br />

b. Este chico no me come.<br />

…………………………………………………………………………………………………………………<br />

7.6.2. Predicativos objetivos<br />

<strong>La</strong> predicación secundaria no sólo puede referirse al sujeto sino también al <strong>objeto</strong> <strong>directo</strong>. Del mismo modo<br />

que en el predicativo subjetivo, distinguiremos los complementos predicativos objetivos (40), es decir, aquellos<br />

que están seleccionados por el verbo, de aquellos que no lo están (41), los predicativos no obligatorios:<br />

(40) a. Considero interesante tu propuesta.<br />

b. Nombraron a Pedro <strong>directo</strong>r de orquesta.<br />

c. Te creía en Buenos Aires.<br />

d. Te veo muy bien.<br />

(41) a. Tomo el café bien caliente.<br />

b. Compré el coche muy barato.<br />

c. Como las manzanas sin pelar.<br />

En los ejemplos (40) el verbo, en la acepción pertinente, no sólo requiere un O.D. sino también un<br />

predicativo de ese <strong>objeto</strong>. Así en (b) nombrar selecciona tanto al O.D. como también un SN que denote un


cargo para el que fue designado. Adviértase que (c) no significa: ‘te creía’ (en el sentido de “te tenía<br />

confianza”) mientras estaba en Buenos Aires, sino: creía que estabas en Buenos Aires. En el caso (d) surge una<br />

ambigüedad: o bien significa: no tengo dificultades para verte (en cuyo caso el adverbio es un circunstancial de<br />

manera) o bien: veo que estás muy bien. También (a) puede ser parafraseada de modo similar. En todos estos<br />

casos lo que el predicado selecciona es, en realidad, una oración, que tiene como sujeto al O.D. y como<br />

predicado al predicativo objetivo, aunque en algunos casos como (b) la paráfrasis con verbo conjugado no<br />

resulta igualmente posible.<br />

Los verbos que seleccionan predicativos objetivos obligatorios pertenecen a clases bien definidas: verbos<br />

de entendimiento (considerar; creer, imaginar, juzgar, suponer), verbos de percepción sensible o intelectual<br />

(ver, oír; notar; descubrir, encontrar), verbos designativos, en que el predicativo objetivo denota un cargo o<br />

una denominación (designar, elegir, nombrar, llamar; denominar), o verbos volitivos (querer). <strong>El</strong> verbo tener<br />

requiere la presencia de un predicativo objetivo cuando el O.D. designa una propiedad inalienable (Tiene los<br />

ojos claros = Sus ojos son claros). Con el verbo hacer es posible una doble construcción, según el predicativo<br />

objetivo sea un sintagma adjetivo (Hizo feliz a su mujer) o un sintagma nominal (Haga de Neuquén una<br />

ciudad limpia); en este caso, hacer de constituye una unidad.<br />

En los ejemplos de (41), en cambio, el predicativo no es seleccionado por el verbo, que sólo requiere un<br />

<strong>objeto</strong> <strong>directo</strong>. Pueden ser parafraseados por una coordinación (Compré el coche y estaba barato) o por una<br />

oración adverbial (Tomo el café cuando está bien caliente). 10<br />

Frecuentemente las construcciones con predicativo objetivo son ambiguas:<br />

(42) a. Dejó al muchacho histérico.<br />

b. Lo vi paseando por el centro.<br />

En (a) la ambigüedad depende de si se interpreta a el muchacho histérico como un único constituyente, el<br />

O.D., o como dos, –el O.D. y el predicativo objetivo. En el primer caso, se entiende que histérico es una<br />

característica identificatoria de muchacho y, por lo tanto, se pronominalizará todo el constituyente (al<br />

muchacho histérico). En el segundo, se entiende histérico como una propiedad transitoria y la<br />

pronominalización no abarcará al predicativo. En (b), en cambio, la ambigüedad radica en que paseando por el<br />

centro puede referirse al sujeto o al <strong>objeto</strong>, por lo que será un predicativo subjetivo u objetivo, respectivamente<br />

(Mientras yo paseaba por el centro o mientras él paseaba por el centro).<br />

<strong>El</strong> predicativo objetivo no obligatorio se caracteriza por los siguientes comportamientos […]:<br />

a. Como el predicativo subjetivo, típicamente, es un SA, pero puede pertenecer a otras categorías: SP<br />

(Come las manzanas sin pelar, Lo compró a buen precio) o una oración no flexionada, como la de (42b).<br />

b. Puede cambiar de posición: Dejó histérico al muchacho.<br />

c. No queda incluido en la pronominalización del <strong>objeto</strong> <strong>directo</strong>: Lo dejó histérico.<br />

d. En la correspondiente pasiva, el predicativo objetivo no forma parte del sujeto sino que pasa a ser un<br />

predicativo subjetivo: Fue visto paseando por el centro.<br />

10 Los análisis respectivos para ambos tipos de predicativos son los siguientes:<br />

a. b.


e. Como los predicativos subjetivos, también los objetivos pueden ser introducidos por preposición o por<br />

como:<br />

(43) a. Lo dieron por muerto.<br />

b. Lo tildaron de oportunista.<br />

c. Lo emplearon de cadete.<br />

d. Lo elegí como secretario.

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