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iblioteca femenina
Con ojos
de Elena
Con el billete conmemorativo durante la celebración del Sorteo Mayor del 7 de octubre.
Convención Belém Do Pará.
Vivir sin violencia es un derecho
Para conmemorar el 20 aniversario de la Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres,
el Inmujeres y la Lotería Nacional emitieron un billete alusivo
Al asistir a la celebración del instrumento internacional que estableció por
primera vez en la región el derecho de las mujeres a vivir sin violencia Lorena
Cruz Sánchez, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Imujeres),
destacó que esta convención ha sido un aporte fundamental para el fortalecimiento
del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, y punto de
partida para que los gobiernos de América Latina y el Caribe adopten leyes
y políticas, formulando planes nacionales, campañas, protocolos y estrategias
para prevenir, atender y sancionar la violencia contra las mujeres.
Reconoció que el sorteo de la Lotería Nacional (Lotenal) conmemorativo
de la Belém do Pará+20, constituye un importante canal de difusión del
mensaje que se quiere llevar a todos los rincones del país: ante la violencia
de género, cero tolerancia.
Le embajadora Carmen Moreno Toscano, secretaria ejecutiva de la Comisión
Interamericana de Mujeres, y Araceli Ugarte Gaona, subdirectora de
Lotenal, coincidieron en señalar la importancia de conmemorar los 20 años
de la Convención de Belém do Pará y los aportes de la misma para lograr
mejores condiciones de vida para las mujeres, marcando la ruta de las políticas
de Estado en ese sentido.
Ambas ratificaron la vigencia de la Convención y el compromiso con las mujeres
de los organismos que representa. El Sorteo Mayor correspondiente se llevó a
cabo el pasado 7 de octubre en el edificio Moro de Paseo de la Reforma.
La titular del Inmujeres, Lorena Cruz Sánchez en la sede
de la Lotenal, el edificio Moro de Paseo de la Reforma.
Belém do Pará estableció por primera vez en la región
el derecho de las mujeres a vivir sin violencia.
Palabras cruzadas. Entrevistas.
Elena Poniatowska. ERA. México, 2013.
Mary Carmen Sánchez Ambriz
Aquí se dan cita más de 30 conversaciones con
personajes del ámbito cultural nacional e internacional.
La lista es larga: Alfonso Caso, María
Conesa, Rómulo Gallegos, Padre Chinchachoma,
Benita Galeana, Cantinflas, José Revueltas, Chucho
Reyes Ferreira, Oscar Lewis, Francisco Gabilonso
Soler, Lola Beltrán, María Victoria, Tongolele, El
Indio Fernández, Salvador Elizondo, Jorge Ibargüengoitia,
Nicolás Guillén, Alfonso Arau, Jaime
Sabines, Antonio Attolini, Cristina Ruvalcaba,
Ricardo Garibay, María Rojo, Nicolás Guillén, Juan
Gabriel, Julio Cortázar y Hanna Schygulla.
En este espejo, es posible disfrutar a una
Elena candorosa, optimista, inquieta, inquisitiva,
proverbial, intuitiva, encantadora, enigmática,
polifacética, paciente, aguda, amable y hasta
impertinente.
La conversación con Cantinflas es una escena
de estira y afloja, una batalla entre el hombre
que se cree más listo y la periodista que no deja
de hacer preguntas incómodas porque sabe que
el periodismo no es una profesión para hacer
amigos. Cantinflas la soporta, tolera y también
la ignora. Elena atina a decir: “¿Ya se cansó de
torearme”. A lo que el entrevistado replica sin
el menor atisbo de respeto por su interlocutora:
“Señorita, yo toreo toros de lidia no va-cas ni
mucho menos va-qui-llas”.
El Padre Chinchachoma fue el hombre que les
devolvió a niños y niñas en situación de calle
su derecho a ser personas. Siempre estaba
rodeado de ellos en un albergue coordinado
por él, llamado Hogar-Providencia en Coyoacán.
El padre le cuenta a Elena en qué consiste la
terapia que les da a los pequeños que lleva a
vivir con él: “Hacemos en público lo del muñeco.
¿Lo has visto Se hace un muñeco, pasan los
niños y le clavan un cuchillo. Y puedes ver con
qué gusto lo acuchillan en la cara, el cuerpo o
las partes. El que se va a las partes del muñeco
de seguro es porque lo violaron. Todos pasan,
después les pregunto a cada uno: ‘¿A quién
estabas matando’. La última vez 10 estaban
matando a su mamá, 40 a su papá y el resto a
otras personas.”
El encuentro con Julio Cortázar es de los más
memorables. Elena le dice al escritor que tiene
muchas enamoradas en México y que son legiones.
Es la puerta de entrada para las confesiones. De
ahí nos enteramos que de niño quiso ser marinero.
Cortázar leyó a Verne y quería repetir sus aventuras
como si él fuera uno de sus personajes. “Quería
embarcarme, llegar al Polo Norte, chocar contra
los glaciares…” En ese momento, Cortázar deja
caer las manos y comenta: “Pero no fui marinero,
fui maestro.”
MILENIO 23
TODAS • 27 de octubre, 2014